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- La AuToNoMíA Se ExPaNde ConTra Las JeRaRquÍaS, EL CaPiTaL y EL EsTaDo -
Por Colectivo Nuevo Proyecto Histórico -
Monday, Jun. 06, 2005 at 6:13 AM
correo@colectivonph.com.ar
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El método asambleario y la
acción directa se va abriendo camino contra la verticalidad del gobierno de
partidos y los viejos sindicatos. En los barrios y los cortes de ruta, en
escuelas y hospitales, las universidades y los muelles. En las Asambleas de Quito
y los Cabildos Abiertos del Alto en Bolivia. En Caleta Olivia y en el Conurbano
Bonaerense de Argentina. Entre los blancos y negros, los indígenas y mestizos.
En el estado y la actividad privada, los servicios y la industria. Con el
obrero okupa y el vendedor ambulante, los artistas y las putas. En el campo y
la ciudad, en astilleros y el transporte. Entre la juventud y los adultos, los
desocupados y los ocupados. Entre los viejos y los chicos, los sexos y los
géneros. Sean estudiantes y analfabetos, precarios y registrados. Donde nace la
asamblea muere un poco el patrón y el estado. Cuando las asambleas decidan
sobre el destino social de la vida se habrá terminado con el capitalismo. Colectivo Nuevo Proyecto Histórico http://www.colectivonph.com.ar La
Soberanía Asamblearia: Registrados
y precarios, estatales y privados, okupas y sin salario. (Primicia para Indymedia) "Pero se ha de recordar, Martín
Fierro. “La ley nos burla y el Estado no hay deberes del señor”. Estrofa de
La internacional. Dedicada a
la Comuna de París, 1871. “Estados Unidos
tiene centros de detención clandestinos como tuvo la Argentina”. Reed Brody, Human Rights Watch, “El poder come miedo (…) El miedo distrae
y desvía la atención (…) en realidad, el poder se mira al espejo y
nos asusta contando lo que vio. Peligro, peligro, grita el peligroso”. Eduardo
Galeano, 11/4/05. Señales y Rumbos: 1.-
UN VIAJE DE IDA PARA LA MULTITUD. DESTINO FINAL: PRECARIADO Y PRISIÓN. 2.-
ESTUDIANTES: DE CASA A LA ESCUELA, Y DE LA ESCUELA A LA ASAMBLEA Y EL PIQUETE. 3.-
MONEY, MONEY AL CALOR DE KIRCHNER. 4.-
VIEJO Y NUEVO SINDICALISMO. 5.- LA
AUTONOMÍA SE EXPANDE CONTRA LAS JERARQUÍAS, EL CAPITAL Y EL ESTADO. A la memoria de Mariana Márquez, madre de Liz, asesinada
en Cromañón. A Gabriel
Roser del MUP preso político de Kirchner. A las presas
y presos de la Legislatura capital-parlamentaria. A los que
luchan y a los muertos que lucharon. A los
rebeldes procesados por la justicia mercantil. A todas y todos
los que construyen en el mundo entero el cambio social anticapitalista. 5.- LA
AUTONOMÍA SE EXPANDE CONTRA LAS JERARQUÍAS, EL CAPITAL Y EL ESTADO. “Basta de dictaduras democráticas”. El Alto,
Bolivia, 24/5/05. “Un juez es un policía recibido de abogado”. Pintada
argentina en Avenida de Mayo 789. “La actual asamblea de Tucuypaj, esta
conformada por un colectivo horizontal, que lleva adelante la propuesta de
crear un espacio autónomo y autogestionado donde primen la reflexión y el
debate de ideas para construir una forma de relación social nueva, desde abajo
y priorizando la solidaridad y la cooperación entre los compañeros. No tenemos
dirigentes, ni representantes, actuamos lentamente, porque establecemos una
forma de trabajo consensuada, no somos infalibles nos equivocamos y mucho pero
siempre estamos dispuestos a volver sobre nuestros pasos y buscar nuevos
caminos. (...) Convocamos a encontrar soluciones justas y conjuntas con
compañeros de todas las organizaciones y por fuera del aparato burocrático-legal-estatal”.
Empresa
recuperada Tucuypaj, 2/5/05. “Repudio a la conducción. Salimos a la
lucha por fuera de las estructuras gremiales tradicionales”. Carlos,
delegado de los autoconvocados del Hospital Luciano de la Vega, 28/4/05. “La CONAIE, como parte de los
ecuatorianos y ecuatorianas descontentos con el modelo de democracia
representativa cuya institucionalidad ha sucumbido, nos convertimos en las
calles en un poder constituyente y como mandantes exigimos a nuestros
mandatarios renunciar a sus cargos, de los que han sido revocados por su
inconsecuencia”. Confederación de Nacionalidades Indígenas
del Ecuador, 12/5/2005. De las telecomunicaciones y Metrovías con su
asambleismo, a los ferroviarios y pueblos originarios. De los docentes autoconvocados
en Salta a los aeronáuticos de Lafsa. Del despertar de las asambleas
autoorganizadas en la industria a las tomas de escuelas. En abril, se le sumó
al poder otra piedra más en el zapato: la comisión interna del Hospital
Garrahan expandiendo una multisectorial hospitalaria. El
escalafón del poder capitalista transpira por muchos poros. El mercantilismo se
alimenta de humanos. Las jerarquías humanas invisten la forma estado como
dispositivos de vigilancia y castigo del capital contra los que no se dejan
formatear. Pero no sólo eso. Hay seductores y asesinos. Mandones y
caritativos. Cálidos simuladores y fríos como Stalin. Actúan en público y
secretamente. En los actos de campaña y en las comisiones legislativas. En el
estado y la actividad privada. En cargos encumbrados, en el medio y en la base.
En el campo y la ciudad. En la familia, el barrio y la asamblea. Los
conocemos. Son los que entorpecen la vida que busca emanciparse. Son la
mercancía humanizada y la humanidad cosificada. Son lo que ríen y matan. Los
que distraen y condenan. El guardián de la plaza y el mandamás de los
mulos. El regente de escuela y el
director de hospital. El decano universitario y el jefe de Policía. El diputado
y el juez. El presidente y el sindicalista. El jefe de personal y el catedrático.
El general, el coronel y el capitán. El inspector de zócalos que se cree más
que sus compañeros porque dirige a otros dos inspectores de zócalos. El que
soborna y el sobornado. El gerente de programación y el alcalde. El secretario
académico y el censor. El que tiene una firma para otorgar un plan social y el
patrón de estancia. El empresario del rock y las compañías discográficas. El
periodista estrella y el industrial. El cafisho y el representante de
futbolistas. El comité central y el guardiacárcel. El papa, el obispo y el
cardenal. El dueño de una flota de camiones y el leguleyo que se ofende más por
un corte de ruta que de las muertes por inanición. El que mete la mano en la
lata y el que lo encubre. Los que venden un país y los que cobran por callarlo.
El sargento de la Federal y el referente del hall center. El GEO y el dueño del
supermercado. El patovica y el homofóbico. La gendarmería, la prefectura y la
bonaerense. El servicio de inteligencia del estado y el machista. Los parapoliciales
y el vecino correveidile. Los integrantes de la ONU y los sirvientes menores en
la OEA. El director del FMI y el aprendiz que le lleva los papeles y espera
heredarlo. La maestra ciruela y el alumno obediente. El editor en jefe y el
secretario ejecutivo. El presidente de lo que sea con tal de figurar y los
adulones que le hacen la corte. El capataz de cuadrilla y la comisión interna
de la ONG. La dueña de la cooperadora escolar y el gerente de la fábrica
recuperada. Donde no hay autogobierno hay delegación de poder. Y entonces los
hombres y las mujeres grises se indigestan de la potencia multicolor de la
multitud. Ya
no hace falta decir que la nueva clase obrera, los desocupados y el precariado,
las nuevas generaciones de la multitud, se organizan más allá del sindicato.
Ahora solamente basta constatar la cada vez mayor difusión de esta práctica, su
expansión y articulación conciente con otras experiencias similares, que doten
de volumen social y simbólico, a las nuevas formas organizativas del trabajo
contra el capital, el mercado y el estado.
Algunos
se presentarán a elecciones en los viejos gremios, y otros los dan por muertos
y enterrados. Pero lo más importante es que no se puede estar esperando, ni
hace falta, otros 20 años como los que pasaron, para conquistar aquí y ahora la
manera de autoorganizarse contra las dirigencias sindicales y antagonizar al
poder. Tampoco
es lo más importante que la lucha del Garrahan no arrancó, por ahora, más de un
escaso diez por ciento de aumento de sueldo para incorporarlo al básico. Lo más
trascendente es que la CGT está preocupada por el desborde del comportamiento
autónomo del trabajo; y la CTA, se acordó de luchar, rompiendo la modorra de la
tregua que le dio al kirchnerismo desde que asumió en el 2003. Hay
que saber aprender las lecciones de la historia por más crueles que sean. El
camino de disputar el poder, con las mismas reglas del poder, es un camino sin
retorno. El peronismo no acepta, ni aceptará, la independencia de clase. Para
integrar la Nueva Clase, para ser como ellos, hay que olvidarse de la
autodeterminación y ser uno de ellos. La
brillantez comunicativa de la comisión interna del Garrahan, abreva en el
ejercicio semiótico militante que antes hicieron los empleados telefónicos y de
los subterráneos. No alcanza con poner el cuerpo en la asamblea, enfrentar a
los burócratas y al estado. Hay que salir a disputar el sentido común,
permanentemente reforzado por la mass media. Es una batalla desigual pero
imprescindible. Los nuevos sentidos de la multitud se van abriendo
paso. Desarticulando los viejos significantes con las herramientas de la
contrainformación en manos de los mismos trabajadores y el mediactivismo. No hay que tener miedo de
explicar los reclamos. Sabiendo de las zancadillas y mentiras del poder, la
oposición de buena parte de la propia multitud, y las operaciones de prensa que
tergiversan lo actuado para desprestigiar las luchas. Pero
el posfordismo del precariado, millones de asalariados en la miseria y el
desempleo de masas, no trajo consigo todas malas. Ahora, el concepto castrense
del “zurdo infiltrado” en las asambleas de empleados autoconvocados no asusta a
ninguno de sus participantes. Los empleados conocen a sus delegados que son
trabajadores como ellos. Al peronismo le queda grande la acusación de “gorila”
o antipueblo, a todo aquel que se oponga a su presidente. El justicialismo en todas sus variantes gobernó
14 de los últimos 16 años; y puso a las mayorías en condiciones, aun más
miserables, que la última dictadura militar. No olvidemos que los
salarios de hoy son la mitad de los de 1980. Hay 200.00 contratados en el sector
público cuando antes no existían y el propio personal de limpieza de Casa de
Gobierno está tercerizado. El desempleo pasó del 3 al 17 por ciento y la
pobreza aumentó de 5 al 50 por ciento en tres décadas, y el
capital-parlamentario sigue asesinando 100 personas por día por causas
evitables. Luego de la lucha del Garrahan
nada volverá a ser igual. Y no hizo
falta esperar mucho para comprobarlo. La comisión interna del Garrahan no
terminaba de firmar en disconformidad, el acta de aumentos de sueldo, que ATE
entendió que: o se pone a la cabeza de los reclamos, o la autonomía como forma
de lucha de los trabajadores, les retira la prerrogativa de dar la batalla
salarial contra el estado. La autonomía es un
comportamiento, una forma de ejercer el poder en los conflictos, un imaginario
y un proyecto que no tiene dueños privados, pero sí, millones de portadores. La
vieja idea de “conquistar” a la vanguardia, como si se saliera de caza a
atrapar obreros conscientes es indigna. Subestima al sujeto como si no pudiera
autoemanciparse sin tutelas. Además es estéril. La inteligencia política no es algo que pueda
importarse como una mercancía vendida por los que actúan de manera externa a
las propias prácticas autodeterminadas; sino que, el intelecto político, es un
atributo de la propia multitud como fuerza cooperante del hacer. La multitud es
un cerebro colectivo que hace de la forma asamblearia su esqueleto
institucional. Y de la complementación con otras asambleas la
musculatura de la futura autogestión generalizada y coordinada del trabajo. El
cerebro asambleario de la multitud, le da cuerpo y espíritu anticapitalista, al
poder constituyente de la república de las comunas del uso concreto del
trabajo. Si bien hay militantes
partidarios y gremialistas todo terreno, los nuevos delegados no se definen en
público, ni por su pertenencia partidaria, ni por la disciplina a los viejos
gremios. Son mandatarios que mandan
obedeciendo. No
son profesionales, ni de la política, ni del sindicalismo. Sus
comisiones internas son honestas y combatientes. Abnegadas y solidarias. Su
identidad es de clase y asamblearia. Lo económico y organizativo define al
sujeto social. Lo social y organizativo se da al mismo tiempo. Lo económico y
lo político al unísono. La nueva constitución técnica del trabajo va encontrando su
nueva composición política. Por
su puesto que hay comisiones, cuyos integrantes, rondan las cuatro décadas y
vienen de 22 años de frustraciones electorales y partidarias. Pero a su vez,
traen consigo, un bagaje indespreciable de victorias y derrotas en su debe y
haber. Al interior de los hospitales
pasa algo parecido como en toda la sociedad. La multitud asalariada está, no
sólo fragmentada, sino dividida en castas. El personal profesional es ambivalente. Apuesta a su carrerita que lo
suba en su estatus social. Y en momentos críticos de la lucha de clases como
los que estamos transitando, se sabe, que el chantaje del ascenso a cambio de
traicionar al resto, es una moneda corriente en los juegos palaciegos del
poder. Los directores de hospitales y
todas las autoridades jerárquicas cumplen el rol de una verdadera Nueva Clase
dominante. Una clase burocrática administrativa. En el campo de la
salud son el estado personificado con guardapolvo, matrícula y amenaza de
sumario a los insumisos. El perro guardián del capital-sanitarismo
dentro del capital-parlamentarismo. La
tecnología de alta complejidad es trabajo muerto alimentado por el trabajo vivo
de bioquímicos, enfermeros y mucamas, personal de maestranza y administrativo.
Pero como en cualquier empresa, si los productores se rebelan, la fábrica
hospitalaria no se mueve por más médicos gerentes y tomógrafos computados que
haya. Si
el médico no tiene a su secretaria que le ordene las historias clínicas, al
personal que da los turnos, o por caso, el material descartable del que se
deshacen las enfermeras: o el galeno se desrepresenta como la autoridad médica
a la que no se le caen los anillos por hacer el trabajo de otro, o el sistema
de salud estatal no funciona. Luego
del Garranhan, los empleados de los hospitales Alvarez, Ramos Mejía y Gutiérrez
se autoconvocaron en asamblea. La semana que se inició el dos de mayo incorporó
a la lucha a los hospitales provinciales. Los métodos asamblearios están a la orden del día. Pero
la contratendencia del capital en todas sus variantes burocráticas sindicales
no va a ser tomadas por sorpresa dos veces. Impugnadas las conciliaciones
obligatorias dictadas por el Ministerio de Trabajo, ignorados los sindicalistas
elegidos según el ritual de la rosca y la componenda con el poder, la
superestructura jurídica y gremial está colapsada. Ahora las variantes burocráticas del SUTEGBA,
la Asociación de Profesionales, UPCN y aún ATE, vienen por las asambleas de los
autoconvocados. Desembarcan oportunistamente a ponerse a la cabeza
de los conflictos para entregarlos ante el primer aprete del poder, como hizo
Pablo Micheli de ATE con el Garrahan. A patotear y dividir como es el estilo
del sindicato del menemista, devenido kirchnerista, Andrés Rodríguez de UPCN.
Enviando los impresentables de Amadeo Genta y Patricio Datarmine de SUTEGBA a
sus matones a fisurar costillas a los autoconvocados del Alvarez. A comprar
voluntades y amenazar con acciones por abandono de personas como el gremio más
cercano a la Nueva Clase capital-sanitarista: la Asociación de Profesionales de
la salud. El
intelecto general como fuerza productiva y reproductiva del capital recorre
toda la sociedad. Intelecto general no es sinónimo de intelectualidad
académica. Es un general intellect cooperante como forma de
valorizar la subsunción real del trabajo en el capital. Una forma virtuosa y
colectiva de reproducir la sociedad capitalista. Se puede tener la primaria incompleta, ser un
técnico calificado, o estudios universitarios, y en cualquiera de los casos
integrar el general intellect. Ocupados
y desocupados por el trabajo asalariado, integran el cerebro colectivo de la
multitud de la fuerza viva del trabajo. Unos están ante el peligro de la
precariedad por un trabajo sobreproductivo, otros, descartados por el capital
por subproductivos. Lo
que el Garrahan nos muestra como síntoma, es una forma asamblearia donde la lucha
gremial destituye al viejo sindicato fabril. Una gestación de un nuevo
imaginario sindical y un imaginario político en gestación. La constitución
autosoberana de los asambleístas, un discurso alternativo y la vinculación con
la comunidad: conforma un todo material y simbólico, una real organización
contracultural. El propio cerebro colectivo se para sobre sus pies, pelea y
habla, se organiza y construye campos de fraternidad política. Los trabajadores
abandonan la vieja cultura peronista que los condenaba a ser la columna
vertebral que soportaba todo el peso de la dominación burocrática, que pensaba
y decidía por ellos. Se vuelven autónomos. Está naciendo una poderosa máquina
de guerra económica, social y política de los trabajadores. Un
contrapoder que no acepta delegar su potencia, salvo circunstancialmente, en
nadie más que en alguno de los participantes de la lucha. Acotando el liderazgo
de los delegados a la negociación contra la patronal. Pero conservando la
asamblea la voluntad decisoria y su propia autosoberanía. El intelecto general de las
masas, cerebro colectivo, o general intellect, no es un patrimonio exclusico
del desarrollo capitalista de los países más desarrollados o post-industriales. El posfordismo es la tendencia dominante también en
América Latina, además de serlo en EE.UU., Japón y Europa. De México a la Argentina,
pasando por Nicaragua y Ecuador, de Bolivia a Chile, no es casual ver a los
universitarios como un afluente fundamental de la marea del movimiento de las
multitudes. Los
estudios superiores han dejado de ser un pasaporte a la vida burguesa. Se acabó la era fordista
del ascenso social para la mayoría que terminaba con un título de grado. Sólo en la
Universidad de Buenos Aires (UBA) cursan 294.000 estudiantes, de los cuales, en
promedio, trabaja más del 60 por ciento. En algunos casos, son aún
más los estudiantes empleados que componen la multitud. La mayoría no son obreros fabriles, pero ganan
menos que un trabajador de una planta automotriz. No son operarios, pero no por esto, dejan de producir
plusvalor para el capital. En la carrera de Ciencias
Económicas el 73.8 % tiene un trabajo; en Filosofía y Letras el 71 por ciento;
en Ciencias Sociales el 69.7 %; y en Arquitectura, Diseño y Urbanismo el 66 por
ciento. De
cada 10 alumnos que ingresan 8 se quedarán en el camino por más esfuerzos que
hagan. Su condición de clase los obliga a dejar los estudios y mantener el
hogar paterno o el propio. La condición juvenil de las nuevas camadas los tiene atrapados en la
precariedad posfordista con empleos intermitentes y mal pagos. Los
que sobreviven a esta carrera de obstáculos como castigo social capitalista a
los que aspiran a un título de grado, les espera, como parte de la condena,
estirar en promedio la carrera más de un 50 por ciento. Dictaduras
mediante en los ´70, caída del muro de Berlín en el `89, derrota de la
revolución Sandinista en 1990, y con la consolidación capital-parlamentaria en
la última década, el posfordismo llegó a su madurez. Y con él el afianzamiento de
la tendencia hacia el trabajo inmaterial, el excedente de millones de operarios
fabriles, el fin de las burguesías nacionales, el estado árbitro de algo, y la
economía keynesiana con base en la demanda y la distribución de la riqueza. Los
estudiantes nicaragüenses, ecuatorianos y argentinos, no son una pequeña
burguesía jacobina. Por el contrario, la mayoría de ellos son asalariados y
cuentapropistas, con sueldos miserables y empleos no registrados. El capital los
educa en la universidad estatal y privada para transformarlos en los obreros
del conocimiento, funcionarios de la Nueva Clase, investigadores de la
fundaciones del poder, la quinta columna de las ONG´s y el Banco Mundial,
artistas para hacer de bufones en los salones del poder, y docentes para
sostener y reproducir la crisis de sentido en la que está imbuida la humanidad
bajo el dominio del capital. Pero
como el poder es una ruta de dos manos, no solo control y domino del capital,
sino también autonomía y antagonía del trabajo; la energía y los deseos de
libertad del general intellect no está dispuesto a ser condenado sin oponer
resistencia a una vida de esclavitud tecnológica y dictocrática. Del
mismo modo que el Garrahan es una muestra de un universo más basto en
gestación, en sentido más amplio, Ecuador, es un laboratorio del QSVT que ha dejado nuevas
lecciones para la lucha. Veamos: 1. En Ecuador, como en el
resto del planeta, tres de cada cuatro habitantes vive en las ciudades.
A diferencia del siglo XVIII, donde tres de cada cuatro personas vivía en el
campo. La urbanización es directamente proporcional al desarrollo universal
capitalista. Hay ciudades que hoy funcionan como verdaderas ciudades-estados.
Su importancia geopolítica hace que lo que pase allí repercuta no sólo en su propio
país sino en todo el planeta. 2.
Ecuador tiene 13 millones de habitantes, Quito su capital, 1.3 millones. Tenía razón el tirano
depuesto Lucio Gutiérrez que en los peores momentos destituyentes no se
movieron más de 50.000 personas. Pero lo que no tenía razón era que con eso no
bastaba para terminar con su presidencia. Cuando cincuenta mil almas se mueven por las calles al grito
del QSVT, es porque hay otros millones en sus hogares dando su anuencia. 3.
La multitud móvil y con barricadas, con consignas, palos y piedras, descubre
que para hacer política no hace falta ser político, integrar un sindicato, ni
militar en un partido. Recordemos que el 13 de abril en Quito hubo un llamado
al paro general convocado por la CONAIE, la Asamblea de Quito, y los partidos
opositores de centroizquierda, que por decir lo menos, fue un fracaso. De seguir
interpretando la política como en la época fordista, se terminaría cometiendo
el mismo error que Gutiérrez: que
envalentonado al ver el poco respaldo a una iniciativa de sus ex aliados y las
viejas corporaciones, salió en cadena nacional a humillarlos. Pero bastó este
discurso para que la multitud ganara las calles. Se autoorganice, defendiera a
un radio comunitaria que fogoneaba el contrapoder y era atacada por los esbirros
del presidente, y se autoconstituyera en un poder soberano extra partidario,
sindical y estatal. El resto es historia conocida. Entre el estado de sitio
fallido y la represión, seis días después, Gutiérrez huía de Ecuador en
helicóptero, un día 20, como De la Rúa en Argentina. 4.
¡Si sabrá
Kirchner de la importancia de dominar los instintos destituyentes del área
metropolitana! Un territorio que no
termina en la Avenida General Paz, sino que se extiende a los cordones
bonaerenses de la Argentina. Una zona compuesta por la Capital Federal y los
barrios suburbanos. El Dr. K y su gobierno, temblaron por derecha con Blumberg
cuando el primero de abril del año pasado la manifestación amenazaba avanzar
con la sociedad civil a Plaza de Mayo pidiendo seguridad; y tembló por
izquierda cuando la multitud se insurreccionó exigiendo justicia luego de la
masacre de 194 personas en el boliche Cromañón y el intento de excarcelación de
Chabán. 5.
Con unos cuantos
cientos de miles dispuestos a echar al presidente que hambrea al pueblo,
encarcela luchadores, descuida hasta lo calamitoso la salud y la educación,
apaña la impunidad de los poderosos y encima mata, alcanza y sobra para
recuperar en la calles la soberanía delegada y decirla adiós a su mandato.
Por cierto, que con esto no basta para construir una nueva sociedad. Pero como
ninguna revuelta es igual a la otra, y la multitud está cada vez peor, ella
decidirá cuando luchará hasta el final para barrer con el viejo mundo y crear
un nuevo mundo desde sus ruinas. El
capital-parlamentario deja fuera de su lógica electoral a millones. Desocupados,
precarios y autoempleados, aunque quisieran, son impotentes para jugar en las
grandes ligas mass mediáticas de la política espectáculo sólo apta para ricos o
respaldados por las corporaciones. La política vuelve a la multitud en forma de
piquete, asamblea, toma de empresas y acciones directas de diferente tipo. ¿Cuántos militantes tendrían
los viejos sindicatos si no rentasen a sus activistas? Porque una cosa es tener que sobrevivir en el
capitalismo vendiendo la fuerza de trabajo o morirse de hambre, y otra muy
distinta, es la complicidad de cada pichón de burócrata que lubrica las
maquinarias corruptas de la amplia mayoría de los gremios, como contrapartida,
de plata y una cuotita de poder. ¿Sin la zanahoria de la prebenda, cuántos militantes partidarios harían el camino espinado de
la obsecuencia al dirigente? Tolerando la inconsecuencia del legislador
progresista, la impostura del profesor de izquierdas, o el profesionalismo del
sindicalista; si no tuviera que venderse para vivir, entregando en el mismo
combo su fuerza de trabajo y honestidad intelectual, a cambio, de las canonjías
universitarias, un cargo en el gremio, el partido, o el estado. La Nueva Clase y la forma
estado son dos dimensiones recíprocas de una misma cosa: la representación de
la fuerza de trabajo como mercancía, sea como gremialista, sea como político. La
autonomía de la multitud cuestiona ser representada, y al hacerlo, disputa
contra todas las formas de representación: el eterno dirigente partidario, el
gremialista atornillado al sillón, y el político de comité. Desde 1983, ya son dos
generaciones de militantes que fueron demolidos por los partidos como máquinas
de picar voluntades antisistémicas.
La rosca partidaria, la humillación para llegar a integrar el congreso y el
comité central, la línea que se les baja a las bases y que estas nunca
elaborará, provocan el hastío, repudio y futura explosión, que lleva a las
organizaciones partidarias de izquierdas, sea de la variante que fuera, a
expulsiones y alejamientos de sus militantes. Además, en los primeros años
del siglo XXI hay una nueva generación que no se la corre con el posibilismo de
reclamar sólo lo que resulta funcional al capital. No se la asusta con el cuco
de las dictaduras, no se las ahuyenta hablando de los peligros del comunismo. No se las pacifica pidiéndoles que esperen, porque el
gobierno recibió una herencia muy pesada. Esta nueva militancia, heredera de
derrotas, sinsabores y victorias de los que los precedieron, no está dispuesta
a ser pasto de ninguna organización externa a su hacer y pensar, que los venga
a conducir hacia el camino de la revolución. Resulta grotesco como
militantes setentistas sexagenarios, buscan aparecer para la foto y acaparar
las cámaras cuando la mass media viene a interrogar a los delegados acerca de
los conflictos. ¿Qué pensarían sus compañeros asesinados en la lucha
popular? La
mayoría de los sobrevivientes de los ´70 están reblandecidos. Ahí están
reptando en algún ministerio justificando lo injustificable, y poniéndose a la
moda armando alguna Mutual, Red y MTD, como fachada para actuar como falange
del estado al interior de los movimientos. Se los ve ansiosos por llegar
a ocupar algún lugar al calor del poder, y queriéndose desquitar con la
historia sobre las espaldas de los que luchan. ¡Dan vergüenza ajena!
Lamentablemente, son como el partido peronista y radical: ya dieron todo lo que
podían dar. No pueden seguir otros veinte años, como en estos últimos 20 años,
refregando como último criterio de sometimiento a sus posturas con que en el
pasado fueron presos políticos, torturados y exiliados. ¡Todo el pueblo
luchador reconoce su gesta pasada, y la de toda su generación que se la jugó
entera por una patria liberada del capital! Pero desde su intocable pedestal,
ahora son más un estorbo que una ayuda. No están dispuestos a cambiar. Ven a los jóvenes
revolucionarios como antes los veían sus mayores conservadores a ellos:
peligrosos. Se niegan a crear lo nuevo. A lo sumo se ubican discursivamente del
lado de la utoorganización, haciendo de ella, una mercancía más que ofrecen en
el mercado persa electoral. Aspiran a conservar, o alzarse, con el
soñado cargo que de jóvenes repudiaban. La
consecuencia es un atributo humano que requiere permanente muestras de
coherencia. No basta con lo que se fue. Ahí está el ejemplo de Lula. El obrero
metalúrgico que luchó contra los militares y ahora es un dócil discípulo de
Washington. Tampoco
basta llegar con un movimiento social antisistémico al poder y no demoler el
estado. De nada le sirve a la
multitud que sus representantes tomen posesión de las funciones gubernamenta
pa hacer bien el trabajo,
que el fuego, pa calentar
debe ir siempre por abajo."
oprime y sangra al productor,
Nos da derechos irrisorios,