¡Qué mal bicho, éste Ibarra!
Por Cori - Monday, Feb. 07, 2005 at 7:54 AM

El Dr. José Antonio Iglesias es padre de uno de los chicos muertos en República Cromagnon y, con esa bandera de pretexto, intenta asumir la representación de los familiares de las víctimas de la tragedia de Once. Lo que pocos saben es que detrás de su dolor de padre, Iglesias, ex abogado de Rubén Beraja, oculta una causa por lavado de dinero en la mesa de que funcionaba en el Banco Mayo y una dudosa gestión como administrador judicial de la cooperativa El Hogar Obrero. En ese sentido, el 25 de junio de 2004 el juez federal Norberto Oyarbide lo procesó por tentativa de lavado de dinero, confirmó un embargo sobre sus bienes por 10 millones de pesos y le prohibió salir del país sin autorización judicial. Cristian Sanz

Después de darnos los buenos días, con mi madre, de 85 años... ese fue su comentario al comenzar a leer el matutino del domingo.
Ahí, le arrebaté el periódico para saber de qué me hablaba.
Y, pude comprobar que se quedó corta.

A pesar de ello, no encuentro el adjetivo que lo califique.
Los titulares del diario, dan cuenta del “plan de Ibarra” (para que se vote a fines de Mayo)
Ibarra, se lanzará a juntar las 520.000 firmas, con mesas en la calle y el apoyo de 107 ONGs... que con las Abuelas de la Plaza de Mayo a la cabeza, respaldaron al jefe de Gobierno antes de su presentación en la Legislatura, denunciando un intento de “golpe institucional de la derecha”

Volver a leer la opinión de las honorables Abuelas, me devuelve a la obnubilización que se me originó el 31 de Diciembre ppdo.

Parecería que las únicas damnificadas, que tienen derecho de reclamar justicia en la Argentina, son ellas.
Siento que para ellas, si los padres de esas 192 vidas masacradas en un boliche de la Ciudad de Buenos Aires, producto del mal desempeño del funcionario público Aníbal Ibarra & Co, claman desesperadamente por justicia, para estas señoras, es un “golpe institucional de la derecha”... como si en medio de tanto dolor alguien pudiera comenzar a etiquetar a esos padres por su pensamiento o militancia política.

Página 6: “Tres hombres (Ibarra, Telerman y Fernández) guardaron el secreto durante cinco días de máxima tensión” dando cuenta de los surcos que dejaron marcados en el piso tratando de encontrar una idea (para salvar el pellejo de Ibarra y su administración)

Por otro lado, ayer recibí un correo que da cuenta de la persona de José Iglesias:

El Dr. José Antonio Iglesias es padre de uno de los chicos muertos en República Cromagnon y, con esa bandera de pretexto, intenta asumir la representación de los familiares de las víctimas de la tragedia de Once.
Lo que pocos saben es que detrás de su dolor de padre, Iglesias, ex abogado de Rubén Beraja, oculta una causa por lavado de dinero en la mesa de que funcionaba en el Banco Mayo y una dudosa gestión como administrador judicial de la cooperativa El Hogar Obrero.
En ese sentido, el 25 de junio de 2004 el juez federal Norberto Oyarbide lo procesó por tentativa de lavado de dinero, confirmó un embargo sobre sus bienes por 10 millones de pesos y le prohibió salir del país sin autorización judicial. Cristian Sanz

¿Cómo es posible que la jueza María Angélica Crotto haya obligado a los 192 padres, a que “unifiquen” sus demandas en el estudio del Dr. José Ignacio Iglesias?

¿Cómo es posible que “tres hombres” (Ibarra, Telerman y Fernández) planifiquen desde sus puestos de funcionarios públicos, un referendo para salvar sus pellejos, utilizando los elementos que deben estar al servicio y en defensa de sus representados?

¿Qué clase de inescrupulosos son éstos corruptos e infames empleados a sueldo del Estado que tienen cautiva a una República al designio de sus acciones, decisiones y mentiras?

Tiempo... buscan tiempo.

El mismo tiempo que permitió la liberación de Carrascossa (García Belsunce), Telleldín (AMIA), el detenido del caso Cabezas y el regreso del ex presidente Carlos S. Menem, gracias a que su hija reuniera los 3 millones de pesos, como garantía para que pudiera reingresar a la Patria Argentina.

Es muy triste, comprobar que en la Argentina, la justicia no existe, la vergüenza, tampoco y mucho menos la dignidad.

No merecen llamarse libres los que declinan su dignidad... José Ingenieros (1877 – 1925)

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