Julio López
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Llamado a los Anarquistas Revolucionarios, a los Trabajadores Combativos y a la Militancia
Por Comité por la Construcción de una ORA - Friday, Jan. 21, 2005 at 7:26 PM
resistencia_ora@yahoo.com.ar

Llamado a los Anarquistas Revolucionarios, a los Trabajadores Combativos y a la Militancia revolucionaria en General. Vamos por la Unidad.

Llamado a los Anarquistas Revolucionarios, a los Trabajadores Combativos y a la Militancia revolucionaria en General Vamos por la Unidad
6 de diciembre del 2004
Declaración Extraordinaria

Llamado a los Anarquistas Revolucionarios, a los Trabajadores Combativos y a la Militancia revolucionaria en General

Vamos por la Unidad

Desde el Comité por la Construcción de una Organización Revolucionaria Anarquista, partiendo de las lecciones y tareas que nos ha dejado planteado el Argentinazo, como de la situación reaccionaria vigente, creemos que es necesario trabajar por un reagrupamiento defensivo (sobre la base de la lucha económica) de la Clase.
Para provocar un reagrupamiento del Movimiento Obrero es fundamental dividir entre las contradicciones principales y Secundarias que condicionan la dinámica de nuestra Clase.
Así es como, ante una situación de inminente reacción económica y política por parte de los Explotadores, ponemos en primer plano la necesidad de una unidad amplia de la Clase sobre los fundamentos de la resistencia económica.
Por otro lado, vemos que las burocracias son un tapón para la liberación de las fuerzas combativas de nuestra Clase y asimismo que es necesario enfrentarlas para construir, de una vez por todas, una dirección independiente de la Clase. En este sentido hay dos caminos:
Confrontamos con la burocracia primero o en igual medida que con el avance explotador, o lo hacemos pero en la construcción de la trinchera única
de la Clase, subordinando esta contradicción a la resistencia que debemos organizar contra el avance enemigo.
Según entendemos, lo primero es actuar como quinta columna del enemigo por dentro de nuestra Clase, provocando la división interna y la opción de la derrota.
Bregamos por avanzar en la articulación de un Frente Único Económico -que tienda a la unidad de todo el Campo y la Clase- para enfrentar el avance desde arriba y, durante la transcurrencia del combate, avanzar en la cohesión desde las aras de la lucha direccional pendiente entre las fuerzas clasistas y las de la burocracia entregadora; entre las primeras, a su vez, los anarquistas debemos actuar lo más en unidad
posible para terciar con las tendencias tatistas/centristas.
Esta estrategia es un producto necesario de las lecciones que nos deja la derrota de la CNT en España, cuando dividió esquemáticamente a la guerra contra el enemigo de trinchera de la que se debía librar contra el resto de las direcciones por dentro de la propia. Es, a su vez, una lección positiva de la dialéctica de la transformación de Guerra
Militar en Civil y ésta, a su vez, en Revolución Social, que nos lega Bakunin con el estudio de la dinámica de la Comuna de París y la estrategia que indica necesaria.
De desconocer a las burocracias sindicales cometeríamos el mismo error de quienes, entre las filas del anarquismo, "desconocen al Estado".
Les preguntamos a estos compañeros ¿Contra quién luchan entonces? ¿Acaso la presente es la tan anhelada sociedad anarco-comunista que perseguimos...? Huelga la respuesta. La existencia de ellas como del Estado, nos guste o no, es un hecho e influyen sensiblemente sobre la realidad de nuestro Movimiento.
Nuestra estrategia, por ello, debe reconocerlas e instarlas en la necesidad de movilizar a los 7 millones de trabajadores ocupados que están en sus sindicatos. Porque mientras que algunos les hacen el vacío y desconocen así mismo a la Clase de la que son el resultado negativo y otros les dan una guerra sin cuartel, o bien "acudiendo a todas las elecciones que convocan" o bien escindiéndose en movimientos que buscan organizar la lucha a su margen, hay millones de compañeros y compañeras, trabajadores ocupados o desocupados, estudiantes y campesinos, que se ven impedidos, por su existencia, de dar una lucha contra la explotación, la pobreza, el hambre, la desocupación, por la salud y la educación a la altura de la situación que ha reconfigurado la burguesía con su reagrupamiento y avanzada vigente.
No sirven las luchas aisladas o del "avance infinito" como la del Movimiento por las 6 hs que, al margen de lo que realmente sucede con los golpes y reagrupamiento que la burguesía viene propinando en nuestra contra, se plantea destruir -en primer plano- a las burocracias, pues sin esto no lograría la unidad necesaria de toda la Clase para la imposición de un triunfo de toda ella como el que persigue y arrebatarle, al pasar, una derrota en toda la línea al Campo Explotador. Es principal que obliguemos a las burocracias a articular un Plan de Lucha Nacional pero no implorándoles por lanzarlo, sino que ganándolo entre sus bases, que son las únicas que pueden imponérselo. No las venceremos ni yendo a ocuparle las sedes ni pidiendo al Ministerio de Trabajo que
anule sus elecciones fraudulentas.
Debemos apretar desde las bases generando, así mismo, una dirección de recambio -doble poder- que pueda desplazar a las burocracias por nuevas direcciones abnegadas y combativas.


Por una Alianza de la Democracia Socialista

Hagamos como enseñaba Bakunin cuando le exigía al Gobierno burgués de la Salvación Nacional de Francia, el armamento del pueblo explotado como única condición para una salvación real del país en contra de la invasión prusiana, aclarando entre líneas que este hecho encerraba en sí todo el carácter de la Revolución en aquel momento específico.
Debemos lograr que las burocracias armen a la resistencia obrera que se gesta progresivamente en contra de los ataques furiosos de los explotadores.
Pero sería ilusorio plantear que sólo con nuestras fuerzas, como anarquistas, podemos generar un Movimiento lo suficientemente fuerte como para hacernos escuchar a lo largo y ancho de la Clase, en cada rincón del país, no contamos con tales fuerzas. Para esto debemos llamar a las demás tendencias y direcciones que se reivindican socialistas y revolucionarias a que tomen estas banderas y convoquen a un Congreso Único del Clasismo Opositor para llevar la presión mancomunada de la Clase contra sus dirigentes anti-obreros por la organización de la auto-defensa económica a su máxima expresión: la política.
Llamamos entonces a todos los Anarquistas Revolucionarios, a los Trabajadores Combativos y a la Militancia Revolucionaria en General -especialmente a la militancia de AUCA y OSL- a que construyamos una >Mesa Coordinadora por el Reagrupamiento y la Defensa de la Clase, que prepare inmediatamente una Campaña de Agitación en los puestos de producción y trabajo principalmente, en las barriadas, en el Campo, en las Universidades y Colegios por la Convocatoria a un Congreso Único del Clasismo Opositor con las fuerzas piqueteras que se reivindican opositoras a este Gobierno Reaccionario, las Bases, Comisiones Sindicales y Sindicatos Clasistas y Combativos (Listas Opositoras de UF, Sanidad, Gráficos, Docentes, Estatales, Alimentación, UTA, del Neumático, del
>Pescado, Petroquímicos, etc.), los campesinos, pequeños ahorristas, comerciantes y estudiantes en lucha y las distintas fuerzas que se reivindican Socialistas y Revolucionarias; Generando así, a su vez,
una tribuna de debates en la que dirimamos con las demás corrientes por esta orientación.

Comité por la Construcción de una ORA

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Fragmentos
Por Juguete - Friday, Jan. 21, 2005 at 7:35 PM

Para evitar discusiones estériles aquí van unos fragmentos teóricos de Enrico Malatesta en relación a: la organización, el programa, la política.. SALUD Cumpas!! Por un Frente Clasista de los Orpimidos!! Organización y Lucha Popular...

Sociedad organizada sin autoridad………ANARQUIA
“el error fundamental de los anarquistas adversarios de la organización consiste en creer que no puede haber organización sin autoridad... la organización, es decir, la asociación con un fin determinado y con las formas y medios necesarios para ese fin, resulta algo imprescindible para la vida social... El hombre no vive en sociedad porque así lo decidió sino porque así lo exige su naturaleza física, psíquica y espiritual

“El hombre aislado no puede vivir, ni siquiera la vida de la bestia: es impotente... Habiendo por eso de unirse con los otros hombres, hallándose también unido a consecuencia de la evolución anterior de la especie, debe, o bien sufrir la voluntad de los otros, (ser esclavo) o imponer la voluntad propia a los demás (ser una autoridad), o vivir con los otros en acuerdo fraterno en vista del mayor bien de todos (ser un asociado)”. Nadie puede eximirse de esta necesidad; y los más excesivos antiorganizadores no sólo sufren la organización general de la sociedad en que viven, sino también en los actos voluntarios de su vida, incluso en las revueltas contra la organización, se unen, se dividen la tarea, se organizan con aquellos con quienes van de acuerdo y utilizan los medios que la sociedad pone a su disposición...

Algunos anarquistas suelen decir que no son un partido y que no tienen programa. Tal lenguaje sería comprensible si se tratase de estudiosos que buscan la verdad sin preocuparse de las aplicaciones prácticas...; ellos (los estudiosos) quieren conocer, no quieren hacer algo determinado. Pero anarquía y socialismo no son ciencias: son propósitos, proyectos que anarquistas y socialistas quieren poner en práctica y que por eso tienen necesidad de ser formulados en programas determinados... Nosotros entendemos por partido anarquista el conjunto de aquellos que quieren concurrir a realizar la anarquía, y que por eso tienen necesidad de fijarse un objetivo a alcanzar y un camino a recorrer... Por consiguiente, los anarquistas son un partido y tienen un programa, aún aquellos a quienes estas palabras desagraden.


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es ora de coger chicos
Por son tres estudiosos de filo.... - Friday, Jan. 21, 2005 at 7:52 PM



Porque algunos decimos ¡Abajo el trabajo!


Joaquín

¡Abajo el trabajo! es una consigna que viene escuchándose desde hace algún tiempo en espacios anarquistas y que, además de a una pobre comprensión, está dando lugar a no pocas controversias. No es mi intención ahora polemizar, ni tampoco buscar el origen ni los porqués de que a algunos esta frase les resulte tan indigesta, tanto es así, que a veces parece que rozara lo personal, al menos así hace pensarlo la seudo-crítica que provoca. Lejos de ello lo que pretendo más bien es dar mi subjetiva y parcial opinión de porqué dentro del contexto de una lucha anárquica, revolucionaria e insurreccionalista, esta consigna es completamente coherente con el todo común de un enfrentamiento irrecuperable y sin pretensiones reformistas con la mega-estructura del dominio.

No debe por tanto verse en ella una alternativa parcial, como tampoco ha de buscarse una de esas tácticas de viejo y nuevo cuño que reduciéndose a lo sectorial y específico llevan directamente al reformismo de lo irreformable y al posibilismo, realidad en la que se encuentran hoy inmersos la mayoría de los antiguos revolucionarios. En oposición a ello, algo por lo que hoy, igual que siempre, sólo pueden apostar los charlatanes digeridos por el dominio, la negativa al trabajo es posicionarse en el frente de la lucha que cuestiona y ataca en su raíz a la lógica de la opresión y la explotación, o en otras palabras, es unirse a una lucha colectiva cuyo fin último solo puede ser la erradicación de las causas primeras y agentes explotadores, algo que jamás puede pasar por estrategias que refuercen el sistema aunque sea de forma "opositora".

Lejos de ser una moda inconsistente o una nueva forma de nihilismo - como en ocasiones se ha criticado a quienes abogan por la objeción activa al trabajo - la línea de razonamiento que lleva a ella está tan asentada en nuestra percepción de la realidad como pudo estarlo, en la década de los 70, la negativa al trabajo de sectores disidentes de la sociedad norteamericana que se oponían a la guerra de Vietnam. O antes aún la acción de los ludditas que veían en la expansión de la máquina el embrión del perfeccionamiento de las técnicas de explotación y domesticación humanas. Algo asímismo en la línea del pensamiento de Etienne de la Boëtie cuando decía "... los tiranos más saquean, más exigen, más arruinan y destruyen mientras más se les entrega y más se les sirve, tanto más se fortalecen y se hacen tanto más fuertes y más ansiosos de aniquilar y destruir todo".

Pasadas unas décadas de estas percepciones y actitudes precursoras y consolidado el proceso acumulativo capitalista que se vislumbró en su origen, se hace evidente que la naturaleza de eso que algunos llaman progreso lleva aparejado un incremento del poder real de los privilegiados, ya no solo sobre el monopolio de los medios de producción y los mecanismos de enajenación del plusvalor producido - que ciertamente cada vez están más alejados y son menos accesibles a quienes producen la riqueza - sino sobre el mismo productor cada vez más cosificado y programado por el dominio en su salto hacia ese nuevo paradigma que, a falta de mejor palabra con que definirlo, se conoce como posmodernidad. Una nueva forma social, política, económica, jurídica y militar en la cual la creación de subjetividades acríticas, productoras y maleables está controlada por el dominio a través de un aparato instrumental que ha diseñado un nuevo ser humano que evoca lo que nos anticipara Adolf Huxley en su obra "Un mundo feliz". Un esclavo eficiente, competitivo, polivalente y sobretodo, feliz de ser explotado. Un siervo voluntario que se identifica con los valores espectaculares y virtuales que los MANGANTES del capitalismo ultra-desarrollado- ese criminal modo de explotación cuyo crecimiento constante y rentabilidad incrementan incesantemente los medios de la alienación - trasladan al interior de la población.

Son bastantes los análisis realizados por teóricos del post-colonialismo y la posmodernidad que nos describen diversas teorías de la conspiración, o los resultados del nuevo proceso de doma en lo social, económico, político e ideológico que nos han llevado a la casi total erradicación de la lucha de clases por la expeditiva vía de la disolución de la conciencia de clase y la asumición de postulados en los que explotadores y explotados se identifican en un proyecto común de "desarrollo y convivencia", posmoderna conciliación de intereses antagónicas tan falsa como la que el Estado moderno realizaba en su seno.

La condensación en el Estado siempre fue una quimera, como decía Kolakosky, "El Estado es órgano de dominio de clase, el puño de los explotadores puesto sobre la cabeza de los explotados" Por ello el "perfeccionamiento" y las constantes reformas de la antiguas estructuras - en su proceso de adaptación a las nuevas y cambiantes coyunturas - han llevado a los mangantes a concretar la falsa conciliación en el ámbito de lo ideológico y cultural que ahora se da en los mismos sujetos de la explotación.

Esta nueva coyuntura cualitativa del dominio, que difumina en forma espectacular los contornos de los intereses de clase, ha dejado perplejos a los llamados agentes sociales. Partidos políticos, sindicatos, plataformas y colectivos específicos de diversos colores y pelaje que se enmarcan en ese difícil de definir mundo de los colectivos sociales, ofrecen hoy "alternativas " que consisten en proponer formas de "desarrollo sostenible", deterioros "razonables y asumibles" del planeta y, claro está, puestos de trabajo "dignos" que a la par que a subsistir, permitan al consorcio mundial de mangantes continuar su desenfrenada carrera hacia el exterminio de la especie y la destrucción del planeta.

Todas estas alternativas falaces tienen un común denominador: la renuncia - explícita o implícita - a atacar en su raíz los cimientos de un sistema y un modo de explotación cuya existencia depende por entero de que se perpetúen las relaciones de producción y la injusticia. Usando la caduca terminología marxista-hegeliana, la clase explotada ha dejado de ser “para sí” al renunciar a las clásicas formas de organización y al enfrentamiento, quedando reducida a ese estadio anterior a la lucha de clases conocido como clase “en sí”, es decir, que aún existiendo como clase explotada, e incluso planteando unas reivindicaciones cada vez más tibias en lo económico, ya no constituye una fuerza desestructuradora del dominio en lo político al haber renunciado a una lucha de clase contra clase optando por la integración.

A la par que las consecuencias de una maquiavélica acción de los poderosos, podemos ver en ello no sólo el resultado de las tácticas y políticas de esas clases dirigentes y sindicales cada vez más desorientadas que, consciente o inconscientemente, se alinean como lacayos y bufones del dominio, sino también las funestas consecuencias de algunos de esos floridos discursos de las posmodernidad - innovadores monismos todos que niegan la existencia de las oposiciones binarias- con los que estalinistas reciclados nos azotan desde las cátedras de las universidades. Consustancial a todo ello es el desplazamiento de la preponderancia de lo social y lo político hacia lo ideológico - ahora ya asumible y compartido por todos - y la aparición de formas de clara reminiscencia feudal de corte militarista-hobbesiano, aunque ya no quepa hablar de coyuntura dominante en modo alguno cuando todas las estructuras se funden sin preponderancia en un campo de inmanencia.

Pero no llegaremos muy lejos si nos limitamos a describir los efectos sin atacar las causas, ni caben lecturas “positivas” - como las que nos ofrecen algunos antiguos estalinistas - para quienes la multitud de los pobres ha de actuar desde dentro del sistema, con la fuerza que le otorga su capacidad y deseo de producir, pero de una forma tan indeterminada como difícil es que así se pueda cuestionar jamás la cada vez más compleja maquinaria de la explotación. Tales opiniones solo son una evolución darwinista de la más rancia y apestosa tradición reformista, llegada a la patética tesitura de no tener nada que reformar.

Admitimos sin embargo de estos análisis como un hecho cierto que la sociedad actual se encamina a pasos acelerados a la culminación del proceso en el que se realice la síntesis de soberanía y capital, algo cuya consecuencia solo puede ser la consolidación de un nuevo aparato trascendente de autoridad que despliegue su poder sobre todos los niveles de la sociedad. Un “perfeccionamiento” por tanto de los caducos sistemas trascendentes que en el Estado feudal elevaban por encima de la población para someterla al mito de dios - como luego fueron elevados otros conceptos míticos tales como el Estado de Derecho, la unidad de destino en lo universal, o la dictadura socialista del proletariado - trascendencias todas cuya finalidad fue siempre la conservación del Estado y la perpetuación de la explotación pudiendo variar las formas pero jamás su naturaleza.

Tampoco ha cambiado en el paradigma actual la naturaleza del dominio, pero la novedad consiste en que este ya no otorga al dios en la tierra hobbesiano - el aparato policiaco-militar - el monopolio de la disciplina. Este conserva parte de su función en la corrección a posteriori de las piezas defectuosas que produce la fábrica social del sistema - gobiernos díscolos, revolucionarios y malos productores - pero siglos de historia han enseñado a los mangantes que les es más útil la ilusión de una falsa libertad que la clara represión. Despliega por tanto el dominio un extenso aparato que une en una misma matriz tanto a la fuerza represiva tradicional - profesionalizada y tecnificada junto a numerosas empresas de seguridad privada - unida a un aparato “civil” formado por los medios de desinformación, el mundo de la cultura, agentes políticos, ideológicos, religiosos, sindicales y todo tipo de mediadores que son los encargados de inculcar en el interior de las subjetividades los antiguos y nuevos valores trascendentes de los que depende la existencia del dominio.

Un auténtico mundo de Orwell en el que conceptos utilitaristas tales como productividad, rentabilidad, competitividad y consenso se concretan - convertidos ahora en nuevos figuras míticas trascendentes - en el mismo interior de la subjetividades de la multitud de los pobres, en un diabólico proceso de transmutación de abstractos valores mercantiles y financieros que dimanan de la mesas del Banco Mundial, el F.M.I. y demás consorcios de mangantes.

Esto es algo que solo puede llevarse a cabo con una profunda reestructuración de la economía. Para que pueda suceder, al dominio le es preciso un desplazamiento de los sectores productivos hacia el terciario - o al cuaternario del que hablan algunos economistas - del que forman parte el gran número de agentes domesticadores y represores al servicio de la explotación. El sector primario y el secundario ya no deben cargar solo a sus espaldas con los parásitos de siempre, ahora han de hacerlo también con la nueva legión de esbirros y lacayos que proliferan como las setas en todos los estratos de la sociedad, para lo cual los sectores productivos han de multiplicar su rendimiento y su eficacia constantemente mediante una frenética experimentación, innovación y rentabilización, que permita a los mangantes paliar el salto sobre el punto de rendimientos decrecientes de la curva de su economía global.

Esto supone que el dominio pasa a ser directamente dependiente del “éxito” en una economía muy inestable, para lo cual ha de multiplicar su esfuerzo en el desarrollo de nuevas tecnologías y el perfeccionamiento de sistemas productivos que le permitan - a pesar del gran lastre social y económico - mantenerse próximo a esos ideales cuatro puntos porcentuales al año de crecimiento que exige una economía que se ha convertido en un monstruo autónomo e imparable.

El planeta y la especie humana pagan las consecuencias de ello - nadie ha de hacerse falsas ilusiones al respecto pues ni los mismos mangantes son capaces ya de poner freno a esta máquina de movimiento continuo que han creado - pero no es menos cierto que toda esta mega-estructura depende de la rentabilización de toda la fuerza de trabajo como no había estado condicionado jamás ningún modo de producción en toda la historia. Cualquier descenso en el crecimiento insostenible, provenga de donde provenga la causa, pone en peligro la conservación de todo el sistema si va más allá de los límites del crecimiento cero durante un periodo de tiempo mantenido.

Han quedado obsoletas técnicas como mantener en el paro a grandes bolsas de población, ni es posible especular con fronteras cada vez más difusas en lo económico donde realizar el plusvalor de la producción. La supervivencia del sistema pasa inexcusablemente por emplear, exhaustiva e intensivamente, toda fuerza de trabajo disponible y esto es algo que abre nuevas posibilidades a la multitud de los pobres no para especular con la aportación de la fuerza de trabajo, sino para sustraerla provocando así un colapso en la raíz del sistema.

Visto desde esta perspectiva se puede afirmar que las armas para la revolución de los pobres sí están en sus manos, pues son la misma fuerza de trabajo de cada uno, pero lejos de toda opción que solo puede pretender ser reformista - cuando ya ni cabe hablar de reforma - una actitud revolucionaria y de lucha es no darla, negarse activamente a facilitar al dominio los medios que precisa para salvar sus contradicciones.

Dicho esto sin la menor intención ni razón de hacer apología de la vagancia, contra-argumento simplista este que algunos oponen. Está claro que no podemos vivir sin trabajar a menos que asumamos el riesgo de vivir por entero de la expropiación, al igual que sabemos que no vivimos aún en el mundo que deseamos, sino en otro que es una inmensa fábrica, por eso también ha de entenderse que cuando decimos ¡abajo el trabajo! estamos hablando de él en términos generales y de ahí asimismo la ausencia de matización en referirse al trabajo asalariado o supuestamente autónomo y alternativo. Esto supone, en lo particular y en la práctica, no trabajar más de lo indispensable para vivir. Tener un consumo más racional y moderado que nos exija trabajar menos. Buscar opciones alternativas en alimentación, vestido, vivienda, transporte, etc., - entiéndase expropiación, okupación y pirateo en general - que reduzcan nuestras necesidades económicas a la mínima expresión y a la par nos hagan gravosos para la economía de los mangantes.

En otras palabras, un boicot continuo a la fábrica-mundo en que vivimos unido a prácticas tan saludables como el absentismo, el sabotaje, la agitación armada y cualquier opción elegida cuyo fin sea dar satisfacción a la propia vida y poner palos en los engranajes de la máquina hasta su destrucción.

Llevado así a la práctica el rechazo al trabajo, me parece inobjetable que estamos realizando la premisa fundamental de cualquier lucha: causar un daño irrecuperable al enemigo en el aparato motriz de su máquina. Es por tanto un arma de lucha para alcanzar nuestro fin, la anarquía, para lo cual siendo rigurosos en el análisis de la realidad que nos circunda, está claro que previamente hemos de causar una recesión económica y productiva, única forma que tenemos en la actualidad de desestructurar el sistema al cortarle los flujos de su conservación.

Pienso por ello que nadie con un sincero sentimiento revolucionario ha de sentir ofendida su razón de ser cuando escuche: ¡abajo el trabajo!. No nos engañemos, no hay orgullo obrero, tan solo miseria. Hoy más que nunca, es en campos y fábricas donde se labran y forjan nuestras cadenas.

SALUD, BOIKOT Y ANARKÍA.
Desde el Engranaje de la Máquina.
Joaquín, octubre 2004.

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sos un nabo
Por libertario - Friday, Jan. 21, 2005 at 8:32 PM

joaquin sos un nabo!
viva la clase trabajadora! viva la anarquia!
laburaste alguna vez en tuvida?
creo que esos espacios anarcos donde decis que se escucha abajo el trabajo son una manga de burgueses.
chau

no soy de ora, ni lo sere, no comparto su politica

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Viva el trabajo
Por dany - Friday, Jan. 21, 2005 at 8:56 PM

Solo es a traves del trabajo que el ser humano ha conseguido progresar, quien se oponga al trabajo se opone a la civilización, al progreso, al avance. El problema con el trabajo, no es el trabajo en si mismo, sino que hoy en día es explotado por una minoría, entonces de lo que resulta que el problema no es el trabajo, sino la propiedad privada sobre los medios de producción.

Muerte al trabajo.... ASALARIADO.

Viva el trabajo que construye la riqueza social

Viva el verdadero Anarquismo.... el de los trabajadores y su lucha emancipatoria.

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viva el nacional bolchevismo!!
Por seb - Friday, Jan. 21, 2005 at 9:29 PM

la unica idea que puede cambiar la argentina

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Ojo con los anti-trabajo
Por xarly en Barcelona - Friday, Jan. 21, 2005 at 10:31 PM

Solo una frase de Joaquín, casi sobre el final de ese "tratado" que no pienso perder mi tiempo en leer:
<I>"...única forma que tenemos en la actualidad de desestructurar el sistema al cortarle los flujos de su conservación"</I>
Se ve que no trabajas, porque al primero que se le cortan los flujos cuando no se labura es a vos mismo.
En Barcelona, las "Juventudes Libertarias" van por ese lado, (lo digo porque este Joaquín me suena de acá...) y hace un año pegaban carteles contra el trabajo, acusandonos a nosotros los trabajadores, directamente, en ese discurso "No sostengas la máquina de la muerte" (o algo por el estilo, no recuerdo las palabras exactas), con un diseño de engranajes y una calavera... y si es por eso, sí, me jodió que otros que se dicen anarquistas me "culpen" a mí porque tengo que pagar un alquiler, porque tengo que comer cada día yo y mi familia, y porque tengo el orgullo de decir SOY TRABAJADOR y SOY ANARQUISTA, y faltaba todavía que vengan estos mantenidos (¿alguien se acuerda de esa canción argentina "<b>Pato trabaja en una carniceria</b>" de Moris?). Es una modita en España de unos cuantos "<i>anarquistas</i>" que PIDEN la "renta básica" al Estado que dicen combatir, que por otro lado técnicamente se puede permitir dado que tienen todo el Tercer Mundo para explotar y que acá unos cuantos vivan sin laburar... Cuántas contradicciones, y qué decepción resultaron estos anarquistas postmodernos. Mientras tanto siempre tienen los papis que los mantienen, o la venta de drogas, porque ni siquiera tienen huevos para salir a robar a la burguesía, por lo menos...
SI al trabajo, SI a la clase obrera, SI al trabajo colectivo en el sentido que lo entendía Durruti y otra gente de valor que va faltando, y estos mantenidos que salgan a robar al menos para sostener su coherencia... y que por lo menos se cuiden de robar a la burguesía, porque faltaría que nos roben también ellos a nosotros los trabajadores.
Salut i anarquia!!

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que cosas bonitas
Por caza recolecta - Friday, Jan. 21, 2005 at 11:14 PM

cosa bonitas que la gente repite sin pensar demasiado:
la gente se llena la boca con palabras como:
- progreso
- civilización
- avance

son cosas hermosas.
o sea, nos hace ser mas humanos, mas "civlizados" no?

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...
Por KARLA - Saturday, Jan. 22, 2005 at 12:27 AM

Totalmente de acuerdo con xarly, esos pibes idiotas que se oponen al trabajo no obedecen mas que a su ultraidealismo infantil, vayan con un obrero que a duras penas puede alimentar a sus hijos y pidanle que deje el laburo "porque mantiene la maquina explotadora" y les pega una trompada de la que no se olvidan nunca mas.

PRONTO EL TRABAJO NO SERA ASALARIADO!!!

viva el comunismo anarquico.

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...
Por caza recolecta - Saturday, Jan. 22, 2005 at 1:11 AM

si. la misma trompada te la pegaria alguien que trabaja en un frigorifico y le vas con un planteo de que no se maten mas vacas.
o a alguien que trabaja para estado y vos le vas con, vamos a destruir al estado.

o alguien que trabaja en un shopping center, y vos queres ir a prenderlo fuego.

evidentemente plantes como el de NOSOTROS LOS REVOLUCIONARIOS QUE ESTAMOS EN CONTRA DEL TRABAJO vs, USTEDES LOS QUE TRABAJAN Y MANTIENEN A ESTE SISTEMA, no llegan a ninguna parte, porque la critica no se toma bien (y no digo que no tengan buenos motivos para tomarla mal). y de hecho me parece que esta bastante mal enfocada porque se pierde la idea, e indudablemente se toma como de nenes burgueses que los bancan sus papi (cuando puede ser asi, pero puede que no y que se baquen ellos mismos)

cuando uno toma una postura el contra de algo,
siempre alguien del otro lado tiene que unirse a un bando.
o blanco o negro, o derecha o izquierda.
anti-trabajo o pro-trabajo.
el hecho de estar en contra del trabajo no es estar en contra de hacer cosas, sino del trabajo como existe ahora, como explotacion. como la anulacion de lo que somos, para pacer a ser lo que producimos.
creo que nos metieron a todos en la cabeza cositas como "el trabajo dignifica", y otra mas sutiles "el trabajo los llevara a la libertad" (sarcasmo con esta ultima).

pero si las criticas del estar en contra del trabajo se van a quedar en "anda a decirle a un obrero que llega cagando a fin de mes que estas en contra del trabajo"...
...
"y anda a hablarle a la gente de palestina el dia que israel los deje en paz de no establecerse como estado"
cositas asi que no llegan a ninguna parte.

si a nadie le gusta trabajar, o sea.. preferirian estar haciendo alguna otra cosa en lugar de estar haciendo por años lo mismo..
¿por que mierda defienden tanto al trabajo.?

que se tenga que hacer porque por el momento no es posible otra solucion, lo comprendo -y de hecho, yo lamentablemente yo tambien tengo que trabajar-. Pero pasar a decir : SI AL TRABAJO, y EL TRABAJO DIGNIFICA.

si se fijan bien, muy poca gente ante el comentario de "abajo el trabajo", la postura general es.
SI AL TRABAJO y ESTOY ORGULLOSO DE SER UN TRABAJADOR.

**yo no estaria tan orgulloso de tener que ver mi tiempo y mis energias siendo desperdiciadas para servir a otros**

para mi. el trabajo (cuando no es para mi y me veo forzado a hacerlo) es PROSTITUCION.
que mierda es la PROSTITUCION?
vender tu tiempo y tu cuerpo, y hacer algo que no te gusta, para alguien que no te gusta o no te interesa hacerlo.

¿que es lo que piensan, no se?
espero que no sea una mierda como lo que se vino generando hasta ahora.

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abajo el trabajo
Por garcia oliver - Sunday, Jan. 23, 2005 at 1:48 AM

Estoy completamente a favor de los que dicen abajo el trabajo.
Lo digo desde una posicion clasista y justamente por que soy clasista y pertenezco a la clase obrera digo abajo el trabajo . Ya que el trabajo asalariado es la negacion del ser . Es estar enriqueciendo a cerdo de mierda. A mi no me dignifica el trabajo , todo lo contrario me genera odio , odio que hizo buscar una forma de luchar contra la explotacion ( osea el trabajo ) y que me llevo a encontrarme con las ideas libertarias . Pero lo que si tiene que quedar claro es que estamos encontra del trabajo asalariado , por ende del trabajo como es hoy en dia . Esta claro que en una sociedad distinta donde impere el anarquismo , por ende una forma de organizacion libre hay que trabajar , pero unicamente para podes satisfacer nuestras nesecidades como individuos y como sociedad y no como hoy en dia, que como ya dije, lo hacemos para enriquecer a algun burgues podrido.
Es por eso que hoy en dia digo abajo el trabajo , y aunque tengo que trabajar voy a hacer todo lo posible para trabajar para vivir y no vivir para trabajar
Salud y libertad

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