Julio López
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a una mujer obrera
Por juan - Thursday, Mar. 17, 2005 at 1:31 PM
juan869@hotmail.com

A UNA OBRERA NO RUTILANTE.-


TIMIDA CARTA A UNA OBRERA ARGENTINA

No supe como comenzar esta carta. Porque no son líneas para ser leídas como un regalo; más aún: son palabras que pretenden ser una excusa por una deuda; una deuda que nació hace mucho y que quizás colaboré en construirla en el entusiasmo de creer que construía justicia. No eres de las chicas o señoras que a la mañana se desloman para conseguir un taxi para ir al trabajo. No, no sos una de ella.

Sos una de esas mujeres que hastiadas y con enorme cansancio en su casa o en su piecita, tratan de dar un repaso final a las cosas antes de derrumbarse a dormir. Si derrumbarse, quizás muchas veces sin ocuparte de vos misma – como casi siempre -. Porque la fatiga no te espera y salís temprano; a ese negocio o a ese taller o a ese super o a ese negocito que te espera para que levantes las persianas con la ilusión de que alguien entre rápido.-

De fregar, limpiar, cocer, te han salido algunas marcas en las manos y siempre , ya acostada buscás esa cremita que trate de diluir ese testimonio. Y, así te dormís. Y soñás. Soñás con una nenita de guardapolvo blanco que corre por el borde de una vereda soleada y con pastito hacia una escuelita. Como lo hace ahora tu hijita.

Y, sonás. Soñás con aquellos bailes primeros donde escondías la esperanza de arribar a la construcción de eso que las revistas llaman “el hogar”. Como lo hará tu hijita.

Y soñás . Con ese primer jueguito de muebles comprado en 24 meses que cuidaste mucho hasta que comprendiste que no podías dejar ese trabajo. Y soñas; soñas que es suficiente para ser feliz y, es solo un sueño.

Y contás esos pesitos en la mesita de la cocina todas las noches y sacás las cuentas para mañana cuando sus ojos se entornan como si se tratara de una emoción.-. Y soñás, que sos feliz que allí en esa camita a tu lado está un futuro que vas a construir porque el tuyo se cayó.

Y soñas, soñas cosas hermosas, vestidos hermosas en tus manos hermosas que vieron como la sed de algo justo no pudo ser saciada por el agua que se escurrió entre los dedos pero de una mano ya encallecida.

Y salís, como si fuera el primer día, como ese primer día de aquel, tu primer trabajo cuando piba.

Salís luego de un rápido y tierno beso en una mejilla. Salís y recordás lo que soñás, y esperá de nuevo esa nueva noche, porque en esos sueños se construye una ilusión que no morirá contigo, porque la estas sembrando en esa camita. Para que germine con más fuerza y sus manitas no deban soportar dolor y al salir, para volver a esa cocinita, mirás en alguna vidriera esos libros que no tuviste oportunidad de leer nunca, porque aunque hubo amor cuando eras una piba no hubo un alerta fuerte y contundente para percibir lo que sería de tus manos.

Y dejaste el colegio. para ir a trabajar saliendo tambien de otra camita como la que ahora, te lleva a soñar, querida amiga de mi patria, querida argentina del trabajo, señora de mi bandera orgullosa, pabellón de la justicia de los trabajadores; sabes? yo tambien sueño, yo tambien sueño por esa mujer que como vos, siendo mi madre una obrera, soñó que en otra camita, a su lado, yo saldría a la vida a derruir la injusticia. Y , yo sali, y estoy todavía a tu lado mujer trabajadora argentina, noble y veraz, sacrificada y luchadora.-

No dejes de contar las moneditas, allí en ese contar estan las cuentas de tantos días dados a tus compañeros a tus iguales a tus compatriotas, porque eso es la patria, es el trabajo tuyo y el de millones como vos.-

Por lo que digo querida amiga tempranera; no dejes de soñar. No dejes esa camita sin sembrar los sueños. Somos millones de sueños que, todos juntos formarán algún día, algún día, esa comunidad justa solidaria, trabajadora y creativa construida con manos que no son hermosas, son más que eso, son útiles.

Dr Juan de Dios Romero

Nota: el autor a los 14 años se desempeñaba como obrero en esa vieja estación de tranvías que supo estar en Parral y Gaona, era en 1954 y, recién egresaba de la Escuela Fabrica “Transportes de Buenos Aires”, en la calle Boedo, casi esquina Independencia .-Y su mamá, tambien soñaba.-



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