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La sentencia oficial
Por Adriano Prandi -
Thursday, May. 19, 2005 at 12:49 PM
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Hola, mi nombre es Adriano Prandi, soy estudiante de Historia y estoy realizando una investigación sobre la masacre de Accomarca (1985). Les envío uno de los breves textos que he escrito sobre el tema. Tengo otros, así que en caso de interesarles no duden en comunicarse conmigo, un saludo y gracias por el espacio...
La sentencia oficial
El tribunal militar ha tomado una resolución. Sentado, relajado, el hombre espera el fallo con la misma tranquilidad soberbia con la que días antes había declarado que sí, que ha ordenado el asesinato de niños, pero que está totalmente justificado porque “los comunistas inculcan las ideas subversivas a sus hijos, desde muy temprana edad”. El acusado es nada menos que Telmo Hurtado Hurtado, responsable de la patrulla militar que en septiembre de 1985 dispersó el terror por toda la región de la quebrada de Huancayoc y zonas aledañas.
La misma impunidad con la que disparó a quemarropa a decenas de campesinos en la localidad de Accomarca es la que dictó que su causa sea juzgada por una corte del ejército. Los mismos intereses que le encomendaron la misión de expandir su brutalidad y atropello por los valles andinos de Huamanga, ahora son los encargados de juzgarlo. Otra manera de admitir que para el Estado y su ejército –de hecho, ninguno de sus funcionarios se ha encargado nunca de negarlo– Accomarca no es otra cosa que una batalla más de una guerra triunfal.
Extraña guerra aquélla, en la que batallones armados y entrenados irrumpieron en pequeños caseríos humildes, aldeas de gente sencilla, arremetiendo contra sus desarmados pobladores.
Sin embargo, por muy insólito e indignante que parezca, Hurtado es juzgado por un tribunal de guerra. El resultado, por cierto, no sorprende a nadie. Se absuelve al asesino del cargo de asesino. La sentencia oficial, enormes fojas pésimamente escritas en las cuales sobran las inexplicables explicaciones, también podría resumirse en estas breves palabras: la igualdad es desigual, el orden es violencia, la justicia es injusta.