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2005, cantos de sirena
Por José MARIMAN* / Periódico Azkintuwe - Thursday, Apr. 21, 2005 at 3:35 PM
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Editorial

2005, cantos de sire...
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Nuevos cantos de sirena se anuncian en el horizonte, cuando la Concertación de nuevo entrará a buscar votos para un nuevo período. Frente a esa acción los etnonacionalistas mapuche deben ser claros desde ya, en llevar hasta los últimos rincones del territorio la denuncia de las políticas discriminatorias dominantes en la Concertación, como en sus rivales una pizca más a la derecha. La búsqueda de alianzas políticas que encausen el descontento social en Chile se impone, pero con la condición de avanzar antes en la creación de una fuerza propia.

De cuando en cuando en Chile se ponen de moda ciertas frases en el mundo político. Así ocurrió, por ejemplo, con “bajar el perfil”. Por nuestros tiempos se ha vuelto de uso masivo y popular aquello de “hay que dejar que las instituciones trabajen”. ¿Cómo entender esa expresión a la luz de ejemplos concretos con relación a los mapuche? El informativo Mapuexpress ha divulgado en su página web, que el “miércoles 23 de marzo (2005) se constituyó en la Cámara de Diputados una Comisión Especial”, dedicada al estudio del informe de la Comisión de Verdad Histórica y Nuevo Trato, así como a “la implementación de sus políticas con los Pueblos Indígenas en Chile”.

No obstante, el informativo agrega que, de “los 12 diputados que componen esta Comisión, al momento de la elección de Presidente, sólo asistieron 3 de la Concertación”. Por lo anterior, la derecha se habría adjudicado la presidencia (se habría impuesto por cuatro votos, eligiendo Presidente a René García de Renovación Nacional -parlamentario de la IX Región-, equivaliendo la movida a poner al lobo al cuidado de los borregos). Frente a este hecho, ¿ha trabajado la institucionalidad?

Una respuesta rápida sugiere un ¡sí!, ¡absolutamente sí! Había una reunión parlamentaria planificada con un propósito claro, y no se presentaron todos los parlamentarios de la Concertación, conglomerado político que en teoría expresa y defiende los intereses mapuche bajo el auto compromiso de un “nuevo trato”. En consecuencia, la institución -Comisión Especial- y la institucionidad –dar inició a la gestión a la hora y en el lugar previsto- operaron con el material dispuesto.

Se podrá discutir aspectos técnicos de la constitución y elección de Presidente de esa Comisión, como el que la votación no tiene valor porque el reglamento de la Cámara indica que bla, bla, bla (se podrá incluso cambiar a futuro algunos aspectos de ella); pero lo inequívoco es que quienes debían estar respondiendo a su compromiso, no lo estaban. El resto es anécdota, con una moraleja para aquellos mapuche aún esperanzados en la gestión del socialista Lagos: para la Concertación los mapuche valen muy poco.

Una respuesta más completa también encamina a un ¡sí!, porque a meses de expirar la tercera administración de la Concertación, es manifiesto que la problemática mapuche le importó muy poco al conglomerado de gobierno. Lagos quedará en la memoria mapuche, como otro gobernante más que hizo escasas concesiones a los mapuche, en términos de derechos colectivos y pluralismo cultural. Las desigualdades y discriminación social y política contra los mapuche continuaron durante su gestión, bajo la forma de la acostumbrada “invitación” sí o sí, a aceptar los proyectos que la sociedad y cultura dominante tienen reservado a los mapuche, y poner oídos sordos o responder burocráticamente a sus demandas.

Ejemplo de ello es el menosprecio que vivieron cinco mil mapuche-lafkenche y sus propuestas en Trawa-Trawa, Puerto Saavedra (Azkintuwe Nº 5, abril 2004), el llenado del embalse Ralko con la complicidad del gobierno, que no hizo nada para impedir que un cementerio mapuche-pewenche quedará sepultado bajo las aguas (Azkintuwe Nº 6, mayo 2004), y por sobre todo la represión y el encarcelamiento de muchos mapuche, por la vía del recurso a la ley antiterrorista heredada de la dictadura militar.

Por estos días varios presos políticos mapuche finalizan una huelga de hambre para llamar la atención sobre sus causas, la persecución de que han sido objeto por la cofradía gobierno-empresarios-latifundistas, las irregularidades en sus procesos (uso de testigos enmascarados e inhabilitación de jueces que no consideran aplicable la ley antiterrorista al conflicto mapuche-empresarios), las condenas absurdas (con largas detenciones preven-tivas que violan la presunción de inocencia de los imputados), las condiciones inhumanas y peligrosas de sus encierros, los atentados contra la vida de algunos de ellos (caso de Julio Huentecura), y los allanamientos y maltrato policial a hogares, niños, mujeres y ancianos mapuche. Pero la actividad huelguista no parece conmover a las autoridades políticas de turno, que siguen empeñadas en someter y dominar a los mapuche, siguiendo el derrotero de las políticas indígenas: asimilar a nuestro pueblo.

Nuevos cantos de sirena se anuncian en el horizonte de este 2005, cuando la Concertación de nuevo entrará a buscar votos para un nuevo período. Frente a esa acción los etnonacionalistas mapuche deben ser claros desde ya, en llevar hasta los últimos rincones del territorio mapuche, la denuncia de las políticas discriminatorias dominantes en la Concertación, como en sus rivales una pizca más a la derecha. La búsqueda de alianzas políticas que encausen el descontento social en Chile se impone, pero con la condición de avanzar antes en la creación de una fuerza propia. La acción política de los mapuche seguirá siendo a futuro poco eficaz, sino se construye el instrumento capaz de hacer avanzar el proceso nacionalitario: la fuerza o el partido etnonacionalista mapuche / Azkintuwe


* Editorial Periódico Azkintuwe Nº13, Abril de 2005. Pág. 2.

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