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Gran Triunfo del Partido Obrero en Infosic
Por Agencia Walsh - Thursday, Apr. 07, 2005 at 12:46 AM

Finalmente, siete trabajadores, entre ellos los dos delegados gremiales, fueron reubicados y los dieciocho restantes recibieron el pago del sesenta por ciento de la indemnización simple por parte de la patronal encabezada por Sergio Szpolski

UNA HISTORIA SOBRE EL TRIUNFO DE LOS TRABAJADORES DE INFOSIC

La decisión de la reapertura de la agencia nacional de noticias Infosic, producida el jueves pasado, encontró a parte del colectivo de la agencia Rodolfo Walsh en la elaboración de un balance acerca del conflicto laboral en la empresa periodística, propiedad de Sergio Szpolski. Asimismo, cumplimos en otorgar el derecho a réplica a Abel Sanabria, quien nos enviara algunas líneas en relación al despacho emitido por la agencia sobre el caso Infosic, el 1 de abril.

Historia y desenlace de la lucha en Infosic


La frase resultó demoledora. La sensación cubrió de tristeza primero, y de orgullo después, a ese trabajador que del otro lado del teléfono celular escuchó lo que quizás presentía, pero le costaba aún aceptar. “Ya empezaron a pagar”, dijo la voz de uno de los delegados de los trabajadores. Era el principio del fin de una lucha ejemplar para todo el gremio de prensa. Una pelea histórica que un puñado de periodistas libró hasta conseguir que la patronal aceptara, tras negarlo una y mil veces, que la agencia Infosic era suya y abriera, de una buena vez, el juego para reubicar a los trabajadores que querían mantener la fuente laboral, e indemnizar en efectivo y al contado al resto que, hartos de Szpolski y sus secuaces, prefirió encarar nuevos rumbos.

Finalmente, siete trabajadores, entre ellos los dos delegados gremiales, fueron reubicados (dos a la revista Veintitrés, cuatro al diario La U y uno a la auditora de medios Infofax); y los dieciocho restantes recibieron el pago del sesenta por ciento de la indemnización simple. El miércoles 23 de marzo fue la fecha oficial en la cual los trabajadores de Infosic pusieron fin a una historia construida principalmente por ellos y respaldada por centenares de trabajadores de prensa, obreros en lucha, militantes de movimientos de desocupados y dirigentes defensores de los derechos humanos, entre muchos otros.


Los trabajadores y los patrones

Los trabajadores de la agencia han construido a través de su incansable espíritu de lucha una historia que merece ser contada. El primer intento de cierre ocurrió en febrero de 2002. El empresario y operador político César Mansilla se presentó en la sede de Humberto Primo 2286 y anunció el cierre de la empresa. Lo que Mansilla desconocía es que ese grupo de trabajadores estaba dispuesto a luchar. “De esa fecha recuerdo cuando se organizó una movida en la puerta de la agencia y como nunca toda la cuadra se cubrió de gente. Fue la época de las asambleas barriales y ese día estuvieron casi todas las de los barrios porteños de la zona sur. Muchos ese día lloramos de emoción”, recuerda un ex trabajador.

Aquel fue el primer triunfo de los periodistas ya que Mansilla debió dar marcha atrás con su idea y colocó al tiempo a un grupo de testaferros suyos para que comiencen con el vaciamiento de la empresa. Gustavo Novillo, un don nadie que sólo apareció tres veces por la agencia, generó un nuevo conflicto cuando se negó a pagar los salarios durante casi tres meses. La experiencia de la lucha anterior hizo que a las audiencias que se llevaban a cabo en el Ministerio de Trabajo se le agregaran medidas de acción directa hacia afuera. Que el conflicto trascienda las puertas de Humberto Primo 2286. Fue así que junto con cientos de militantes del Movimiento Territorial de Liberación (MTL) los periodistas de Infosic realizaron un inolvidable escrache frente a las oficinas de Novillo en avenida Córdoba al 300. El tipo no dudó. Pagó los haberes adeudados y se retiró del negocio.

Tras la salida del grupo Devicom (Novillo y Hugo Martino) entró en escena Sergio Bartolomé Szpolski y todo su prontuario a cuestas. Los optimistas de siempre se alegraron por la ¿salida? de Mansilla y creyeron que la llegada del vaciador del Banco Patricios iba a ser beneficiosa para el conjunto de los trabajadores. Como la mayoría del empresariado nacional prometió algo y no cumplió nada. Un año atrás envió por primera vez los telegramas de despidos. Aquel 7 de abril de 2004, un día antes del inicio de la semana santa, lo que Szpolski no previno fue que “los dementes”, como apodó a los compañeros de Infosic, iban a derribar el portón de la sede administrativa de la empresa, en Serrano 1139, y a ocupar el galpón donde también funciona hasta hoy Infofax. Por primera vez Szpolski debió concurrir al Ministerio de Trabajo y acatar la conciliación obligatoria dictada por la viceministra Noemí Rial. En los tres años de conflicto, aquella fue la única vez que apareció en escena el secretario general de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA). Daniel das Neves no tuvo otra opción: representó a los trabajadores y acudió ante el pedido de la comisión interna a verse las caras con Szpolski. Entrada la noche los trabajadores regresaron a su lugar de trabajo con una nueva y contundente victoria.


El final

Cuando la mayoría comenzaba a planear sus vacaciones un nuevo golpe sacudió la integridad de los trabajadores. El 7 de enero (otra vez siete) llovieron los telegramas de despidos. La patronal siempre tan débil e irresoluta, cuando de dañar se trata, armó una fortaleza con patovicas y matones armados en Serrano y Córdoba, pero le dejó a los despedidos la sede de Infosic, que fue ocupada durante los 76 días de lucha. Desde allí planearon e idearon qué hacer para quebrar a la patronal, discutieron, se pelearon, convocaron a los demás trabajadores a sumarse a la pelea e, inclusive en una actitud poco común por estos días, abrieron su espacio de lucha como una instancia de reagrupamiento de todo el gremio, donde se evidenció que hace más de 10 años que el sindicato no llama a un plenario de delegados y activistas. Los trabajadores de Infosic aguantaron, disfrutaron algunos momentos y soñaron. Vivieron allí hasta que ganaron. “Nos preguntábamos si pasábamos más tiempo en Humberto Primo o en nuestras propias casas. Con el tiempo armamos nuestra propia cocinita: hubo ravioladas, fideos, algún vinito tinto y mucho compañerismo. Esto último fue clave para sostener la unidad durante tanto tiempo”, relató otro ex trabajador de la firma.

Las acciones fueron in crescendo hasta que se decidió en asamblea ocupar el diario universitario La U, otra de las empresas de Szpolski, cuya redacción funciona en Diagonal Norte y Florida. El golpe asestado fue de nocaut, pese a que el grupo de periodistas la pasó mal, como era de esperar, en el famoso piso 11: sin poder alimentarse, ni ir al baño, con la luz cortada y rodeados de matones, aguantaron hasta que la patronal debió “por afuera” realizar una propuesta concreta ante el Ministerio de Trabajo. Los delegados supieron conseguir el mejor acuerdo posible dentro de la imposibilidad de negociar con un tipo como Szpolski.


El papel del sindicato y del Ministerio de Trabajo

Algunos compañeros del gremio advirtieron un cambio de actitud en la UTPBA al haber puesto una camioneta con sonido las veces que fue necesario para difundir el conflicto, que haya pagado la impresión de dos afiches de dimensiones importantes elaborados por los trabajadores y que haya participado de la toma de La U. No hay duda que es poco, y que un sindicato debe aportar mucho más, pero frente a la falta de compromiso de la organización y a la inacción ante cada conflicto, lo que logró la gente de Infosic fue muy valioso. “La presencia del sindicato se limitó a respaldos de los secretarios gremiales, primero fue Edgardo Miranda y luego Jorge Muracciole, quienes estuvieron con nosotros. Del resto de la conducción del sindicato no tuvimos ni noticias”, enfatizó un trabajador. Y agregó: “Cuando decidimos poner en funcionamiento Infosic en lucha (la página en internet que sirvió como una herramienta más para difundir el conflicto) la UTPBA prometió un aporte económico para solventar la iniciativa que todavía estamos esperando”.

Si la participación del sindicato como cuadro relevante y trascendental para sostener la pelea fue deslucida, lo hecho por el Ministerio de Trabajo resultó insoportable. Qué un funcionario nacional haya afirmado en la cara del secretario gremial del sindicato y frente a los delegados de base que “no podía hacer absolutamente nada” para resolver el conflicto describió, una vez más, que esta determinación no fue por incapacidad, sino la toma de partido por una de las dos partes en conflicto, los empresarios, en concordancia con un Gobierno que aparenta una cosa y hace otra.



Los medios alternativos


Desde la agencia Walsh nos sentimos reconfortados con la actitud y el espíritu de lucha de los compañeros de Infosic. Una lucha que también fue nuestra como colectivo decidido a respaldar y acompañar tanto en la cobertura y difusión de la información cuanto con las medidas de acción directa decididas por los trabajadores. También resultó decisivo el aporte de los compañeros de la Red Eco, de Anred, Indymedia, y el resto de los medios que integran la regional Buenos Aires de la Red Nacional, que como parte de su práctica de periodismo militante, no sólo informaron paso a paso el desarrollo del conflicto, sino que también acompañaron a los trabajadores en las asambleas, en la puerta del ministerio y en los escraches a las empresas de Szpozlki.


Lo que sigue

Infosic ha vuelto con la presencia del único trabajador que no fue despedido por Szpolski. Volvió a difundir noticias desde el jueves 31 de marzo. Pero jamás volverá a ser la de antes. Aquel grupo de 25 periodistas que se animó a comenzar una pelea casi en soledad, demostró que la unidad de los trabajadores no es ficción. Bien podría haber sucedido que una buena parte hubiera aceptado los cantos de sirena de la patronal y “agarrado algún dinerillo” al principio del conflicto y cortarse por la libre. No lo hicieron. Mantuvieron la unidad hasta el final, ese ha sido su mayor logro y ese es su ejemplo para el resto de los trabajadores. Hoy estos compañeros y compañeras en otros lugares de trabajo podrán aplicar esta experiencia, pero fundamentalmente estén donde estén podrán contar con orgullo que fueron parte de la lucha de Infosic



Agencia Walsh


A continuación se reproduce el texto enviado a nuestra agencia por Abel Sanabria


ES VERDAD VOLVIO INFOSIC, PERO SIN SUS TRABAJADORES

Es cierto, esta semana, de manera muy extraña,volvió a funcionar la página de la agencia de noticias Infosic.
Pero es muy díficil que sea lo que fue sin 25 de sus 26 periodistas o sin 97 de los que trabajaron allí hasta el 2002 o el 2003.
La caída de esta voz en Argentina es terrible y su regreso, si ocurre, es más rato y difícil todavía.
Yo quedé en el medio. No me despidieron nunca, no me pagaron el sueldo hasta hoy y al relanzar la página me pusieron a escribir.
Es fácil darse cuenta de que si me piden que escriba no me pueda negar y es un poco más difícil entender que si me piden que reabra la agencia, lo
deba hacer.

Lo demás son sospechas absolutamente injustificadas, dimes y diretes, más de señoras gordas que de peridodistas.
Ni Szpolski, ni nadie en este gremio se puede parar delante mío y pedirme "informes", nadie como yo se enfrentó con el dueño de la agencia, pero al contrario
de lo que suele pasar, Szpolski me respeta, no me hechó y ahora me puso a escribir en Infosic.
Yo no me conté los cables que hacía en Infosic como lo hicieron mis compañeros, ni anoté mis llamados teléfonicos como hicieron ellos. Por eso se enojaron
conmigo.

Yo planteé que defendamos la agencia y en una votación el único que defendió esa postura fui yo. Los demás querían salvar la fuente de trabajo. Ir a un
informativo nocturno de Plus Satelital, el Diario La U
o un diario barrio llamado El Urbano.

Yo puedo caminar por la calle y hablar frente a cualquiera. No ataco de atrás. Voy de frente y estoy en esto.

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