Julio López
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Hoy como ayer el pueblo desaparecce
Por Indymedia Córdoba - Thursday, Mar. 24, 2005 at 2:40 PM

“De los antiguos poderes dominantes quedan restos desordenados del complicado rompecabezas que los mantuvo arriba por décadas. Un caos de intereses, y de personajes que representan esos intereses, deambula por los cada vez mas estrechos pasillos de los Poderes nacionales. Los políticos de antes son reemplazados por nuevos modelos: Políticos con mil caras.”

(EZLN, México 1998)

 

Otro 24 de Marzo nos llena de bronca por lxs compañerxs caídos, de rabia por tanto genocida impune. Otro aniversario en que reavivamos la lucha contra la impunidad de los asesinos de ayer y de hoy. Hoy reafirmamos que para tener justicia nada podemos esperar del propio Estado si no hay un reclamo masivo que pueda terminar con la impunidad.

Resulta imprescindible relacionar los aberrantes hechos ocurridos en la historia reciente argentina, con nuestra realidad actual, puesto que es paradójico ver que todavía hoy –a 29 años de la imposición del terrorismo de Estado que aniquiló la libertad de expresión, la justicia y sobre todo la vida de miles de personas- lxs responsables de este crimen sistemático organizado gocen de los privilegios que ellxs mismxs negaron a sus víctimas. Víctimas que aun hoy nos duelen. Y nos duelen no sólo por la barbarie a la que fueron sometidxs, sino también porque son la imagen temible de un pasado que se perpetúa con el sostenimiento de un régimen económico que deja a millones de argentinxs por debajo de la línea de pobreza mientras se continúa pagando la fraudulenta e ilegítima deuda externa; y un aparato represivo que –más allá de las medidas sensacionalistas- ha permanecido estructural e ideológicamente intacto (gatillo fácil, tolerancia cero).

Durante mucho tiempo, la incansable denuncia de lxs familiares, de los organismos de derechos humanos y de otras organizaciones (nacionales e internacionales), y la crudeza de los testimonios recogidos por la CONADEP, de personas que fueron secuestradas, torturadas, cercenadas, humilladas y que a su vez presenciaron el asesinato y la tortura de hombres y mujeres confinados en los centros clandestinos de detención, fueron los únicos que nos hablaban del plan siniestro que utilizaron lxs genocidas en el que se violaron sistemáticamente todos los derechos humanos. Las voces que planteaban que esto era sólo un discurso utilizado para desprestigiar al accionar “heroico” y antisubversivo del autodenominado “Proceso de Reorganización Nacional”, fueron desmentidas por los hallazgos e innumerables pruebas, y posteriormente con la desclasificación de la documentación secreta de los organismos de seguridad norteamericanos, que develaron el carácter continental del plan represivo (Plan Cóndor, etc.)

A partir del 24 de marzo de 1976 -aunque la represión estaba ya presente desde unos años antes-, y durante los casi 8 años que duró la dictadura, la desaparición forzada de personas fue la técnica utilizada por la Junta y sus secuaces para imponer esta metodología del terror que disciplinaría el tejido social y acabaría con lxs “subversivxs”: activistas o simpatizantes de cualquier movimiento de protesta o crítica social, obrerxs, universitarixs, comerciantes, profesionales, intelectuales, personas con orientaciones sexuales diferentes al heterosexismo impuesto, etc (link a estadísticas nacionales). Lo que se consideraba subversivo tenía un alcance tan vasto como imprevisible, y cualquier persona que no encajara con la idea de “orden” impuesta y sostenida por la Junta y sus cómplices, era eliminada en todas las formas posibles. El miedo se instaló en gran parte de la sociedad, y las terribles frases “por algo será” y “no te metás” cumplieron el efecto deseado. Llegan a nuestros días las consecuencias de tan devastadoras acciones.

La memoria y el olvido se entrelazan en la historia de nuestro pueblo y es que la participación social y el compromiso por la verdad y la justicia tuvieron que enfrentar la sanción de las Leyes de la Impunidad y los indultos de Menem, y toda clase de manejos y negociados políticos.

Y tal vez porque la memoria cotidiana construye la memoria futura, tal vez porque la mordaza al presente permite evitar el recuerdo, es que la dictadura censuró, clausuró, impidió y destruyó el trabajo de los periodistas, los medios alternativos de información, las voces contra el régimen de terror. Una recorrida sobre las cifras de periodistas muertos nos muestra que fue el grupo que, comparativamente, tuvo mas desaparecidos, secuestrados y torturados; una ojeada sobre los nombres de los comunicadores asesinados durante la dictadura nos muestra su calidad y empeño en el hecho de resistir a partir del decir, difundir: Paco Urondo, Rodolfo Walsh, Haroldo Conti”. 

El papel de la memoria es, entonces, decisivo. Aquí sí NO TENEMOS DERECHO AL OLVIDO. Nuestra sociedad permaneció durante muchos años como mera espectadora ante las luchas de los organismos de DDHH, y con el tiempo, una versión digerible y suavizada de estos hechos había terminado instalándose y casi justificando la nefasta teoría de los dos demonios y, por lo tanto, al terrorismo de Estado. Sin embargo, nuestra historia está inscrita de alguna manera en la memoria social, en la memoria de nuestro pueblo. Y volvió a surgir visiblemente por diferentes motivos y canales en la rebelión del 19 y 20 de diciembre de 2001, y en los procesos de participación social y política anteriores y posteriores.

La memoria activa implica una elaboración del pasado que nos permita no ya olvidar, sino recordar de otra manera para actuar reflexivamente en el presente. Debemos denunciar situaciones análogas y continuidades, y comprometernos con la creación de condiciones sociales para que las mismas no se reproduzcan.

Reivindicar a lxs desaparecidxs y las luchas de los años 60 y 70, no implica únicamente la lucha por el juicio y castigo a lxs culpables –aunque la incluye-, sino que debe asumir la lucha –que es hoy la misma lucha- por la plena vigencia de TODOS los derechos humanos: derecho al trabajo, a la salud, a la educación, a la vivienda, a la vida, a la libertad, al ejercicio pleno y libre de nuestra sexualidad…

 

Córdoba

Córdoba fue uno de los lugares donde la represión actuó con mayor ensañamiento. La tradición de un movimiento obrero combativo, antiburocrático y organizado, con hombres de la talla de Agustín Tosco, Atilio López, René Salamanca; que a su vez se relacionaba con un fuerte movimiento universitario y juvenil, y que dieron lugar a hechos que marcaron la historia como el Cordobazo y el Viborazo hicieron que se convirtiera en uno de los objetivos primordiales de la política represiva de la dictadura.

El Tercer Cuerpo del Ejército, con el “cachorro” Luciano Benjamín Menéndez a la cabeza, tuvo como epicentro a Córdoba, y abarcaba a 10 provincias del Noroeste y Cuyo. Su jurisdicción comprendía a Jujuy, Salta, Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza, San Luis, Córdoba, Santiago del Estero y Tucumán. Bajo su órbita funcionaron 60 campos de concentración. En nuestra provincia, específicamente, se encontraban: 1) Campo La Perla; 2) La Perla Chica (Malagueño) ; 3) Campo de La Ribera; 4) Departamento Informaciones o División Inteligencia de la Policía de la Provincia; 5) Casa de la Dirección Provincial de Hidráulica; 6) División Informaciones; 7) Unidad Penitenciaria Uno (U.P.1) .

En estos campos, se aniquiló física y psicológicamente a miles de personas, y con mayor énfasis en los sectores estudiantiles y entre lxs trabajadorxs, ambos grupos sociales bastante organizados y combativos de las políticas de entrega y represión que desde 1955 imponían las fuerzas armadas en el país. Más del 72 por ciento de lxs desaparecidxs denunciados ante la Conadep fueron obrerxs o estudiantes.

Es importante remarcar aquí que el genocidio en nuestra provincia se hizo con la complicidad de la Iglesia Católica con Monseñor Primatesta a la cabeza.

Al retorno de la democracia, ante los alzamientos militares, hubo fuertes reacciones populares (tomas de facultades, asambleas en lugares de trabajo, movilizaciones…), marcando así el fuerte sentimiento antimilitar y la firme decisión de luchar contra la impunidad, pese a la obediencia debida y punto final de Alfonsín.

Córdoba no se mantuvo ajena al proceso de recuperación de la memoria, y a casi veinte años del golpe, nace H.I.J.O.S. (Hijos por la Identidad y la Justicia Contra el Olvido y el Silencio) como actor colectivo, y con la exigencia de juicio y castigo a los culpables, dando fuerza a la lucha que llevaban adelante desde el 83 distintos organismos de derechos humanos, fuerzas políticas de izquierda, organizaciones sindicales y sociales.

 

Hoy como ayer, a 29 años del golpe...

Ayer secuestraban, torturaban y asesinaban...hoy los genocidas del falcon verde son los que golpean e intimidan a la esposa de un compañero de Zanon, que como tantos otrxs intenta subsistir en este sistema, desigual y represor, trabajando sin patrones de forma cooperativa...

En las cárceles están quienes osan negarse a tanta opresión -disfrazada hoy de progresismo-, un progresismo que les niega el derecho a decidir a las mujeres, pero que detiene y golpea, en Caleta Oliva, a una compañera hasta causarle la pérdida de su embarazo.

Mientras tanto, el gobierno le lava la cara a las fuerzas armadas, y deja impunes a los asesinos de la democracia. Juan José Alvarez, uno de los responsables políticos de la masacre del Puente Pueyrredón, no sólo sigue impune, sino que es el actual responsable de seguridad de la ciudad de Buenos Aires.

En Córdoba, los asesinos de David Moreno y Sergio Ferreira, muertos durante la represión  del 19/20 del 2001, siguen libres... las cárceles no fueron pensadas para ellos... Las hicieron para quienes no quieren esclavizarse, para lxs que luchan: el gobierno de Kirchner tiene procesadxs a más de 4000 luchadores/as populares.

Por su parte, De la Sota, de la mano de Blumberg y el Manhattan Institute, impone la tolerancia 0, por eso hoy a lxs adolescentes lxs secuestra el C.A.P. en cualquier esquina, por cómo se visten, peinan o porque intentan llegar al centro, lugar reservado por el poder para una clase. Desaloja a familias de sus viviendas, pasándoles las topadoras por encima, para avanzar en su modelo de cuidad, escondiendo a lxs pobres entre los campos de soja, y así exterminándolos junto a la tierra con los pesticidas, en silencio... lejos de la pomposa y ordenada ciudad que construye junto a Bugliotti...

Este es un gobierno que fue capaz de secuestrar por 24 horas a los hijxs de una de las familias que le dijo no a tanto atropello, llegó el turno del Km8, costa canal... familias que ni siquiera llegaron a manifestarse porque las topadoras estaban sobre ellxs... Esta vez el negociado es con el Aeropuerto de Córdoba.

Ésta es la ciudad de Juez y De la Sota: sin pobres en el centro, con shopping y casino a costa de Villa La Maternidad, con un Aeropuerto que ahora puede ser Internacional gracias a las ruinas de la Villa Km 8... y lxs violentxs somos nosotrxs, por eso nos asesinan y torturan como lo hicieron durante y después del motín en San martín.

 

En definitiva…

En la Argentina de hoy, lamentablemente, la gran mayoría de lxs responsables militares y civiles de la dictadura están en libertad, favorecidos por una justicia que se demora y demuestra su decisión de no acabar con la impunidad (como por ejemplo la libertad de Massera en los últimos días y el inexistente arresto domiciliario de Menéndez) y a su vez todo esto reforzado por un aparato represivo aun intacto, y una Iglesia en la que persisten todos los rasgos de una ideología fascista, como dejó en evidencia el vicario castrense Baseotto, al pretender aplicar nuevamente los “vuelos de la muerte” a todxs sus oponentes.

Otro aspecto relevante de la etapa actual es la criminalización de la pobreza, un alto índice de asesinatos impunes a manos de miembros de las fuerzas de seguridad y una política sistemática de judicialización de la protesta social que ostenta el récord de presxs políticxs y luchadorxs procesadxs en democracia.

Pero también están hoy, inmersos y vivos en el campo popular, pujantes y con plena vigencia, las luchas, los sueños y los aires de cambio que acompañaban y daban fuerza a todos y todas lxs compañerxs de esa generación, que así siguen y seguirán presentes, en el mundo nuevo que todxs llevamos dentro de nuestros corazones.

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