Julio López
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santafe -presos de coronda
Por estaba en llamas - Saturday, May. 28, 2005 at 11:31 AM

del pasco

270505
Coronda: un preso aseguró que la guardia auspició la masacre
Rosario (C).- Un interno de la cárcel de Rosario, que estaba en Coronda el día en que se produjo la matanza de 14 reclusos, el 11 de abril pasado, aseguró que los agresores tuvieron luz verde por parte de un sector del personal penitenciario para desplazarse y perpetrar los homicidios. El día de la masacre, Rubén Castaño, de 44 años, estaba encerrado en su celda en el pabellón 1, donde cuatro presos fueron asesinados. Desde allí, según asegura, percibió clara la voz de uno de los responsables del penal diciendo: "Terminen con lo que tienen que hacer y vuelvan a su pabellón".

Castaño hizo estas declaraciones ayer por la tarde, cuando sus compañeros de pabellón presentaban la revista "Magazine 79" ante varios medios de prensa, en el interior de la cárcel de Riccheri y Zeballos, en el macrocentro de Rosario. Aseguró que no tiene ningún problema en refrendar ante el juez lo que vio y oyó el día de la matanza, a condición de que sea en su actual lugar de detención. "Que el juez baje y me tome declaración acá. Tengo compañeros que fueron a declarar a Santa Fe y les dijeron que tenían que decir lo que ellos querían porque, de lo contrario, los mandaban de vuelta a Coronda", sostuvo.

También describió la atmósfera de horror que se vivió dentro del penal cuando los internos del pabellón 7 irrumpieron en la barraca donde él estaba confinado. Y reforzó su idea de la complicidad o el auspicio de la guardia en el ingreso y la consumación de la tragedia, destacando que los intrusos no debieron romper rejas ni hacer saltar candados para entrar a la zona de calabozos. "Mientras mataban a los presos del pabellón 1, la policía (por los custodios) estaba mirando", apuntó.

A un mismo tiempo locuaz y preocupado, Castaño contó que pasó 30 de sus 44 años en distintos lugares de detención. Que sabe bien por eso que, al divulgar estos pormenores, quebranta una convención interna que obliga a silenciar lo que ocurre muros adentro. Pero dice hablar porque nunca vio algo tan tremendo como el asesinato de 14 personas en una cárcel.

Castaño escribió una carta hace pocos días contando lo ocurrido en Coronda. En ella mencionaba "al alcaide Ferreyra" y ahora volvió a hacerlo. Dice que, al cruzarlo tras la matanza, el día que era transferido a Rosario, le recriminó la deliberada omisión en que incurrieron los penitenciarios y que a su criterio fue condición del drama. "Y él me dijo: `Lo que pasa es que las órdenes la dan los jefes, no yo"'.

Para validar sus dichos, Castaño se apoyó en declaraciones de Oscar Yosviak, uno de los dos guardiacárceles que fueron tomados de rehén por los internos que cometieron los crímenes. Yosviak había tratado de sospechosa la conducta de su compañero de tareas, Eduardo Marchesín, adjudicándole connivencia con sus captores.

Dijo ignorar del todo la motivación que pudo tener la cacería. "Para mí, los del pabellón 11 (allí hubo diez muertos) molestaban a la policía, los enfrentaban. Nosotros no sabíamos nada de que algo así se estuviera preparando".

En tres meses, según contó, Castaño alcanzará la libertad. La perspectiva de volver a la calle a corto plazo, que es el propósito con el que sueñan los prisioneros, a él lo asusta. "Yo salgo y sé que no voy a estar seguro", exclamó.

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