Julio López
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EUROPA: El movimiento estudiantil contra esta convergencia europea en educación superior
Por Rebelion.org - Friday, May. 27, 2005 at 10:04 AM

El incipiente movimiento estudiantil en las Universidades del Estado español contra el ‘proceso de Bolonia’[1], encuentra sus raíces en los movimientos estudiantiles contra el Informe Universidad 2000 (Informe Bricall) y en menor medida en el movimiento contra la Ley Orgánica de Universidades (LOU) del último trimestre del año 2001.

El movimiento estudiantil contra esta convergencia europea en educación superior

Rebelión
El incipiente movimiento estudiantil en las Universidades del Estado español contra el ‘proceso de Bolonia’[1], encuentra sus raíces en los movimientos estudiantiles contra el Informe Universidad 2000 (Informe Bricall) y en menor medida en el movimiento contra la Ley Orgánica de Universidades (LOU) del último trimestre del año 2001.

Deudor de la crítica a la mercantilización de la enseñanza superior, este movimiento real que critica en la teoría y a través de la práctica el estado actual de cosas, pretende alentar de los peligros de esta ‘reconversión industrial’ de la Universidad europea para adaptarla a los objetivos marcados por el Consejo europeo de Lisboa del 2000 de fomentar ‘la economía del conocimiento, la más competitiva y dinámica del mundo, capaz de crear un crecimiento económico duradero’. Por tanto, debemos enmarcar esta ‘revolución educativa’ tanto en el marco de la estrategia de Lisboa[2] como de las negociaciones sobre el Acuerdo General del Comercio de Servicios (AGCS) en materia de educación. La próxima cumbre ministerial de la OMC en diciembre de 2005 en Hong-Kong dará un impulso a la Agenda de Doha (2001) donde la educación superior se encuentra en el punto de mira de los grandes grupos del mundo de los negocios (European service forum, US coallition of services industri es, Australian services roundtable y Japan Services Network) y de la vanguardia liberalizadora en materia de educación (EEUU, Australia y Nueva Zelanda)[3].

El movimiento que está surgiendo en el Estado español en las Universidades contra el proceso de convergencia europea también tiene sus antecedentes europeos: el proceso de los Foros Sociales Europeos ha ayudado a ir tejiendo una red de contactos, complicidades y análisis compartidos que por el momento no ha desembocado en iniciativas de acción de alcance europeo que integren a los diversos sectores (universidad y enseñanzas medias, profesores y estudiantes, colectivos estudiantiles y estructuras sindicales). Esta red sectorial europea en materia de enseñanza ha ido creando su espacio propio dentro de los Foros sociales e incluso ciertas movilizaciones han formado parte de la agenda de la asamblea de movimientos sociales la cual integra al sector ‘militante’ de este proceso. Por otro lado y a nivel europeo, en una relación de competencia y/o cooperación con los Foros Sociales, se está desarrollando el Foro Europeo por la Educación (FEE[4] en adelante) cuya primera edición tuvo lugar en Berlín (2003) coincidiendo con la cumbre de ministros de educación de la Unión europea. Su segunda edición, como ‘contracumbre’ a la de los ministros del Espacio Europeo de Educación Superior[5], se desarrollará en Bergen (Noruega) del 20 al 22 Mayo de 2005.

El problema para el movimiento estudiantil europeo lo constituye la participación del ESIB[6] en el ‘follow up group’ del proceso de Bolonia. El resultado de su intervención en estas negociaciones es fundamentalmente legitimador del mismo sin conseguir modificar aspectos sustanciales. Gracias a un poderoso aparato que permite asistir a las reuniones principales de este proceso y de su reconocimiento como interlocutor válido por parte de las instituciones europeas, esta CES estudiantil, está orientando su táctica hacia la reforma de ciertos aspectos menores de la convergencia europea[7]. La desfavorable relación de fuerzas desplaza su campo de gravitación del movimiento a las instituciones y al son de ‘mejor pájaro en mano que ciento volando’ está desaprovechando su capacidad y medios para articular un movimiento europeo. Por otro lado, el FEE compuesto básicamente por pequeños colectivos estudiantiles y sindicatos de profesores de base, a pesar de sus avances en e l plano discursivo y de búsqueda de alternativas no tiene capacidad real para llamar a la movilización por otra convergencia y por tanto por otra Europa.

En el Estado español la situación es la siguiente:

- La Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) viene de celebrar recientemente[8] el décimo aniversario de su fundación. Para festejar esta singular efeméride nada mejor que ultimar la reducción del catálogo de títulos y entregar una serie de ‘medallas de honor’ a personajes tan neoliberales e interesados por la educación superior como Josep Maria Bricall (el conocido director del Informe Universidad 2000) y Emilio Botín, banquero y presidente del grupo Santander. La CRUE tras su no a la LOU no nos va a acompañar en nuestro movimiento contra el proceso de Convergencia europea pues su posición consiste en aplicar de forma entusiasta las directrices del proceso de Bolonia. Otro dato importante a tener en cuenta es el hecho de que la alta administración[9] del Ministerio de Educación y Ciencia (MEC) está formada por cierta gente del equipo de redacción del Informe Universidad 2000 dirigido por Josep Maria Bricall. Podemos anticipar el sentido de la reforma de la LOU, cuestión aplazada ante la apisonadora de la reducción de titulaciones...para acomodarlas a la convergencia europea.

- el ESIB está buscando un interlocutor válido entre l*s estudiantes. Todo parece indicar que su referente será la Coordinadora de Representantes de las Universidades públicas (CREUP)[10] agrupación de Consejos de estudiantes compuestos única y exclusivamente por los representantes de estudiantes (claustrales). La táctica de la CREUP coincide con la del Ministerio de Educación y Ciencia: crear un Consejo estatal de estudiantes para negociar la reforma de la LOU y servir como interlocutor válido, ‘razonable’ y responsable del Ministerio con los estudiantes. Este consejo estatal corre el riesgo de convertirse en una agencia de empleo para profesionales y burócratas estudiantiles que siguen el juego de las poltronas...sin lograr alterar la relación de fuerzas.

Lifting político de un PSOE con talante y negociador frente a la línea dura del PP y su rodillo con la LOU. Razón procedimental donde forma no determina contenido, lo que el talante esconde, como un prestigitador que con un movimiento nos engaña para tapar su movimiento fundamental, es la reconversión industrial de la enseñanza superior previamente cocinada, acordada y cerrada en los cenáculos de las burocracias públicas y privadas de Bruselas y además pretender luego negociarlo (bajo la zanahoria de reforma de la LOU) con un Consejo de estudiantes dócil que asentirá pues de ello depende el juego de sus poltronas. Estamos todavía a tiempo también para parar este monstruo burocrático que se nos quiere imponer como interlocución.

- el movimiento estudiantil real: se están desarrollando movilizaciones sectoriales contra los planes del Consejo de Coordinación Universitaria –máximo órgano de supervisión de los estudios superiores en España- que ha sugerido la reducción de las actuales 140 carreras a 77 en una suerte de racionalización capitalista para adaptarse a los grados previstos en el proceso de Bolonia que deben conducir a la inserción laboral.

Los sectores[11] que han alzado la voz por ahora son: Historia del Arte, Filologías, Humanidades y Enseñanzas Técnicas. Entre las diversas iniciativas cabe señalar: las 35000 firmas entregadas al Ministerio de Educación en defensa de Historia del Arte, el manifiesto de profesores e investigadores universitarios de diversas universidades del estado y de la UE[12], diversas iniciativas de movimiento[13] con resultados desiguales, incipientes coordinadoras de colectivos estudiantiles[14] o reuniones estatales[15] y europeas[16] de diverso alcance. El incipiente movimiento está aún en la fase de dar a conocer qué es esto de la convergencia europea dado que las instituciones universitarias hacen lo posible porque esto se haga sin luz ni taquígrafos. Es la conocida como ‘estrategia de Drácula’, es decir, el movimiento estudiantil está sacando a la luz lo que está oculto. ¿Quién no se acuerda de cómo nos querían vender la moto de la Constitución europea antes del referéndum del 20 de Febrero? En nuestras manos está el impulsar el debate y socializarlo entre los estudiantes y profesores así como conformar un estado de opinión pública crítica a través de medios alternativos y mass-media.

Problemas que pueden aparecer en este movimiento y posibles soluciones:

- el riesgo del corporativismo o la pérdida de visión de conjunto acerca de la mercantilización de la Universidad. Esta sectorialización de las resistencias potenciada por la forma de implementación del proceso de Bolonia, cierto profesorado y los mass media fragmentan la oportunidad de una respuesta común. Sólo a través de coordinaciones de estudiantes y profesores en los diversos niveles (facultad, campus, universidad, región/nación, estatal y europeo) podemos hacer frente a este resistencialismo que no propone más que la defensa del status quo.

- el problema de los ciclos del movimiento estudiantil y de la transmisión de experiencias: la temporalidad del movimiento está determinada por el calendario académico, es decir, nos encontramos con períodos movilizadores muy determinados, esencialmente dos: Octubre-Diciembre y Marzo-Mayo. Este problema refleja la falta y la necesidad acuciante de organizaciones estudiantiles permanentes y democráticas por la base que superen los flujos y reflujos del movimiento. Para no asemejarse a Sísifo, para surfearlo, para poder salir del círculo del eterno nacimiento y perpetuo recomienzo habrá que sortear la tiranía de la falta de estructuras.

- la cuestión de las alianzas: en el movimiento contra la LOU, el ‘todos contra el PP’ aplazaba sin resolver esta importante cuestión. El partido en el gobierno y la mayor parte de la oposición, los sindicatos mayoritarios y la opinión publicada por los mass media, están a favor de este proceso en nombre de un europeísmo primario que pretende hacernos ver que Europa es todavía ese mito de los Estados sociales y de bienestar...pero no soporta la prueba de la práctica, Durao Barroso y Tony Blair o Schröder se disfrazan de los Metternich y Guizot de nuestros días en su cruzada liberal contra la Europa social .

Este movimiento se parece más al surgido contra el informe Universidad 2000 (Bricall). Para articularlo, es fundamental la convergencia entre estructuras de base de profesores y estudiantes (colectivos, asambleas, asociaciones) junto a ciertos sindicatos[17] que tengan una presencia real y por tanto sean capaces de trasladar el conflicto a los centros pueden hacernos salir de la situación de impasse en que nos encontramos. El Foro Social Ibérico por la Educación[18] puede ser una buena oportunidad para ello.

- a nivel de discurso: el problema no es la convergencia europea en abstracto. El problema es que esta convergencia europea no parte de un diagnóstico sobre la situación real de las Universidades y sus verdaderos problemas: déficit y pésima conservación de infraestructuras, baja financiación pública, mercenariados y patronazgos del capital, privatización del conocimiento, estructuras de gobierno feudales, masificación unida a la no democratización, precariedad en las condiciones de trabajo de investigadores y profesorado contratado, ‘externalización’ de servicios esenciales (limpieza, reprografía, librería, contratas de hostelería, seguridad,...). El proceso de Bolonia pretende revolucionar la enseñanza superior sobre la base de las necesidades de la economía del conocimiento, ideología neoliberal predicada por la Estrategia de Lisboa, para competir con las economías de los otros dos polos de la Triada: EEUU y Japón[19].

Por otro lado, el proceso de Bolonia no da respuesta a la condición estudiantil y las necesidades que afrontamos como la vivienda, becas, transporte o renta. Tampoco tiene en cuenta el carácter precario y esquizofrénico del mercado laboral conforme al cual se quiere reformar la estructura de las titulaciones[20]. Si el conocimiento no es una mercancía, si la Universidad no está en venta, ¿qué lógica cabe oponerle? Como Sísifo que se vió condenado a arrastrar una roca a la cima de una montaña, de la que, apunto de tocarla, rodaba por su peso al punto de partida. Esta pena eterna es su trabajo proverbial. El castigo de la roca tendría la finalidad de tener siempre ocupado a Sísifo y no dejarle tiempo para urdir ‘fechorías’...no caerá esa breva, tendremos movimiento para rato en las crestas de la olas.

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Carlos Sevilla, Miguel Urbán y Judith Carreras

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