Julio López
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EsTudianTes: De Casa a La EsCueLa, y de La EsCueLa a La AsambLea y El PiqueTe.
Por Colectivo Nuevo Proyecto Histórico - Monday, May. 30, 2005 at 4:39 AM
correo@colectivonph.com.ar

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El método asambleario y la acción directa se va abriendo camino contra la verticalidad del gobierno de partidos y los viejos sindicatos. En los barrios y los cortes de ruta, en escuelas y hospitales, las universidades y los muelles. En las Asambleas de Quito y los Cabildos Abiertos del Alto en Bolivia. En Caleta Olivia y en el Conurbano Bonaerense de  Argentina. Entre los blancos y negros, los indígenas y mestizos. En el estado y la actividad privada, los servicios y la industria. Con el obrero okupa y el vendedor ambulante, los artistas y las putas. En el campo y la ciudad, en astilleros y el transporte. Entre la juventud y los adultos, los desocupados y los ocupados. Entre los viejos y los chicos, los sexos y los géneros. Sean estudiantes y analfabetos, precarios y registrados. Donde nace la asamblea muere un poco el patrón y el estado. Cuando las asambleas decidan sobre el destino social de la vida se habrá terminado con el capitalismo.

 

 

 

Colectivo Nuevo Proyecto Histórico

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La Soberanía Asamblearia:

Registrados y precarios, estatales y privados, okupas y sin salario.

(Primicia para Indymedia)

 

 

"Pero se ha de recordar,
pa hacer bien el trabajo,
que el fuego, pa calentar
debe ir siempre por abajo."

Martín Fierro.

 

“La ley nos burla y el Estado
oprime y sangra al productor, 
Nos da derechos irrisorios, 

no hay deberes del señor”.

Estrofa de La internacional.

Dedicada a la Comuna de París, 1871.

 

“Estados Unidos tiene centros de detención clandestinos como tuvo la Argentina”.

Reed Brody, Human Rights Watch, 28/4/05.

 

“El poder come miedo (…) El miedo distrae y desvía la atención

 (…) en realidad, el poder se mira al espejo y nos asusta contando lo que vio.

 Peligro, peligro, grita el peligroso”.

Eduardo Galeano, 11/4/05.

 

 

 

Señales y Rumbos:

 

1.- UN VIAJE DE IDA PARA LA MULTITUD. DESTINO FINAL: PRECARIADO Y PRISIÓN.

 

2.- ESTUDIANTES: DE CASA A LA ESCUELA, Y DE LA ESCUELA A LA ASAMBLEA Y EL PIQUETE.

 

3.- MONEY, MONEY AL CALOR DE KIRCHNER.

 

4.- VIEJO Y NUEVO SINDICALISMO.

 

5.- LA AUTONOMÍA SE EXPANDE CONTRA LAS JERARQUÍAS, EL CAPITAL Y EL ESTADO. 

 

 

 

 

A la memoria de Mariana Márquez, madre de Liz, asesinada en Cromañón.

A Gabriel Roser del MUP preso político de Kirchner.

 A las presas y presos de la Legislatura capital-parlamentaria.

 A los que luchan y a los muertos que lucharon.

 A los rebeldes procesados por la justicia mercantil.

 A todas y todos los que construyen en el mundo entero el cambio social

 anticapitalista.

 

 

2.- ESTUDIANTES: DE CASA A LA ESCUELA, Y DE LA ESCUELA A LA ASAMBLEA Y EL PIQUETE.

 

 

“No nos olvidemos de luchar por lo imposible… Porque lo posible se agotó”.

Mailing Blanco, hermana de Lautaro asesinado en Cromañón, y presidenta del Centro de Estudiantes del Normal Superior Nº 5. Marzo de 2005.

 

“En contra del abandono edilicio • Ningún tipo de sanciones a los estudiantes • Boleto estudiantil de $0,05 • Viandas en buen estado • Aumento del número y monto de las becas • Anulación de la Ley Federal de Educación y de la Ley de Educación Superior en todo el país • Aumento del presupuesto educativo. (Proponemos votar en los colegios si se incorpora a este punto "en base al no pago de la deuda externa") • Aumento salarial y del número de puestos de los trabajadores de la educación • Cárcel a Chabán, Ibarra y a todos los asesinos de la juventud • Apoyo de la lucha de los trabajadores por su salario, sus puestos de trabajo y su dignidad”.

Pliego reivindicativo de 10 puntos de estudiantes de 50 colegios en asamblea. 15/5/2005.

 

“No respondemos a ningún partido político sino que somos una agrupación estudiantil llamada Centro de Estudiantes. Contamos con el apoyo de nuestros padres y los padres de primaria”.

Comunicado de prensa del Centro de Estudiantes Secundarios Mariano Acosta (CESMA), reunidos en Asamblea Abierta de Toma de Colegio. 18/5/2005.

 

 

Hay más valor y lucidez en los adolescentes que sostuvieron la toma del Normal 9, que en la mayoría de los ex setentistas. Los que ayer fueron vanguardia hoy ya no lo son, y en algunos casos es peor: están a la retaguardia de las nuevas formas de lucha y refrenan el instinto antagonista de los que se insubordinan. Actúan de canalizadores estatales antes que de colaboradores de la rebelión. Dividen las fuerzas que buscan unirse y compran voluntades. 

 

La virtud de los estudiantes secundarios, prolonga la larga marcha iniciada a fines del año pasado por los nuevos conflictos salariales de los empleados del general intellect (intelecto general) del trabajo inmaterial. Un nuevo camino iniciado por los trabajadores de las telefónicas y los subtes.

 

La forma de organización asamblearia dispone de un método deliberativo y resolutivo al mismo tiempo. No hay una, o un dirigente excluyente con el que el poder pueda negociar, comprar y encarcelar. Se toma la escuela pero también se gana el espacio público que resulta el territorio por excelencia de los comunes y la nueva fábrica social de plusvalor. Ahí está la razón inconfesable de Aníbal Ibarra para seguir encarcelando plazas y parques: encerrar los espacios comunes para quitarle oxígeno al accionar de las masas sin partido. Hacer un golpe preventivo, a puro barrote y alambrada, que ahuyente los espíritus asamblearios del 2001.

 

Chiche Duhalde como buena patrona de estancia se queja y lo dice con todas las letras:No pueden cortar la calle, no pueden sacar bancos que son del Estado. Estamos yendo a una patria piquetera" (sic). Al ministro Aníbal Fernández también se le activan los reflejos protofascistas pidiendo represión contra los estudiantes y entonces predica: Cuando yo tenía la edad de ellos si hubiera hecho algo así mi viejo me hubiera dado una paliza. Esta medida es demencial” (sic).

 

La clase de los políticos se queja de que la multitud está haciendo política. Y esta, justamente, es su mejor vocación. Reapropiarse de la política que nunca tendría que haber delegado. El capitalismo dividió a la sociedad entre seres políticos y seres económicos, y ahora la multitud está recomponiendo el vínculo roto por el poder. Por cierto, que esta soldadura no puede ser permanente mientras se mantenga el imperio de la mercancía y el trabajo asalariado, los patrones y el estado. Pero todos sus ejercicios previos de insumisión, prefiguran, la autodeterminación y el autogobierno de la multitud.

 

Al poder le fastidia que los estudiantes corten calles y peleen, por algo más, que por la desinfección del establecimiento y un poco de revoque para el cielo raso de la escuela. Pero los estudiantes están dando cátedra de cómo se construyen las nuevas prácticas, lenguajes e imaginarios colectivos. Entre sus demandas no está sólo más becas y viandas, sino el fin de la Ley Federal de Educación, el no pago de la deuda externa, y la mejora en las condiciones de todos los asalariados y desocupados. ¡Gracias chicos! Gracias por demostrar que la lucha puede incluir la construcción de un “nosotros”, de una comunidad, que supere al mero “yo” de la propia quintita.

 

Lo extra-ordinario es que estas experiencias se dan a sí misma un novedoso imaginario, por lo tanto son autónomas. No es un mero gradualismo en la acción, adosado, a un discurso radical desde el exterior de las prácticas. Sino el nacimiento de una cosmovisión en lucha efectuada y desarrollada por ellos mismos. Este hacer y pensar resulta el mejor reaseguro para que nadie le expropie la palabra y la acción.

 

Además, los chicos y chicas del Normal 9 se vinculan con otros estudiantes secundarios de las diferentes especialidades: bachilleres, comerciales, técnicos y artísticos. Ampliando de este modo la densidad de sus reclamos. Como si fuera poco, coordinan sus demandas con el estudiantado de todos los niveles, abordando de esta forma, el universo de problemas que afronta todo el sistema formal educativo. Pero no se quedan ahí, sino que van por más. Como se saben integrantes de una comunidad expoliada y exprimida por los que mandan, suman a sus exigencias la resolución de los problemas de sus padres, que son en su mayoría, integrantes de una misma clase: la trabajadora.

 

Las luchas estudiantiles en curso ya adquirieron la forma de la acción directa y el método asambleario. No tienen el temor de sus mayores en poner en discusión el tabú de no poder atacar la democracia patronal, sino que, contrariamente, pasan a cuestionar toda la lógica capitalista.

 

Una vez más, vamos camino a tener que enfrentar una regla de hierro en la lucha de clases: Las demandas que no terminan en la ruptura antisistémica concluyen integrándose a la lógica de la mercancía. Basta sino comprobar, tristemente, como la mayoría de las fábricas recuperadas perviven en la pobreza, la autoexplotación y la tercerización capitalista. Sean luchas estudiantiles por más presupuesto para la educación, un monto mayor para los planes sociales de los desocupados, mejores salarios para los empleados, y menor impunidad judicial ante la corrupción y los asesinatos de empresarios y políticos; para emanciparse socialmente, no hay gradualismo sindical posible que sustituya la batalla final contra la derogación del estado y la abolición del capital. De lo contrario, no habrá liberación personal y social.

 

Si los nuevos cuerpos de delegados y comisiones internas clasistas que se reivindican independientes, pero de izquierda, no quieren que ningún otro organismo: sindicato oficial y partido, aún los de izquierda, le marquen cómo pensar y qué hacer; tendrán que darse ellos mismos su propia organización y su propio proyecto social. Difuminar en todo conflicto su contradiscurso, coordinar de manera cada vez más amplia los nuevos contrapoderes, y no temer a aspirar a ser los protagonistas del nuevo poder constituyente del trabajo.

 

Es lógico que los medios seleccionen sólo las respuestas intemperantes de los automovilistas, sean trabajadores o patrones, a los que los desquician los métodos piqueteros. La mass media, como parte constitutiva del poder, aborrece la política hecha por lo comunes. Su país normal sólo cierra con la democracia del voto y las mayorías en silencio en sus hogares. Pero al mismo tiempo, a no dudar, que millones ven con simpatía, o una pasividad complaciente, las nuevas formas de lucha. Volvió a aumentar el desempleo y sigue habiendo diez millones de argentinos que viven con dos pesos diarios. Hay 17 millones de pobres, un millón y medio de pibes que trabajan, 50 por ciento del empleo es en negro, y más de 100 personas se mueren por día por causas evitables. A todo este latrocinio, sumémosle, la burla amparada judicialmente a quienes coimean senadores, la impunidad de los directivos de Southern Winds como la aerolínea del capital-narcodemocrático, y la libertad de los asesinos ideológicos y políticos de los muertos del 20 de diciembre de 2001, de Kosteki y Santillán, y el Oso Cisneros; entre tantos otros crímenes contra el pueblo que no reciben condena del estado. Toda esta orgía de explotación y corrupción, y crimen sin castigo, está hartando a cada vez más sectores sociales. Son ellos los que con sus luchas dicen claramente: que con Kirchner no sólo no estamos mejor, sino que mucho peor.

 

Para el poder el pueblo es la gente. Y en el mejor de los casos es la sociedad civil y no la multitud. Esto no significa que todos los integrantes de la multitud sean anticapitalistas. Pero son la clase que valoriza en su conjunto el capital, y como tal, la única clase con potencialidad revolucionaria. Una clase radical es únicamente aquella que puede terminar con la sociedad capitalista y construir la anticapitalista. Y esta tarea sólo está en manos de la paleta multicolor de la multitud subsumida formal y realmente al capital. Desocupados y ocupados, teletrabajadores y asalariados, empleados públicos y obreros fabriles, autoempleados y subocupados, registrados y en negro, en la ciudad y en el campo. En las fábricas recuperadas y barrios piqueteros, en los resabios asamblearios autónomos posteriores al argentinazo y en los padres de los barrios populares que luchan contra la policía mata pobres. 

 

Hoy la miseria no es una excepción sino la regla del capitalismo. Los desheredados no son el 5 por ciento como en 1974, sino media Argentina. Hoy enfrentar a los pobres es confrontar a la inmensa mayoría de los habitantes. Ahora el país es parte de una Latinoamérica miserable, con el 50 por ciento de sus hijos bajo privaciones críticas y crónicas. 

 

En la Capital Federal, el 80 por ciento de los jóvenes desnutridos están en los barrios del sur.  El Cordón Sur de la Capital compite con las más brutales pobrezas del Gran Buenos Aires. En la provincia del Chaco el 80 por ciento de los menores de 14 años son pobres. El capitalismo como sistema social genocida es comandado por una clase política que utiliza con magistral hipocresía el revólver asesino y la enfermería, la salita de primeros auxilios y la picana, el homicidio sumario y la sumisión escolar.

 

En la Ciudad de Buenos Aires los Centros de Salud y Atención Comunitaria poseen un ejército civil de contenedores de la violencia social y disciplinadores de estómagos vacíos. Bien lo dijo Ricardo Righi, después de la masacre de Cromañón donde fue asesinado su hijo Emiliano: “No quiero psicólogos que me contengan, quiero acción”. En cambio, nutricionistas y psicopedagogos, trabajadoras sociales y médicos, se ocupan de medir cuanto hambre toleran miles de pibes antes que la ira de sus padres explote.

 

El rol más importante del estado es gobernar la vida. Un típico rol de policía. Para algunos con el patrullero, para otros la ambulancia. Para unos las cárceles, para otros las migajas. El sistema es macabro: los policías de guardapolvo y estetoscopio cuentan las calorías para subalimentar, educar y curar, a los hijos de los ciudadanos que pagan sus sueldos, mientras ayudan a mantener en el filo de la muerte a la prole de la multitud. Facultativos con poder estatal para administrar la tortura social capitalista más difundida: el hambre. Un niño y niña desnutrido tiene hasta 8 veces más posibilidades de morir que uno bien alimentado. Después el progresismo se asombra de porqué mueren tantos chicos por causas evitables. Eso sí, en el 2005 las cosechas batirán el récord del 2004, que a su vez, batió el record del 2003. Suena tedioso, pero necesario, ante tanto farsante que habla del “gobierno popular en disputa”: con Kirchner estamos cada vez peor.

 

En la Provincia de Buenos Aires, según el reciente informe de la Subsecretaría de Atención a las Adicciones, en los últimos 10 años se duplicaron, y entre 1995 y el 2003 se triplicaron, las muertes de adolescentes entre los 14 y 19 años. Lo escalofriante es, según la estadística, que las muertes evitables no fueron el 10, el 40 o el 60, sino el 90 por ciento de todos estos pibes y pibas que se podrían haber salvado.

 

Como Saturno en la mitología, el capitalismo se come a sus hijos. En el 2003 fueron asesinados por el sistema mercantil otros 955 chicos y, en el 2004, el Conurbano aportó 112 de los 194 ultimados en Cromañón. La estadística usa un prolijo eufemismo para no hacerse cargo que el sistema mata con un menú diabólico. A la droga y el alcohol, los suicidios y accidentes, los llama: “causas externas”. Más bien lo podrían definir como el síntoma de la indigencia del precariado como enfermedad social, el desempleo crónico de padres e hijos, y el fin de la ciudadanía del estado de bienestar peronista.

 

Estas muertes son un reflejo deforme, fetichizado, del excedente de la fuerza de trabajo sin destino.  Con empleos basura de 16 horas diarias, o vendiendo los pibes un poco de falopa para comer y alimentar a su familia. El sistema incapacita y mata, ¡Vaya si mata!, sea con la explotación, la cárcel y el suicidio. Sea con la muerte fulminante o en cuotas provocada por el hambre patronal. Hay medio millón de adictos sólo en la provincia de Buenos Aires: la contracara de los asalariados posfordistas del crimen, la policía genocida y socia del delito, la educación colapsada, la salud en bancarrota, y un presente sin futuro.

 

Millones de niños, adolescentes y jóvenes muertos en vida: bajo la prisión a cielo abierto de la escasez, o en la prisión de las tumbas del GULAG capitalista. Muertos en vida o suicidados. El asesinato en cuenta gotas por la pésima alimentación o las neuronas quemadas por el paco en pocos meses. El estado para tratar a los adictos, al igual que con la desnutrición, siempre tiene preparada una ambulancia con la sonda terapéutica que alimente psicológicamente con lo mínimo e indispensable a sus víctimas para mantenerlos vivos. De lo contrario, siempre hay un lugar más en la camilla que lleva a la morgue a quien desfallece o se deja morir.

 

Un océano de medio millón de adictos y el estado provincial atiende apenas a 11.000. Una gota de agua en un mar de desheredados condenados a muerte por el capital-parlamentario. Para ser mas precisos: no una gota, sino la atención para apenas el 2,2 por ciento de todas las gotas de un mar de espectros juveniles, de los cuales sólo se curarán 1.100, o sea, el 0,2 por ciento de todos los adictos. El resto, que se cuide como pueda, o que pida caridad a las ONGs que hacen de muleta del estado. Las muertes evitables son otra forma de aniquilar jóvenes. Un crimen social por otros medios que la dictadura militar de los ´70, pero igualmente efectiva para sacarse de encima a los que sobran.

 

En el tema adicciones la provincia de Buenos Aires tiene 180 Centros de Atención. Nueve de cada diez de sus pacientes no se recuperan. Es lógico que así sea. ¿Para qué rehabilitarse? Sino es para luchar, la vida como se les presenta no merece ser vivida. Son Centros de Atención que sirven, poco y nada más que, para justificar la planta de estables y contratados con que el estado paga el silencio cómplice de funcionarios y galenos, psicólogos y sociólogos, que juegan a ser la Cruz Roja peronista.

 

¿Qué hay pobres sin conciencia de clase? Sin dudas, esto ha sido así, aún luego, del estallido de una revolución social a favor de los mismos pobres. Pero esto nunca impidió el intento de construir en la tierra el reino de los hombres y mujeres libres, iguales y fraternos.

 

¿Qué a veces el enemigo está en el propio campo de la multitud? Es cierto, por eso es tan valioso el despliegue que hacen sus actores poniendo el cuerpo y la palabra en cada conflicto, persuadiendo y si hace falta polemizando, con aquellos sujetos que se oponen a las luchas que también los benefician.

 

En relación a los que se consideran parte del campo popular pero sostienen este sistema genocida: ¿Cómo terminará la Corriente Patria Libre? Tal vez como la Sociedad Patriótica ecuatoriana, guardia pretoriana de Gutiérrez, que concluyó disparando desde las oficinas de un ministerio haciendo caza al pato sobre la multitud insurrecta en las calles. El comienzo de esta estrategia la esbozaron el 9 de julio del año pasado en Tucumán, apedreando y apaleando con la policía a los movimientos sociales que le fueron a gritar en la cara a Kirchner que con él nada había cambiado.

 

¿Cómo terminará D´Elía y la FTV? Tal vez como los pobres que fueron acarreados a ultima hora por el depuesto dictador ecuatoriano y neutralizados y vencidos por las masas en las calles.

 

¿Cómo terminará la CTA? Tal vez como la CONAIE en Ecuador, que fue tan merecedora como toda la clase política del QSVT después de haber sostenido los primeros meses al coronel depuesto.

 

La CTA podrá evitar por un tiempo la divisoria de aguas entre capitalismo y anticapitalismo. Pero la que no puede obviar más, es el parte aguas entre ser oficialista u opositor al gobierno peronista. La tensión entre un Edgardo De Petris aplaudiendo a Cristina de Kirchner, y un Claudio Losano pregonando que la distribución de la riqueza es peor que nunca, es una dicotomía, que está haciendo implosionar a la CTA.

 

Los viejos planes de lucha del viejo movimiento obrero peronista son obsoletos. La huelga dominguera, el parar las actividades por unas horas y días, el esconder el conflicto al interior de la empresa y el estado para luego traicionarlo en la mesa de negociación por migajas, se terminó. Todas las nuevas expresiones de lucha aborrecen de estos métodos. No le temen a ganar la calle y las plazas, cortar peajes y bloquear aeropuertos, tomar ministerios, juzgados y legislaturas, escuelas y empresas. Hablan con los usuarios en el espacio público, la mayoría compañeros de clase, estén o no involucrados directamente en su lucha. Transforman la huelga gremial en huelga política, el paro económico en contrapoder territorial, ponen en discusión quienes mandan, y a favor de que intereses están.

 

Al interior de los nuevos conflictos también surgirán las diferencias. Hay un mundo que se derrumba y otro en constitución. Por ejemplo: no todas las defensas jurídicas por los crímenes de Cromañón buscan los mismos fines. Los hay absolutamente convencidos que ninguna justicia patronal hará justicia. Y hay otras que quieren preservar esta institución del capital. Los hay enfrentados, no sólo a Ibarra, sino también a Kirchner; y hay otros que quieren preservar al presidente para que no termine la impunidad en un QSVT que arrase al gobierno peronista. Para decirlo sin reservas: al interior de la multitud también se reproduce la lucha de clases. Está el abogado que se desrepresenta en su rol de procurador de justicia capitalista, y que apela a los tribunales desde una posición cínica actuando sólo a los fines de mostrar la inutilidad de la justicia capital-parlamentaria. Y está aquel que sostiene su saber-poder a partir de que se refuerce la creencia en el sistema jurídico que le otorga su prestigio profesional y credencial de clase.

 

Está el diputado que acompaña la lucha de los familiares para desenmascarar la farsa judicial, y está el quintacolumna que acompaña, para llegado el momento, actuar de dique de los familiares que vayan por la cabeza del presidente.

 

Están los profesionales de la salud que se creen más que el enfermero y aspiran al carrerismo a costa de las 16 horas diarias de trabajo de los paramédicos. Y están los facultativos que integran multitud y usan su saber, como un instrumento más, a favor de la emancipación de la especie humana, sin por esto, esperar privilegio alguno.

 

No se trata de idealizar a los pobres de la multitud. Sino, muy por el contrario, saber medir a los aliados, estar alerta a los oportunistas que se disfrazan de horizontales, y tejer lazos de solidaridad más estrechos con aquellos que aspiran a un cambio social autodeterminado y anticapitalista.  

 

La relación social bicéfala entre el capital y el trabajo está repleta de victorias y derrotas permanentes para cada una de las partes. Eso es la lucha de clases. Sucede al mismo tiempo: los seis días de paro en el Senasa sin ningún resultado y la liberación de los presos de Caleta Olivia; María Julia Alsogaray liberada y Chabán temiendo salir de prisión ante el aliento justiciero de los padres; aumento salarial en Metrovías y continuidad de los presos de la Legislatura; constitución de la asamblea interhospitalaria y desalojo judicial del Normal 9. En Ecuador caída de Lucio Gutiérrez y relevo por Palacio; nuevas rebeliones en Bolivia y peligro de secesión en Santa Cruz de la Sierra; resistencia contra el imperio en Irak y masacre en las calles de Uzbekistán. La guerra civil planetaria del capital contra la multitud, sea con ejércitos o parlamentos, se enfrenta a la autoorganización del trabajo, los conatos destituyentes de presidentes, la constitución de organismos extra-estatales y la posibilidad de revoluciones sociales.     

  1. La mayoría de los estudiantes integrantes de la multitud sabe que le espera, en el mejor de los casos, ser parte del precariado. El 43 por ciento de los precarios actuales tiene secundaria completa, de los cuales, el 19 por ciento cursó el nivel superior. Ser precario hoy es un estigma que acompaña a las nuevas capas asalariadas y profesionales posfordistas, cuyos padres pertenecieron a la vieja clase media del empleo registrado y fordista. Es por esto, que desde hoy adoptan, en las escuelas y universidades, las formas de combate del precariado que está en lucha: la asamblea autoorganizada y el piquete que conquista el espacio público, la desrepresentación de la democracia del capital y el autoliderazgo colectivo de los conflictos. La vida política de las capitales latinoamericanas ya no representan exclusivamente a las prósperas y ascendentes clases medias, sino que, son el territorio privilegiado del precariado y el trabajo inmaterial. Donde hay más riqueza contrastada con más desempleo e inestabilidad laboral, es donde, se dan los conatos destituyentes mas aguerridos contra el poder. Managua y sus estudiantes arrinconando al presidente Bolaños; Quito y la fuga regada de crímenes hecha por el expresidente Gutiérrez; La Paz y la situación explosiva contra Mesa; Buenos Aires y su pequeño 19D luego de la Matanza de Cromañón, la toma de hospitales y escuelas, que nos remontan a la ocupación de las plazas y el mayor desarrollo del movimiento de las asambleas populares durante el 2002.
  2. Los desocupados más concientes, saben que nunca más volverán a las fábricas fordistas de trabajo “digno”. Por eso enfrentan a todos los dispositivos que sostiene esta sociedad decadente que impide su emancipación: los partidos y sindicatos, las ONGs y las iglesias, los académicos del izquierdismo carrerista y el clientelismo estatal, el sistema educativo y la policía, los jueces

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