Julio López
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Aumentos de precios en combustibles
Por León "Toto" Zimerman - Tuesday, Mar. 15, 2005 at 6:25 PM
lzimerman@hcdiputados-ba.gov.ar 0221-4240737 54 nº 693

(La Plata 15 de Marzo -2005) En el marco del aumento en el precio de los combustibles, por parte de las multinacionales Shell y Esso que llevó el costo de la nafta por encima de los dos pesos, el legislador provincial por Izquierda Unida, León Zimerman opinó:

“ la empresa Shell incremento los precios de sus combustibles entre un 2,6 y un 4,2 por ciento, por eso ninguna persona que repudie los abusos monopólicos de las grandes empresas multinacionales, puede estar en desacuerdo con la movilización popular contra el aumento de los precios en los combustibles impuestos por las petroleras Shell y Esso.
Si el estado argentino quiere tener un sistema de precios de combustibles que privilegie el abastecimiento y las necesidades internas, primero deberá recuperar el control de los recursos petroleros, para de esa manera frenar el desmesurado incremento en los precios.
El argumento que utilizan las empresas es la suba del barril de crudo en los mercados internacionales, sin tener en cuenta los costos de explotación interna, pero las consecuencias de este aumento, como siempre va caer en los sectores de menores recursos.
Por otra parte para algunas empresas, la inflación es una cuestión de mayores o menores ganancias, pero para la mayoría de los argentinos significa un pasaje seguro al mundo de la pobreza. Cuando sube la inflación, aumenta la pobreza: el mes pasado, un incremento del uno por ciento significó que 200.000 personas más se convirtieran en pobres.
Por esas razones, en la situación actual la única medida eficaz para frenar las presiones de los monopolios es recobrar los mecanismos de regulación pública de los precios, instrumentos que han sido denostados y devastados luego de casi treinta años de neoliberalismo y “libremercado”.
Esta alza en los precios se da gracias al poder que mantienen en el gobierno los grupos económicos trasnacionales, y las grandes empresas.
El gobierno criticó a la petrolera, pero tendría que poner el mismo énfasis en los aumentos de precios que hubo en azúcar, carne o pescado.
Hay que instaurar un sistema integral de control de los precios fundamentales de la economía argentina, es decir, de todos aquellos precios que hacen al consumo popular y que tiene importancia estratégica para el desarrollo nacional.
Por supuesto, en el área de energía eso sería imposible sin recuperar el control nacional del petróleo, que hoy permanece en manos privadas.
La lucha de los sectores populares contra el aumento de los combustibles, debe ser la lucha por la recuperación de nuestro patrimonio energético y recursos naturales, para que las empresas de servicios pasen a manos del pueblo”concluyo el presidente del Bloque de Izquierda Unida.

Presidencia del Bloque de Izquierda Unida
Despacho Diputado: León Zimerman
Responsable de Prensa: Cesar A. Zubelet 0221- 155036645

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La Suba de Precios en Canada
Por Canadiense - Friday, Mar. 18, 2005 at 2:54 PM

La Suba de Precios e...
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A ustedes los precios le subieron entre un 2 y un 4%.
Donde yo vivo subio un 6,9% como pueden ver en el grafico de arriba que cubre desde el 2 de febrero al 17 de marzo (pueden hacer esos graficos de la ciudad que quieran en http://www.gasbuddy.com) pero a nadie se le ocurre pedir controles de precio porque creemos que a la larga son contraproducentes pues descalabran toda la economia, se arma una dinamica economica insostenible en el largo plazo y es imposible saber que es ficcion (voluntarismo politico) y que es real (posible economicamente).

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CÓMO SHELL LE HIZO LA CAMA A KIRCHNER
Por Por Miguel Briante - Friday, Mar. 18, 2005 at 3:55 PM

Mientras la inflación se disparaba a más del uno por ciento mensual, Kirchner aprovechó una suba del precio de la nafta por parte de Shell para armar una cortina de humo sobre la carestía. No eran los combustibles sino los productos de primera necesidad los que habían aumentado en porcentajes elevados desde fines del año pasado. Este hecho no obstó para que el Presidente metiera en su comitiva a Santiago de Chile al remarcador de los supermercados Coto. Los ‘piqueteros’ amigos hicieron la parte más grotesca de la historia, porque salieron de la escena de la misma forma que entraron, o sea luego de una orden oficial.

La responsabilidad por los aumentos de los combustibles es enteramente del gobierno, que ha mantenido el esquema de internacionalización que le dejó Menem. La consecuencia es que el precio interno lo establece la cotización internacional del comercio del crudo, no los costos de explotación. Por eso, en lugar de un porcentaje sobre el costo de extracción, que en Argentina es de 5 dólares promedio, el precio lo fija el mercado externo, que lo está cotizando a 55 dólares. Este precio internacional, sin embargo, tampoco es real porque no es el establecido en los contratos de compra-venta entre productores-distribuidos-refinadores, por plazos relativamente extendidos. El precio internacional es un precio virtual que establecen los especuladores que compran y venden contratos diarios con fecha futura, que nunca van a hacer efectivos en términos de materia prima, porque su objetivo es lucrar con las diferencias entre subas y bajas que produce la especulación. Como Shell y los pulpos en general comercializan sus propias producciones a través del mundo, tampoco tiene sentido que se refieran a un precio internacional, pues en definitiva no es otro que el que se cobran a sí mismas en una operación contable interna. Cada aumento del precio final aumenta sus beneficios sobre la base de un costo de producción inamovible o incluso en descenso. Los resultados de Shell internacional, en el 2004, fueron un 40% superiores a los de 2003 (El País, 14/3). Para que el precio del petróleo se base en el costo de explotación es necesario la nacionalización y el control obrero.

Shell, en realidad, consiguió lo que se propuso con el aumento del precio, que es reducir sus ventas. Esta paradoja se explica por el hecho de que en las próximas semanas comenzará a escasear el gas oil, que en el mercado internacional se compra-vende a 400 dólares el m3, pero que en el mercado interno está a 250 dólares. El boicot a Shell reduce la demanda a este pulpo y por lo tanto la obligación de importar ‘a pérdida’. El gobierno se apresta incluso a derogar el impuesto a la transferencia de combustible para abaratar esta importación. Es decir que detrás del griterio boicotista hay una nueva concesión impositiva a las empresas sobre la base de tomar como referencia un precio internacional que constituye un agio sobre los costos de explotación. Esta exención impositiva es particularmente agraviante para los consumidores porque las petroleras cumplen con contratos de exportación de gas oil, a precio internacional, y luego importan sin impuestos el gas oil que venderán en el mercado interno. El definitiva, Shell le hizo la cama a nuestro avivadísimo Presidente.

El gobierno de Kirchner está tan lejos de modificar esta organización internacionalizada del comercio petrolero argentino, que se apresta a establecer un Mercado Electrónico de Gas (El Cronista, 14/3), lo cual significa una operatoria de compra-venta especulativa, o sea que se realiza sin dinero en efectivo, en función de apuestas de diferencias de precios.

Algunos diarios han afirmado que el ataque verbal de Kirchner contra Shell obedeció a la negativa de Shell a vender sus estaciones de servicio e incluso destilerías a la venezolana PDVSA. ¿Pero qué hubiera cambiado con esa venta? Argentina seguiría importando petróleo porque PDVSA no produce en Argentina, al precio internacional. Argentina continuaría en el esquema del saqueo, aunque esta vez en alianza con un país amigo.

La situación petrolera y energética de Argentina se agravará en el tiempo porque, como le dijo Kirchner al chileno Lagos, “las empresas no invierten”. Es que para hacerlo están esperando concesiones leoninas en el Mar Argentino, de lo contrario continuará el boicot de inversiones. La mimada del pingüino, Repsol, obtiene el 60% de sus beneficios internacionales en Argentina, donde sólo invierte el 30% de ellos, o sea que está descapitalizando a la industria nacional.

La nacionalización del petróleo y el gas está más vigente que nunca.

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CÓMO SHELL LE HIZO LA CAMA A KIRCHNER
Por Miguel Briante - Friday, Mar. 18, 2005 at 4:04 PM

Mientras la inflación se disparaba a más del uno por ciento mensual, Kirchner aprovechó una suba del precio de la nafta por parte de Shell para armar una cortina de humo sobre la carestía. No eran los combustibles sino los productos de primera necesidad los que habían aumentado en porcentajes elevados desde fines del año pasado. Este hecho no obstó para que el Presidente metiera en su comitiva a Santiago de Chile al remarcador de los supermercados Coto. Los ‘piqueteros’ amigos hicieron la parte más grotesca de la historia, porque salieron de la escena de la misma forma que entraron, o sea luego de una orden oficial.

La responsabilidad por los aumentos de los combustibles es enteramente del gobierno, que ha mantenido el esquema de internacionalización que le dejó Menem. La consecuencia es que el precio interno lo establece la cotización internacional del comercio del crudo, no los costos de explotación. Por eso, en lugar de un porcentaje sobre el costo de extracción, que en Argentina es de 5 dólares promedio, el precio lo fija el mercado externo, que lo está cotizando a 55 dólares. Este precio internacional, sin embargo, tampoco es real porque no es el establecido en los contratos de compra-venta entre productores-distribuidos-refinadores, por plazos relativamente extendidos. El precio internacional es un precio virtual que establecen los especuladores que compran y venden contratos diarios con fecha futura, que nunca van a hacer efectivos en términos de materia prima, porque su objetivo es lucrar con las diferencias entre subas y bajas que produce la especulación. Como Shell y los pulpos en general comercializan sus propias producciones a través del mundo, tampoco tiene sentido que se refieran a un precio internacional, pues en definitiva no es otro que el que se cobran a sí mismas en una operación contable interna. Cada aumento del precio final aumenta sus beneficios sobre la base de un costo de producción inamovible o incluso en descenso. Los resultados de Shell internacional, en el 2004, fueron un 40% superiores a los de 2003 (El País, 14/3). Para que el precio del petróleo se base en el costo de explotación es necesario la nacionalización y el control obrero.

Shell, en realidad, consiguió lo que se propuso con el aumento del precio, que es reducir sus ventas. Esta paradoja se explica por el hecho de que en las próximas semanas comenzará a escasear el gas oil, que en el mercado internacional se compra-vende a 400 dólares el m3, pero que en el mercado interno está a 250 dólares. El boicot a Shell reduce la demanda a este pulpo y por lo tanto la obligación de importar ‘a pérdida’. El gobierno se apresta incluso a derogar el impuesto a la transferencia de combustible para abaratar esta importación. Es decir que detrás del griterio boicotista hay una nueva concesión impositiva a las empresas sobre la base de tomar como referencia un precio internacional que constituye un agio sobre los costos de explotación. Esta exención impositiva es particularmente agraviante para los consumidores porque las petroleras cumplen con contratos de exportación de gas oil, a precio internacional, y luego importan sin impuestos el gas oil que venderán en el mercado interno. El definitiva, Shell le hizo la cama a nuestro avivadísimo Presidente.

El gobierno de Kirchner está tan lejos de modificar esta organización internacionalizada del comercio petrolero argentino, que se apresta a establecer un Mercado Electrónico de Gas (El Cronista, 14/3), lo cual significa una operatoria de compra-venta especulativa, o sea que se realiza sin dinero en efectivo, en función de apuestas de diferencias de precios.

Algunos diarios han afirmado que el ataque verbal de Kirchner contra Shell obedeció a la negativa de Shell a vender sus estaciones de servicio e incluso destilerías a la venezolana PDVSA. ¿Pero qué hubiera cambiado con esa venta? Argentina seguiría importando petróleo porque PDVSA no produce en Argentina, al precio internacional. Argentina continuaría en el esquema del saqueo, aunque esta vez en alianza con un país amigo.

La situación petrolera y energética de Argentina se agravará en el tiempo porque, como le dijo Kirchner al chileno Lagos, “las empresas no invierten”. Es que para hacerlo están esperando concesiones leoninas en el Mar Argentino, de lo contrario continuará el boicot de inversiones. La mimada del pingüino, Repsol, obtiene el 60% de sus beneficios internacionales en Argentina, donde sólo invierte el 30% de ellos, o sea que está descapitalizando a la industria nacional.

La nacionalización del petróleo y el gas está más vigente que nunca.

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