Julio López
está desaparecido
hace 6402 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

AuTogobierno: Un Mundo PosEstatal. (2º parte)
Por Nuevo Proyecto Histórico - Thursday, Mar. 03, 2005 at 2:09 AM
correo@colectivonph.com.ar

::

4) Autogobierno: un mundo posestatal. (Segunda parte)

 

En simultáneo para Indymedia,

kaos [en-la] red, y Clajadep-La Haine.

 

 

Producir desde el hogar y el teletrabajo, dejó de ser una fantasía futurista y constituye, una mas, de las variantes de plusvaloran al capital. Una más de las formas que adopta el trabajo de la multitud. Es más, profundizando la tendencia posfordista del trabajo, después del 2001; los autoempleados, microemprendedores y teletrabajadores hogareños, duplicaron su número. Aquí está buena parte de la carne que resulta invisible para los sindicatos y partidos como forma representativa de la mercancía fuerza de trabajo. Reiteramos son -ni mas ni menos que- 700.000 hogares que abarcan un universo productivo cercano a los tres millones de personas. Mientras domine el capitalismo las relaciones sociales de producción, sus manos y cerebros, estarán subordinados al capital. Es por ello que, cuando emerge como antagonista, esta porción para nada despreciable de la multitud, no tiene más opción que ganar el espacio público y construir sus campos de lucha mas allá del conflicto directo contra el patrón al que muchas veces ni le conocen la cara. ¿Qué medio de producción van a expropiar si su taller y oficina está en su casa? ¿Con quiénes se van a unir si están aislados en sus hogares? Cuando su antagonía de clase se manifiesta irrumpe directamente contra el mercado como prisión colectiva que los hace padecer una vida absolutamente imbuida en el trabajo. El mercado capitalista es quien le expropia la vida y quien reduce al mínimo su tiempo libre. En cambio, reapropiándose del espacio público y luchando contra el mercado, las y los autoexprimidos, se revelan contra el estado que ha sido detectado como el comando parásito a las órdenes del capital en su conjunto.

 

El obrar de los teletrabajadores resulta un lenguaje valioso y colectivo, una fuerza activa, una sustancia relacional, una energía biopolítica; que transfiere el trabajo vivo a la tecnología y la autovalora y la saca de su estado de trabajo muerto, a costa de fagocitarse, la potencia creativa y afectiva. Para liberarse socialmente deben desactivar el sistema nervioso de la matrix. Terminar con la disociación entre el cuerpo y la mente. Reconciliar la carne de la multitud con el intelecto general de masas como cerebro colectivo. Expropiando los server´s y satélites y poniendo bajo las órdenes del común las telecomunicaciones. Superando el concepto del trabajo como aquella fuerza humana que sirve al capitalismo; emancipando de esta manera, a la fuerza viva del general intellect que desborda las medidas mercantiles. Para eso resulta vital que su autoconciencia perciba que su lucha singular posee elementos comunes con el anticapitalismo, igualmente singular y común, de los empleados telefónicos, los data entry, los hall center, y los que trabajan en las oficinas de las empresas de servicios. Trabajadores de la multitud que para ser libres, también necesitan, emanciparse de la tecnología como capital. Transformando toda la red de redes telemática en una territorio liberado del lucro de los patrones. Aboliendo al capital y a su estado vividor, y haciendo realidad, la democracia directa del común sobre la tecnología informática y comunicacional.

 

 

II.- Exhumaciones e inventos de la Nueva Clase.  Poder y multitud. Estado, trabajo y política.

 

Lo reiteramos: la Nueva Clase (NC) es una élite gerencial-administrativa que comparte el poder con la clase hegemónica. Una variante de “Lo político estatal” como centralismo corporativo-burocrático, legitimada, cada vez mas, por menos votos. Un funcionariado profesional aplicado a las finanzas, la jurisprudencia, la cultura y la administración, que se ha sumado, al trono de la burguesía.

 

Es el propio desarrollo de la relación social, multitud-capital, la que le marca a los personeros de los estados que las fronteras decimonónicas están obsoletas. En Davos 2004, el gurú Samuel Huntington, lo dijo mejor que cualquier marxista: “Los miembros de la élite mundial tienen escasa necesidad de lealtades nacionales, las fronteras nacionales son obstáculos, que por fortuna, desaparecen, y los gobiernos nacionales son restos del pasado y su única utilidad es la de facilitar las actividades de la élite mundial”. 

 

En América Latina, ante la resistencia que opone la multitud campesina, indígena, autoexplotada, asalariada y desempleada, las élites sociales ya no saben que probar. Tan sólo en los últimos tres años pasamos del proyecto de la ampliación del Nafta para conformar el ALCA, a las insurrecciones destituyentes del 2001 y 2003, contra el presidente argentino De La Rúa y el presidente boliviano Sánchez de Lozada. Luego la Nueva Clase enfrentó las barricadas anti-cumbre de la OMC (Organización Mundial de Comercio) en Cancún, y viró hacia la profundización de los tratados de libre comercio país por país. En Chile, de la ronda de la APEC 2004 (Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico que incluye a las siguientes economías y países: Estados Unidos, Canadá, China, Rusia, Japón, Brunei, Corea del Sur, Singapur, Vietnam, Tailandia, Taiwán, Filipinas, Hong Kong, Indonesia, Malasia, Australia, Papua Nueva-Guinea, Nueva Zelanda, Chile, México y Perú) la aristocracia imperial se tuvo que medir con la insubordinación en las calles.

 

Desde la llegada de Kirchner y Lula, a sus respectivos gobiernos, se intenta inflar el Mercosur. Mientras los gerentes estatales argentinos siguen buscando a burguesía nacional extraviada en las tinieblas de la historia, subsidiariamente, se terminan recostando en la burguesía paulista, que representa, el 42 por ciento del PBI brasilero.

 

:: eN LAS ELECCIONES DEL 27 DE FEBRERO EN LA PROVINCIA DE sANTIAGO DEL eSTERO, LA PRIMERA FUERZA ELECTORAL, JUSTAMENTE FUE, NINGUNA FUERZA ELECTORAL. LA ABSTENCIÓN Y LOS VOTOS EN BLANCO, RECURRIDOS Y ANULADOS, CON EL 37 POR CIENTO, “GANÓ” LAS ELECCIONES.

 

Argentina, en sólo el 2004, pasó de integrar el grupo de los veinte a mimar a Chávez. Se deslizó de los coqueteos con la Unión Europea a entregarse a los brazos de la tiranía del partido único de China. Para dar por hecho el 2004, lo concluyen derrapando en diciembre en Perú. La tan promocionada Comunidad Sudamericana de Naciones es un triste remedo del anhelo sanmartiniano y bolivariano de la patria grande. El sueño de una patria universal, vale decir, ningún patrioterismo en los términos que lo entiende la burguesía del nacionalismo popular de opereta. 

 

En Cuzco, Perú, estamos ante un encuentro de simuladores. Una cumbre para la foto con el presidente anfitrión Toledo escasamente apoyado por el diez por ciento de su pueblo. Con el presidente boliviano Carlos Mesa que vio desaparecer, en las últimas elecciones municipales de su país, a la coalición bipartidista que gobernó el altiplano en las últimas décadas.

Una caída similar a la de los “adecos” de la Acción Democrática (AD) y el partido cristiano demócrata (COPEI) en Venezuela, luego de la irrupción de las fuerzas armadas y de las masas que catapultaron, y restituyeron al poder, al coronel Hugo Chávez.

Algo parecido a la desaparición, después del 2001, de la hegemonía histórica en la Argentina entre el PJ y la UCR. Muchachos y muchachas de la Nueva Clase, no se hagan ilusiones con Santiago del Estero. Los radicales son tan impresentables que se tuvieron que disfrazar de “Frente Cívico y Social” para poder arribar al gobierno. Como si esto fuera poco, fue la primera derrota nacional de un candidato del PJ, post default, que tuvo la bendición de Kirchner. En medio de la finalización del segundo megacanje, que hipoteca a la multitud por otros 40 años, concluye cuatro décadas de hegemonía peronista en la provincia de Santiago del Estero. El peronismo no salvó la ropa, ni con todas las prebendas del interventor federal que tuvo pingüino por once meses, y los cientos de miles de kilos de alimentos y ropa mandados la semana previa a los comicios para comprar conciencias. Después la progresía despotrica contra el clientelismo de la década pasada, cuando el kirchnerismo, practica el mismo método menemista y duhaldista. Pero la multitud no come vidrio. El dato más importante de las elecciones, que describe todo una fase epocal, es que la primera fuerza electoral, justamente fue, ninguna fuerza electoral. La abstención y los votos en blanco, recurridos y anulados, con el 37 por ciento, “ganó” las elecciones. Por lo visto el 27 de febrero, el éxodo del sufragio reaviva el fuego destituyente del “Que se Vayan Todos”. Con ese porcentaje de voto inválido y no voto, en realidad, el Frente Cívico no ganó por el 45 por ciento, sino, por apenas el 30 por ciento del total del padrón habilitado para votar. Y el Partido Justicialista no obtuvo el 40 por ciento, sino el 25 por ciento del padrón. Pasaron más de tres años del 2001, pero la que no pasa es la crisis orgánica, que en las elecciones de Santiago del Estero, volvió a decir: ¡Presente!

 

El imperio, como antes el imperialismo, busca afanosamente sus nuevas instituciones. Y ante la resistencia del trabajo hecha mano a todos los imaginarios de la burguesía de los últimos 200 años. Alianzas bilaterales, coaliciones ampliadas como el Mercosur y la Comunidad Andina de Naciones, y aún mega bloques regionales como La Comunidad Sudamericana de Naciones. Todo sea para que fantasmagóricamente se de la impresión de un nuevo espacio latinoamericano. Cuando en realidad es un rejunte de representaciones que se unen para negociar en mejores términos su ubicación subalterna en la globalización. Intentando desesperadamente que las fracciones empresariales mas importantes del sub continente no desaparezcan aplastadas por las burguesías transnacionales mas poderosas asentadas en los países centrales.

 

:: aRGENTINA ESTÁ NADANDO EN RIQUEZA MIENTRAS MILLONES SE AHOGAN DE HAMBRE.

 

Quien quiera ver en esto el abrazo de San Martín y Bolívar sólo ve un espejismo. Quien crea que aliándose al presidente colombiano Uribe que es un discípulo incondicional de Washington, y al socialdemócrata Lagos cuya país es el mas desigual de América del Sur; continúa el legado progresista de las burguesía de hace dos siglos, quien se preste a esta farsa, solo está en presencia de una entelequia de comunidad de pueblos libres. Inversamente, sus gobiernos sólo participan de una comunidad latinoamericana cada vez mas precaria y cambiante, conducida por las burguesías imperiales autóctonas queriendo urgentemente hallar su lugar en el mundo. Una mundialización a la que no están invitadas mas que en su condición de furgón de cola del desarrollo capitalista. Un imperio donde sus estados actuarán, en primer término, como tomadores y pagadores de deuda externa; y en segunda, y no menor importancia, como valuarte represivo de una multitud en paciente, pero permanente, proceso de autoconstitución soberana.

 

En las últimas elecciones bolivianas tampoco salió victorioso el recambio por izquierda. El MAS de Evo Morales (como antes Lula que perdió los comicios en los estados de mayor desarrollo de la multitud) corrió igual suerte que el PT. En Brasil, la mayoría de los obreros masa, como de los obreros sociales; de Curitiba, Porto Alegre y San Pablo, le dieron la espalda al “par-tido” de los trabajadores. En el caso boliviano, Evo Morales, perdió en los grandes centros urbanos y suburbanos; donde mineros y campesinos, obreros y empleados públicos, desocupados y autoexplotados, y las nuevas figuras posfordistas del precariado marcan la tendencia hegemónica del desarrollo del capital. Los municipios de Santa Cruz de la Sierra, El Alto, La Paz y Cochabamba, fueron ganados por nuevos partidos vecinalistas y movimientos sociales independientes donde -en promedio- ni ellos pudieron sacar mas del 20 por ciento de los votos.

 

Estamos asistiendo a la transición entre:

1.-  El declive de los partidos que condujeron América Latina por medio siglo.

2.-  La abstención electoral.

3.-  El voto cínico por el “mal menor”.

4.- Las estrategias defensivas del sufragante que opta por los partidos que procuran bloquear la representación desde la desrepresentación.

 

Y en forma más amplia entre:

1.- La agonía del mundo de la representación de las masas a través de su voto.

2.- La concreción del autogobierno de la multitud.

 

Exodo electoral, contrapoder y sublevación. Todos estos caminos tentativos son el fruto del mismo proceso de constitución de la multitud. Si el capital no sólo produce mercancías, sino que reproduce las mismas relaciones sociales que garantiza la producción de mercancías y la forma estado; la antagonía de la multitud, no sólo produce y reproduce al capital, sino que, también anticipa y desarrolla desde su autonomía la posibilidad de la sociedad futura anticapitalista. Una humanidad sin políticos y empresarios, sin división de poderes y moneda, sin estado y mercado.

 

Mientras las viejas representaciones son decadentes, las nuevas, la izquierda del capital, no termina de afianzarse. En el “intermezzo”, famélicas representaciones tratan de ocupar su lugar. Algunas repletas de las mejores intenciones pero imposibilitadas de ocupar el viejo trono de aquellas que cayeron en desgracia. El propio desarrollo excedentario del trabajo de la multitud, que imposibilita su completa acumulación, trastorna su completa representación electoral.  En la Argentina: La “Honorable Cámara de Diputados” y la “Honorable Cámara de Senadores”, como se hacen llamar los representantes del Congreso Nacional, sus 255 diputados están fraccionados en 42 bloques. Y sobre 71 senadores hay 14 bloques.  Mientras que, en la vapuleada Legislatura Porteña que no sirvió para nada para evitar la masacre de Cromañón; sobre 60 legisladores, hay 19 bloques. De los cuales, existen 15 bloques, que no superan los tres diputados cada uno. A nivel nacional y en la Capital Federal, queda de manifiesto, una clara demostración de la brutal crisis del poder del capital para representar, estatal y partidariamente, a la multitud.

 

Esta gigantesca transformación social de la que somos parte, esta mutación civilizatoria que involucra a todos; produce efectos instantáneos, movimientos subterráneos de largo alcance, obvias explosiones de rebeldía, y otras de consecuencias insospechadas que pueden terminar en revoluciones. Las victorias y derrotas de la multitud son permanentes, como las del propio capital. Acumulación de agravios, acontecimientos, rupturas, y procesos sociales de largo aliento, todo en uno. La multitud actúa en la epidermis social y subyacentemente en el novedoso imaginario en gestación. Sus nuevos significantes sociales radicales, se incuban, fuera de la mirada de los mass media y eclosiona en el territorio. Por momentos resulta incomprensible su dinámica intempestiva y demoledora y su proyección social de consecuencias impredecibles. En la era de la subsunción real del trabajo en el capital, de la inclusión del hacer en el mercado, de la sociedad productiva en la matrix; “la pax democrática” (como dominio consensual de los patrones sobre los trabajadores) es una “rara avis”, una especie exótica. Por eso, ante cada ajuste del torniquete para incrementar las ganancias empresarias y consolidar su dominio, detonan, conflictos múltiples en las diferentes fracciones de la multitud. Retiro de planes asistenciales,  encarcelamiento de los luchadores sociales, negativa de aumentos salariales, peores condiciones laborales, confirmación de la impunidad de ayer de los genocidas con uniforme, y la actual inmunidad de los genocidas silenciosos del capital-parlamentario; todas estas afrentas contra la multitud, se transforma en una apuesta del capital de difícil concreción ante la antagonía del trabajo.

 

 

El poder, el estado, la política es una relación social, no una cosa.  La coacción del poder sin hegemonía social sobre las masas, como puro dominio de la fuerza desnuda del capital por intermedio del estado, como manifestación excluyente del poder político contra la multitud, profundiza las grietas del suelo social; haciéndolo cada vez menos sólido.

 

Lo que caracteriza este tiempo histórico es la inestabilidad y lo antiteleológico del proceso de lucha. Como nunca en 20 años, los capitalistas no tienen comprada la historia. Por cierto que tampoco la multitud. Pero justamente, este incierto desenlace del movimiento humano en su conjunto, es lo que permite que lo aparentemente macizo del dominio capitalista se tambalee, y lo potente de la fuerza de trabajo se consolide como poder autónomo del capital. 

 

Por supuesto que los conflictos no son lineales. Se están desarrollando al interior del magma de significancias sociales dominantes que intenta reabsorberlo, al mismo tiempo, que pujan por su independencia de todo lo conocido.

 

Si el poder está en el trabajo como vínculo social, entonces, la potencia del hacer es una fuerza política. La plusvalía nunca se realiza como ganancia privada dentro de las cuatro paredes de la empresa. No es un vínculo personal obrero-patrón. Por eso por más que se expropia, esta o aquella empresa, la que sigue comandando a la unidad okupada es la relación social capitalista que la trasciende. Aquellos que dicen lo contrario, que construyendo nuevos vínculos personales y grupales (sin un área social autónoma libre de estado, el mercado y la moneda) se están liberando del capitalismo; mienten o se autoengañan. La liberación del capital será social, como social es la moderna esclavitud al servicio del lucro empresario. De lo contrario, no habrá liberación de la especie humana de los parásitos capitalistas. La redención de la energía colectiva expropiada por los patrones precisa emanciparse socialmente para recuperar el dominio de su destino.

 

La política es una fuerza común creativa. La carne del trabajo es lo que produce y reproduce la vida social, lo que actualmente se entiende por economía política de las relaciones sociales capitalistas. En cambio, las redes universales autogestivas del común, aboliendo lo económico como ciencia y función diferenciada de la especie; ubica a lo social, lo económico y lo político como el origen, medio y fin de la multitud en permanente transformación. Una nueva relación social. Un poder constituyente perpetuo.

 

La tensión entre la división del trabajo y la forma de relacionar lo hecho con la mediación de la mercancía; es decir, el hacer de los trabajadores fracturado por el capital, una forma de vínculo que une separando; se enfrenta, a la antagonía del mundo del trabajo y a su propia unidad que aspira a separarse de la mediación de la mercancía que mantiene con vida el dominio del capital. Los patrones unen la sociedad dividiendo a los trabajadores, inversamente, los trabajadores se reencuentran separándose del lazo que le imponen los empresarios.

 

Si el capital no amplía la colaboración del intelecto general de masas como cerebro colectivo de la multitud perece. El desarrollo cooperante del general intellect es una fuerza valorizante del capital, pero también, es su potencial sepultura. Si no segmenta la unidad del trabajo inmaterial bajo la forma de la mercancía, como valor de cambio, y trabajo por dinero; el hacer como valor de uso tiende a unificarse bajo la cooperación, sin necesidad, de mediación alguna. Recobrando el puro uso sin valor, que beneficie el libre usufructo y consumo del trabajo de cada cual; según lo que necesite cada quien. Un hacer recíproco sin ninguna prestación monetaria a cambio. Fin del valor de cambio, del trabajo abstracto y de la mercancía. Fin de la comercialización, del capital como trabajo muerto y del estado. Reinado del valor de uso, del trabajo concreto, del libre beneficio sin la mediación de la mercancía dinero, recuperación de las máquinas como trabajo muerto acumulado puesto a disposición de toda la multitud, y un nuevo poder constituyente. Un mundo de redes autogestivas que unifica sin masificar. Que reúne sin uniformar. Que articula singularidad y comunidad, lo objetivo con lo subjetivo, lo económico con lo político como potencia de lo social.

 

Los asalariados y autoempleados que producen plusvalor y autovaloran el capital, respectivamente, en cada una de sus luchas parciales develan lo inútil del comando empresario. Ellas y ellos, son los creadores de la vida en sociedad. Ellos y ellas, son los que modifican la naturaleza con la energía que emite el trabajo como producto humano del hacer. En cada conflicto que se desarrolla con características asamblearias, horizontales, desde la desobediencia civil a las normas de los patrones, desde la acción directa de la toma de empresas y el espacio público; se exilian por un momento del dominio heterónomo, por lo tanto ajenos a ellos, del control parasitario del poder capitalista y estatal.

 

Entreabren una época futura, “kairológica”, una intersección de tiempo y espacio que: irrumpe e interrumpe, un presente monótono. Una dosis de ruptura, o “clinamen”, con el tiempo muerto del reloj capitalista. Mientras dura el conflicto los pasajeros de la cápsula del tiempo tienen un pie, en cada orilla, entre lo viejo y lo nuevo. Conquistan por unas horas, o días, una porción del paraíso terrenal. Detienen al dios Cronos y dan paso al dios Kairos. Espían cómo es el mas allá del capital y el trabajo por dinero. Conquistan un tiempo anticapitalista que se esfuma cuando se termina la lucha y se vuelve a la cincha del trabajo forzado. Un lapso de antagonía que deja un resto, un plus de autonomía y goce, que sedimenta en el cuerpo y la cabeza de cada trabajador y trabajadora; que saborearon comúnmente, mientras duró, la dignidad de ser una mujer y un hombre libre. Otean un futuro deseable, de igualdad y de opulencia, para todos y todas. Se unifican en la lucha sin desingularizarse. Se apropian del tiempo mientras los rodea un mar de mercancías-zanahorias de las que nunca gozarán bajo el capitalismo.

 

Argentina está nadando en riqueza mientras millones se ahogan de hambre: el PBI del 2004 creció otro nueve por ciento y el superávit fiscal fue de 17.000 millones de pesos. Se pagaron 10.600 millones de pesos entre capital e intereses de la deuda externa y otros 2.000 millones de intereses de los títulos que no están en default. El ahorro fiscal fue del 6,2 % del PBI, y el superávit del Banco de la Nación Argentina ha sido del orden de los 900 millones de pesos. El superávit comercial de 2004 es de 12.000 millones de dólares y la inversión creció un 35 por ciento.

 

:: La miseria es una enfermedad social creada por el capitalismo. El cara dura de Rodríguez Saá, que pregona que tiene el desempleo mas bajo del país; en realidad, tiene el guarismo más alto de toda la Argentina.

 

Al mismo tiempo, bajo la presidencia “K”, los desempleados están peor que con Duhalde. Ya se dieron de baja más de 600.000 planes Jefes y Jefas de Hogar. Y lo que viene es “el Plan Familia”, que busca hacer caer otro medio millón de planes Jefes y Jefas; y así desarticular, a las organizaciones sociales en lucha que bloquean con su autonomía la dependencia clintelística del estado de la fuerza de trabajo excedente. A cambio de miserables 25 pesos (unos 8 dólares) se pretende que las madres eduquen, curen y alimenten a cada hijo. Se busca acortar, a uno sólo de sus términos, la vieja frase del general Perón: “De casa al trabajo y del trabajo a casa”. En el caso de aquellos que no cobran un salario el planteo genocida del estado es claro: si no se hace trabajo social en los barrios no hace falta moverse de la casa. Hay que encerrarse y masticarse la bronca viendo como los hijos se sumergen en el analfabetismo, se enferman por desnutrición, y mueren por causas evitables.

 

La miseria es una enfermedad social creada por el capitalismo. Y en la era posfordista del desempleo estructural el estado colabora en eliminar, mas o menos lentamente, a los que sobran. Una provincia rica en recursos petroleros como Santa Cruz, la provincia que pingüino condujo por tres mandatos, amortigua el desempleo a costa de un 41 por ciento de empleo público. Entretanto el actual gobernador encarcela desocupados, que reclaman sólo ser, esclavos asalariados. El cara dura de Rodríguez Saá, que pregona que tiene el desempleo mas bajo del país; en realidad, tiene el guarismo más alto de toda la Argentina. La provincia puntana, sin planes sociales, tiene una desocupación que trepa del 3 al 26,9 por ciento. Según las últimas cifras completas aportadas por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), sin planes asistenciales, estas son los valores del desempleo que le siguen a San Luis en orden decreciente: Concordia 25,9 %; Gran Rosario 22,7 %; Gran Tucumán con 22,2 %; Gran La Plata 22 %; Bahía Blanca 21,7 %; Gran Resistencia con 21,3 %; Corrientes 21 %; Formosa 20,7 por ciento;  y La Rioja con 20 %. Esto se condice con el aumento, en un 110 por ciento, de las importaciones de bienes de capital en el último año. Que profundiza la excedencia de asalariados al ser reemplazados por el trabajo muerto de las máquinas. Se trabaja cada vez más, pero con menos empleados a sueldo. Se produce plusvalor de manera cada vez más social pero el producto del esfuerzo humano resulta apropiada por cada vez menos personas. No olvidemos compañeros, que el decil más rico de la población recibe 50 veces más que el decil más pobre.

 

Si una herencia ha dejado el 19 y 20 de 2001, es haber demostrado, a cada una y uno de sus protagonistas, la propia capacidad de autoorganización como sujeto singular y comunitario. Una voluntad autodeterminante, sin la intervención de nadie más que el motor de los propios deseos de aquellos que participaron en la primera insurrección de la multitud del nuevo siglo. Toda una fiesta democrática del individuo social, en medio de las balas de De la Rúa y del estado de excepción de Duhalde. 

 

:: ¿cUÁL ES ENTONCES EL HILO ROJO QUE RECORRE A LAS DIFERENTES SUBJETIVIDADES EN EL MUNDO ENTERO?

 

Estas prácticas nacen de una nueva subjetividad, la misma subjetividad que conforma la sustancia que incrementa el valor del capital. La subjetividad que anima, da vida, a las máquinas. Un hacer humano que ceba de ganancias a la tecnología en manos de los patrones. Una subjetividad que comenzó siendo comprada por una relación social, cosificada y objetivada, que se presenta como dinero, y que no es más que el viejo trabajo acumulado que antes produjo el hacedor. Una subjetividad que termina plus-cosificada, plus-objetivada, en las cosas materiales y servicios como mercancía. Que transforma la subjetividad del trabajo en productos, y que por intermedio de la compraventa y las ganancias que se obtienen de la subjetividad objetivada, del trabajo concreto en trabajo abstracto, del valor de uso en valor de cambio, incrementa el capital y el dinero puesto en juego. Produciendo, en definitiva, un plusvalor, un plustrabajo y una plusvalía acumulable para los patrones. Una cadena social que cierra el ciclo expresándose, una y otra vez, como salario, dinero y capital, que compra objetivamente la autonomía del trabajo. Dicho de otro modo, como la potencia subjetiva de la multitud contra el poder objetivado de los empresarios, que los obliga a venderse, o morir de hambre. Como la antagonía social del trabajo contra la relación social capitalista, o lucha de clases.

 

Las nuevas prácticas autónomas de la multitud, sus victorias parciales, los aumentos salariales conquistados, el incremento del presupuesto estatal en beneficio de las mayorías, amplifican la nueva subjetividad. La multitud creadora comprueba su poder y le arranca conquistas al capital bajo las diferentes formas en que se manifiesta como nexo colectivo: sea como salario, sea como presupuesto estatal.

 

:: Pero bajo la secesión del estado vive la tensión entre: la república anticapitalista de la multitud y un país capitalista más, sólo formalmente, independiente.

 

Pero el capitalismo no es únicamente un lazo económico, sino una ligadura global y política que permita la producción, reproducción y circulación de mercancías como células que alimentan, regeneran; pero también indigesta, a la matrix capitalista. ¿Cuál es entonces el hilo rojo que recorre a las diferentes subjetividades en el mundo entero? ¿Que late de todo esto, en la subjetividad por su independencia de Moscú, del combate de las masas ucranianas? Lo que subyace en la multitud ucraniana es el principio de secesión, de separación, del trabajo del capital. La independencia de la multitud del estado como forma del capital. La autonomía del hacer contra el estado ucraniano pos-socialista.

 

 

 

Por supuesto que los capitalistas ucranianos, filo europeos, intentarán que este conato de independencia de clase se encause en la constitución, en el peor de los casos, de una Ucrania dividida en dos. Una Ucrania pro Rusa y otra pro europea. Dos ucranias, dos estados, dos variantes capitalistas. Por supuesto que ninguno de los dos candidatos en pugna busca la autonomía de la multitud. Pero bajo la secesión del estado vive la tensión entre: la república anticapitalista de la multitud y un país capitalista más, sólo formalmente, independiente. Algo parecido a lo que está pasando con el empresariado de Santa cruz de la Sierra, que busca oponerle a la autonomía de los pueblos originarios y al precariado, una autonomización del estado nacional boliviano para crear un nuevo estado en el oriente petrolero del altiplano.

 

El líder opositor a Moscú, Viktor Yushchenko, no era nada sin las masas acampando por semanas bajo el crudo invierno del hemisferio norte. Yushchenko resultó un rehén de una multitud que estaba al borde de asaltar el parlamento sino se respetaba su voluntad expresada en los comicios.

 

:: LA ALTERNANCIA ESTÁ BIEN VISTA EN LA ERA DEL IMPERIO, SIEMPRE Y CUANDO, LAS OPCIONES SEAN INOFENSIVAS PARA EL CAPITAL.

 

Es fácil para el poder sostener la religión del sufragio mientras sus candidatos ganan las elecciones. Pero el espectáculo electoral se está tornando incontrolable para el sistema representativo en su conjunto. Entre la abstención y las victorias de los candidatos no pautados para ganar, se está transformando en imprevisible, el acostumbrado y suave recambio de unas élites políticas por otras. Práctica que se daba normalmente en décadas pasadas. La alternancia está bien vista en la era del imperio, siempre y cuando, las opciones sean inofensivas para el capital.

 

Si en el 2000 en Estados Unidos, ganaba Al Gore, y el establishment esperaba que fuera George W. Bush, fraude y a la bolsa. Chávez llegaba en Venezuela a la presidencia por la vía electoral, pero como no respondió a pie juntillas a los intereses del imperio, complot de Washington, y Carmona al poder. Si no fuera por la movilización de las masas y los fusiles del ejército que no se pasaron en masa al golpe, estaríamos en plena campaña internacional contra la violación sistemática de los derechos humanos en Venezuela, o en una guerra civil. El pueblo haitiano votó a Aristide, que no pudo disciplinar la insurrección de la multitud ante las promesas electorales incumplidas. No hay problema: Francia, Canadá y Norte América, raptan al presidente; lo mandan al Africa, invaden militarmente su territorio bajo el manto de la ONU y despliegan a los ejércitos lame botas de Brasil, Chile y Argentina. Y de la democracia electiva no hay noticia hasta nuevo aviso. Si en la India pierde el prospecto cobijado por los mercados, se da un golpe financiero y a otra cosa. Como el candidato del presidente ruso Vladimir Putin, Víctor Yanukovich, no triunfó, entonces se envenena al opositor. Si hubiera muerto por la conspiración de Moscú, adiós a la voluntad popular expresada en los comicios.  

 

Todavía los representantes capitalistas, todos ellos, los aliados de la nueva oligarquía comandada por Vladimir Putin, y la nueva clase amiga de la Europa de los mercados; pueden reconducir la antagonía de la multitud por intermedio del estado de partidos.

agrega un comentario