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Buen entendimiento entre los gobiernos Argentino y Uruguayo.
Por Mago Ariel -
Friday, May. 06, 2005 at 12:46 PM
Ante la afirmacion del presidente uruguayo Vazquez sobre que "defendera la contaminacion ambiental", el Ministro argentino Fernandez le cambio el apellido y en reconocimiento a su valor, fue proclamado presidente argentino por el locutor del acto.
La desopilante comedia diplomática fue iniciada nada menos que por el propio presidente Tabaré Vázquez, dando paso luego al jefe de Gabinete argentino, un auténtico maestro de los enredos y los furcios sistemáticos.
Capítulo 1 - Luego de reunirse con el presidente argentino Néstor Kirchner, Vázquez ofreció una conferencia para explicar -frente a las protestas suscitadas- la legislación ecológica en torno a la instalación de las plantas de celulosa. Allí el presidente aseguró que defenderá ''la contaminación ambiental'', lapsus del que no se percató y que no fue corregido por sus escuchas.
Capítulo 2- Los mejores momentos, sin embargo, fueron entregados por la labor del jefe de Gabinete Alberto Fernández, que si bien pareció haber olvidado las lecciones del manual diplomático, improvisó maravillosamente su libreto. Presentó a Vázquez como el "presidente Tabaré Areas". La primera vez que lo hizo todo el mundo se percató del error, pero luego de repetirlo una segunda y tercera vez, los uruguayos presentes casi salen a revisar los resultados del pasado comicio electoral. Al parecer Tabaré Áreas era un periodista político fallecido hace tres años.
Capítulo 3- Al final, cansado, Tabaré debió corregirlo y hacer honor a su verdadero apellido. Las escenas finales fueron de todos modos las más jugosas, a cargo de un personaje que aparecía tapado y se robó la comedia: el locutor del evento. Para estar a tono, el sujeto mencionado presentó al jefe de Gabinete como "el presidente Fernández", lo que debe haber ocasionado la mirada preocupada de Kirchner, al verse temporalmente destituido. Para rematar, lo mejor: el locutor lo llamó más tarde "señor gabinete". Llegado el momento, cualquiera esperaba la aparición del Coronel Cañones.