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EsTudianTes: De Casa a La EsCueLa, y de La EsCueLa a La AsambLea y El PiqueTe.
Por Colectivo Nuevo Proyecto Histórico -
Monday, May. 30, 2005 at 4:39 AM
correo@colectivonph.com.ar
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El método asambleario y la
acción directa se va abriendo camino contra la verticalidad del gobierno de
partidos y los viejos sindicatos. En los barrios y los cortes de ruta, en
escuelas y hospitales, las universidades y los muelles. En las Asambleas de Quito
y los Cabildos Abiertos del Alto en Bolivia. En Caleta Olivia y en el Conurbano
Bonaerense de
Argentina. Entre los blancos y negros, los indígenas y mestizos.
En el estado y la actividad privada, los servicios y la industria. Con el
obrero okupa y el vendedor ambulante, los artistas y las putas. En el campo y
la ciudad, en astilleros y el transporte. Entre la juventud y los adultos, los
desocupados y los ocupados. Entre los viejos y los chicos, los sexos y los
géneros. Sean estudiantes y analfabetos, precarios y registrados. Donde nace la
asamblea muere un poco el patrón y el estado. Cuando las asambleas decidan
sobre el destino social de la vida se habrá terminado con el capitalismo. Colectivo Nuevo Proyecto Histórico http://www.colectivonph.com.ar La
Soberanía Asamblearia: Registrados
y precarios, estatales y privados, okupas y sin salario. (Primicia para Indymedia) "Pero se ha de recordar, Martín
Fierro. “La ley nos burla y el Estado no hay deberes del señor”. Estrofa de
La internacional. Dedicada a
la Comuna de París, 1871. “Estados Unidos
tiene centros de detención clandestinos como tuvo la Argentina”. Reed Brody, Human Rights Watch, “El poder come miedo (…) El miedo distrae
y desvía la atención (…) en realidad, el poder se mira al espejo y
nos asusta contando lo que vio. Peligro, peligro, grita el peligroso”. Eduardo
Galeano, 11/4/05. Señales y Rumbos: 1.-
UN VIAJE DE IDA PARA LA MULTITUD. DESTINO FINAL: PRECARIADO Y PRISIÓN. 2.-
ESTUDIANTES: DE CASA A LA ESCUELA, Y DE LA ESCUELA A LA ASAMBLEA Y EL PIQUETE. 3.-
MONEY, MONEY AL CALOR DE KIRCHNER. 4.-
VIEJO Y NUEVO SINDICALISMO. 5.-
LA AUTONOMÍA SE EXPANDE CONTRA LAS JERARQUÍAS, EL CAPITAL Y EL ESTADO. A la memoria de Mariana Márquez, madre de Liz,
asesinada en Cromañón. A Gabriel Roser del MUP preso político de Kirchner. A las presas
y presos de la Legislatura capital-parlamentaria. A los que luchan
y a los muertos que lucharon. A los
rebeldes procesados por la justicia mercantil. A todas y
todos los que construyen en el mundo entero el cambio social anticapitalista. 2.- ESTUDIANTES: DE CASA A LA ESCUELA, Y DE LA
ESCUELA A LA ASAMBLEA Y EL PIQUETE. “No nos
olvidemos de luchar por lo imposible… Porque lo posible se agotó”. Mailing
Blanco, hermana de Lautaro asesinado en Cromañón, y presidenta del Centro de
Estudiantes del Normal Superior Nº 5. Marzo de 2005. “En contra
del abandono edilicio • Ningún tipo de sanciones a los estudiantes • Boleto
estudiantil de $0,05 • Viandas en buen estado • Aumento del número y monto de
las becas • Anulación de la Ley Federal de Educación y de la Ley de Educación
Superior en todo el país • Aumento del presupuesto educativo. (Proponemos votar
en los colegios si se incorpora a este punto "en base al no pago de la
deuda externa") • Aumento salarial y del número de puestos de los
trabajadores de la educación • Cárcel a Chabán, Ibarra y a todos los asesinos
de la juventud • Apoyo de la lucha de los trabajadores por su salario, sus
puestos de trabajo y su dignidad”. Pliego
reivindicativo de 10 puntos de estudiantes
de 50 colegios en asamblea. 15/5/2005. “No
respondemos a ningún partido político sino que somos una agrupación estudiantil
llamada Centro de Estudiantes. Contamos con el apoyo de nuestros padres y los
padres de primaria”. Comunicado
de prensa del Centro de Estudiantes Secundarios Mariano Acosta (CESMA),
reunidos en Asamblea Abierta de Toma de Colegio. 18/5/2005. Hay más valor y lucidez
en los adolescentes que sostuvieron la
toma del Normal 9, que en la mayoría de los
ex setentistas. Los que ayer fueron vanguardia hoy ya no lo son, y
en algunos casos es peor: están a la retaguardia de las nuevas formas
de lucha y refrenan el instinto antagonista de los que se insubordinan. Actúan
de canalizadores estatales antes que de colaboradores de la rebelión. Dividen
las fuerzas que buscan unirse y compran voluntades. La virtud de los
estudiantes secundarios, prolonga la larga marcha iniciada a fines del año
pasado por los nuevos conflictos salariales de los empleados del general
intellect (intelecto general) del trabajo inmaterial. Un nuevo camino iniciado
por los trabajadores de las telefónicas y los subtes. La forma de organización
asamblearia dispone de un método deliberativo y resolutivo al mismo tiempo. No
hay una, o un dirigente excluyente con el que el poder pueda negociar, comprar
y encarcelar. Se toma la escuela pero también se gana el espacio público que
resulta el territorio por excelencia de los comunes y la nueva fábrica social
de plusvalor. Ahí está la razón inconfesable de Aníbal Ibarra para seguir
encarcelando plazas y parques: encerrar los espacios comunes para quitarle
oxígeno al accionar de las masas sin partido. Hacer un golpe preventivo, a puro
barrote y alambrada, que ahuyente los espíritus asamblearios del 2001. Chiche Duhalde como buena
patrona de estancia se queja y lo dice con todas las letras: “No pueden
cortar la calle, no pueden sacar bancos que son del Estado. Estamos yendo a una
patria piquetera" (sic). Al ministro Aníbal Fernández también se le
activan los reflejos protofascistas pidiendo represión contra los estudiantes y
entonces predica: “Cuando yo tenía la edad de ellos si hubiera hecho algo
así mi viejo me hubiera dado una paliza. Esta medida es demencial” (sic).
La clase de los políticos
se queja de que la multitud está haciendo política. Y esta, justamente, es su
mejor vocación. Reapropiarse de la política que nunca tendría que haber
delegado. El capitalismo dividió a la sociedad entre seres políticos y seres
económicos, y ahora la multitud está recomponiendo el vínculo roto por el
poder. Por cierto, que esta soldadura no puede ser permanente mientras se
mantenga el imperio de la mercancía y el trabajo asalariado, los patrones y el
estado. Pero todos sus ejercicios previos de insumisión, prefiguran, la
autodeterminación y el autogobierno de la multitud. Al poder le fastidia que
los estudiantes corten calles y peleen, por algo más, que por la desinfección
del establecimiento y un poco de revoque para el cielo raso de la escuela. Pero
los estudiantes están dando cátedra de cómo se construyen las nuevas prácticas,
lenguajes e imaginarios colectivos. Entre sus demandas no está sólo más becas y
viandas, sino el fin de la Ley Federal de Educación, el no pago de la deuda
externa, y la mejora en las condiciones de todos los asalariados y desocupados.
¡Gracias chicos! Gracias por demostrar que la lucha puede incluir la
construcción de un “nosotros”, de una comunidad, que supere al mero “yo” de la
propia quintita. Lo extra-ordinario es que estas
experiencias se dan a sí misma un novedoso imaginario, por lo tanto son autónomas.
No es un mero gradualismo en la acción, adosado, a un discurso radical desde el
exterior de las prácticas. Sino el nacimiento de una cosmovisión en lucha
efectuada y desarrollada por ellos mismos. Este hacer y pensar resulta el mejor
reaseguro para que nadie le expropie la palabra y la acción. Además, los chicos y
chicas del Normal 9 se vinculan con otros estudiantes secundarios de las
diferentes especialidades: bachilleres, comerciales, técnicos y artísticos.
Ampliando de este modo la densidad de sus reclamos. Como si fuera poco,
coordinan sus demandas con el estudiantado de todos los niveles, abordando de
esta forma, el universo de problemas que afronta todo el sistema formal
educativo. Pero no se quedan ahí, sino que van por más. Como se saben
integrantes de una comunidad expoliada y exprimida por los que mandan, suman a
sus exigencias la resolución de los problemas de sus padres, que son en su
mayoría, integrantes de una misma clase: la trabajadora. Las luchas estudiantiles en curso ya
adquirieron la forma de la acción directa y el método asambleario. No tienen el
temor de sus mayores en poner en discusión el tabú de no poder atacar la
democracia patronal, sino que, contrariamente, pasan a cuestionar toda la
lógica capitalista. Una vez más, vamos camino a tener que
enfrentar una regla de hierro en la lucha de clases: Las demandas que no
terminan en la ruptura antisistémica concluyen integrándose a la lógica de la
mercancía. Basta sino comprobar, tristemente, como la mayoría
de las fábricas recuperadas perviven en la pobreza, la autoexplotación y la
tercerización capitalista. Sean luchas estudiantiles por más presupuesto para
la educación, un monto mayor para los planes sociales de los desocupados,
mejores salarios para los empleados, y menor impunidad judicial ante la
corrupción y los asesinatos de empresarios y políticos; para emanciparse
socialmente, no hay gradualismo sindical posible que sustituya la batalla final
contra la derogación del estado y la abolición del capital. De lo contrario, no
habrá liberación personal y social. Si los nuevos cuerpos de delegados y
comisiones internas clasistas que se reivindican independientes, pero de
izquierda, no quieren que ningún otro organismo: sindicato oficial y partido,
aún los de izquierda, le marquen cómo pensar y qué hacer; tendrán que darse
ellos mismos su propia organización y su propio proyecto social. Difuminar en
todo conflicto su contradiscurso, coordinar de manera cada vez más amplia los
nuevos contrapoderes, y no temer a aspirar a ser los protagonistas del nuevo
poder constituyente del trabajo. Es lógico que los medios
seleccionen sólo las respuestas intemperantes de los automovilistas, sean
trabajadores o patrones, a los que los desquician los métodos piqueteros. La
mass media, como parte constitutiva del poder, aborrece la política hecha por
lo comunes. Su país normal sólo cierra con la democracia del voto y las
mayorías en silencio en sus hogares. Pero al mismo tiempo, a no dudar, que
millones ven con simpatía, o una pasividad complaciente, las nuevas formas de
lucha. Volvió a aumentar el desempleo y sigue
habiendo diez millones de argentinos que viven con dos pesos diarios. Hay 17
millones de pobres, un millón y medio de pibes que trabajan, 50 por ciento del
empleo es en negro, y más de 100 personas se mueren por día por causas
evitables. A todo este latrocinio, sumémosle, la burla amparada
judicialmente a quienes coimean senadores, la impunidad de los directivos de Southern Winds como la aerolínea del
capital-narcodemocrático, y la libertad de los asesinos ideológicos y políticos
de los muertos del 20 de diciembre de 2001, de Kosteki y Santillán, y el Oso
Cisneros; entre tantos otros crímenes contra el pueblo que no reciben condena
del estado. Toda esta orgía de explotación y corrupción, y crimen sin castigo,
está hartando a cada vez más sectores sociales. Son ellos los que con sus
luchas dicen claramente: que con Kirchner no sólo no estamos mejor, sino que
mucho peor. Para el poder el pueblo
es la gente. Y en el mejor de los casos es la sociedad civil y no la multitud.
Esto no significa que todos los integrantes de la multitud sean
anticapitalistas. Pero son la clase que valoriza en su conjunto el capital, y
como tal, la única clase con potencialidad revolucionaria. Una clase radical es únicamente aquella que puede terminar
con la sociedad capitalista y construir la anticapitalista. Y esta
tarea sólo está en manos de la paleta multicolor de la multitud subsumida
formal y realmente al capital. Desocupados y ocupados, teletrabajadores y
asalariados, empleados públicos y obreros fabriles, autoempleados y
subocupados, registrados y en negro, en la ciudad y en el campo. En las
fábricas recuperadas y barrios piqueteros, en los resabios asamblearios
autónomos posteriores al argentinazo y en los padres de los barrios populares
que luchan contra la policía mata pobres.
Hoy la miseria no es una
excepción sino la regla del capitalismo. Los desheredados no son el 5 por
ciento como en 1974, sino media Argentina. Hoy
enfrentar a los pobres es confrontar a la inmensa mayoría de los habitantes.
Ahora el país es parte de una Latinoamérica miserable, con el 50 por ciento
de sus hijos bajo privaciones críticas y crónicas. En la Capital Federal, el
80 por ciento de los jóvenes desnutridos están en los barrios del sur. El Cordón Sur de la Capital compite con las
más brutales pobrezas del Gran Buenos Aires. En la provincia del Chaco el 80
por ciento de los menores de 14 años son pobres. El capitalismo como sistema
social genocida es comandado por una clase política que utiliza con magistral
hipocresía el revólver asesino y la enfermería, la salita de primeros auxilios
y la picana, el homicidio sumario y la sumisión escolar. En la Ciudad de Buenos Aires los Centros
de Salud y Atención Comunitaria poseen un ejército civil de contenedores de la
violencia social y disciplinadores de estómagos vacíos. Bien lo dijo Ricardo Righi,
después de la masacre de Cromañón donde fue asesinado su hijo
Emiliano: “No quiero psicólogos que me
contengan, quiero acción”. En
cambio, nutricionistas y psicopedagogos, trabajadoras sociales y médicos, se
ocupan de medir cuanto hambre toleran miles de pibes
antes que la ira de sus padres explote. El rol más importante del
estado es gobernar la vida. Un típico rol de policía. Para algunos con el
patrullero, para otros la ambulancia. Para unos las cárceles, para otros las
migajas. El sistema es macabro: los policías de
guardapolvo y estetoscopio cuentan las calorías para subalimentar, educar y
curar, a los hijos de los ciudadanos que pagan sus sueldos, mientras ayudan a
mantener en el filo de la muerte a la prole de la multitud. Facultativos con
poder estatal para administrar la tortura social capitalista más difundida: el
hambre. Un niño y niña desnutrido tiene
hasta 8 veces más posibilidades de morir que uno bien alimentado. Después el
progresismo se asombra de porqué mueren tantos chicos por causas evitables. Eso
sí, en el 2005 las cosechas batirán el récord del 2004, que a su vez, batió el
record del 2003. Suena tedioso, pero necesario, ante tanto farsante que habla
del “gobierno popular en disputa”:
con Kirchner estamos cada vez peor. En la Provincia de Buenos
Aires, según el reciente informe de la Subsecretaría de Atención a las Adicciones,
en los últimos 10 años se duplicaron, y entre 1995 y el 2003 se triplicaron,
las muertes de adolescentes entre los 14 y 19 años. Lo escalofriante es, según
la estadística, que las muertes evitables no fueron el 10, el 40 o el 60, sino
el 90 por ciento de todos estos pibes y pibas que se podrían haber salvado. Como Saturno en la
mitología, el capitalismo se come a sus hijos. En el
2003 fueron asesinados por el sistema mercantil otros 955 chicos y, en el 2004,
el Conurbano aportó 112 de los 194 ultimados en Cromañón. La
estadística usa un prolijo eufemismo para no hacerse cargo que el sistema mata
con un menú diabólico. A la droga y el alcohol, los suicidios y accidentes, los
llama: “causas externas”. Más bien lo podrían definir como el síntoma de la
indigencia del precariado como enfermedad social, el desempleo crónico de
padres e hijos, y el fin de la ciudadanía del estado de bienestar peronista. Estas muertes son un
reflejo deforme, fetichizado, del excedente de la fuerza de trabajo sin destino. Con empleos basura de 16 horas diarias, o
vendiendo los pibes un poco de falopa para comer y alimentar a su familia. El
sistema incapacita y mata, ¡Vaya si mata!, sea con la explotación, la cárcel y
el suicidio. Sea con la muerte fulminante o en cuotas provocada por el hambre
patronal. Hay medio millón de adictos sólo en la provincia de Buenos Aires: la
contracara de los asalariados posfordistas del crimen, la policía genocida y
socia del delito, la educación colapsada, la salud en bancarrota, y un presente
sin futuro. Millones de niños,
adolescentes y jóvenes muertos en vida: bajo la prisión a cielo abierto de la
escasez, o en la prisión de las tumbas del GULAG capitalista. Muertos en vida o
suicidados. El asesinato en cuenta gotas por la pésima alimentación o las
neuronas quemadas por el paco en pocos meses. El estado para tratar a los
adictos, al igual que con la desnutrición, siempre tiene preparada una
ambulancia con la sonda terapéutica que alimente psicológicamente con lo mínimo
e indispensable a sus víctimas para mantenerlos vivos. De lo contrario, siempre
hay un lugar más en la camilla que lleva a la morgue a quien desfallece o se
deja morir. Un océano de medio millón de adictos y el
estado provincial atiende apenas a 11.000. Una
gota de agua en un mar de desheredados condenados a muerte por el
capital-parlamentario. Para ser mas precisos: no una gota, sino la atención
para apenas el 2,2 por ciento de todas las gotas de un mar de espectros
juveniles, de los cuales sólo se curarán 1.100, o sea, el 0,2 por ciento de
todos los adictos. El resto, que se cuide como
pueda, o que pida caridad a las ONGs que hacen de muleta del estado. Las
muertes evitables son otra forma de aniquilar jóvenes. Un crimen social por
otros medios que la dictadura militar de los ´70, pero igualmente efectiva para
sacarse de encima a los que sobran. En el tema adicciones la
provincia de Buenos Aires tiene 180 Centros de Atención. Nueve de cada diez de
sus pacientes no se recuperan. Es lógico que así sea. ¿Para qué rehabilitarse?
Sino es para luchar, la vida como se les presenta no merece ser vivida. Son Centros de Atención que sirven, poco y nada más que, para
justificar la planta de estables y contratados con que el estado paga el
silencio cómplice de funcionarios y galenos, psicólogos y sociólogos, que
juegan a ser la Cruz Roja peronista. ¿Qué hay pobres sin
conciencia de clase? Sin dudas, esto ha sido así, aún luego, del estallido de
una revolución social a favor de los mismos pobres. Pero esto nunca impidió el
intento de construir en la tierra el reino de los hombres y mujeres libres,
iguales y fraternos. ¿Qué a veces el enemigo
está en el propio campo de la multitud? Es cierto, por eso es tan valioso el
despliegue que hacen sus actores poniendo el cuerpo y la palabra en cada
conflicto, persuadiendo y si hace falta polemizando, con aquellos sujetos que
se oponen a las luchas que también los benefician. En
relación a los que se consideran parte del campo popular pero sostienen este
sistema genocida: ¿Cómo terminará la Corriente Patria Libre? Tal vez
como la Sociedad Patriótica ecuatoriana, guardia pretoriana de Gutiérrez, que
concluyó disparando desde las oficinas de un ministerio haciendo caza al pato
sobre la multitud insurrecta en las calles. El comienzo de esta estrategia la
esbozaron el 9 de julio del año pasado en Tucumán, apedreando y apaleando con
la policía a los movimientos sociales que le fueron a gritar en la cara a
Kirchner que con él nada había cambiado. ¿Cómo terminará D´Elía y la
FTV? Tal vez como los pobres que
fueron acarreados a ultima hora por el depuesto dictador ecuatoriano y
neutralizados y vencidos por las masas en las calles. ¿Cómo terminará la CTA? Tal vez como la CONAIE en Ecuador, que fue tan
merecedora como toda la clase política del QSVT después de haber sostenido los
primeros meses al coronel depuesto. La
CTA podrá evitar por un tiempo la divisoria de aguas entre capitalismo y
anticapitalismo. Pero la que no puede obviar más, es el parte aguas entre ser
oficialista u opositor al gobierno peronista. La tensión entre un Edgardo De
Petris aplaudiendo a Cristina de Kirchner, y un Claudio Losano pregonando que
la distribución de la riqueza es peor que nunca, es una dicotomía, que está
haciendo implosionar a la CTA. Los viejos planes de lucha del viejo
movimiento obrero peronista son obsoletos. La huelga
dominguera, el parar las actividades por unas horas y días, el esconder el
conflicto al interior de la empresa y el estado para luego traicionarlo en la
mesa de negociación por migajas, se terminó. Todas las nuevas expresiones de
lucha aborrecen de estos métodos. No le temen a ganar la calle y las plazas,
cortar peajes y bloquear aeropuertos, tomar ministerios, juzgados y legislaturas,
escuelas y empresas. Hablan con los usuarios en el espacio público, la mayoría
compañeros de clase, estén o no involucrados directamente en su lucha.
Transforman la huelga gremial en huelga política, el paro económico en
contrapoder territorial, ponen en discusión quienes mandan, y a favor de que
intereses están. Al interior de los nuevos conflictos
también surgirán las diferencias. Hay un mundo que se derrumba y otro en
constitución. Por ejemplo: no todas las defensas jurídicas por los crímenes de
Cromañón buscan los mismos fines. Los hay absolutamente
convencidos que ninguna justicia patronal hará justicia. Y hay otras que
quieren preservar esta institución del capital. Los hay enfrentados, no sólo a
Ibarra, sino también a Kirchner; y hay otros que quieren preservar al
presidente para que no termine la impunidad en un QSVT que arrase al gobierno
peronista. Para decirlo sin reservas: al interior de la multitud también se
reproduce la lucha de clases. Está el abogado que se desrepresenta en su rol de
procurador de justicia capitalista, y que apela a los tribunales desde una
posición cínica actuando sólo a los fines de mostrar la inutilidad de la
justicia capital-parlamentaria. Y está aquel que sostiene su saber-poder a
partir de que se refuerce la creencia en el sistema jurídico que le otorga su
prestigio profesional y credencial de clase. Está el diputado que acompaña la lucha de
los familiares para desenmascarar la farsa judicial, y está el quintacolumna
que acompaña, para llegado el momento, actuar de dique de los familiares que
vayan por la cabeza del presidente. Están los profesionales
de la salud que se creen más que el enfermero y aspiran al carrerismo a costa
de las 16 horas diarias de trabajo de los paramédicos. Y están los facultativos
que integran multitud y usan su saber, como un instrumento más, a favor de la
emancipación de la especie humana, sin por esto, esperar privilegio alguno. No se trata de idealizar a los pobres de la
multitud. Sino, muy por el contrario, saber medir a los aliados, estar alerta a
los oportunistas que se disfrazan de horizontales, y tejer lazos de solidaridad
más estrechos con aquellos que aspiran a un cambio social autodeterminado y
anticapitalista. La relación social
bicéfala entre el capital y el trabajo está repleta de victorias y derrotas
permanentes para cada una de las partes. Eso es la lucha de clases. Sucede al
mismo tiempo: los seis días de paro en el Senasa sin ningún resultado y la
liberación de los presos de Caleta Olivia; María Julia Alsogaray liberada y
Chabán temiendo salir de prisión ante el aliento justiciero de los padres;
aumento salarial en Metrovías y continuidad de los presos de la Legislatura;
constitución de la asamblea interhospitalaria y desalojo judicial del Normal 9.
En Ecuador caída de Lucio Gutiérrez y relevo por Palacio; nuevas rebeliones en
Bolivia y peligro de secesión en Santa Cruz de la Sierra; resistencia contra el
imperio en Irak y masacre en las calles de Uzbekistán. La guerra civil planetaria del capital contra la multitud,
sea con ejércitos o parlamentos, se enfrenta a la autoorganización del trabajo,
los conatos destituyentes de presidentes, la constitución de organismos
extra-estatales y la posibilidad de revoluciones sociales.
pa hacer bien el trabajo,
que el fuego, pa calentar
debe ir siempre por abajo."
oprime y sangra al productor,
Nos da derechos irrisorios,