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Agresión a periodista: El día de las banderas
Por enredando.org.ar - Sunday, Jun. 26, 2005 at 9:58 PM

El pasado lunes 20 de junio al mediodía Ernesto Torres, periodista de Aire Libre Radio Comunitaria e Indymedia Rosario, fue atacado por integrantes del Movimiento Barrios de Pie mientras realizaba la cobertura de una marcha opositora a la gestión de Néstor Kirchner. Algunas reflexiones sobre lo sucedido.

Publicado el: 24/06/2005

Por Flavia Fascendini, equipo de producción de enREDando.
Categorías:
Movimientos Sociales / Documento

Intentemos reconstruír el escenario en el que se encontraba Ernesto Torres aquél Día de la Bandera: cerca del mediodía, organizaciones de desocupados, políticas y de derechos humanos opositoras al gobierno nacional se concentraron en la plaza Sarmiento, entre ellos la Comisión por la Libertad de los Presos Políticos y el Desprocesamiento de los Luchadores Populares, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Rosario, el Comedor Comunitario Madres en Lucha, el Centro Comunitario Flamarión Sur, el CTD Anibal Verón en el Frente Darío Santillán, el Polo Obrero, la Cuba-MTR, Refundación Comunista, PC, PO, PTS, Convergencia Socialista y AMSAFE Rosario. Esta marcha de unas 200 personas caminó por San Luis, dobló por la peatonal San Martín y luego por peatonal Córdoba. Como relata el mismo Ernesto, la marcha planeaba dirigirse hacia la plaza 25 de Mayo, donde se pretendía realizar un acto, del cual partiría luego una delegación para entregar un petitorio al presidente Kirchner, con los reclamos reivindicados por las organizaciones piqueteras en las jornadas nacionales de lucha: universalización de los planes, aumento de los planes a $350, libertad de los presos políticos, entre otras exigencias. Clara presencia policial mediante pero para cuando la marcha se encontraba llegando a Laprida y Córdoba, sólo quedarían 5 policías.
Una cuadra más adelante, en Buenos Aires y Córdoba, un centenar de personas, la mayoría de ellos identificados con pecheras celestes y blancas que decían "Barrios de Pie" y pecheras negras que en las que podía leerse "Barrios de Pie Seguridad", cortaban el paso. Estos comenzaron a insultar a la marcha opositora. Norma Ríos de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos encabezaba la columna opositora e intentó dialogar con el grupo de Barrios de Pie, asegurándoles que no se pretendía llegar hasta el acto y que la intención era sólo la de presentar un petitorio. Dado que se le respondió con insultos, comenzaron a dar la vuelta para alejarse de la columna oficialista. Fue en ese momento que los integrantes de Barrios de Pie avanzaron a los gritos y empezaron a golpear a los manifestantes. Ernesto corrió, con cámara digital en mano por un lado y su reconocida cara en el ámbito popular por el otro, a fotografiar aquellos lugares donde veía que se estaba golpeando a la gente. Cuando se detuvo a tomar una fotografía, le golpearon la cara con un palo, le arrancaron la cámara de fotos de la mano y, al grito de pedido de devolución, lo tiraron nuevamente al piso y lo siguieron golpeando. Cecilia y Alicia del Polo Obrero, Ana del Comedor Madres en Lucha y Norma Ríos de APDH fueron quienes rescataron a Ernesto del grupo de personas que tenía encima golpeándole y también recibieron golpes de parte de los agresores. Según estas mujeres, fue posible escuchar claramente que el líder del grupo agresor le ordenó a otros "sacale la cámara". Mientras Ernesto seguía pidiendo por su cámara de fotos (que en realidad era una herramienta de trabajo de Indymedia) uno de los hombres lo señaló y le dijo "andate o te reventamos". Luego las mismas personas habrían agredido también a un grupo de integrantes de la Comisión de Acción Gremial de Empleados de Comercio que habían estado volanteando en una esquina cercana. Cabe destacar de todo esto, además, la total y absoluta pasividad de parte de la policía y de la Guardia Urbana Municipal, quienes no solo se encontraban en la zona sino que además, ante el pedido de ayuda posterior a la agresión de parte de Ernesto, se mantuvieron a un lado. El hecho fue denunciado en la comisaría 2ª y ante la Comisión en Defensa de la Libertad de Expresión y del Trabajo Periodístico del Sindicato de Prensa Rosario.
Ahora bien: el Movimiento Barrios de Pie Rosario emitió un comunicado en el que daban su versión de lo ocurrido que llevaba el título "¿Por qué un pequeño grupo quiso arruinar la fiesta de los Rosarinos?". Desandemos el comunicado.
Primero, ese título pareciera poner en duda quienes son los rosarinos... Los que pegan, los que reciben, los que están de aquel lado o de aquel otro... Pareciera haber ánimos de hablar de un colectivo "rosarino" que bien sabemos es difícilmente homogeneizable en términos de territorio, menos lo va a ser en términos de ingresos, de necesidades y reclamos, de opiniones y adhesiones políticas.
Segundo, la convivencia y la posibilidad de construcción no radican en obviar las diferentes "banderías políticas" sino precisamente en aceptarlas como diferentes, reconocerlas y recién a partir de allí, pensar en hacer las cosas de otro modo.
Tercero, no todas tienen por qué "brindarle su apoyo en la dura lucha que está llevando adelante para reconstruir el país". La democracia presupone la existencia de diferencias políticas y divergencias tácticas; por ende, todas las propuestas son válidas. Volvemos a lo anterior ¿la fiesta de quiénes?
Cuarto, el hecho de que desde las 9 de la mañana el Movimiento Barrios de Pie se haya ubicado al frente del palco para presenciar el discurso del presidente en coordinación con el resto de las organizaciones sociales allí presentes no mediando ningún tipo de incidentes durante todo el transcurso del acto, no demuestra absolutamente nada. La confrontación se generó con la oposición, no con la adhesión, está claro. Y es más, contra Ernesto Torres, que estaba trabajando y no formaba parte de la columna opositora.
Quinto. A media mañana una "columna integrada por unas 150 personas de organizaciones piqueteras opositoras pasó frente a los miembros de Barrios de Pie, se detuvo a insultarlos y prepotearlos, acusándolos de "traidores", "vendidos" y "chupamedias" y al ser llamados a la calma debido a la condición de Fiesta Cívica, reaccionaron de manera violenta agrediendo a los miembros de Barrios de Pie con palos y piedras". Bueno, aquí yace otro de los puntos nodales (sacamos del arcón de los recuerdos la infantil frase "La empezó él, señorita..."). Los palos, las piedras, los insultos: los únicos que se declararon heridos son un trabajador de prensa y miembros de la columna opositora. Otra cosa: ¿tiene que tratarse de una fiesta cívica para que se llame a la calma?
Sexto. "Como resultado de la lamentable trifulca resultó contuso el periodista Ernesto Torres, que integraba la marcha opositora y se encontraba sin ninguna acreditación oficial ni identificación particular". Pueden desprenderse de esto varias cuestiones: Ernesto no integraba la columna opositora, estaba registrando los hechos con su cámara; aún cuando no haya estado identificado como trabajador de prensa, no se justifica que le hayan golpeado y robado; una persona tomando fotografías con una cámara en el centro de la debacle, evidentemente no es un voyeur, es alguien que está registrando lo que sucede, un periodista; ¿acreditación oficial? ¿Desde cuando fue condición necesaria para los periodistas de medios alternativos? Que, entre otras cosas, son caras lo suficientemente conocidas por todos y todas porque siempre han priorizado las actividades y las reivindicaciones de los movimientos sociales. "Ernesto fue víctima de una situación confusa a la que él mismo propició por no llevar identificación y formar parte del grupo exaltado"...
Séptimo, "que desde distintos sectores se intenta desacreditar la capacidad para intervenir en la realidad por parte de los sectores más humildes de nuestro pueblo y que estas actitudes patoteriles enfrentadas con la sociedad benefician la estigmatización de las organizaciones sociales que intentan los grupos del poder concentrados y atentan contra la necesaria unidad del conjunto del pueblo". Sobre este punto no hay nada que objetar, estamos de acuerdo.
Una flamante bandera de más de 10.000 metros frente al Monumento a la Bandera y la agresión y el robo a un trabajador de prensa en las cercanías. Pareciera ser que las horribles contradicciones del sistema contra el que todos y todas luchan socialmente porque saben que es la causa de esta pobreza, lograran filtrarse momentáneamente por las grietas de un campo popular bastante fragmentado.

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