Julio López
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El delirio de un ácrata-demócrata
Por William Godwin - Wednesday, Feb. 09, 2005 at 3:40 PM

"Nada debe ser mantenido porque es antiguo, porque nos hemos acostumbrado a considerarlo como sagrado, o porque resulta insólito cuestionarlo" --William Godwin

¿Democracia o sofismacracia?

El delirio de un ácrata-demócrata

"La propiedad de lenguaje es indispensable para un conocimiento justo"

"Nada debe ser mantenido porque es antiguo, porque nos hemos acostumbrado a considerarlo como sagrado, o porque resulta insólito cuestionarlo"

--William Godwin

Los antecedentes de la democracia se remontan a la antigua Grecia, específicamente Atenas. Allí el "poder del pueblo" se reducía a un pequeño grupo de excelsos que poseía la toma de decisiones y el manejo de la administración pública. De 420 mil habitantes sólo el 7.2 % disfrutaba de los derechos democráticos, pues la "ciudadanía" les era negada a las mujeres, los esclavos y los extranjeros. Solón fue el primero en hacer una reforma que significó el tránsito de la aristocracia a la sociedad del dinero, en razón de las medidas de grano de la producción anual con las cuales las personas podrían acceder a las diferentes posiciones del Estado; sin embargo, el nivel de su legislación llegó hasta allí.

Los pasos más trascendentales, en esta vía, los dio Pericles, quien permitió el libre acceso al teatro; hizo, en teoría, a todos iguales ante la ley; suministró fichas de remuneración por asistencia a la Asamblea (1); ¿etcétera?.

Pero más allá de Solón, Pericles, Clístenes o Platón, suele considerarse a este sistema como una "democracia directa", cuando -además de lo antes mencionado- la Ekklesia estuvo siempre restringida y, en consecuencia, la máxima participación en las decisiones se lograba a través del "Sí" o "No" de una norma que los ciudadanos nunca llegaban a elaborar.

Como diría Alberto Malet: "Esta democracia era, pues, en realidad, una aristocracia".

También la Edad Media es renombrada. San Agustín, uno de los demócratas de la época, avalaba la esclavitud, colocándola como consecuencia suprema del pecado original. Asimismo, Santo Tomás reconocía la divinidad de los reyes y, al igual que Marsilio de Padua, situaba la soberanía en el pueblo, esto es, el derecho que tienen los súbditos de elegir en los comicios a sus próximos verdugos (obviamente, las hermandades y guildas de las que habla Kropotkin en su libro "El apoyo mutuo" no están relacionadas con la historia de este sofisma).

Puede que del mismo modo se hable de los inmensos influjos que dejó tiempo después el protestantismo. No obstante, el sostén de estas visiones es siempre el mismo: buscar un gobierno de libertad e igualdad, cuando ambas condiciones inmanentes no pueden desarrollarse mientras exista gobierno, y concederles a todos el poder como medio, cuando en realidad es un fin per se. De hecho, la Revolución Francesa -normalmente presentada como la gloria histórica de la humanidad- no es tal para Proudhon, puesto que si uno parte del supuesto de que la ley es la expresión de la voluntad del soberano, "en una monarquía, la ley es la expresión de la voluntad del rey; en una república, la ley es la expresión de la voluntad del pueblo. Aparte del número de voluntades, los dos sistemas son perfectamente idénticos". Sin duda, hay que tener en cuenta que dentro de este contexto los teóricos de mayor influencia planteaban que el pueblo no podía ejercer la soberanía por sí mismo y que, por tanto, debía delegarla en los encargados de poder -Montesquieu, atado a sus prejuicios y a su "espíritu de las leyes", en vez de dividir el poder el mil pedacitos, lo hizo únicamente en tres.

Estas circunstancias precedieron disquisiciones filosóficas que, en su oposición, fundaron desde finales del siglo XIX lo que hoy conocemos como anarquismo, y que se observa claramente en una disertación de Touchard: "La democracia sigue siendo una 'cracia', la de una mayoría. ¿Y qué mayoría? No la de un pueblo auténtico en su espontaneidad y en su soberana libertad anárquica, sino la de los representantes, es decir, hombres de poder y de autoridad". (2)

Apalabrando palabras

Etimológicamente, la democracia también es un sofisma. Proviene del griego (demos, "pueblo" y kratein, "gobernar") y por el hecho de contener la significación "pueblo" dentro de su acepción real, se vuelve consustancial a la geopolítica abstracta, al Estado. Ya decía el maestro Bakunin: "Lo absoluto universal, que abarca la totalidad infinita de los mundos y de los seres, no lo concebimos, porque no sólo somos incapaces de percibirlo con nuestros sentidos, sino que no podemos siquiera imaginarlo. Toda tentativa de este género nos volvería a llevar al vacío, tan amado de los metafísicos, de la abstracción absoluta."

La geopolítica abstracta surge de dos maneras:

a)mediante la represión y b)mediante la manipulación psíquica: noción de patria, himno y bandera nacional, etc.

Pueblo es masa de ignorantes, aglomeración de mónadas, subproducto de la burguesía. Ciertamente, Murray Bookchin quiso suprimir la "abstracción oscurantista" que contiene esta palabra, intentado plegar su vocabulario a esquemas neo-marxistas con la finalidad específica de crear un concepto más pragmático, ya que así "estaremos trayendo el pasado al servicio del presente en una forma creativa e innovadora." ¡Triste equivocación!

Puede que se nos diga que todo el panorama cambia para los anarquistas, quienes abogan por una democracia directa. Puede que se nos diga que el verdadero sentido está en la adjetivación. Pero si este razonamiento es plausible, además lo es para aquellos que aman las rameras virginales y leen libros escritos por doctos iletrados.

La democracia directa es una mera contradicción retórica.

Democracia directamente indirecta

Quiza es un ejemplo diáfano de "democracia directa". Este país cuenta con más de tres mil municipios que actúan como pequeñas repúblicas, en donde muchos cantones con Landsgemeide -la traducción más cercana sería "audiencia comunal del país"- celebran asambleas ciudadanas a campo libre. Normalmente, se hace una sesión cada año. Por razones climáticas, se celebra en un domingo de primavera, que frecuenta ser el último domingo de abril o el primero de mayo. Se busca un sitio adecuado, como una meseta o las cercanías de un lago, y allí comienza el pueblo la sesión, desde muy temprano, con rezos de oraciones cristianas.

Por lo general, en el Landsgemeide se vota en normas -como pasaba en Atenas- con el "Sí" o "No" de la mayoría, delegándose poderes repartidos en un Consejo de Ministros, un Gobierno cantonal, una Cámara Nacional, una Cámara de Estados, un Consejo Nacional, etcétera, etcéreta, etcétera. Cuentan con una Constitución y el problema que se plantea en el sistema político suizo, hoy en día, es la innumerable cantidad de referéndum que ejecutan, así como el abstencionismo que parecen.

Entonces nos preguntamos, ¿es esto anarquía?

Puede que, a este respecto, se nos coloque el engranaje socio-político de las tribus indígenas de América como un buen ejemplo de democracia directa; pero, en tal caso, ¿llaman los indígenas a su sistema "democracia directa"?

Nosotros los anarquistas, nosotros los hiperbóreos

Los anarquistas no pueden soslayar las implicancias históricas y la misma filología de la palabra "democracia", que ni siquiera pueden ser arrebatadas con un adjetivo. La anarquía puede conseguirse en lo que Wright Mills llamó "públicos primarios"; un situacionista, "asambleas de autogestión"; o Murray Bookchin, "comunalismo". Y esta última es la que más se ajusta a los fines libertarios, según el Heritage Dictionary (diccionario anglo-americano): "El comunalismo es la teoría de un sistema de la sociedad en que comunidades autónomas y locales están unidas libremente en una federación." En pocas palabras, la comuna de comunas. Pequeñas asambleas de libre participación conforme a la voluntad de los miembros y libertad de todos, no-jerárquicas, no-coercitivas, y con delegados revocables que sirvan de voceros de ideas consensuales.

No podemos seguir aludiendo un concepto político-sofístico que mantenga el modelo capitalista y la detención del poder bajo sus diversos matices. Recordemos que no es lo mismo un vaso de agua que un vaso con agua.

(1) Aristóteles criticó esta medida alegando con ironía que los tiempos de mayor esplendor en la Asamblea fueron cuando se pagaba por la asistencia. Podría decirse que éste es el inicio, al menos emblemático, de las prerrogativas económicas que forja el poder en democracia.

(2) Touchard, Jean. Historia de las ideas políticas. Madrid. Editorial Tecnos, 1981.

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Sin lider,solo maestros y alumnos en partes iguales
Por alumno-maestro - Monday, May. 02, 2005 at 6:06 PM

Cada uno toma sus propias decisiones el que sabe enseña,no manda a nadie y el que no sabe que hacer pregunta, pero es libre de resolver por si mismo lo que considera mejor para hacer
y el conflicto se resuelve tirando una moneda al aire no hay sabios ni jueces el unico juez es el azar y el coraje de cada uno para seguir sus propios sentimientos...
Y estas cuestiones no son de detalle: como se gobierna ahora un grupo es como se gobernara mañana el mundo del futuro
La libertad comienza ahora

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