A pesar de Evo Morales y la derecha,la revoluciòn boliviana no se rinde .
Por EL MILITANTE -
Monday, Jun. 13, 2005 at 10:13 PM
EL MILITANTE - Versíon
para imprimir | |
La administración Rodríguez, un gobierno
producto de la crisis revolucionaria boliviana |
|
Autor : José Gabriel
Condorcanqui Fecha : ( 13-Junio-2005 ) Categoria : Bolivia
|
En
un marco político-social de rechazo a la democracia burguesa, de
“vacío de gobierno”, de creación embrionaria del poder obrero y
campesino, de una gran insurrección de masas que derrotó los planes
golpistas de la derecha, y de la falta de una dirección
auténticamente revolucionaria, Eduardo Rodríguez (ex presidente de
la Corte suprema), acaba de ser ungido como nuevo mandatario
boliviano con el objetivo de aplacar la revolución boliviana. Sin
embargo, al ser esta nueva administración parte del stablishment
capitalista, nace débil y con la posibilidad de no lograr su
objetivo.
La Contrarrevolución es derrotada
temporalmente
Ante la probable asunción de Vaca
Díez al Ejecutivo (ligado a la megacoalición goñista y apoyado por
el imperialismo norteamericano) y la posibilidad de golpe de Estado,
el movimiento político de los trabajadores interpretó esto como una
declaración de guerra, lo que detonó una dinámica insurreccional en
todo el país, con radicalización de medidas y acciones avanzadas
como toma de campos petroleros, cierre de válvulas de gasoductos,
etc. En el distrito 8 de Senkata (donde se encuentra la planta de
gas), y en otros de la ciudad de El Alto los desfiles de
trabajadores indígenas con picos, hachas y fusiles manuales
arengando consignas de combate eran el preludio de la guerra civil.
Tal era la radicalización de las masas que el
Congreso no pudo sesionar en Sucre como estaba previsto. La
contundencia de la movilización de cooperativistas mineros y
campesinos en la propia capital constitucional -con un muerto y
varios heridos- atemorizaron a los parlamentarios quienes se vieron
acorralados en el centro de la ciudad por miles de manifestantes,
mientras que la ruta al aeropuerto era cortada por los campesinos
para que no pudieran escapar a Santa Cruz y AASANA (gremio de los
trabajadores del aeropuerto), entraba en huelga interrumpiendo todo
el tráfico aéreo.
En esta situación de levantamiento
nacional con las clases medias en huelga de hambre y simpatizando
con la clase oprimida, un golpe de Estado significaba arriesgarse a
un enfrentamiento abierto entre las masas insurgentes y el aparato
represivo, en el cual tampoco podían confiar debido a la influencia
de la lucha de clases en los mandos medios y la tropa de las fuerzas
armadas y policiales.
Si a esto sumamos la creación
de los embriones de poder obrero y campesino extendiéndose en todo
Bolivia, el golpe al final resultaba una medida arriesgada para el
sector moderado de la burguesía, pues este podía iniciar una guerra
civil para la cual la clase dominante parece no sentirse preparada.
“Esto que ha ocurrido es lo peor que podía pasarnos,
pero la lucha continúa, siempre con alegría y energía”, admite en el
anonimato y desmoralizado un miembro del Comité Pro Santa Cruz,
organismo de la oligarquía.
Es por esta razón, que la
fracción moderada de la burguesía termina imponiendo la salida
“democrática” de la sucesión constitucional eligiendo a Rodríguez
como nuevo presidente de la república capitalista boliviana.
El gobierno de Rodríguez expresa la debilidad de
los capitalistas bolivianos.
Eduardo Rodríguez,
ex ministro de Sánchez de Lozada en 1985 y con estudios de Derecho
en Harvard, es el representante político de las fracciones más
moderadas del empresariado nacional y de las clases medias.
En este sentido, la administración Rodríguez es un
gobierno muy débil cuyo objetivo se limita a administrar una
"transición" hacia las elecciones adelantadas y adormecer a las
masas con más reacción democrática.
“El sistema
democrático, debidamente renovado tiene que atender esa agenda, pero
democráticamente", sostuvo refiriéndose a las demandas del pueblo
pobre boliviano, señalando además que él "no puede hacer política",
ni ofrecer más de lo que le toca cumplir. "Yo no hago demagogia",
declara Rodríguez después de haber sostenido una reunión con los
dirigentes alteños en el día de hoy (www.bolpress.com).
Pero claro, al no contar el movimiento de masas con
una dirección revolucionaria organizada, este puede cumplir con su
tarea capitalista de consolidar la democracia burguesa.
Es por esta razón que la dirección de la FEJUVEs le
ha dado una tregua a Rodríguez, y aislando a las demás
organizaciones importantes como la CSUTCB, COB, FSTMB, Magisterio,
etc. se ha reunido con el gobierno rompiendo así la alianza
estratégica de los trabajadores y de la Asamblea Popular Nacional y
Originaria (AP). En realidad estos dirigentes no creen en la fuerza
de los trabajadores para transformar la sociedad.
En
todo esto el jefe del MAS, Evo Morales, tiene enorme responsabilidad
porque fue la salida política que propuso al país.
El rol de Evo Morales y el MAS.
De esta manera, el líder masista volvió a jugar
en esta crisis revolucionaria el rol de salvador del régimen. En
efecto, Morales Ayma viene jugando el papel de pata izquierda del
régimen y contención de las tendencias más revolucionarias de las
masas. Sin embargo, por la radicalización del movimiento éste viene
siendo cada vez más cuestionado por sectores avanzados de las masas
que han influenciado en su propia base cocalera, lo que lo obligó a
izquierdizar el discurso planteando la nacionalización de los
hidrocarburos.
Evo Morales acaba de declarar que,
“"Hemos consultado a la mayor cantidad de compañeros movilizados,
tanto en el campo como en la ciudad, y la mayor parte pide un cuarto
intermedio, una tregua hasta que el gobierno, el nuevo presidente,
organice su equipo de trabajo, sus asesores", "Rodríguez es un
presidente de transición y tiene un mandato del pueblo y del
Parlamento" (www.econoticiasbolivia.com).
La
Perspectiva
El nuevo presidente ha declarado que
él no puede hacer nada con respecto al gas, las autonomías, etc. Ha
dicho que su gobierno está subordinado al Congreso, lo que puede
encender de nuevo el fuego revolucionario.
Si bien es
cierto que la crisis revolucionaria está por disiparse, el clima de
enorme tensión, casi de pre guerra civil, no se ha diluido.
Lo interesante de esta insurrección es que a
diferencia de Octubre de 2003, ha sido más organizada y conciente,
políticamente hablando. Esto se expresa en la pérdida de las
ilusiones democráticas por parte de la vanguardia en la consigna de
la Asamblea Constituyente e incluso se llega a plantear la cuestión
del poder político como medio para lograr la nacionalización de los
hidrocarburos.
El problema una vez más es el de la
dirección y el partido revolucionario. Ante esta debilidad crucial,
el nuevo gobierno puede obtener un compás de espera de días o
semanas, pero difícilmente una “luna de miel” como la que gozó Mesa
después de Octubre.
Rodríguez, el día de su
declaración a la nación hizo eje en la necesidad de un gran Acuerdo
Nacional. Y la iglesia y los empresarios han respaldado esta táctica
política. Entonces, los próximos días serán de convocatorias y
reuniones para afianzar el Acuerdo Nacional.
El
presidente de los empresarios, Roberto Mustafá, clamó también por la
paz, por el fin de las protestas sociales y demandó que el gabinete
que acompañe a Rodríguez dé atención prioritaria a la recuperación
económica del aparato productivo.
"Esperamos que esta
transferencia de mandos en el marco constitucional restaure la paz y
la tranquilidad y abra el camino hacia futuro, para el bienestar de
todos los bolivianos", declara por su parte la Iglesia Católica.
Abel Mamani, dirigente de la Fejuve- El Alto, dijo
que el Estado debe dejar de subvencionar a los partidos políticos,
de forma que las organizaciones populares puedan participar en el
acto eleccionario en igualdad de condiciones y no se reproduzca el
sistema político imperante en el país (www.bolpress.com). Las
declaraciones de Mamani apuntan a participar de las próximas lides
electorales.
Por otro lado, El líder de la Central
Obrera Boliviana (COB), Jaime Solares, advirtió que el pueblo no
rifará su lucha a cambio de nada. "La huelga general y el bloqueo
nacional de caminos se mantienen y las medidas de presión no serán
levantadas sólo porque se hayan cambiado las "fichas" y se haya
posesionado a un nuevo Presidente de la República". Sin embargo, los
mineros asalariados y afiliados a la COB acaban de regresar a sus
ciudades donde trabajan.
Entonces, la perspectiva nos
muestra un panorama más polarizado, con el régimen desgastado y sin
recambios, y con un movimiento de masas que ha avanzado mucho
políticamente en estos 18 meses, y es previsible que aunque se
detenga la dinámica insurreccional, el ascenso de masas continúe
desarrollándose aunque con otros ritmos y modalidades, por ejemplo,
con luchas sectoriales duras, tomas de tierras, movilizaciones
contra las "capitalizadas", etc.
Por una dirección
con ideas claras y verdaderamente revolucionarias
Es por estas razones que se hace más vital que
nunca la necesidad de una dirección con un plan de lucha claro y con
perspectivas revolucionarias que puedan empalmar con la vanguardia
obrera, campesina y juvenil para dotar al movimiento de un partido
que se prepare para la próxima insurrección de masas.
Por ahora creemos que ese plan pasa por denunciar el
pacto de Sucre y al nuevo gobierno. Hay que rechazar la tregua
política y es necesario hacer un balance de las jornadas
revolucionarias de las últimas semanas.
Se hace
necesario defender y desarrollar los embriones de poder de los
trabajadores. En este sentido es necesario publicitar y explicar
cuál debe ser el rol de la Asamblea Popular, además de comenzar a
trabajar los comités de autodefensa, de política, etc. así como la
necesidad de dotarnos de una táctica para con las tropas de las
FF.AA. y FF.PP. pues la contrarrevolución cruceña va continuar con
sus planes golpistas y de construcción de su ala fascista: la Unión
Juvenil Cruceñista (UJC).
El Alto-Bolivia, 12 de
junio del 2005
| |
argentina.elmilitante.org