versión para imprimir - envía este articulo por e-mail |
Testimonio del Cordobazo
Por Agustín Tosco. -
Tuesday, May. 24, 2005 at 11:30 PM
Se me ha pedido que escriba un artículo sobre el Cordobazo. Creo que lo que hay que escribir sobre este hecho de real trascendencia histórica, especialmente para Argentina y América Latina, es un libro. Porque son muchas, variadas y complejas, distantes e inmediatas, las causas que produjeron la circunstancia sociológica - política del Cordobazo. Durante los meses de prisión en Rawson llené cinco cuadernos sobre el Particular. La transcripción de cuatro hojas en un reportaje de la revista "Inédito", motivó, según difusión pública, que la misma fuera clausurada. Aún así, con el tiempo, ese trabajo ha de aparecer, sin la pretensión de ser una visión totalmente objetiva, pero si al menos una interpretación personal sobre la base de la militancia sindical y de las propias posiciones adoptadas por nuestro gremio el Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba, la Regional Córdoba de la CGT , el conjunto de gremios encabezados por SMATA (Sindicato de Mecánicos y Afines de la Industria Automotriz) y el permanente contacto con las agrupaciones estudiantiles, tanto de la Universidad Nacional como de la universidad Católica. Asimismo con los Sacerdotes del Tercer Mundo y distintas personas de los grupos profesionales y políticos. Con esta previa aclaración y en el entendimiento de contribuir en modesto alcance a la reafirmación de las reivindicaciones populares, redacto estas líneas ligadas a este acontecimiento fundamental de las clases populares sucedido el 29 y 30 de Mayo de 1969.
En el penal de Rawson nos visitaron a los trece
condenados que procedíamos de Córdoba, una Comisión de Solidaridad, compuesta
por Compañeros de distintos gremios de esa ciudad, de Trelew y de otras
localidades de la Provincia de Chubut. Nos preguntaron qué necesitábamos para
nuestra salud, desde alimentos hasta indumentaria.
Los trece condenados de Rawson éramos de extracción, situación y condición
heterogénea. Pero todos coincidíamos. No exagero al manifestar que varios de los
miembros de la Comisión de Solidaridad y ellos están para testimoniarlo,
sintieron correr lágrimas sobre sus mejillas. Al fin y en esta tensa
conversación, plantearon la pregunta: ¿Por qué se ha producido el
Cordobazo? Respondimos, con lo que creo es la esencia de la respuesta a
tanto interrogante y a tantas elucubraciones que andan dando vuelta como
conclusiones: el Cordobazo es la expresión militante, del más alto nivel
cuantitativo y cualitativo de la toma de conciencia de un pueblo, en relación a
que se encuentra oprimido y a que quiere liberarse para construir una vida
mejor, porque sabe que puede vivirla y se lo impiden quienes especulan y se
benefician con su postergación y su frustración de todos los
días.
Para reducir la cuestión a sus aspectos más cercanos, las grandes luchas previas
al Cordobazo amanecen antes de los dos meses de la usurpación del poder por
parte de Onganía. Y estas, tanto como las que posteriormente se plantearon ya
que siguen en vigencia, bajo distintas características, obedecen a la toma de
conciencia de la necesidad de liberación que es el patrimonio principal de
Córdoba dentro del panorama nacional.
La muerte de
Santiago Pampillón a manos del aparato represivo, puso en evidencia la histórica
resistencia estudiantil. Nadie podrá olvidar las luchas y manifestaciones de
protesta de todas las agrupaciones, las huelgas de hambre y el propio paro de
una hora del movimiento obrero cordobés en solidaridad con los compañeros
universitarios. Tuve el honor de integrar una Delegación Sindical de la CGT de
Córdoba que acudió a Mendoza al sepelio de Santiago Pampillón Allí discutimos
los cordobeses con Gerónimo Izzeta que se encontraba casualmente y le increpamos
la pasividad de la CGT Nacional. Al mismo tiempo que se manifestaba el ascenso
del espíritu de lucha de las bases sindicales y estudiantiles contra el régimen,
los jerarcas del sindicalismo nacional iban justificando —en actitudes— su
posterior proclamación a todos los vientos de la "filosofía participacionista".
Tanto como la represión crecía también la resistencia
aumentaba. Una manifestación incidental revelaba las distintas formas del
repudio al régimen y a sus cómplices. En Córdoba circuló profusamente una hoja
impresa que reproducía a Francisco Prado, participando del Festival del Folklore
en Cosquin Enero de 1967- mientras era avasallado el Sindicato de Portuarios,
despedazado su convenio colectivo de trabajo y despedidos sus dirigentes y
militantes más esforzados. Prado era Secretario General de la CGT Nacional.
Esas hojas circularon por todo Córdoba y la gente evidenciaba
su condena ante la claudicante actitud. En el mismo mes de febrero de 1967 y en
función del Paro Nacional resuelto para el primero de Marzo de dicho año, en
esta ciudad se realizaron grandes manifestaciones obreras.
El diario '"Córdoba" reprodujo varias fotografías de los
actos y una en particular de la represión, donde constó mi detención junto con
varios compañeros de la columna de Luz y Fuerza. Fue un plan de lucha de alcance
nacional, frustrado por el incipiente participacionismo y dialoguismo que
terminó una vez más confiando, según expresiones del propio Francisco Prado, en
el nuevo ministro Krieger Vasena, porque según él: "Habría cambiado y su gestión
podría ser útil a los trabajadores". Pese a esto, la posición de casi todos los
sectores populares, especialmente de Córdoba, conminaba a continuar la lucha.
Quiero transcribir una frase de un documento sindical del
23 de Febrero de 1967, por su carácter premonitorio del "Cordobazo". Decía así:
"La historia grande ¡está jalonada de hitos como el que ayer fuera
protagonizado por el movimiento obrero de Córdoba, en los talleres y fábricas,
en las calles de nuestra ciudad. Porque fue la de ayer una jornada escrita con
rasgos vigorosos y expresiones estentóreas que desbordaron los lindes habituales
y se prolongaron luego en los grafismos de la prensa y de la televisión, en la
retina y en el ánimo de los millares de protagonistas y espectadores que
vivieron las secuencias del plan de acción desplegado por la CGT y gremios
confederados de Córdoba. Fue una jornada lúcida y comprometida que nos acerca un
poco más a la definición crucial que forzosamente tiene que producirse por
imperio de la situación a que ha sido arrastrado el pueblo argentino, y sobre la
que los trabajadores tenemos adoptada una posición clara, concreta e
irreductible".
La represión que siguió al paro del
primero de marzo de 1967 y la desastrosa conducción de la CGT Nacional produjo
un notorio vacio que estuvo signado fundamentalmente por la oposición cada vez
más abierta entre las bases sindicales y dirigentes vinculados a ellas y el
participacionismo entreguista anidado en la sede de Azopardo en la Capital
Federal. Las bases demandaban un nuevo Plan de Acción. En Tucumán el ataque a
los derechos de los trabajadores iba en aumento. En octubre de 1967 la
Delegación de Córdoba en el Congreso de la Federación de Luz y Fuerza reclamaba
ese Plan de Acción, inspirada en las propias demandas vigentes en nuestra ciudad
y denunciaba los hechos más alarmantes que estaban sucediendo.
La preocupación de los dirigentes nacionales se centraba
exclusivamente en normalizar la CGT en ese entonces en manos de la Comisión
Delegada.
¿De qué teníamos los cordobeses clara
conciencia a fines de 1967? ¿Cuál era nuestra denuncia? ¿Cuál era nuestra
posición?
Más adelante señalábamos: "Ya
desde hace tiempo en todas las naciones del mundo ha concluido la etapa del
liberalismo que aquí se pregona. Las potencias industriales practican un crudo
dirigismo económico; en el sistema interno protegiendo su mercado productor e
incluso consumidor por vía de las barreras aduaneras y otros dispositivos
complementarios; en el aspecto externo creando organismos internacionales
supeditados a ellas que imponen la política de la libre penetración y de la
libre explotación de los pueblos subdesarrollados por los monopolios que actúan
desde las grandes metrópolis. Esta libertad económica impuesta y dirigida desde
afuera, especialmente desde las concentraciones monopolistas norteamericanas a
la par de favorecer desmesuradamente a las mismas y a su país de origen,
provocan en Argentina la agudización de la crisis y la profundización de los
efectos recesivos'.
Supera el cuadro
represivo macartista dejando al Servicio de Informaciones del Estado la
calificación de toda persona que tenga "motivaciones ideológicas comunistas",
añadiendo un régimen punitivo que llega hasta los nueve años de prisión.
Intervienen las Universidades Nacionales, anula la participación de la juventud
estudiosa argentina en la vida de las mismas, proyecta una reglamentación
limitacionista y disuelve los Centros de Organización Estudiantiles. Viola el
secreto de la correspondencia cual modernos inquisidores celosos de toda opinión
adversa a la dogmática oficial. En el ámbito internacional propuso, felizmente
rechazada, la institucionalización de la Junta Interamericana de Defensa, cual
moderno gendarme de los Pueblos de América Latina que bregan por su emancipación
integral, a fin de mantenerlos en el subdesarrollo, en el estancamiento y en la
dependencia neocolonial"
En Córdoba se expresó poco tiempo
después una resolución de la CGT local que declaró persona no grata al
Presidente Onganía, y eso trasuntaba el creciente desafío al régimen
autocrático, no cuestionado a nivel masivo con tanto vigor como se daba en
Córdoba.
El "dirigentismo" de los jerarcas de las
organizaciones nacionales, luego de prolijos cortejos de delegados, al estilo de
los viejos comités de la política criolla de la Década Infame, resolvió la
convocatoria a un Congreso Nacional para la normalización de la Confederación
General del Trabajo.
El Congreso se realizó con todas las
organizaciones combativas, incluidas las intervenidas, y con poco más de la
mitad de los delegados suficientes para el quórum se proclamó la lucha contra la
Dictadura y el desconocimiento a todos lo jerarcas del participacionismo. De
allí nació lo que fue denominada CGT de los Argentinos, encabezada por Raimundo
Ongaro.
Las bases sindicales repudiaban toda la política
de conciliación vergonzosa y una ola de manifestaciones, de actos, todos
organizados por los sindicatos de la CGT de los Argentinos, cubrió una verdadera
celebración del 1° de Mayo de 1968. En Córdoba más de cinco mil personas
concurrieron al local del Córdoba Sport Club, en el que juntamente con Ongaro
hice uso de la palabra denunciando una vez más, ratificando lo que veníamos
señalando desde 1966, que la Dictadura hundía al país.
El
28 de Junio de ese mismo año la CGT de Córdoba programó un acto frente al local
de la misma, en repudio al Segundo Aniversario de la Dictadura. La represión,
como lo hacia repetidas veces descargó todo su aparato y se contabilizaron
trescientos veintidós presos entre los manifestantes. El movimiento obrero, el
estudiantado, los sectores populares pugnaban por expresar su protesta en la
calle y sucesivamente eran reprimidos. Pero no descansábamos. Algunos ya
sostenían que no era posible programar actos, ya que la Policía no los permitía
y que la gente se cansaba. La mayoría sostuvo que no. No queríamos dejar de lado
nuestro derecho a expresamos, a protestar, a exigir soluciones. Una y otra vez
nos disolvían encarcelando a trabajadores y estudiantes.
En Septiembre de 1968, la CGT y el Frente Estudiantil en Lucha programó una
semana de Protesta en recordación de los Mártires Populares, coincidiendo con el
aniversario de la muerte de Santiago Pampillón.
Ya el Gobernador Caballero,
que había suplantado a Ferrer Deheza, lanzaba la constitución de un Consejo
Asesor, como forma perfeccionada del participacionismo como experiencia piloto
para todo el país.
A fines del mismo 1968, la CGT organizó otro acto que fue
igualmente reprimido. Todos sentíamos una real indignación y la condena al
régimen tomaba ribetes de furia. Nada era posible hacer. La represión se
manifestaba en todo momento. El gobierno seguía su propaganda para el Consejo
Asesor. La Federación de Luz y Fuerza suspendía a nuestro sindicato por estar
adherido a la CGT de los Argentinos.
Los jerarcas sindicales habían
realizado su propio Congreso, pero no tenían ninguna vigencia en las
bases.
Mientras en todos los órdenes la política de Onganía seguía consolidándose en el
sentido de la fuerza y la opresión.
Mientras por otra
parte, en el Pueblo crecía la rebelión contra tanto estado de injusticia, de
desconocimiento de los Derechos Humanos. A fines de 1968, se cumplió el 20°
aniversario de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos. Luz y Fuerza realizó algunas conferencias sobre el particular. Qué
cotejo más dramático se realizaba entre el contenido de esta declaración que
coronó el final de la segunda guerra mundial y el régimen que imperaba en
Argentina. Parecía que tantos sacrificios, tantas vidas, por el respeto a los
derechos del hombre, hubieran sido inútiles.
Ya también Hilda Guerrero de Molina, mártir obrera de
Tucumán engrosaba las filas de quienes habían caído defendiendo sus ideales,
enfrentando al régimen de Onganía.
Antes habíamos redactado un importante documento. Un
documento que se denominaba DECLARACIÓN DE CÓRDOBA y que se dio a
publicidad el 21 de Marzo de 1969. Dos meses y días antes del
Cordobazo.
En la introducción se decía; "Nuestra
Provincia soporta un descalabro gubernativo, una manifiesta inoperancia en los
más altos niveles jerárquicos oficiales, una ineptitud generalizada en la
conducción de la cosa pública. Paralelamente a esta ineficacia se destaca un
oscuro y torpe manejo de los instrumentos del poder, para favorecer a los
círculos del privilegio económico y financiero, para exaccionar los modestos
recursos monetarios de la población, para burlar la auténtica representatividad
popular mediante el fraude neocorporativista, para manipular desvergonzadamente
a algunos miembros de la justicia,intentando abiertamente ponerlos al servicio
de la tolerancia cómplice hacia el crimen de algún conspicuo allegado al
régimen".
Esta situación insoportable en todos los órdenes, obliga
a la clase trabajadora cordobesa a repudiar públicamente al gobierno local, a
corresponsabilizar a la Dictadura de Ongania de todos sus actos y a actuar cada
vez más unida y enérgicamente para lograrla instauración del ejercicio pleno de
los derechos y garantías que pertenecen inalienablemente a los trabajadores y
ciudadanos, y a la práctica de la función gubernativa en un plano de dignidad y
de real interpretación de las aspiraciones del Pueblo".
"Consejo Asesor: Durante bastante tiempo el Gobierno
de Córdoba trabajó intensa y solapadamente, para implementar el denominado
Consejo Asesor Económico Social. Sus fundamentos se basaron en el supuesto
interés por consultar sectores representativos de la comunidad y darles
participación en el análisis y programa de los actos gubernativos". Luego se
indicaba: "Asimismo se pretende remedar el engendro del Consejo Asesor, con los
Consejos Económico-Sociales de vigencia positiva en algunos países del mundo
estructurados políticamente sobre la base de la voluntad soberana del Pueblo".
Y por último, luego de otras consideraciones: "El Consejo Asesor
procura la domesticación de la sociedad,su estratificación definitiva y si hoy
se viste con los ropajes de una aparente inocencia, con el tiempo todos deberán
lamentar su consolidación como aparato de poder omnipotente, sin apelaciones, en
el que se fundamentará y basará el régimen para implantar un sistema de vida
repudiado por la historia y con el cual se identificó con su saludo romano el
otrora joven camisa negra, hoy Gobernador de Córdoba, Dr. Carlos Caballero."
Sobre el caso Valinotto, se señalaba, "la
opinión pública cordobesa y también la nacional observan con estupor como un
Juez de Córdoba, dispuso la libertad de un criminal basándose en el testimonio,
denominado "de abono" del Ministro de Gobierno, Dr. Luis E. Martínez Golletti, y
del Vocal del Superior Tribunal de Justicia Dr. Pedro Angel Spina".
Sobre los
impuestos de orden local recalcábamos: "Los centros vecinales de Córdoba,
integrados en su mayoría por trabajadores, han denunciado el asalto fiscal de
que son objeto, han protestado, han señalado la ilegalidad de las medidas
tributarias, pero el gobierno ha permanecido incólume, ofreciendo una
transitoria y demagógica rebaja que no altera la situación de fondo y que ha
determinado la resistencia al pago, como único camino para hacerse escuchar,
aunque el gobierno sigue y seguirá sordo a los reclamos del pueblo, embebido en
su absolutismo y cegado por su tortuoso designio político.
Sobre los problemas laborales se daba el caso de las
"quitas zonales" que afectaba fundamentalmente al gremio metalúrgico. La
anulación de la Ley del Sábado Inglés, que había sancionado en el año 1932 y que
rebajaba en un 9,1 °/o los salarios mensuales de los trabajadores. El
Departamento Provincial de Trabajo resultaba totalmente inoperante. Se
distinguía que "Córdoba es, a no dudarlo, el paraíso de los recibos en
blanco, que sirven para robar de los ya magros salarios de los trabajadores,
partes sustanciales y crear la inseguridad en la permanencia de su empleo".
Por otra parte se dispuso el cierre de una serie de escuelas nocturnas de
capacitación a la que concurrían los trabajadores, con el fundamento de que se
habían agotado las instancias para que los mencionados establecimientos pasaran
a formar parte del organigrama secundario provincial.
Todo se prepara para el gran paro. La
indignación es pública, notoria y elocuente en todos los estratos de ]a
población. No hay espontaneísmo. Ni improvisación. Ni grupos extraños a las
resoluciones adoptadas. Los Sindicatos organizan y los estudiantes también. Se
fijan los lugares de concentración. Como se realizaran las marchas. La gran
concentración se llevara adelante, frente al local de la CGT en la calle Vélez
Sársfield 137.
Mientras tanto, las columnas de los
trabajadores de las fábricas de la industria automotriz van llegando a la
ciudad. Son todas atacadas y se intenta dispersarlas.