Julio López
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Giovanni Sartori - Vida, Vida humana y alma
Por Giovanni Sartori - Wednesday, Jun. 22, 2005 at 2:37 PM

Un artículo de Giovanni Sartori sobre el aborto y la anticoncepción. Tomado de su libro: "La Tierra explota. Superpoblación y desarrollo", 2003.

VIDA, VIDA HUMANA Y ALMA

Vida no equivale a "vida humana". También los mosquitos, los piojos, los tábanos son animalitos vivientes. Pero los matamos tranquilamente y nadie cree que matarlos esté malo sea pecado. En cambio la vida humana es inviolable y sagrada. ¿Por qué? ¿Cuál es la diferencia?

La filosofía ---que es nuestro mejor saber acerca de las cosas humanas- responde que la vida humana es distinta de la vida animal porque el hombre es un ser capaz de reflexionar sobre sí mismo, y por tanto caracterizado por la autoconciencia. El animal no sabe que tiene que morir; el hombre sí, el hombre lo sabe.

El animal sufre sólo físicamente; el hombre sufre también psicológica e incluso espiritualmente. Y de esta respuesta resulta que el hombre no es distinto del animal hasta que llega a ser consciente de sí mismo, hasta que se convierte en un "animal pensante". El niño recién nacido todavía no lo es. Si muere al nacer, no ha sido consciente de su muerte y no sufre "mentalmente" su propia muerte más que cualquier animal. Digamos, entonces, que la vida humana empieza a ser distinta, radicalmente distinta de la vida de cualquier otro ser viviente, cuando el niño empieza a "darse cuenta". Y no por cierto cuando está en el útero de la madre.

Por supuesto que ésta es una respuesta laica. No es, por lo tanto, una respuesta que vincule a la Iglesia. La Iglesia -estamos ya acostumbrados a decirlo- se apoya en la fe, no en la ciencia. Pero es importante recordar, a este respecto, que la antítesis entre fe y ciencia es relativamente reciente, que viene de no hace más de cuatro siglos. Antes la Iglesia sólo era impugnada en su hegemonía por la filosofía; y el filósofo no podía discutir mucho si quería evitar una condena por herejía. Esa hegemonía acaba con Galileo. Después de Galileo la Iglesia ya no ha podido imponer una cosmología (la ptolemaica) que hacía girar el universo en torno a la Tierra ni sostener que Dios está en los cielos explorados por los astrónomos.

De 1600 en adelante la Iglesia está cada vez más delimitada y parada por la ciencia. Este retroceso de la Iglesia permite incluso que una parte del hombre, su cuerpo, se deje al cuidado de la medicina y a la biología. A la Iglesia le queda, sin embargo, lo incorpóreo; le queda el alma.

La noción de alma es antigua, es platónica. Umberto Galimberti escribe: "Alma en griego significa viento (anernos), soplo, respiro (psyche)". La palabra "alma" no es más que la traducción latina de estos y otros conceptos griegos (entre ellos pneurna, para nosotros "espíritu"). Por ello "alma" caracteriza y atraviesa toda la doctrina cristiana que escribía en latín. Cito otra vez de las inteligentes páginas de Galimberti: la tradición patrística y después San Agustín "enseñan que el alma determina el ser del hombre en cuanto que ella, y no el cuerpo, es parte de la misma vida divina".

Así pues, para la Iglesia el hombre es tal y su vida es sagrada porque es al hombre, y sólo al hombre, a quien Dios ha dado el alma. Por eso la pregunta decisiva es cuándo llega el alma, cuándo entra el alma en el cuerpo (por así decir). Primero estamos ante una vida cualquiera, como la vida del mosquito, o más grande, ¡de un cocodrilo! Sólo después de que el alma se instala en el cuerpo, la vida se convierte en humana, en vida de un ser privilegiado por Dios. El clero medieval y también el posmedieval se regulaba sobre todo por la necesidad de supervivencia. Ante las carestías el alma se hacía entrar tarde; a veces no antes de la confirmación, o incluso de la comunión. Otras veces podía llegar muy pronto, en el bautismo. y hasta finales del siglo XVII la opinión dominante era que el feto en el seno materno no estaba dotado de "alma racional". De lo que se desprende que por lo menos hasta el bautismo abortar, o matar a un niño de más, no era pecado. En todo caso el principio era que el alma sobreviene "después de cierto tiempo" porque la materia todavía no está preparada para acogerla.

¿Es posible que la Iglesia del papa Wojtyla no sepa estas cosas? Es cierto que da muestras de haberlas olvidado. Porque la cruzada contra el control de nacimientos no se predica en nombre del alma.

Paradójica y absurdamente se proclama en nombre de la ciencia. En la jornada por la vida del 3 de febrero de 2002 el papa Wojtyla afirmó que "la ciencia ya ha demostrado que el embrión es un individuo humano que posee su propia identidad desde la fecundación".
Tesis sin fundamento, porque la ciencia sólo puede afirmar que el embrión está programado para convertirse, después de siete o nueve meses, en un individuo humano, pero no que lo sea ya subspecie de embrión.

La ciencia en su argumentar está sometida a las reglas de la lógica. Y para la lógica yo mato exactamente lo que mato. No puedo matar un futuro, algo que todavía no existe, algo que vendrá. Si mato un renacuajo, mato un renacuajo y no una rana. Si el renacuajo se come una larva de mosquito, mata a una larva, no a un mosquito. Si me bebo un huevo de gallina, no mato a una gallina. Y así sucesivamente. Y por lo tanto no tiene ningún sentido sostener que una interrupción de embarazo es un asesinato de un ser humano. Tanto si el ser humano se define como un animal autoconsciente o, en términos puramente corpóreos, como un cuerpo salido del útero de una madre que comienza a respirar, en ambos casos el ser humano, en el momento del aborto, todavía no está.
Y además, una cosa es prevenir un embarazo y otra distinta interrumpirlo. Hasta el punto que ambas dos cosas mantienen relación inversa entre sí: cuanto más se consiga prevenir un embarazo, tanto menos se deberá recurrir a su interrupción. Admitamos que, por razones de principio, el aborto nos repugna. Pero la contracepción no es aborto, sino que más bien lo previene y borra ex ante. Bloquear la fertilidad resuelve el problema antes de que aparezca. Por lo tanto, la Iglesia no se puede oponer a los contraceptivos (incluyendo la llamada píldora del día después, la píldora que impide el arraigo del óvulo fecundado en el útero) con el argumento que utiliza contra el aborto, a saber, que se comete un asesinato. Entonces ¿en nombre de qué, con qué otro argumento? La impresión es que la Iglesia hace una montaña de un grano de arena. Es verdad que la prohibición de prácticas anticonceptivas no encuentra ningún apoyo (ésa es la conclusión de una comisión convocada por el papa Pablo VI al comienzo de los años sesenta) en las Sagradas Escrituras ni en la tradición ni en la teología, la ley natural o la filosofía; en fin, en nada. Por lo tanto cuando el papa Wojtyla declara que la posición de la Iglesia en materia de contracepción ha sido escrita "por la mano creadora de Dios", es seguro que esta afirmación suya va "más allá de lo que está escrito".

Se comprende que la Iglesia pueda convencer al sabio católico creyente y practicante para que suscriba sus tesis. Pero quien las suscriba lo hará como hombre de fe, no como hombre de ciencia. Si firma como "profesor", el suyo es un falso testimonio y un abuso de credenciales. La Iglesia también puede convencer al jurista católico para que declare que el feto es persona y que por tanto debe ser protegido por el derecho como se protege a la persona. Lo que equivale a sostener que la interrupción del embarazo es un delito penal. Pero también aquí el jurista habla como creyente, no como jurista.

Aunque el derecho conoce lafictio iuris, el "fingir" del derecho tiene que estar justificado por una razón de ser jurídica, que por lo general es la de hacer aplicable una norma. En el ejemplo clásico de la fictio legis Corneliae se presumía que una persona capturada por el enemigo había muerto; y la ratio de esa ficción era permitir sucesiones que de otra manera hubieran quedado bloqueadas. Pero no tendría ninguna lógica jurídica el fingir que el hombre es un cuadrúpedo. Del mismo modo, no hay ninguna lógica jurídica en considerar que la intención de matar sea lo mismo que matar, o fingir que matar un feto sea como matar a una persona.

¿Pero por qué la Iglesia de hoy recurre a la ciencia para sostener la fe? ¿No es un contrasentido, una contradicción en los términos? La ciencia es materialidad y corporeidad, y fisicidad. Y entonces ¿por qué la Iglesia no se acuerda del alma? En verdad es una pregunta a la que no sé contestar.

En cualquier caso, el tema es que en toda esta cuestión el Papa no se pronuncia ex cathedra. La encíclica Humanae Vitae de Pablo VI (que en 1968 cae prácticamente de la nada y que incluso fue contestada por un amplio grupo de teólogos) no ha sido declarada nunca un pronunciamiento infalible.

Por lo tanto en materia genética el Papa es "falible"; y no es ninguna ofensa, ni siquiera religiosa, mantener que el Papa se equivoca y equivoca. Cuando, en el Génesis (1, 28), Dios insta a Adán y Eva a "ser fecundos, multiplicarse y llenar la Tierra", se dirige sólo a dos seres humanos. Ahora la Tierra ya está llenísima.

Pero un obispo estadounidense ha declarado -sin sombra de prueba- que la Tierra puede alimentar a 40.000 millones de personas. ¡Pobres de nosotros! Y ante una Iglesia que no sabe distinguir entre vida y vida humana, y ni siquiera entre prevención e interrupción de embarazo, no estoy nada tranquilo. ¿Seré el único?

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Buen artículo
Por Manuel - Wednesday, Jun. 22, 2005 at 2:39 PM

Para comentar.

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el alma nuestro invento
Por carlos henao - Friday, Jun. 24, 2005 at 6:04 PM
carhero2002@yahoo.com 3093122 bogota colombia

Excelente el articulo sobre la posicion de la iglesia con respecto al aborto, la prohibicion de los anticonceptivos solo aumenta el numero de abortos.

Esto es claro sin embargo hay que desprender el alma de cualquier alito divino, no es ningun soplo de Dios, el alma no es mas que la justificacion creada por el hombre para diferenciarnos de los animales. la conciencia corresponde al desarrollo de la materia, a un estado de organizacion de la materia que permite ese proceso de conocer y reconocer nuestro fin y nuestra limitacion.

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el alma nuestro invento
Por carlos henao - Friday, Jun. 24, 2005 at 6:06 PM
carhero2002@yahoo.com 3093122 bogota colombia

Excelente el articulo sobre la posicion de la iglesia con respecto al aborto, la prohibicion de los anticonceptivos solo aumenta el numero de abortos.

Esto es claro sin embargo hay que desprender el alma de cualquier alito divino, no es ningun soplo de Dios, el alma no es mas que la justificacion creada por el hombre para diferenciarnos de los animales. la conciencia corresponde al desarrollo de la materia, a un estado de organizacion de la materia que permite ese proceso de conocer y reconocer nuestro fin y nuestra limitacion.

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