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El nuevo tiempo. El viejo orden
Por Centro Carlos Marx - Sunday, Mar. 20, 2005 at 10:31 PM
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Las clases dominantes en nuestro país están actuando de una forma inteligente. Que cambie todo lo que sea necesario para que en realidad no termine cambiando nada.

Editorial
El nuevo tiempo. El viejo orden

Han transcurrido los primeros quince días del nuevo gobierno de "centroizquierda" en el Uruguay. Ya están en práctica las nuevas disposiciones del gobierno presidido por Tabaré Vázquez. Sin embargo varios acontecimientos se han venido sucediendo que merecen un análisis más detenido en procura de identificar las claves principales de este proceso en curso.

Como ya habíamos comentado en anteriores editoriales el pasado 16 de febrero se había firmado entre todos los partidos con representación parlamentaria un acuerdo multipartidario sobre economía, política internacional y educación. Es así como con mayorías parlamentarias propias el Frente Amplio, sin ninguna discusión interna, decide condicionar aún más los alcances de su programa de gobierno. Estos condicionamientos terminan de cerrar todo el periplo que arranca desde la nominación de Danilo Astori como ministro de Economía en Washington frente a los organismos de crédito internacional -al inicio de la campaña electoral- y culminarán seguramente sobre el final de este mes cuando se llegue a un entendimiento con el Fondo Monetario Internacional, se suscriba una nueva Carta de Intención y se pague puntualmente la deuda externa.

Pero sin embargo, la "transición" como se dio de llamar por los medios no ha sido tan tranquila y ya muestra sus fisuras. Cabe aclarar que estas fisuras no son provocadas ni por el movimiento obrero, ni por las organizaciones de la izquierda clasista. Donde las primeras mantienen expectativas y están aguardando los hechos concretos del gobierno en los temas salarial y de negociación colectiva y las otras están literalmente en su peor momento histórico, pulverizadas en infinidad de grupúsculos sectarios y por ahora sin convocatoria alguna.

Es indudable que el recambio político en el Estado burgués fue aceptado por las clases dominantes de Uruguay, han exigido determinadas garantías sobre las cuestiones fundamentales del quehacer económico y político y hasta ahora no se han visto afectados en sus intereses fundamentales. Pero este gobierno y su nutrida bancada parlamentaria  no son sus representantes políticos. Estos siguen siendo -aunque devaluados frente a la consideración popular- los partidos tradicionales (blancos y colorados). Por lo tanto la nueva representación política (o los que aspiran a cumplir ese papel) exige un acelerado aprendizaje por parte de ambos. Es así como -por ejemplo- los medios principales de comunicación vienen procesando un acelerado reajuste, con cambio de personal, de imagen, de los mismos enfoques con que se transmiten las informaciones. Aparecen en los medios masivos el canto popular, los trabajadores, la miseria de los barrios populares, los planes de emergencia social del gobierno, etc. Esto permite constatar el perfil "oficialista" de los medios masivos. Los canales de TV abierta funcionan en concesiones sin contratos ni canon. Fueron regalías políticas otorgadas hace muchos años por los partidos tradicionales. Su situación jurídica es débil y podrían ser separados de las mismas y por ende cerrados. Hay que congraciarse entonces con el gobierno de turno.

Pero el personal político desplazado necesita desesperadamente tener un espacio de influencia en el gobierno, le es imprescindible para poder sostener su base social y el gobierno los necesita para atenuar su accionar, para condicionar su programa de transformaciones y así esgrimir estos acuerdos antes sus bases militantes como argumento de su limitado alcance.

El Partido Nacional, el principal partido de la oposición, había decidido participar en los cargos públicos en las empresas del Estado a cambio de ciertas posiciones que les diesen un rol protagónico. El debate a la interna de este partido ha provocado sus grietas internas, entre la intransigencia de los grupos más neoliberales (Herrerismo) que combaten activamente contra la nueva administración y los sectores más dialoguistas que optan por agarrar lo que sea con el fin de foguear nuevos cuadros políticos (Correntada Wilsonista). Esta última una apuesta a futuro. Pero esta situación hizo eclosión con el Banco República y la enseñanza. En estos ámbitos, donde la toma de decisiones requiere mayorías calificadas en los directorios el nuevo gobierno se mantuvo firme. El control de estos temas los tendrá el gobierno del FA, por lo tanto la oferta sería de 4 cargos para el gobierno 1 para la oposición. Esto activó la ruptura de la incipiente "mega-coalición" que se estaba vislumbrando con el acuerdo del 16 de febrero. Los blancos no aceptarían ningún cargo, pero votarían las leyes que le sirvan al "país". Conocemos a que "país" se refieren, sabemos a que clases sociales defienden a ultranza, ese será su país, pero no es el nuestro. De ahí lo inexplicable de la actitud del gobierno de enviar las nóminas de directores de entes y servicios descentralizados incompletas, aguardando a que los blancos reconsideren su participación en las mismas. No podemos pecar de ingenuos, para cambiar este país necesitamos por lo menos gente nueva al frente de estos organismos y no financiar y alentar la formación de nuevos cuadros de la burguesía (como desvergonzadamente lo afirman y reconocen).

Pero la oposición no será con "lealtad institucional" como gusta decir al presidente Vázquez, aludiendo así a la "respetable" postura que sostuvo el Frente Amplio en el medio de la crisis del 2002, conteniendo a un pueblo saqueado y hambreado y sostener así  al gobierno de Jorge Batlle. Tres días apenas de asumir el gobierno y ya explota la crisis de COFAC. En setiembre del 2004 la situación patrimonial de COFAC estaba por debajo de los mínimos permitidos por la normativa bancaria. En ese momento la prensa no se hizo eco de esto a pesar de ser una información pública. Recién a  tres días de asumido el gobierno la noticia empezó a circular por varios medios que responden a la burguesía financiera (Búsqueda, Radio Sarandí, etc) y alentaron de esta forma una corrida bancaria contra esta institución obligando al Banco Central a suspender sus operaciones.

Por otra parte, en un procedimiento policial por el homicidio de un joven en un baile de Montevideo se produjeron desmanes por todo un barrio, con destrozos  y protestas posteriores de los vecinos de la zona en cuestión. El hecho más sintomático es que en la suspensión del baile participaron los grupos de choque de la Guardia Metropolitana (Granaderos)  y nadie sabe quien los llamó, incluyendo al propio ministro José Díaz. Y si él no fue, ¿quién dirige a la policía en este país? El tema es que en la Policía Nacional, primera frontera del aparato represivo  estatal los "cambios" (que no fueron tales) implicaron el nombramiento en las Jefaturas de Policía Departamentales de oficiales superiores de la misma institución. Estos cargos son políticos, y en una institución que presenta altos niveles de corrupción interna, que está acusada de múltiples abusos en contra de los detenidos y de un sinfín de arbitrariedades es inconcebible que no se designen cuadros políticos de confianza del ministro. El personal de carrera en una institución que no posee un escalafón jerárquico en función de la  capacidad y medianamente objetivo (y que nunca lo tuvo ni se propuso tenerlo) constituye algo en lo que "prima facie" no se debe confiar y más teniendo en cuenta su pasado de represión del movimiento popular y de la izquierda. Estos errores políticos se van a empezar a pagar y ya se ven sus consecuencias en estas actitudes de las fuerzas policiales que desbordan a los propios mandos. Los aparatos de represión del Estado burgués no pueden ser reformados, un torturador no puede ser reformado, deben ser relevados y sustituidos por otras personas y  concepciones al frente de las instituciones (por lo menos para hacer alguna reforma en serio).

¿Qué es lo que le impide al gobierno el ir más a fondo?. El factor "Allende" pesa y pesa mucho en algunas estructuras partidarias. Desde hace años, las organizaciones clásicas de la izquierda han estado estudiando esa experiencia y señalan como un factor de la desestabilización de la experiencia chilena  su poca capacidad de acordar con las clases dominantes. (Aunque la realidad haya sido exactamente la contraria, Allende intentó contener la autoorganización popular emergente que empezaba a tomar su propio camino anticapitalista y fue así un artífice involuntario de su propia destrucción al quedar inerme ante el enemigo, abriendo los ojos a la realidad cuando ya era tarde, aunque, honor es decirlo, supo asumir las consecuencias de su error con heroica dignidad). De ahí nacen las ideas que nos plantean el Socialismo como perspectiva estratégica, de largo aliento, muy largo aliento. Este camino largo hacia el Socialismo pasaría por una etapa capitalista de desarrollo de las fuerzas productivas, un "capitalismo en serio" al decir de Mujica. Algo para las futuras generaciones, mientras tanto las clases dominantes seguirían acumulando sus riquezas y los pobres que esperen. Un planteo que además cierra los ojos a la experiencia histórica de América Latina de siempre: el capitalismo sólo a servido para profundizar la dependencia, la colonización, el subdesarrollo, el pillaje imperialista. 

Ante el planteo de Chávez de conformar un grupo de estudio sobre la problemática de la deuda externa entre la Argentina, Brasil, Venezuela y Uruguay, el ministro de Economía Danilo Astori anunció que "no lo veía conveniente".("...Uruguay ha venido transitando por un sendero que consideramos apropiado y correcto, y hoy en día como lo hemos podido comprobar (...) Uruguay es un país muy respetado por la conducta política que ha tenido y eso es un capital muy grande, muy importante que debemos preservar. Es uno de los principales activos que tiene el Uruguay en el exterior". Conferencia de Prensa tras la visita de Chávez)  Imagínense, un simple grupo de estudio, para definir una estrategia común para encarar en mejores condiciones las negociaciones con los organismos de crédito genera este tipo de respuesta. Ni hablemos entonces de un Frente de Deudores. Y la última perla en el collar es la exigencia del "súper-ministro" de no modificar el régimen de AFAP´s y no tocar el Tratado de Inversiones establecido en forma secreta entre el anterior gobierno de Batlle y los EEUU.

Las clases dominantes en nuestro país están actuando de una forma inteligente. Que cambie todo lo que sea necesario para que en realidad no termine cambiando nada. Lo importante no son los hombres sino que son las estructuras económicas, políticas o históricas que condicionan la explotación y opresión de unas clases sociales por otras. El capitalismo en serio  es un sueño utópico en el Uruguay actual. Sin la participación activa del Estado en la inversión productiva, sin el control nacional de nuestra principal riqueza (la tierra y la ganadería), sin el desarrollo de la industria con medidas proteccionistas, con el control del ahorro y el comercio exterior, será  esta experiencia simplemente una caricatura y ahí una nueva etapa surgirá tras la decepción con la izquierda. Nada se descarta.  

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No es tan así... Antonio - Para Leonardo Mir Monday, Mar. 21, 2005 at 7:43 PM
El centro de la política del F.A. Leonardo Mir Monday, Mar. 21, 2005 at 6:58 PM
:) Antonio Monday, Mar. 21, 2005 at 3:49 PM
Planta Mariano Monday, Mar. 21, 2005 at 8:05 AM
antonio estas? antonio estas? Monday, Mar. 21, 2005 at 1:46 AM
Los "peores americanos" Atahualpa Sunday, Mar. 20, 2005 at 11:05 PM