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En el Primero de Mayo el proletariado da un paso adelante o se queda atrás
Por Eté Dazton - Saturday, Apr. 30, 2005 at 3:26 AM
etedazton@hotmail.com Mérida-Venezuela

La emancipación del proletariado tiene que ser obra del proletariado mismo y, no de pasguatos intelecuales

En la sociedad capitalista, los medios de producción no pueden ponerse en movimiento más que convirtiéndose previamente en capital, en medios de explotación de la fuerza humana de trabajo. Esta exigencia, la que los medios de producción y de vida se convierta en capital, se alza como un espectro entre los capitalistas y la clase trabajadora.


!Camaradas!


Me dirijo a ustedes quienes se honran en no tergiversar la conmemoración internacional de la gloriosa jornada de lucha que llevaron a cabo los libertarios comunistas norteamericano en las calles de Chicago en 1886 hace 119 años.
Ahora bien, el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela Hugo Chávez Frías lanzó la frase que el camino es el socialismo, el socialismo siglo XXI. Pero, sin una política independiente de clase, de una férrea organización revolucionaria y de un programa o plataforma de lucha que deslinde campos con las pretensiones oportunistas y reformistas en el seno de quienes nos aglutinamos en el bloque de cambio, no se podrá dar el paso hacia adelante y nos quedándonos atrás. El socialismo que no se adscriba al preámbulo de los estatutos de la Asociación Internacional de los trabajadores -I Internacional Proletaria-, no es socialismo, sino una vulgar caricatura.
Así, pues, que, en este día se ha de resaltar hecho histórico de el Primero de Mayo por ser la prueba ad oculum, por lo menos una vez al año, de la verdad fehaciente, conocida y aunque no por eso reconocida, de que quienes lo producimos todo, no poseemos nada en relación a lo producido con lo obtenido, haciendo resaltar que por el capricho negligente de una minoría torpe que dirige los destinos del mundo, la sociedad en su conjunto padece de una espantosa miseria física y espiritual en el 80 % de la población, pudiéndose producir más y mejor.
De allí que, brindemos los hechos históricos ocurridos en otrora según la verdad y de la importancia de su conmemoración en la lucha que viene librando el proletariado desde que surgió como expresión de clase en razón a la posición definida que tiene en el proceso productivo revalorizando el capital, y que por su dinámica tiene su hito en la Revolución Industrial.
Abramos la vista y veamos entonces esta página viva de heroicidad, de fervor en el movimiento obrero internacional.
Se reseña en la historia de nuestras luchas que en la deriva continental del norte, en la primavera de 1886 en la mañana del primero de mayo los obreros que vendían su fuerza de trabajo como vulgar mercancía en la empresa Mac-Cormick en la ciudad de los vientos -Chicago- en la Unión de Estados Americanos -U.S.A.-, se decidieron en bloque a abandonar sus labores deteniendo la producción en franca manifestación de desacuerdo contra la inhumana y brutal jornada de explotación de 14 y 16 horas diarias de trabajo. Pero Los dueños, los capitalistas de la empresa en vez de optar por la vía de la concertación, el diálogo a fin de considerar la factibilidad de la petición reivindicativa de los trabajadores, como en justicia de ley convenía, apeló a su método de lucha favorito: La fuerza. Y la policía, vértebra en la espina dorsal del Estado burgués que había sido entrenada contra la acción de calle de protesta y manifestación, arremetió con todos los hierros, produciendo el desenlace fatal que arrojó un resultado trágico de muertos y heridos, más el presidio a sus dirigentes y la horca.
De ese lúgubre acontecimiento nació la expresión de “los mártires de Chicago”, y para hacer memoria y honra a esa jornada de lucha, sacrificio que, por su trascendencia marca uno de los hitos más importantes en la acción social que ha librado el proletariado hacia el objetivo final: La jornada de 10 horas.
De allí que, en 1889 en la dinámica del movimiento sindical internacional, en la promoción para orientar las luchas frente a una de la crisis cíclicas que padece el régimen de producción capitalista, la II Internacional Proletaria -organización suprema del proletariado- convoca al Congreso de 189O con los siguientes objetivos: Establecimiento de la jornada de 8 horas diarias de trabajo para todos los obreros, eliminación de las agencias de empleo, creación de una legislación internacional del trabajo que regulase la actividad, la eliminación del trabajo nocturno, alcanzar el control de los medios de producción y eliminar el trabajo de las mujeres y los niños en las fábricas. Fue entonces en ese Congreso de 189O que a solicitud de la delegación de los Estados Unidos, se aprobó declarar el Primero de Mayo como Día Internacional del Trabajador.
Valga la digresión ya que es necesario acotar que, en Venezuela, el movimiento sindical comenzó en el año 1936 con la primera huelga petrolera. Siendo necesario referir que el 1ero de Mayo se comenzó a resaltar su importancia en 1946, un año después de haber sido legalmente instituido por Medina Angarita en 1945, Prosigamos.
Así, pues, que, en honor a este hecho magno, cada Primero de Mayo se paralice la fuerza de trabajo a escala mundial, es decir, se detenga el funcionamiento de los medios de producción mundial que ponen en movimiento el gigantesco ejército de trabajadores en el planeta. y en esta fecha en que el proletariado activo tiene siempre la posibilidad de rendirle homenaje a esos grandes hombres que lucharon con valentía contra quienes han sido históricamente incesantemente tercos en contrarrestar la dignificación social del obrero, brinda también la ocasión para señalar que es el día para que la dirigencia que ha conducido al movimiento sindical rinda cuenta de sus actuaciones. Así como coloca sobre la mesa la oportunidad para realizar un balance, como la de fijar nuevas metas en la lucha permanente, inenterrumpida hacia el objetivo final: La emancipación del trabajo de su condición e mercancía, la abolición de las clases y la extinción del Estado. Por tanto, hemos de hacer ¡Un minuto de silencio en Honor y Gloria a los caídos en Chicago!.
Concluida la reseña, se hará una nota sobre la distinción del sindicalismo y la labor sindical realizada por una camarada en la línea de formar ideológicamente a la clase trabajadora hela ahí:
Toda persona interesada por conocer la historia del movimiento obrero puede demostrar empíricamente que los Sindicatos son la organización natural de la clase obrera, por ser la forma primigenia de la que se valieron espontáneamente los trabajadores asalariados para aglutinarse en torno a la defensa de sus intereses de clase frente a la brutal explotación de la fuerza de trabajo por la clase capitalista. Resaltando que la misma desde sus inicios ha sido estatutaria, por lo que su afiliación es de libre voluntad. De allí que, teniendo como fin inicial históricamente el de aglutinar el mayor número de miembros de la clase trabajadora, no puede ser una organización apéndice de los partidos políticos, pero a su vez debe cumplir con la función de Escuela de unidad, Escuela de solidaridad, Escuela de administración, Escuela de gobierno, Escuela de formación ideológica de clase, para que así en su momento puedan ejercer el control obrero de los medios productivos. Como también se ha de decir que sus métodos de lucha deben de ser la persuasión y la coacción. Ésto en términos generales es el contenido de la labor sindical. El sindicalismo, que dicho sea de pasada, no tiene absolutamente nada que ver con posiciones revolucionarias en razón a que es una estructura burocrática que limita la acción de los Sindicatos a la discusión y negoceo de las contrataciones colectiva, así como de su defensa y, la mayoría de las veces en contra de los intereses de los trabajadores.
Por lo que, en Venezuela jamás ha existido la labor sindical, prueba de ello es que lo referido anteriormente en la historia del movimiento sindical en el país ha brillado por su ausencia.
Pero, valiéndonos de la autocrítica, se ha de reconocer que con la conformación de la U.N.T. en el proceso de cambio que vivimos, se crearon expectativas en el movimiento obrero cuando al enfrentarse a ese monstruo de la C.T.V. -hoy un cascarón vacío- pautaron la orientación para los Sindicatos por el camino de la labor sindical y, desafortunadamente la proposición la convirtieron en un cliché, una frase revolucionaria, pero vacía, dedicándose a implementar la vieja senda del sindicalismo.
Por último, para aprovechar el espacio se ha denunciar el plagio perpetrado al nombre de este órgano de publicación de ideas revolucionarias que en otrora llevaba el título de “La Hojilla” hoy prostituido por un par de bufones y una fea en Venezolana de Televisión, al no expresar lo que desde aquí se manifiesta. Ese trío de delincuentes intelectuales cabalgaron sobre un trabajo de 11 años para beneficio propio, habiendo más de una Celestina en el gobierno y en la Asamblea Nacional que los amparan.

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