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COMO HACER NEGOCIOS CON GASES CONTAMINANTES
Por Pablo Kummetz - Thursday, Feb. 17, 2005 at 2:26 AM

La Bolsa Europea de Energía (EEX), con sede en Leipzig, aspira a transformarse en el mercado europeo para el comercio con derechos de emisión de anhídrido carbónico. El negocio promete.

De acuerdo con una encuesta de la propia EEX, en 2005 serán comerciados en Europa derechos para emitir 150 millones de toneladas de anhídrido carbónico.

Los derechos de emisión han sido concedidos por los Estados de la UE en seis sectores industriales y fijan qué cantidad de CO2 puede emitir cada empresa.

Las empresas que logran emitir menos de los volúmenes que les han sido concedidos pueden vender sus derechos de emisión a otras que tengan dificultades para cumplir con sus límites o para las cuales las medidas de reducción de las emisiones sean más caras que los derechos de emisión.

Las empresas pueden aumentar también sus emisiones por encima de las que les fueron asignadas mediante la adquisición en el mercado de más derechos de emisión.

Invertir donde sea más barato

El objetivo de este sistema es permitir a las empresas que rebajen sus emisiones con inversiones allí donde les salga más barato, garantizando que se cumpla el objetivo de reducción al menor costo posible y estimulando la innovación.

A los precios actuales, los 150 millones de toneladas de derechos de emisión que se comercializarán probablemente en 2005 tienen un valor de mercado de unos 1200 millones de euros.

En el primer periodo de comercio de emisiones, de 2005 a 2007, los incentivos para la modernización de equipos serán aún relativamente menores y por lo tanto también las transacciones con certificados.

La carrera por los certificados

Pero la EEX espera que después en el mercado se desate una verdadera carrera por certificados. 'El comercio explotará', pronostica Michael Weltin, del consorcio energético EON.

Los derechos de emisión podrían transformarse también en una nueva forma de inversión para todo el mundo. Pronto podrán ser abiertas 'cuentas de certificados' en los bancos.

Las ganancias o pérdidas dependerán de la situación del mercado, que, como se registra a menudo, es incierta. Si Rusia comienza a vender los certificados que actualmente no usa, el precio bajará.

Como también en otras partes de Europa Oriental, la modernización o el cierre de plantas obsoletas tuvo como resultado en Rusia un gigantesco superávit de derechos de emisión.

Pero si EEUU se decide algún día a participar en el comercio de certificados, se desatará una enorme demanda, que llevará a un gran aumento de precios.

El precio de mercado

En marzo de este año comienza en la EEX el comercio en el mercado 'spot'. La EEX evalúa una vez por día todas las ofertas de compra y venta de Alemania y otros países. Luego calcula el precio de mercado resultante y cierra todos los negocios realizables en ese marco.

Stefan Nießen, portavoz de la EEX, parte de que aproximadamente un tercio de todas las transacciones con certificados será realizado a través de la bolsa o de plataformas comerciales en Internet y el resto, directamente entre las empresas.

El precio de los derechos de emisión por tonelada de CO2 es actualmente de unos 7,50 euros. En el cálculo del precio participan los departamentos comerciales de los consorcios de abastecimiento energético EON, RWE, EnBW, Vattenfall y otros.

¿Qué hacer cuando se emite más de lo permitido?

Si una empresa ha recibido para el periodo 2005 a 2007 certificados para emitir 100.000 toneladas de anhídrido carbónico, pero emite 120.000, tiene tres posibilidades:

1. Comprar 20.000 certificados de derechos de emisión en la bolsa EEX de Leipzig a empresas que no hayan utilizado los suyos

2. Financiar en otro país, industrializado o en desarrollo, un proyecto con el que disminuyan las emisiones de gases de invernadero. Así obtiene certificados de reducción de emisiones (CER), que puede cambiar por la unidad comercializable en Europa. Ejemplo: un fabricante alemán de lamparillas eléctricas produce en Ghana lamparillas de ahorro energético. Estas consumen sólo el 12% de energía en comparación con las lamparillas convencionales. La empresa recibe entonces un volumen de CER de acuerdo con el número de lamparillas que produce.

3. La empresa moderniza sus propios equipos e instalaciones.

Como se ve, la idea de 'privatizar' los gases contaminantes puede dar importantes impulsos, tanto a la protección ambiental como a las innovaciones, y ello en todo el mundo. Quizás la misma idea pueda aplicarse en otros sectores, para evitar los efectos de 'lo que nada cuesta, nada vale'.

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