Debate en Cuba sobre el futuro del socialismo
Por EL MILITANTE -
Thursday, Apr. 07, 2005 at 12:16 PM
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DEBATEN EN CUBA LA RENOVACIÓN DEL
SOCIALISMO |
Reivindican la
figura de Trotsky; buscan los jóvenes una alternativa de izquierda
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Fecha : ( 07-Abril-2005 )
Categoria : Cuba
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Hay
una nueva generación de cubanos que, de forma desprejuiciada, se ha
acercado a los valores de la revolución de octubre, a Trotsky, a
Gramsci, a Lukács y a Rosa Luxemburgo”, dice en entrevista Celia
Hart Santamaría, impulsora del debate sobre el socialismo en la
isla.
Por Gerardo Arreola
La
Habana, 5 de abril. Una nueva visión crítica del socialismo está
empezando a debatirse en Cuba en medios académicos. Incluye la
reivindicación abierta del revolucionario ruso León Trotsky y se ha
puesto a remover la historia para explorar el futuro que espera en
la isla a las nuevas generaciones. “Apenas estamos saliendo de
la amnesia en que nos consumió la desesperación económica por la
caída de la Unión Soviética”, dice a La Jornada una de las
animadoras del debate, Celia Hart Santamaría, física de profesión,
quien renunció a su especialidad en la Universidad de La Habana para
dedicarse a la investigación y la discusión políticas. En el
periodo especial (la crisis que siguió al colapso del socialismo)
""las opciones que se buscaron, como la de los balseros, fueron
desesperanzadas y sobre todo de derecha", dice Celia, graduada en
1987 en la desaparecida República Democrática Alemana (RDA), quien
se mantiene como militante del Partido Comunista de Cuba (PCC).
“"Pero hay una nueva generación que, de forma desprejuiciada, se
ha acercado a los valores de la revolución de octubre (de 1917, en
Rusia), a los nuevos pensadores como Trotsky, (Antonio) Gramsci,
(György) Lukács, Rosa Luxemburgo”, agrega Celia. Aunque los tres
últimos autores se conocen marginalmente en Cuba, Trotsky aún es un
desconocido. Durante una semana, en una reciente feria editorial,
dos de sus obras se exhibieron por primera vez aquí. Pero cuenta
Celia que dos artículos suyos se publicaron el año anterior en el
diario Juventud Rebelde sin la mención que ella hizo del fundador
del Ejército Rojo. “Creo que el gran desarrollo educacional de
nuestro país ha permitido que este grupo de jóvenes, que no es
mayoría todavía, logre integrarse y buscar una alternativa de
izquierda”, dice respecto al naciente debate. “Muchas veces los
jóvenes no querían ingresar al PCC porque lo veían burocratizado.
Ahora yo creo que, sin que sean un partido, hay jóvenes que buscan
en Cuba una alternativa de izquierda, que va a ser nuestra mejor
defensa cuando ocurra que Fidel (Castro) ya no esté”. Celia es
hija de dos veteranos de la revolución cubana: Armando Hart, actual
director de la Oficina del Programa Martiano, y la fallecida Haydée
Santamaría. Ahora dirige el museo Abel Santamaría, dedicado a la
memoria de su tío, otro de los iniciadores de la insurrección de los
cincuenta. “La situación económica del país, con empresas mixtas
donde hay de alguna manera propiedad privada, aunque sea extranjera,
puede hacer que haya fuerzas restauradoras del capitalismo, como
ocurrió en la Unión Soviética”, señala Celia.
Herencias de Octubre
La
entrevista se realizó a raíz del seminario Las otras herencias de
Octubre, que a mediados del mes sesionó en la Unión de Escritores y
Artistas de Cuba y fue organizado por la cátedra Haydée Santamaría
(el foro académico que ha ido articulando el debate), con el
respaldo de la Asociación Hermanos Saiz (entidad gremial de jóvenes
creadores). Celia dice que ese encuentro fue el primero que
realiza este conglomerado universitario, paulatinamente cohesionado
por una discusión que ella calcula que tiene no más de año y medio.
Señala que hace pocos años hubiera sido “impensable” reivindicar
públicamente a Trotsky en Cuba y reseña su propio giro intelectual:
"A mí me salvó mi padre para las ideas del socialismo. Cuando llegué
de la RDA me entregó El profeta armado y El profeta desarmado (dos
de los tres tomos de la monumental biografía del dirigente ruso, de
Isaac Deutscher). “Yo no creía en el socialismo. Para mí no era
una sociedad viable. Cuando leí a Trotsky y a Rosa me di cuenta de
que no, de que aquello no era el socialismo. Que hay una nueva
manera de hacer el socialismo, que el socialismo está por hacerse.
Doy mil gracias de que se haya caído la Unión Soviética, con el
dolor que me dan tantos camaradas muertos”. Celia señala que el
debate no tiene aún impacto en el PCC ni en su rama juvenil, la
Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). "El estatus del partido es la
inercia que le queda. Pero ya la cosa no está en tratar de reformar
ese partido. La cosa está en formar estos grupos, en debatir primero
las ideas, en ponernos de acuerdo y por supuesto no quedarse ahí. Lo
que le espera a mi generación es muy fuerte: la manera en que
nosotros podamos estructurar una revolución dentro de la revolución,
una revolución que a lo mejor puede que fracase en Cuba, pero
triunfe en Venezuela o en otra parte de América Latina”. La
difusión en un sitio electrónico trotskista del artículo "La bandera
de Coyoacán", fechado el 19 de diciembre de 2003, de Celia Hart,
marcó la primera reivindicación pública desde Cuba de la figura y el
pensamiento de Trotsky, a lo que siguió otro texto de la autora
replicando a la tesis estalinista de que es posible construir el
socialismo en un solo país. El seminario sobre “Las otras
herencias...” fue una especie de tormenta de ideas, que cruzaron en
numerosas direcciones la historia del pensamiento y la obra de la
izquierda en el siglo pasado. “Pensar las herencias de la
revolución rusa de 1917 en el siglo XXI, luego de una hegemonía casi
absoluta del imaginario estatista dentro de las izquierdas y de la
trivialización de la idea misma de revolución en las derechas y en
la vida cotidiana, implica echar a andar una memoria crítica”,
indicaba la convocatoria, que invitó a examinar octubre “como un
documento de cultura, sin olvidar que lo fue también de barbarie”.
Sin conexión directa con el seminario, pero como ejercicio
intelectual paralelo, se realizó el año pasado la mesa redonda ¿Por
qué cayó el socialismo en Europa oriental?, organizada por la
revista bimestral Temas y cuyo texto completo aparece en el más
reciente número de la publicación. En ambos foros participaron
integrantes de una generación de ciudadanos cubanos que alcanzó a
estudiar en los antiguos países socialistas, y en algunos casos a
desarrollarse profesionalmente. En la discusión de Temas
prevaleció una crítica múltiple al estalinismo, pero quedó abierto
el debate sobre si la Unión Soviética y los países del antiguo campo
socialista podían haberse reformado desde dentro. “Para todos
esos países ya había pasado el cuarto de hora de las reformas”, dijo
uno de los ponentes, el economista Julio Díaz Vázquez. “El último
adiós a las reformas se produjo en Checoslovaquia”. Otro
expositor, el historiador Ariel Dacal, señaló en cambio que "resulta
demasiado rotundo decir que la caída era irreversible, que no era
reformable", pero advirtió: "Dadas las características del sistema,
todo cambio sólo podía hacerse desde arriba". Dacal citó el
fenómeno de que las actuales elites política y empresarial de Rusia
provienen de la nomenklatura soviética. El europeísta Francisco
Brown, al hilo de esa idea, señaló que esa cúpula "se recicló, de
ahí que participara, contribuyera y se beneficiara del colapso".
El crítico de arte Desiderio Navarro respaldó la idea de que
había opciones de reforma desde la izquierda, aunque en algunos
casos sus impulsores fueron excluidos de los partidos y sus obras
anuladas (el húngaro Lukács, el alemán Rudolph Bahro, el ruso
Maiakovsky). Agregó que la concentración de poder y relaciones
facilitó a la elite socialista el salto al capitalismo. "Se sabe
ahora que era posible, en un cambio como aquel, que no ocurriera un
Apocalipsis, aquel escenario de caída del socialismo según el cual
los funcionarios supuestamente serían perseguidos y arrastrados por
las calles, sino que, al revés, ellos podrían ser los winners".
El sociólogo Aurelio Alonso estimó que "el socialismo en el
siglo XXI hay que reinventarlo, con mucha imaginación, en el plano
económico, pero también, y quizás sobre todo, en el político y en el
cultural, ya que parece obvio que, en buena medida, el fracaso se
debió a la incapacidad manifiesta para generar una democracia
verdadera; no según los patrones trillados, sino a partir de la
configuración de un sistema que garantice la participación del
pueblo en los procesos de decisiones, como conductores y no sólo
como conducidos". Brown y otros investigadores habían publicado
aquí en 2002 el volumen Europa del Este: el colapso, primera obra de
su tipo en Cuba, que concluye que el socialismo fracasó en uno de
sus modelos debido a "errores" y "grandes deformaciones", no como
sistema social: "En el análisis de las causas del colapso del
socialismo europeo... el rasgo básico y general es el de acciones
conscientes de los hombres y por tanto evitables o factibles de
haber sido erradicadas o evitadas con una acción consecuente y
oportuna".
http://www.jornada.unam.mx/2005/abr05/050406/048n1mun.php
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