SOLIDARIDAD CON EL GARRAHAN
Por EL MILITANTE -
Monday, Apr. 25, 2005 at 2:55 PM
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POR UN PARO GENERAL DE TODOS LOS
TRABAJADORES DE LA SALUD |
Los trabajadores del
Garrahan muestran el camino |
Autor : Raúl Moretti Fecha
: ( 25-Abril-2005 ) Categoria : Movimiento obrero
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os
trabajadores del Garrahan dijeron basta a 14 años de congelamiento
salarial, humillaciones y postergación, y hoy encaran una lucha
emblemática del movimiento obrero, particularmente estatal.
Lo primero que conviene aclarar es una situación de
contexto. El Garrahan es un hospital de pediatría de alta
complejidad, es decir en sus instalaciones se realizan operaciones y
tratamientos complejos, que no se pueden hacer en ningún otro
hospital pediátrico de todo el país, y su calidad profesional lo
hace único en Latinoamérica.
Estos elementos ya nos
permiten posicionarnos claramente, pues lo primero que hay que decir
es ¿por qué hay un solo hospital de estas características en todo el
país? ¿Por qué, si “sobran” médicos como dice Ginés González el
ministro de salud, éste y otros hospitales trabajan a destajo, con
escasos insumos, y prestan una atención desbordada ampliamente por
una población con enormes necesidades sanitarias, que espera con
turnos de hasta un año para poder ser atendida? Acaso el ministro
quiso decir que, para el negocio privado de la salud: clínicas
privadas y medicina prepaga, ya existen demasiados profesionales.
El sistema de salud en Argentina está en una
situación lamentable, con pocos hospitales, una infraestructura que
se cae a pedazos, pocos médicos, pocos insumos, una población
pauperizada, especialmente en el conurbano bonaerense, que acude en
masa a los hospitales de Capital Federal porque no tiene otros
medios, y porque esa situación de pauperización pone su condición
sanitaria en un cuadro cada vez más delicado, y por supuesto con
salarios deprimidos tanto del personal médico, como del personal no
médico.
Esta es la verdad, y quien no lo quiera ver
debe ser realmente porque gana los “mejores sueldos del país” como
dice el Ministro González (ministros, diputados, senadores,
funcionarios, gerentes) algo lejano a la mayoría de los
trabajadores, y se pueden pagar “algo mejor”.
Las
mentiras no se pueden sostener
Como ocurriera con
el conflicto de los trabajadores del Subte cuando pararon por
recomposición salarial, las mentiras y manipulaciones están aquí
también a la orden del día.
Primero, lo de que los
trabajadores del Garrahan reciben los “mejores sueldos del país”,
ante lo cual sólo basta para desmentirlo el sencillo hecho de
mostrar los recibos de sueldo, como han hecho los trabajadores.
Luego, lo de las operaciones derivadas
arbitrariamente y la acusación de que no se cumplían operaciones por
el paro, ni se hacían las guardias mínimas. Las operaciones las
empezó a derivar el directorio del hospital de manera arbitraria. En
pleno paro se han hecho hasta 20 operaciones ya que ninguna en
carácter de urgencia se ha suspendido. Y todas las guardias se
vienen cumpliendo, sin abandono de ningún paciente.
Una última y repugnante maniobra fue anunciar la
muerte de un chiquito, que se intentó relacionar con el paro. Su
padre, con un dolor tremendo, salió a aclarar que profesionalmente
se hizo todo lo posible, y que su muerte nada tenía que ver con el
paro. Qué puede haber más canalla que esto por parte de los grandes
medios y los funcionarios, no lo podemos imaginar.
Es
interesante destacar el apoyo que ha recibido la lucha por parte de
padres con hijos internados en el hospital, que vienen poniendo la
cara frente a la prensa, para destacar la labor de los trabajadores
y apoyar su reclamo.
Saludamos la determinación de
los compañeros y apostamos a un triunfo que tomaremos como de todos
los trabajadores, esperando que el éxito final de los reclamos
empuje a los compañeros de la sanidad y todos los trabajadores a
tomar esa senda.
Hay que extender la lucha
Los compañeros han logrado arrancarle al gobierno
$300 después de década y media de congelamiento. Como han declarado
los compañeros del Garrahan, aunque estos $300 no abarcan el reclamo
de una recomposición del 70% en el básico ni el 2% de antigüedad, y
además falta ver si se puede agregar al básico, es un primer paso
grandioso.
Pero lo más importante es que le han
sacado al gobierno la careta de que no hay recursos, y de que el
“aumento salarial para estatales es imposible” y lo han obligado a
mantener negociaciones directas con los representantes de los
trabajadores del Garrahan, a lo que se oponían hasta hace dos días
el ministro de salud y los dirigentes de ATE.
En
estos días se entra en una fase complicada en la mesa de
negociaciones, y no está descartada una maniobra del gobierno para
dar marcha atrás e intentar quebrar la lucha para que el ejemplo del
Garrahan no se contagie a otros hospitales del país.
Como los trabajadores del Garrahan y de otros
hospitales están demandando, la mejor garantía para que se acepten
sus reclamos es mediante la extensión de la lucha. Por eso es muy
correcto el reclamo que elevaron a ATE para que declarara un paro
nacional de todos los trabajadores de la salud, ya que las demandas
de los trabajadores del Garrahan, como las del Hospital Posadas y
del Álvarez, que también salieron a la lucha estos días, son las
mismas independientemente de que unos estén ubicados en Capital y
otros en provincia.
Además, teniendo en cuenta que
cuando se habla de patronal en este caso, dicho rol lo cumple el
Estado (de la Ciudad y Nacional), la organización de un paro tiene
que tener las mayores previsiones cuantitativas y cualitativas,
porque el enfrentamiento es superior inclusive al que se puede dar
contra una empresa.
Para obligar a los dirigentes de
ATE a dar este paso, lo deseable sería forzar asambleas en los otros
hospitales, discutir, resolver y votar un paro unitario de, al
menos, todos los trabajadores de la salud de los hospitales porteños
y de la provincia de Buenos Aires. Una medida así de masiva y
contundente, es muy difícil de quebrar, y tiene altísimas
probabilidades de éxito.
Y lo cualitativo se da en
este mismo proceso: se equiparan las condiciones salariales para
todos los trabajadores del sector de una sola vez, el paro se
sostiene más fácilmente evitando el desgaste, los métodos no
burocráticos dan confianza a los trabajadores arrinconando a su vez
a la burocracia, y el éxito de la medida aceitará la dinámica de
estos trabajadores, mostrándose a la vez como un ejemplo e incentivo
para otros trabajadores que aún no pueden sumarse a la lucha por
distintos motivos.
El peligro, como lo están
experimentando los trabajadores del Garrahan, es que no lograr esta
cohesión hace que el enfrentamiento sea más duro y los somete al
aislamiento. Y con el paro en marcha, esperar o forzar la
solidaridad del sector y de otros, es una tarea mucho más difícil,
aunque no imposible.
Desde luego, los compañeros del
Garrahan lo han intentado y es ahora que se deberían redoblar los
esfuerzos para lograr un paro general convocado por ATE y el resto
de los sindicatos de la salud y de todo el sector, refrendado
democráticamente por Asambleas de todos los hospitales porteños y
bonaerenses para que los beneficios de un triunfo en el Garrahan se
contagien al resto del movimiento de manera arrolladora.
Organizar una corriente sindical opositora
La arremetida de la clase obrera se muestra como
una de las sombras más oscuras en las previsiones de este gobierno.
El paro del Garrahan confirma esta tendencia, pero urge superar los
desafíos que esto implica; es necesario superar la acumulación
fragmentada de conflictos (un elemento tal vez inevitable al
principio), por un salto en calidad con medidas de fuerza unitarias
por sector, con asambleas en cada lugar de trabajo, delegados
revocables, superar las direcciones burocráticas, ya sea se pongan
al frente de los reclamos de base, o desplazándolos por no cumplir o
traicionar esos reclamos.
ATE, en el caso del
Garrahan con Micheli a la cabeza, entendió que no podía andar dando
vueltas y jugando a las escondidas, y la extraordinaria firmeza
demostrada por los trabajadores lo obligó en un par de días a tener
que bajar a las asambleas y apoyar, aunque parcialmente, las
demandas de los trabajadores buscando poner fin al conflicto por
miedo a que éste se extienda a otros hospitales de la Capital y la
provincia de Buenos Aires.
Como lo venimos
sosteniendo, la necesidad de una Corriente Sindical de Oposición al
interior de las centrales obreras, no hace más que confirmarse en
éste y otros conflictos. Los activistas obreros de la salud podrían
dar un ejemplo al resto de los activistas en los demás sectores
llamando a una asamblea general de trabajadores de Capital y
provincia para formalizar la constitución de esta corriente en ATE y
otros sindicatos del sector salud, para ofrecer una alternativa de
dirección frente a las actuales direcciones conciliadoras y
burocráticas que se desentienden de los reclamos de los
trabajadores.
Además está pendiente el tema del
sistema de salud y los recursos financieros, no sólo para sostenerlo
sino para modificarlo radicalmente en sus puntos más oscuros,
transformándolo para ponerlo al servicio de todos los trabajadores y
el pueblo, en todo el país, gratuito y con la mayor calidad técnica,
tecnológica y profesional. Y esta lucha la deben encabezar por
ejemplo compañeros como los del Garrahan. Ellos han dado un primer
paso que incentiva a profundizar la senda.
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