Venezuela : sabotaje econòmico de la burguesìa,
Por Ell Militante -
Thursday, Jun. 16, 2005 at 3:42 PM
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Venezuela: La economía nacional y el
sabotaje de los capitalistas |
El verdadero peligro
que amenaza la revolución bolivariana |
Autor : Ricardo
Galíndez Fecha : ( 15-Junio-2005 ) Categoria : Venezuela
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a
guerra contra nuestro proceso revolucionario se sigue desarrollando
a varios niveles o frentes. La recién finalizada Asamblea de la OEA
es tan solo un episodio, una batalla en esta larga guerra y en donde
las fuerzas del imperialismo han recibido unas cuantas derrotas, más
no definitivas tal y como podemos apreciar en nuestro día a día.
Dentro de esos escenarios de guerra que el
imperialismo y la burguesía nativa nos han impuesto tenemos hoy la
continua campaña de agresiones desde el palacio de Nariño, con las
acusaciones de ser retaguardia de la guerrilla colombiana y con la
infiltración de paramilitares. Ahora también se empieza a decir con
profusa difusión por los medios de comunicación, que Chávez está
financiando a Evo Morales en Bolivia para desestabilizar el gobierno
de dicho país.
Por un buen rato el gobierno del Tío
Sam realizó toda una campaña para denunciar la política
“armamentista” del gobierno de Chávez, por lo de la compra de
100.000 fusiles kalashnikov y unas fragatas para resguardar el mar
territorial. Todo esto con el objetivo de justificar la aplicación
de la “carta democrática” de la OEA.
Dentro del campo
diplomático son múltiples los viajes de funcionarios del gobierno de
Washington a países latinoamericanos para tratar de lograr un frente
anti Chávez. Entre las últimas acciones del gobierno de Bush, está
el recibimiento con carácter de alto funcionario de gobierno de
María Corina Machado de SUMATE, cuando nunca ha querido recibir en
las mismas condiciones ni siquiera al embajador de Venezuela. Con
esta unción Bush le está enviando todo un mensaje a sus fuerzas en
el país, vale decir empresarios y a políticos que lo secundan.
Todas estas acciones buscan debilitar las posiciones
del gobierno venezolano en el plano internacional para facilitar una
invasión cuando lo consideren pertinente y apuntalar a su
desmoralizada y atomizada base social y organizaciones políticas que
por todo lo que se puede prever se dirigen hacia otra, su más
aplastante derrota electoral.
Estas batallas, que las
podríamos agrupar en el plano de las políticas propagandísticas, han
recibido respuesta por parte del gobierno y han quedado al
descubierto sus intenciones.
Un segundo frente se
desarrolla en el plano de la infiltración de paramilitares y de una
cantidad considerable de agentes de la CIA y de otras agencias de
inteligencia de diversos países imperialistas, que se desarrolla,
teniendo como objetivo colocar hombres de su entera confianza para
recabar la necesaria información y desarrollar toda su política
desestabilizadora presente y futura.
Pero hay un
frente de guerra que no recibe mucha publicidad como tal, siendo la
respuesta aún débil para las necesidades. Ese frente es el económico
y es en donde las fuerzas imperiales y de la burguesía vienen
actuando coordinadamente y con bastante eficiencia. En este frente
las fuerzas del empresariado cuentan además con muy buenos aliados
dentro del propio gobierno y son aquellos que el propio Chávez ha
denunciado como las fuerzas reformistas.
En este
frente las fuerzas enemigas mantienen un despiadado ataque para
sabotear la economía desde el sector de las inversiones, el del
funcionamiento de las empresas, sobre todo las del Estado, y desde
el sector del desarrollo de los planes económicos del propio
gobierno.
En el plano de las inversiones las cifras
aportadas por el propio Banco Central de Venezuela son elocuentes.
Para el primer trimestre del año 1998, las inversiones directas en
el país rondaron los 2.602 millones dólares, cuando para ese mismo
período de este año 2005, las mismas alcanzan la cifra de 281
millones de dólares. Mas de 9 veces menos y debemos tomar en cuenta
que la población ha seguido creciendo, así que la inversión por
habitante es aún menor hoy, que la del año 1998.
El
Producto Interno Bruto del país en el primer trimestre del año 1998
alcanzó 10,55 millones de dólares y para el primer trimestre de este
año la cifra alcanzó los 10,61 millones de dólares, que si los
dividimos por el número de habitantes, hoy producimos menos por
habitante que en el año 1998.
Si partimos del hecho
de que las inversiones del capital privado nacional y extranjero
apenas alcanza el 10%, y aún menos, de la inversión global que se
realiza en el País, nos podemos dar cuenta de que los empresarios no
están invirtiendo ni siquiera para reponer el capital fijo y que su
aporte en la generación de empleos es nulo por cuanto además de
pobres, la mayor parte de esas inversiones la están realizando en el
campo del petróleo, donde las inversiones son altas pero poco
generadoras de puestos de trabajo.
Las inversiones
del Estado han sido altas, poniendo a circular una gran masa de
dinero, parte del cual en forma de becas salariales para los
integrantes de las misiones, lo que ha sido básico para el
crecimiento económico reflejado en las cifras de los organismos
económicos. Ahora, como los empresarios prácticamente no han
invertido y no quieren reactivar sus empresas, el aumento de la
demanda ha tenido que ser cubierto con importaciones, las cuales, en
bienes, han aumentado un 72% con respecto al primer trimestre de
1999 y un 54%, respecto al primer trimestre de 2004, las cuales
saltaron de 3.187 a 4.969 millones de dólares. De todas estas
importaciones las petroleras ocuparon en el año 2005 apenas 334 y
las no petroleras 4.635.
En otra línea de acción, que
golpea directa e inmediatamente a los sectores asalariados, está la
de los aumentos de precios los cuales de acuerdo a informes del
Banco Central de Venezuela, el promedio de aumento de precios de los
productos controlados aumentó en el mes de mayo de 2005 un 1.1%,
pero los alimentos son los que más contribuyeron con un aumento del
5.6% y equipamiento para el hogar un 4.8%.
Otro de
los frentes es el del sabotaje económico dentro del propio gobierno
el cual el propio Chávez denunció en un Aló Presidente, que había
provocado, en la industria petrolera, una baja en la producción de
100.000 barriles diarios. Son las leyes del capitalismo y el
sabotaje objetivo de los reformistas dentro del gobierno lo que
explica que a pesar de que se han aumentado las inversiones para
construir viviendas, cada vez se construyen menos. Las cifras son
elocuentes, pues mientras en 1999 se invirtieron 459 miles de
millones de bolívares para construir un total de 31.000 viviendas,
en el 2003 se invirtieron 1,4 billones de bolívares, para construir
un total de 4.668 vivienda. Tres veces más inversión para construir
casi 7 veces menos.
Chávez denunciaba como uno de los
factores para esta situación, a los precios especulativos del
cemento, y siendo cierto, se trata una problemática más profunda y
para resolverla tenemos que avanzar hacia el control de las palancas
fundamentales de la economía.
La guerra económica,
que hace de nuestro crecimiento económico, un crecimiento débil,
distorsionado, tiene que ser enfrentada con mayor energía que la
propagandística y la diplomática. Tenemos que discutir en cada
centro de trabajo, estudio y donde vivimos como sacar del gobierno a
los reformistas que sabotean las medidas positivas del gobierno, que
torpedean e impiden nuestra participación en la toma de decisiones.
Tenemos que reactivar las patrullas y las UBEs y convertirlas en
centros de discusión democrática y motor de las movilizaciones que
tenemos que desarrollar para hacer realidad las palabras del
presidente Chávez de crear una economía al servicio del hombre y no
de las cuentas de los grandes empresarios. Movilizarnos y luchar por
derrotar de una vez por todas el sabotaje económico que vienen
desarrollando los contrarrevolucionarios y que es el mayor peligro
que hoy corre nuestra revolución. Que ellos con su política de
desinversión, fuga de capitales y sabotaje provoquen a mediano plazo
una situación económica intolerable para el pueblo.
Movilizarnos para expropiar a los empresarios
golpistas y sacar del gobierno a los reformistas que vestidos con
franela y boina roja frenan el proceso revolucionario, es una
necesidad de primer orden.
Por el rescate de las
industrias básicas y su puesta en funcionamiento bajo control
obrero.
Por la nacionalización del sistema
bancario bajo control obrero y social.
Por el
no pago de la deuda externa y sus intereses.
Por
la nacionalización de los empresas monopólicas de alimentos, vestido
y calzado y su puesta en funcionamiento bajo control obrero.
Por la nacionalización del comercio exterior e
interno, de todos los bienes y servicios.
Por el
fortalecimiento de las UBEs como organismos motores de la
participación y lucha por la revolución
socialista.
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