La deuda del tercer mundo
Por EL MILITANTE -
Wednesday, Feb. 16, 2005 at 4:38 PM
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Los grilletes del imperialismo |
La deuda del tercer
mundo |
Autor : Rob Lyon Fecha : (
16-Febrero-2005 ) Categoria : Internacional
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asadas
algunas semanas desde que el desastre del tsunami golpeara el
Sudeste Asiático, Gordon Brown -ministro de economía británico-, ha
lanzado una cruzada personal para resolver el problema de la deuda
del Tercer Mundo. Brown ha hablado incluso de un “plan Marshall para
África”, con muchas palabras sobre el “progreso humano” y el “final
de la pobreza mundial”. Gran Bretaña se ha comprometido a cubrir el
10 por ciento de los 20.000 millones de dólares que los 70 países
más pobres del mundo tienen que pagar, entre este año y el 2015, a
las financieras internacionales en concepto de pago de intereses de
la deuda.
La profusión sin precedente de ayuda para
los países afectados por el desastre avergonzó a los gobiernos y
empresas de todo el mundo. También ha sacado a la luz los horrores
que el capitalismo inflige al mundo -pobreza, miseria y la terrible
carga de la deuda-. La mayoría de las personas pueden ver que el
dinero que han donado o bien no llega a su destino o realmente no
servirá para ayudar a las personas que sufren los horrores del
tsunami. La mayor parte de ese dinero regresará en concepto de pago
de las deudas contraídas por los países afectados, que tendrán que
pagar al FMI y el Banco Mundial.
Es importante
comprender que el plan de Brown, no importa el resultado ni la
cantidad de “deuda aliviada”, no puede resolver jamás el problema de
la deuda del Tercer Mundo. El problema de la deuda está enraizado en
el propio sistema capitalista, en realidad forma parte integral de
él, y no se solucionará hasta que el capitalismo sea eliminado y
sustituido por un sistema de desarrollo económico planificado y
armonioso, es decir, el socialismo.
Las causas de
la deuda
El período que siguió a la Segunda
Guerra Mundial experimentó una agitación sin precedentes en las
zonas coloniales del mundo. Con pocas excepciones, las potencias
coloniales como Gran Bretaña y Francia, perdieron la mayor parte de
sus territorios coloniales debido a la insurrección de las antiguas
colonias. La administración directa y el control militar de los
territorios fueron sustituidos por el control y dominio económico
despiadados, con un efecto mayor que en el pasado. La naciente clase
capitalista en los países ex coloniales era demasiado débil para
desarrollar las economías de sus países sin una dependencia profunda
de los estados imperialistas ricos y las empresas transnacionales.
Como regalo por la separación, en 1960 los antiguos
amos coloniales impusieron una suma de 59.000 millones de dólares en
deuda pública externa a los nuevos estados independientes, esta era
su “parte” de las deudas totales de los imperios y colonias. Para
empeorar la situación, se impuso una tasa unilateral del 14 por
ciento. Estas medidas estaban destinadas a mantener a los estados
recién liberados en la pobreza y la deuda perpetuas, mantenerlos
como siervos de los países occidentales ricos, sus antiguos amos
coloniales. El imperialismo simplemente cambió su vestimenta.
La crisis energética de los años setenta y el
posterior aumento de la inflación llevó a muchas instituciones
financieras occidentales a prestar cada vez más dinero a los países
ex coloniales más pobres. El dinero, que supuestamente debía ser
utilizado para el desarrollo económico y la mejora de los niveles de
vida, en general se gastó en armas. Se extendió la corrupción y, en
general, una parte importante del dinero acabó en las cuentas de
bancos suizos pertenecientes a los dictadores apoyados por
occidente. En los años ochenta las tasas de interés subieron
bruscamente, eso significaba que cada vez tenían que gastar más
dinero simplemente en pagar intereses y no el capital del préstamo.
El presidente de Nigeria, Obasanjo, (que aparece como una víctima
cuando en realidad no lo es), dijo las siguientes palabras
relacionadas con la deuda a la que se enfrentaba Nigeria: “Todo lo
que pedimos prestado hasta 1985 o 1986 alcanzó la cifra aproximada
de 5.000 millones de dólares y hemos pagado unos 16.000 millones de
dólares, y resulta que todavía debemos 28.000 millones de dólares.
Estos 28.000 millones son el resultado de la injusticia de las tasas
de interés que fijan los prestamistas extranjeros”.
El interés compuesto(1) significa que el dinero
tomado prestado ya se ha devuelto y que la mayoría de los países
simplemente están pagando intereses. En 1996 los países pobres
pagaron en concepto de deuda casi 330 millones de libras diariamente
a los bancos, gobiernos e instituciones financieras del norte.
Cuando los préstamos ya están pagados, el interés puesto a los
países endeudados es una especie de servidumbre escriturada hacia
las naciones ricas. La ingente deuda mantendrá a estos países a
merced de las potencias imperialistas, mantendrá a los trabajadores
y pobres en una situación de pobreza perpetua, impedirá a estos
países desarrollarse al mismo nivel que los países imperialistas.
Seguirán siendo una enorme reserva de mano de obra y recursos
baratos para el imperialismo.
La situación está ahora
totalmente fuera de control. Los países ex coloniales endeudados
deben devolver estos préstamos en una moneda fuerte -monedas cuyo
valor no fluctúa mucho-, como el dólar o el yen japonés. La crisis
de la deuda a menudo es la consecuencia de la devaluación de la
moneda de un país determinado, eso significa que aumenta la cantidad
necesaria para devolver la deuda, y en algunos casos sube de manera
astronómica.
Esto significa que un país endeudado
debe hacerse con divisas en moneda fuerte, generalmente lo consigue
a través de las exportaciones. El único problema de esto es que el
valor de las exportaciones ha caído profundamente durante los
últimos veinte años.
Simplemente, para pagar los
intereses de la deuda estos países han tenido que exportar más. La
mayoría de los países del Tercer Mundo dependen de dos o tres tipos
de exportaciones o materias primas, por ejemplo, café, azúcar,
cobre, té, etc. Cuando suben las tasas de interés, el precio de
estos productos en el mercado mundial cae. Por ejemplo, ¡el café
cayó de 3.000 a 600 libras la tonelada en 1986!
El
Comité por la Abolición de la Deuda del Tercer mundo ha publicado
las siguientes cifras sobre la caída de los precios de las
exportaciones:
Producto.. Unidad..1980.. 1990..
2001.. Café.. Centavo / kg.. 411,7.. 118,2.. 63,3
Cacao.. Centavo / kg.. 330,5.. 126,7.. 111,4
Aceite de cacahuete..Dólar / tn..1090,1..963,7..709,2
Aceite de palma..Dólar / tn.. 740,9.. 289,9.. 297,8
Semilla de soja..Dólar / tn.. 376.. 246,8.. 204,2
Arroz (tailandés)..Dólar / tn.. 521,4.. 270,9.. 180,2
Azúcar..Centavo / kg.. 80,17.. 67.. 19,9
Algodón..Centavo / kg.. 261,7.. 181,9.. 110,3
Cobre..Dólar / tonelada..2770.. 2661.. 1645
Plomo..Centavo / kg.. 115.. 81,1.. 49,6
La caída del precio de las exportaciones para
estos productos significa que cada vez es más difícil pagar el
interés de los préstamos, por no hablar ya del capital. Como
resultado de esta situación, cada vez más países refinancian sus
préstamos pidiendo nuevos préstamos para cubrir los viejos, de esta
manera se hunden cada vez más en la deuda.
Ajuste
Estructural y HIPC
El Banco Mundial y el FMI
lanzaron en 1996 la Iniciativa para la Reducción de la deuda de los
Países Pobres Altamente Endeudados (Highly Indebted Poor Countries,
HIPC), la intención era ayudar a los 41 países más endeudados a
reducir sus estratosféricos pagos de la deuda. La deuda de los
países HIPC, como media, superaba en cuatro veces a sus ingresos
anuales procedentes de la exportación, y suponía un 120 por ciento
de su PIB.
Cuando un país está en peligro de
suspensión de pagos de su deuda, el FMI normalmente interviene con
los “paquetes de ajuste estructural”. Por supuesto, los paquetes de
ajuste estructural que acompañan a esta peculiar iniciativa de
ninguna manera significan la cancelación de la deuda de estos
países, ni siquiera su reducción significativa. Están diseñados para
reducir las cifras de la deuda hasta un nivel donde ellos piensan
que es “sostenible”. El ajuste estructural realmente supone severos
recortes del gasto social, de modo que podrán gastar más dinero en
la devolución de la deuda. Este tipo de acuerdos no ayudan en
absoluto a los países endeudados, en realidad sólo ayudan a los
países ricos que de este modo garantizan que recibirán los pagos de
sus préstamos (que probablemente ya han cobrado íntegramente). La
reducción de la deuda en sí misma fue muy pequeña, se calcula que
con los pagos de intereses, países como Zambia y Níger, pagarán más
ahora de lo que debían en el pasado.
Algunos de los
países más pobres del mundo gastaron nueve veces más en devoluciones
de la deuda que en servicios sociales básicos. El Comité por la
Abolición de la Deuda del Tercer Mundo publicó las siguientes
cifras:
Porcentaje del presupuesto destinado a
servicios sociales básicos comparado con los pagos de deuda en el
período de 1992 a 1997
País..Servicios
Sociales..Pagos de la deuda Camerún.. 4 %..... 36 %
Costa de Marfil..11,4 %.. 35 % Kenia... 12,6
%.. 40 % Zambia.. 6,7 %... 40 % Níger... 20,4
%.. 33 % Tanzania.. 15 %.... 46 % Nicaragua..
9,2 %... 14,1 %
Este es el despreciable resultado
final de los paquetes de ajuste estructural del FMI y el Banco
Mundial. Cuando un país está en peligro de suspensión de pagos de su
deuda, estas organizaciones intervienen e imponen un recorte del
gasto social para garantizar que los pagos de la deuda se cumplen.
Estos llamados “bailouts”(2) o “paquetes de ayuda” no significan
nada en absoluto. Tomemos el ejemplo de Argentina, un país que se
declaró en suspensión de pagos de sus deudas. El FMI y el Banco
Mundial ofrecieron un bailout de 20.000 millones de dólares.
Argentina tenía una deuda de 128.000 millones de dólares a mediados
de 2001. El interés normal más la prima ascendían a pagos de 27.000
millones de dólares al año. En otras palabras, la población
argentina no vio un céntimo de los 20.000 millones en préstamos
“bailout”, el dinero simplemente regresó a los bancos
estadounidenses para pagar las deudas de su préstamo. Lo mismo se
puede decir de todos los pagos de ayuda y “bailouts”. Se calcula que
por cada dólar que llega a estos países en concepto de ayuda, tienen
que devolver 11 dólares en forma de pagos de la deuda. En estas
condiciones estos países nunca podrán salir adelante, los
trabajadores y los pobres de estos países están condenados a la
miseria y la pobreza perpetuas.
La pobreza y el
mundo ex colonial
El desastre del tsunami provocó
el mayor esfuerzo de ayuda humanitaria de la historia. También
obligó a millones de occidentales a reconocer la miseria y los
horrores provocados por la pobreza en el llamado Tercer Mundo,
además sacó a la luz todas estas condiciones.
Millones de personas de todo el mundo donaron dinero
para aliviar el sufrimiento de los afectados por el desastre. El
tsunami ha sacado a la luz la deuda del Tercer Mundo. Millones de
personas pueden ver ahora claramente que la deuda en el Tercer Mundo
es robo imperialista, en la mayoría de los casos estos países han
devuelto ya sus préstamos principales y simplemente están pagando
ahora el interés, que asciende a miles de millones de dólares más de
lo que pidieron prestado originalmente. De esta forma, los países
del mundo ex colonial son tanto acreedores como deudores. Muchos
también vieron como los miles de millones de dólares de ayuda
realmente no fueron a ayudar a la población de la región afectada
por el desastre, el motivo es la colosal deuda que deben pagar estos
países. El desastre del tsunami ha ayudado a exponer la naturaleza
criminal e hipócrita del capitalismo, por eso Gordon Brown ha
lanzado esta cruzada, para salvar la imagen del capitalismo y la del
imperialismo británico en particular (que obviamente jugó un papel
en la creación de esta situación y ahora está participando en una
guerra impopular en Iraq).
Sin embargo, la terrible
pobreza y las condiciones sociales en el Tercer Mundo siempre han
existido. El desastre del tsunami ha acabado trágicamente con la
vida de 300.000 personas. Esto lo convierte en uno de los mayores
desastres naturales de los últimos cien años. Pero cada año millones
de personas mueren debido a enfermedades y complicaciones médicas
curables. Estas personas podrían ser curadas y ayudadas si no fuera
por la ausencia de infraestructura social y médica en estos países,
si no fuera por el alto precio de las medicinas. 611.000 personas
mueren cada año a causa del sarampión. La malaria mata cada año a
1,3 millones de personas y la tuberculosis a 1,6 millones. 1,8
millones de personas mueren a causa de la diarrea. 2,5 millones
mueren por complicaciones en el parto. 2,8 millones por
complicaciones provocadas por el SIDA y las infecciones
respiratorias matan a 4 millones de personas.
La
mayoría de las personas que mueren en estas condiciones podrían ser
curadas, o sus vidas podrían ser prolongadas, con medicinas que ya
están disponibles en occidente. Pero la pobreza y la ausencia de
infraestructura médica en el mundo ex colonial significan que cada
año unos 15 millones de personas morirán sin ningún motivo. El
desastre sacó a la luz la tragedia y la miseria del Tercer Mundo,
las pantallas de televisión mostraron esta situación y eso despertó
la atención de los occidentales. La gente está escandalizada. Brown
y compañía están luchando para lavarle la cara al capitalismo.
El Banco Mundial publicó el año pasado algunas cifras
que revelan la miseria sufrida por la mayoría de la población
mundial. 1.200 millones de personas viven con menos de un dólar al
día; 2.800 millones de personas viven con menos de dos dólares. En
los 34 países más pobres de África el 87 por ciento de la población
vive con menos de 2 dólares al día y el 65 por ciento con menos de
un dólar. Más de 1.000 millones de personas en los países
subdesarrollados viven en villas miseria; 800 millones pasan hambre
diariamente; 27 millones de adultos son esclavos; 245 millones de
niños tienen que trabajar; 30.000 niños mueren cada día debido a
enfermedades curables; 1.100 millones de personas no tienen acceso
al agua potable. La esperanza de vida ha caído por debajo de los 40
años en siete países. Estas cifras demuestran claramente la miseria
con que el capitalismo condena al mundo.
La imagen es
aún peor si se compara con las cifras de los ricos. En 2002 había
147 personas cuyas propiedades y activos valían más de 1 billón de
dólares. En el mismo año había 497 mil millonarios cuyas propiedades
y activos totales valían más de 1,544 miles de millones de dólares.
En 2002 las siete personas más ricas del mundo y sus activos valían
más que el PIB de los 49 países menos desarrollados, en los que
viven 650 millones de personas.
Se ha calculado que
proporcionar a la población mundial servicios básicos decentes,
acceso al agua potable y una educación decente, costaría
aproximadamente 80.000 millones de dólares al año durante diez años.
Esto es una gota de agua si se compara con las finanzas y
propiedades de las 500 personas más ricas del mundo.
Resolver el problema de la deuda
En 1999, la deuda total del “mundo
subdesarrollado” (sin contar el antiguo bloque del este) según el
Banco Mundial era de 2,06 billones de dólares, menos del 6 por
ciento de la deuda mundial (37 billones de dólares). La deuda de los
países del antiguo bloque del este se calculaba en otros 465.000
millones de dólares. La deuda pública de Bélgica es aproximadamente
de 250.000 millones de dólares y la deuda pública francesa es de
750.000 millones de dólares. La deuda nacional de EEUU asciende a 5
billones de dólares, la deuda de las familias estadounidenses
asciende a 6 billones de dólares y la deuda nacional de Japón a 2
billones de dólares. Hay que comparar estas cifras con la deuda
total de los 41 países HIPC, que es aproximadamente de 200.000
millones de dólares (menos del 1 por ciento de la deuda mundial).
Los reformistas dicen que es difícil imaginar cómo la cancelación de
estos 200.000 millones que deben los HIPC afectaría seriamente al
mercado. Dicen que esta deuda debería cancelarse y todo iría bien,
estos países podrían salir entonces de la pobreza y la miseria.
Pero aquí no acaba todo. No sólo se trata de qué
cantidad de deuda se cancela o el porcentaje de esta deuda en
términos de la deuda mundial total. Anular la deuda de los 41 HIPC o
incluso de todo el mundo “subdesarrollado” no resolvería los
problemas a los que se enfrentan estos países. Todo lo contrario,
incluso aunque estos países puedan gastar más dinero en sanidad,
educación y otros programas sociales, en el caso de una condonación
de la deuda, de nuevo volvería a caer en el mal de la deuda. La
clase dominante de estos países es demasiado débil para desarrollar
por sí sola la economía local, solos y aislados del mercado mundial.
Muchas de las empresas que funcionan en sus países, o a quien
compran productos para proporcionar medicinas y material educativo,
proceden de países imperialistas. La mayoría de los beneficios que
se generan en estos países no quedan dentro de sus propias fronteras
nacionales, regresan a los bancos de lo países imperialistas. La
mayoría de estos países no tienen economías diversificadas y
desarrolladas, se basan principalmente en la exportación de uno o
dos productos. Eso significa que necesitan comprar bienes de consumo
a occidente, y lo más probable es que sean importados por las
empresas occidentales asentadas en esos países. Incluso si se
condonase la deuda, estos países necesitarían comenzar de nuevo todo
el proceso, pedir dinero prestado al FMI y al Banco Mundial, y a
otros bancos y corporaciones nacionales para encontrar los fondos
necesarios. El ciclo de la deuda continuaría.
Más
allá de todo eso, el FMI, el Banco Mundial y los imperialistas
tienen interés en continuar esta relación parasitaria y mantener a
los países ex coloniales en una deuda perpetua. Los imperialistas de
cualquier manera ganan, prestan dinero y lo recuperan en forma de
pagos de intereses, consiguen miles de millones a cambio de su
inversión inicial. También, la mayoría de los productos proceden de
empresas establecidas en los países imperialistas, así que también
consiguen recuperar sus inversiones en forma de beneficios. Si la
deuda del “mundo subdesarrollado” es condonada, el FMI, el Banco
Mundial y las fuerzas del imperialismo no se van a quedar quietas.
La condonación de la deuda no provocará un colapso del capitalismo
ni lo llevará a reformarse en serio. El ciclo de la deuda comenzará
de nuevo. En realidad, la deuda, y la del Tercer Mundo en
particular, es esencial para la continuación del capitalismo.
Proporciona a los imperialistas mano de obra y recursos baratos. Los
pagos de la deuda garantizarán que las fuerzas del imperialismo
pueden seguir saqueando y consiguiendo beneficios.
La
deuda del Tercer Mundo también demuestra claramente otras dos cosas.
La primera es que no podemos jugar con el capitalismo. Mientras los
medios de producción siguen en las manos privadas de la burguesía,
siempre habrá pobreza y los países ex coloniales siempre
permanecerán empobrecidos y endeudados. La reducción de la deuda o
el aumento de los paquetes de ayuda no resolverán este problema.
Incluso si se condona la deuda, estos países seguirán empobrecidos,
los trabajadores y los pobres, pagarán por los préstamos de sus
propias clases dominantes y de los imperialistas.
El
capitalismo ha convertido en un infierno las vidas de la mayoría de
la población mundial. Dos mil millones de personas viven con menos
de 2 dólares al día. Si se cuenta a todas las personas, en los
países “ricos” y “desarrollados” que viven en la miseria, la
pobreza, que están desempleadas, son pobres, que cobran el salario
mínimo, que necesitan ayuda para sobrevivir, etc. entonces están
claro que el capitalismo no funciona para la aplastante mayoría de
la población mundial. El actual sistema económico es muy bueno, pero
para los que están arriba. Nunca antes había existido un abismo tan
grande entre los ricos y los pobres. El capitalismo hace ya mucho
tiempo que perdió su carácter progresista y su capacidad de
desarrollar las fuerzas productivas de una forma significativa.
La lucha contra la tiranía del imperialismo y la
deuda ha resurgido una vez más. En esta lucha las reivindicaciones
de las masas cada vez serán más radicales y el movimiento cada vez
se acercará más al objetivo del socialismo. Podemos ver esto en
América Latina y la lucha contra el imperialismo en Venezuela, donde
Chávez dijo recientemente que el capitalismo es la causa de todos
los problemas de la región, que el capitalismo debe ser superado.
Chávez dijo que la solución al problema es el socialismo: el
verdadero socialismo.
No sólo se debe condonar la
deuda del Tercer Mundo, también hay que nacionalizar los bancos y
las principales empresas de estos países, hay que ponerlos bajo el
control democrático de la clase obrera, para poder iniciar un plan
de producción armónico. La segunda cosa que exige la situación es el
carácter obligadamente internacionalista de la revolución. Si la
deuda es cancelada el capitalismo seguirá existiendo y obligará a
los países a endeudarse de nuevo. Un país por sí solo, aunque se
elimine el capitalismo y suspenda los pagos de sus deudas, todavía
estaría a merced del capitalismo mundial y otros países todavía
podrían ser saqueados por el imperialismo. Lo que hace falta es una
revolución mundial para poner fin al capitalismo. Si el capitalismo
es internacional también lo debe ser el socialismo. ¿Cómo puede el
mundo ex colonial luchar contra el Banco Mundial, el FMI y el
imperialismo? Hay que expropiar el Banco Mundial y el FMI, así como
se deben nacionalizar las principales financieras, los bancos y las
empresas transnacionales. Hay que situarlos bajo el control
democrático de la clase obrera e integrarlos en un plan armónico de
producción que produzca realmente según la necesidad y no por el
beneficio. El verdadero socialismo en los países ex coloniales
erradicaría la pobreza y la miseria, y los pondría en el camino del
desarrollo económico. Esta es la única forma de acabar con la
pobreza mundial.
NOTAS
(1)
Interés compuesto: Es el rendimiento de un capital tomado a
préstamo, cuando al capital inicial del préstamo se le acumulan los
intereses y a través de este proceso el préstamo es cada vez mayor.
(2) Bailout: se traduciría como “al rescate”, en este
caso se entiende que serían “préstamos de rescate”.
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