EN MEMORIA DE FARABUNDO MARTÍ.
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Monday, Jan. 24, 2005 at 10:18 PM
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El legado de un Revolucionario |
Farabundo Martí
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Autor : Leida Jara Fecha :
( 24-Enero-2005 ) Categoria : Internacional
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nicio
de la explotación agrícola en Centroamérica A finales del siglo
XIX la economía centroamericana fue dirigida por sus gobiernos
liberales hacia el monocultivo de café, que comenzó en Costa Rica
pero llegó a su supremacía de producción en Guatemala y El Salvador.
La expropiación de tierras a la población rural garantizó a los
grandes terratenientes mano de obra abundante y barata. Los
mecanismos de cultivo no superaban por mucho los de la jardinería
común. Para acelerar la producción y distribución, Guatemala en 1908
y Costa Rica en 1890, concluyeron la construcción de vías
ferroviarias hacia el océano Atlántico, éstas trajeron como
consecuencia la penetración y colonización bananera y de vías de
comunicación por la burguesía norteamericana: United Fruit Company,
la Cuyamel Fruit Company (fusionada con la primera en 1929) y la
Standard Fruit and Steamship Company.
Se excluyó
políticamente por completo a la población, que vivía en condiciones
esclavas y miserables, mientras los gobiernos estaban en manos de
personajes dictatoriales, como Manuel Estrada Cabrera en Guatemala
(retratado en El Señor Presidente por Miguel Ángel Asturias)
o por familias como los Meléndez-Quiñones en El Salvador que
gobernaron de 1913 a 1927. El papel del proletariado agrícola, de
sus nacientes sindicatos, la autonomía universitaria en Guatemala y
la invasión política, económica y militar del imperialismo
estadounidense, fueron los elementos detonantes de explosiones
sociales que han marcado el desarrollo revolucionario
centroamericano. Es el contexto donde surgieron figuras importantes
para la lucha de clases, entre ellas el salvadoreño Agustín
Farabundo Martí.
El proceso de unificación de
Centroamérica ha sido un tema recurrente, sin embargo el
imperialismo ha dado fuertes golpes contra ella y en pro del
despojo, la explotación y represión conjunta, estratégicamente
planeada, en este territorio. El apogeo económico que en un
principio representó el cultivo y exportación del café y más tarde
del banano no permaneció sin cambios debido a que son productos
perecederos, de consumo secundario para muchas culturas. La
depresión del precio del café afectaba a la economía de toda América
Central y con ella los niveles de vida de los trabajadores quienes
eran considerados menos valiosos que un animal de granja. La
situación trajo consigo la organización de la clase obrera y su
solidaridad, pues las luchas que se llevaban a cabo en un país
tenían eco en los otros, quienes reconocían la fuerza de la unidad y
las coincidencias de sus aspiraciones de clase en sus luchas.
Farabundo Martí y su lucha junto a los
trabajadores
Farabundo Martí nació en Teotepeque,
La Libertad, el 5 de mayo de 1893, fue el sexto de 14 hijos. Creció
en un ambiente agrícola en las montañas de la costa balsamera.
Ingresó a la Universidad Nacional de su país a la carrera de
Jurisprudencia y Ciencias Sociales. Participó desde su juventud en
la lucha contra el régimen de Meléndez-Quiñones que gobernó El
Salvador durante 14 años. En Guatemala la dictadura de Estrada
Cabrera, quien gobernó 22 años, estaba siendo derrotada a través de
la lucha del pueblo y dirigida por el Partido Unionista
Guatemalteco. La Asociación de Estudiantes Unionistas fue apoyada
directamente por Farabundo Martí en un acto que le costó la prisión
en Zacatecoluca. Fue deportado a Guatemala en 1920 y continuó sus
estudios en la Universidad San Carlos de Guatemala (USAC).
El espíritu de unidad de clase no nacionalista, lo
vemos reflejado en la vida de Farabundo Martí quien, expulsado de su
país, llegó a Guatemala y trabajó como obrero y peón, se comprometió
con la lucha de los trabajadores hasta que fue denunciado por sus
patrones alemanes en las fincas de café y decidió partir a México.
En México se relacionó con el movimiento obrero y estudió la
revolución de 1910.
En 1925 se fundó en Guatemala el
Partido Comunista Centroamericano como continuación del movimiento
de izquierda que terminó con la dictadura de Estrada Cabrera. Sin
embargo, el dictador Jorge Ubico era presidente entonces y aplastó
el movimiento que representaba un intento de organización política y
de unificación obrera centroamericana. Farabundo Martí tenía el
cargo de secretario del exterior. Después de la disolución del PC
centroamericano, Martí regresó a El Salvador clandestinamente y
trabajó entre 1925 y 1928 con la Federación Regional de Trabajadores
de El Salvador.
En 1928 Martí viajó a Nueva York,
Estados Unidos, donde la dirección central de la Liga
Antiimperialista de la Américas le encargó viajar a Nicaragua como
representante ante Augusto César Sandino que dirigía una de las
luchas más importantes contra el imperialismo en Centro América. Al
lado de Sandino alcanzó el grado de coronel del Ejército Defensor de
la Soberanía Nacional, fue miembro del estado Mayor Internacional de
Sandino y su Secretario Privado.
En 1930 regresó a El
Salvador y fundó el Partido Comunista Salvadoreño que se puso a la
cabeza de los trabajadores del campo y la ciudad descontentos con el
régimen burgués de su país y sus condiciones de vida. La depresión
económica estadounidense de 1929 agudizó la crisis económica y con
ella la organización de la clase trabajadora. A finales del año 30
Martí fue deportado nuevamente a Florida en una embarcación con
trabajadores que le brindaron su apoyo para volver al Puerto de
Corinto en Nicaragua donde huyó en bote a El Salvador en febrero de
1931.
La insurrección de 1932 en El Salvador
De 1927 a 1931 gobernó El Salvador Pío Romero
Bosque. En 1931 el terrateniente Arturo Araujo, educado en Londres y
simpatizante del laborismo inglés ganó las elecciones con el apoyo
de sindicatos e intelectuales. Sin embargo 10 meses bastaron para
que colapsara su gobierno que mataba de hambre a los trabajadores y
tampoco quedaba bien con la burguesía debido a la crisis económica.
Un golpe de estado en 1931 convirtió a Maximiliano Hernández
Martínez (vicepresidente y ministro de guerra de Araujo) en
presidente. Los comicios fraudulentos fueron determinantes para la
movilización del pueblo que suspendió las votaciones en varias
zonas. A pesar de que el gobierno declaró estado de sitio y la ley
marcial, se sucedieron alzamientos y combates en todo el país, miles
de trabajadores, obreros y campesinos pobres con machetes y algunos
cuantos fusiles asaltaron cuarteles, guarniciones policiales,
oficinas municipales, telégrafos, almacenes y fincas.
Mientras tanto el imperialismo norteamericano e
inglés enviaban buques de guerra en apoyo al general Hernández
Martínez, quien escribió el siguiente telegrama avisando su
suficiencia: “En saludo a honorables comandantes declaramos
situación absolutamente dominada fuerzas gobierno El Salvador.
Garantizadas vidas propiedades ciudadanos extranjeros acogidos y
respetuosos leyes de la República. La paz está establecida en El
Salvador. Ofensiva comunista desechada sus formidables núcleos
dispersos. Hasta hoy cuarto día de operaciones están liquidados
cuatro mil ochocientos comunistas” . La insurrección fue
sanguinariamente reprimida.
El 31 de enero de 1932
Farabundo Martí junto con los líderes estudiantiles Alonso Luna
Calderón y Mario Zapata fueron condenados a muerte en el Cementerio
General de San Salvador. El saldo de la rebelión de 1932 varía ente
10 mil y 30 mil muertos. Catastróficas escenas de la masacre podían
observarse en todo El Salvador, las víctimas fueron enterradas casi
en toda la superficie del territorio, donde pensaría la burguesía
que podía ocultarse la opresión sufrida por el pueblo trabajador y
la conciencia de clase salvadoreña.
Por la
unificación de la lucha en Centroamérica
Los
marxistas sabemos que debemos estudiar las experiencias para
aprender y prepararnos para nuevas luchas. No es una utopía
burocrática, como dijo Trotsky en Problemas de la insurrección y
de la guerra civil, estudiar y enriquecer el arte militar
revolucionario. A pesar de las diversas situaciones bajo las cuales
se desarrolla una insurrección, no debe perderse de vista la
subordinación de las acciones a la línea política general la
cual tiene que tener como principal fundamento la orientación hacia
el movimiento obrero y a sus organizaciones tradicionales,
sindicatos y partidos, y basada en los métodos que les han permitido
a los trabajadores sus más importantes conquistas: las
movilizaciones masivas y la huelga general.
Las
movilizaciones del proletariado deben prepararse minuciosamente,
contar con una planificación que abarque a trabajadores de
diferentes sectores y que base su estrategia en la experiencia y la
teoría marxista. El papel que jugaron los trabajadores
centroamericanos y mexicanos permitió el desarrollo y actuación
política de Farabundo Martí, sin embargo la lucha obrera debe actuar
unificadamente para no ser sangrientamente reprimida como lo fue en
1932 en El Salvador.
A un poco mas de siete décadas
de la insurrección revolucionaria del 31, el pensamiento
internacionalista de este que fuera uno de los gigantes en la lucha
de clases de Centroamérica y de toda América Latina durante el siglo
XX, sigue más vigente que nunca. La unificación de la lucha del
conjunto de los trabajadores y campesinos pobres de toda
Centroamérica acompañada de un programa de clase que exponga
claramente y sin ningún tipo de prebendas para la burguesía, aun
aquella que algunos llaman “progresista” o “nacionalista”, la
necesidad de aniquilar la propiedad privada sobre los principales
medios de vida (las fábricas, la tierra, los bancos, etcétera) es la
calve para poner fin la larga pesadilla del capitalismo. Esas
fuerzas deben ser puestas bajo el control democrático de los
trabajadores y campesinos pobres por medio de comités que
planifiquen y administren la producción ya no para el beneficio de
algunos cuantos, sino para el conjunto de todos aquellos que bajo la
sociedad burguesa solo podemos obtener explotación, represión y
miseria.
Sólo bajo estas condiciones podrá ser
derrotada la oligarquía centroamericana y erradicado para siempre el
feroz yugo que el imperialismo le ha impuesto a las diferentes
naciones de esta región del mundo. Recuperemos el legado
revolucionario de Farabundo Martí.
¡Contra la
opresión imperialista! ¡Contra la tiranía de la
oligarquía! ¡Viva la Revolución Centroamericana!
¡Por una Federación Socialista de Centroamérica!
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