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Solo los trabajadores podemos garantizar nuestra propia seguridad laboral
Por Colectivo BORDO - Wednesday, Mar. 30, 2005 at 7:44 PM
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Cuando ponen al lobo a cuidar a las gallinas, CUIDATE DE QUIEN TE CUIDA. MAPFRE es una de las multinacionales españolas que junto con Telefónica, el Banco Santander Central Hispano y la petrolera Repsol YPF constituye uno de los grupos económicos más poderosos de la península ibérica. Hace unos años se instaló en la Argentina y se transformó en una de las Aseguradoras de Riesgo de Trabajo que más ganancias obtuvo. Pero al mismo tiempo, es una de las Aseguradoras que más condenas tubo por poner en riesgo la salud de los trabajadores que debía asegurar.

MAPFRE es una de las multinacionales españolas que junto con Telefónica, el Banco Santander Central Hispano, la petrolera Repsol YPF constituye uno de los grupos económicos más importantes de la península ibérica.

Desarrolla actividades de servicios relacionadas con seguros para automóviles, viviendas, campos, empresas, industrias, de vida y ART en 37 países. El año pasado obtuvo 10.500 millones de dólares mundialmente, con un aumento en las ganancias del 20% con respecto al a año 2003.

Según un informe publicado por el diario Ámbito Financiero, solo en nuestro país MAPFRE aumentó sus beneficios un 23,1% durante el año pasado. Y no es para menos, tiene 21.000 empresas clientes y alrededor de 180.000 afiliados.

Pero como consiguió semejante ganancia es lo que resulta sobre todo interesante. Veamos:

En primer lugar, ahorró el alto costo que implicaba equipar centros para atender cirugías e internaciones de los trabajadores accidentados, contratando instituciones médicas en base a los precios y no a la calidad de la cobertura que brindan. De este modo, disminuyó notablemente sus perdidas porque achicó los gastos al máximo posible.

Con ésta misma lógica de lucro, rechazó sistemáticamente enfermedades laborales, argumentando que las causas no estaban asociadas a lo laboral. Llegando al extremo de otorgar altas antes de tiempo.

Rechazó prácticamente todos los reclamos en los que los compañeros manifestaban síntomas de estrés ocupacional (que está científicamente demostrado, causa deterioro de la salud del trabajador porque influye sobre su sistema inmunológico lo que determina la aparición de enfermedades infecciosas). Derivando a los afectados al psicólogo con el argumento de que las afecciones tenían que ver “...con la esfera personal del trabajador y no con el trabajo mismo...”.

También la mayoría de los casos con hernias, várices y patologías en la columna vertebral, contraídas por los compañeros en su lugar de trabajo, fueron sistemáticamente rechazadas. Es común ver en los informes “...daño encontrado de vieja data...”, “...congénito...” o “...de origen inculpable...”.

Es más, en un reciente informe que envió a la SRT (Superintendencia de Riesgos de Trabajo), MAPFRE ubicó a las actividades desarrolladas en las Casas de Estudios entre las que “...menos riesgos acarrea al trabajador...”. Aunque acá, cave aclarar que lo mismo hicieron otras ART contratadas por las universidades nacionales del interior.

En base a estos datos, las estadísticas elaboradas por la SRT, sostienen que “...la mayoría de los accidentes sufridos por los docentes y no docentes de las universidades nacionales tienen que ver con choques contra objetos, golpes contra objetos y por caídas de objetos...”.

Es decir, MAPFRE (que se supone, es la encargada de prevenir y reparar los daños causados por la falta de inversión en seguridad e higiene por parte de los rectores) niega sistemáticamente la calificación de una enfermedad como “profesional” o derivada del trabajo, argumentando que el trabajador tiene una personalidad vulnerable.

Por eso, en sus informes médicos solo reconoció como “enfermedades profesionales” las reacciones o desordenes por “estrés post traumático”, “las reacciones vivenciales anormales neuróticas”, “los estados paranoides y la depresión psicótica” que tuvieron un nexo causal específico relacionado con un accidente laboral.

Esta claro: para nuestra aseguradora de riesgo laboral, el proceso de trabajo docente y no docente dentro de la UBA no es un factor productor de patología mental. Esta, únicamente se contempla en los casos derivados de un accidente en la propia persona del compañero o por presenciarlo.

Para MAPFRE la protección de la salud de los trabajadores no es más que un negocio. Por eso tuvo tanta ganancia. Y por eso seguimos sosteniendo que está en juego nuestra salud y nuestra integridad psicofísica.

Todo esto, lógicamente, es facilitado por la cada vez más reducida lista de enfermedades profesionales.
Pero hay más. Varios juzgados le fallaron contra por no pagar las sumas indemnizatorias que corresponden a varios trabajadores accidentados.

Esto al mismo tiempo que algunos jueces extendieron a MAPFRE las condenas contra las empresas aseguradas, porque entendieron que los accidentes de trabajo estuvieron relacionados con el incumplimiento del deber de seguridad que no fueron controlados ni denunciados por esta aseguradora.

Por otro lado, hace poco se conoció un dictamen en el que la sala IV de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal falló contra MAPFRE en un juicio que inició contra la AFIP, para que ésta no le cobrara una deuda de millones de pesos por la falta de pago del impuesto a las ganancias.

EL CONTROL DEBE ESTAR EN NUESTRAS MANOS

Queda más que claro que somos los trabajadores docentes y no docentes de la Universidad, los únicos que podemos garantizar nuestra propia seguridad laboral.

Por eso, es necesario que nos organicemos desde las bases para exigirle al Rector y a los decanos el cumplimiento de todas las normas de higiene y seguridad laboral y la puesta en marcha de un plan de inspección en todas las facultades e institutos de la UBA, particularmente en los que hay mayor siniestralidad laboral.

Desde la Agrupación BORDO planteamos:

· Inmediato aumento de nuestros salarios y del monto para las indemnizaciones por accidentes.

· Formación de comisiones docentes y no docentes que tomen a su cargo el control de los ritmos de trabajo y las normas de seguridad en todas las universidades, para evitar que ocurran los accidentes de trabajo y obligar a los rectores a que inviertan en nuestra seguridad laboral.

· Que las enfermedades profesionales y laborales sean determinadas por comisiones de docentes, no docentes, médicos y profesionales en riesgos de trabajo.

· Pensión igual a la canasta familiar para los trabajadores damnificados y sus familias.


Agrupación BORDO
Trabajadores No Docentes de la UBA

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