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NO FORMAREMOS PARTE DE TU SHOW
Por Joaquín -
Wednesday, Jun. 01, 2005 at 1:50 PM
jotazinestado@yahoo.com.ar
La juventud conciente no podrá ser corrompida fácilmente por el sistema dominante
"No formaremos parte de tu show"
La juventud, después de la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en un todo homogéneo preferido para el estudio de su comportamiento en distintas disciplinas (antropología, sociología, etc). Antes, no había juventud. Esa franja etaria que va desde los 16 a los 25 eran considerada simplemente como el puente que une la infancia con la adultez.
Sin embargo, a principios de los años 50 y sobre todo en Estados Unidos, los jóvenes empezaron a tener la oportunidad de definirse como grupo, fundamentalmente a través del consumo: la música rock, la ropa, los libros. Entre la escuela y la casa, había una mediación principal que los jóvenes encontraron para desarrollar su potencial y relacionarse con sus pares: en la calle, en los bailes, en los clubes. Desde allí y en adelante, el mercado y las políticas gubernamentales entendieron que la juventud es un grupo conformado que requiere de una mirada analítica diferente a las otras etapas de la vida del ser humano.
Como jóvenes que somos, poseemos la ventaja de no estar tan corrompidos por el sistema y la sociedad como nuestros mayores, tenemos la fuerza necesaria que podemos utilizar positivamente en pos de nuestros objetivos. Desperdiciar esta posibilidad es rendirse ante los obstáculos que nos ponen día a día. La falta de trabajo y la escasa oportunidad de estudiar lo que nos gusta se cuentan entre los tantos problemas que tenemos hoy los jóvenes de Argentina.
Cuando creemos liberarnos los fin de semana, caemos en los boliches sistemáticamente puestos para que nos olvidemos de las pesadez de la vida rutinaria, y encontramos en el alcohol y las drogas los medios para dichos fines. La alegría dura poco, y las desgracias vuelven a retumbar en nosotros más fuertemente los días posteriores. Creemos ser libres, pero no lo somos. Corremos el peligro de convertirnos en marionetas que responden a los juegos más fáciles de jugar.
Hoy día, la rebeldía verdadera no consiste en tomar drogas y alcohol, sino por el contrario: rebelarnos ante este sometimiento, NO SER marionetas del sistema, enfrentar con la fuerza y la mente las pálidas cotidianas que sufrimos los jóvenes. Si la sociedad nos pone al alcance el alcohol, nosotros dejaremos de consumirlo o bien lo haremos controladamente; si la sociedad nos incita por sus trampas estructurales a consumir droga, nosotros no nos drogaremos; si la sociedad insiste en culparnos por los males que atañen a la "ciudadanía", nosotros nos esforzaremos por hacer lo que nos gusta y trabajar para vivir de ello...
En fin, si la sociedad nos achica cada vez más el horizonte de expectativas, entonces nosotros lo abriremos desde nuestra conciencia, nuestra mente y fuerza, demostrándole que como jóvenes poseemos el valor para cambiar esta realidad agobiante. No seremos marionetas del sistema, seremos fuertes y concientes, de esa manera será mucho más difícil que nos puedan persuadir.