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Colombia : Combates del 24 y 25 de junio demuestran derrota del Plan Antipatriota
Por Miguel Cruz Santos - Wednesday, Jun. 29, 2005 at 3:38 PM
refundacionpcp@yahoo.es Río Piedras, Puerto Rico

Los combates del 24 y el 25 de junio revelan, como hace 41 años en Marquetalia, la innegable vitalidad de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y demuestran el fracaso estrepitoso de otra campaña militar contrainsurgente planificada y financiada por el Pentágono y dirigida directamente por oficiales yanquis.

Colombia : Los combates del 24 y el 25 de junio demuestran la derrota del Plan Antipatriota   

 

Por Miguel Cruz Santos*

 

 

En estos postreros días de junio, los renovados vientos rebeldes de Nuestra América que soplan desde las cumbres de la indomable sierra andina, nos traen un inusitado aroma de esperanza. Con esos reconfortantes vientos, Venezuela, Bolivia y Colombia nos irradian de entusiasmo. Venezuela, sin prisa pero sin pausa, reafirma y profundiza, con rumbo irreversible, su bolivariana revolución. Bolivia, con su incandescente ebullición de masas anuncia, como volcán en llamas, el fin de la secular hegemonía de oligarcas criollos y piratas transnacionales. Colombia insurrecta, con su heroico accionar guerrillero, como en Marquetalia hace 41 años, derrota la más ambiciosa campaña militar del Pentágono.

 

En Colombia, los combates del 24 y el 25 de junio, hace solo algunos días, en el Sur y en el Noreste, demuestran que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) están muy vivas y gozan de muy buena salud. ¿Los resultados de los combates? Más de 100 muertos y algunos centenares de heridos entre las tropas cipayas, dirigidas muy de cerca por más de 3,000 asesores yanquis. ¿Otra vez Marquetalia en junio de 2005? Sí, pero exponenciadas en los sesenta frentes guerrilleros de las FARC.       

 

Vayamos atrás brevemente. Estamos en una zona montañosa que bordea, en el sur de Colombia, un pequeño altiplano en el nudo de la cordillera central andina.  Es junio de 1964 y estamos en Marquetalia, ubicada entre los límites departamentales de Tolima, Huila y Valle del Cauca. Marquetalia, de escasa densidad demográfica, se extiende a una superficie de 800 Kilómetros cuadrados, en donde se levanta una de las mayores alturas topográficas de Colombia, el Nevado del Huila, cuya cima está a casi 5,800 metros sobre el nivel del mar. Para llegar aquí no existen caminos ni mucho menos carreteras, sólo trochas, talladas a golpes de machete, que serpentean sin prisa entre las montañas y en las entrañas de la exuberante y fría selva.  En temporada de lluvias, casi monzónicas, la zona queda totalmente incomunicada por el cúmulo de  lodo de los barrancos en las trochas.

 

Millones de ojos y oídos de Colombia y el mundo se enfocan aquí. No es para menos, los acontecimientos de violencia inusitada dialécticamente encadenados sobre este fondo de fastuosa naturaleza presagian un singular encuentro histórico de antagónicas fuerzas sociales.  A poco más de seis años del triunfo de la Revolución Cubana, la gran prensa internacional, tomando partido ante los hechos, calibra la situación según la lógica de la Guerra Fría. En pocos días, para el asombro de muchos, nacionales y foráneos, este recóndito lugar de la esplendorosa geografía colombiana se troca irremediablemente en teatro de guerra.

 

La tensa calma de meses de espera, sucumbió hace pocos días – el 18 de mayo, exactamente- ante la invasión brutal de la soldadesca helitransportada, armada, y comandada por los halcones del Pentágono. He aquí la agresión de 16, 000 sabuesos, apoyados en artillería y aviación de bombardeo, al servicio de los potentados de siempre. Aplican en Colombia  el novel contrainsurgente Plan LASO (Latin American Security Operation) de cerco y aniquilamiento contra la “República Independiente de Marquetalia, según le llama la rabiosa oligarquía. Su misión ahogar en sangre toda esperanza emancipadora forjada  por la conciencia y la voluntad solidarias de quienes trabajan con sus humildes manos.

 

Pero en concreto, ¿por qué Marquetalia ? En Marquetalia se sostiene un genuino proyecto democrático-popular basado en el trabajo mancomunado de los campesinos de la zona. ¿Su delito? Oponer a la voracidad latifundista, avalada como política de Estado, la voluntad fraternal por un país y un mundo sin explotadores ni explotados, y sostener con el arado y el fusil, una alternativa popular viable contra los dictámenes de oligarcas e imperialistas.

 

Son muchas las voces y las voluntades populares – Camilo Torres Restrepo, el futuro cura guerrillero es un significativo ejemplo-, que multiplicadas y unidas como en un solo puño y desde todo el territorio nacional toman partido con los humildes de Marquetalia. 

 

Contra el Estado colombiano y su instrumento de violencia por excelencia, el ejército cipayo, luchan ya desde el 18 de mayo de 1964, con infinito valor  pero con muy pocas armas - algunos fusiles, revólveres, y escopetas de caza-  cuarenta y ocho hombres y mujeres, algunos ya veteranos de mil combates desde el “Bogotazo”, en 1948,  y “la violencia” - como el comandante, ya militante y dirigente comunista,  Manuel Marulanda Vélez – vencedores en 1960 contra otra operación de cerco y aniquilamiento. Otros combatientes, como el dirigente sindical Jacobo Arenas, y  Hernando González enviados a Marquetalia por la dirección nacional del Partido Comunista, ponen el pellejo junto a la suerte de los humildes.

 

¿Cuál es el origen del “foco subversivo de Marquetalia”? ¿Cómo se desarrolla la guerra? El “foco subversivo”, llamado así por la oligarquía, el Estado, la prensa nacional y la Iglesia, está conformado por las comunidades campesinas de la zona de Marquetalia que sufrieron las calamidades de “la violencia”durante la guerra entre liberales y conservadores – con un saldo sangriento de 300,000 muertes, principalmente de campesinos, en todo el país entre 1948 y 1953.  Los campesinos de esta zona, organizados en cooperativas agrícolas, solo demandan del Estado, gobernado por el presidente Guillermo León Valencia, carreteras para llevar sus productos a los poblados cercanos, escuelas para sus hijos, y garantías para su seguridad ante los arteros ataques de los criminales paramilitares llamados ‘’pájaros”. Ante estos justos reclamos, el Estado y el Imperialismo no tienen otra respuesta que el exterminio ejemplarizante.   

 

Comenzada, el 18 de mayo de 1964, la Operación Marquetalia enmarcada en el Plan LASO del Pentágono, el movimiento agrario reunido en asamblea acuerda evacuar las familias numerosas y enfrentar el cerco de exterminio con la táctica de guerra guerrillas totalmente móvil, realizada por pequeñas unidades combativas (llamadas guerrillas) de 12 campesinos. Pasados unos días de preparación, no es hasta el 27 de mayo que se produce el primer combate, librado por la guerrilla del comandante Joselo. Este combate, con un saldo favorable para las guerrillas de Marquetalia, señala el nacimiento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que en los combates del 30 de mayo, como en los del 3, 14 y 17 junio, en los del 8, 10 y 24   de agosto, y en los del 3 y 20 de septiembre, auguran la derrota estratégica del Plan LASO. 

 

Ya han pasado 41 años desde la resistencia de Marquetalia y la fundación de las FARC, y los mismos intereses clasistas nacionales y foráneos anuncian con aires triunfalistas nuevamente la inminente y definitiva derrota del movimiento guerrillero colombiano.  Antes el Plan LASO de Lindón B. Jonson y Guillermo León Valencia, ayer el Plan Colombia de Bill Clinton y Andrés Pastrana, hoy el Plan Patriota de George Bush II y Alvaro Uribe.. Con mayor cinismo que hace cuarenta y un años bautizan hoy  el proyecto contrainsurgente, de mayor intervención imperialista yanqui en la historia de Colombia, con el nombre burlesco de Plan Patriota. 

 

Los lineamientos y las coordenadas generales del mal llamado Plan Patriota surgen como siempre del Pentágono.  Es el Pentágono el que al elaborar la Teoría del Martillo y el Yunque  señala los criterios y objetivos militares de la nueva Operación Omega, nombre que le da al Plan Patriota.

 

Para la imperialista Operación Omega, el sur del país es zona estratégica por dos razones principales. Primeramente, se considera la zona como el escenario para derrotar definitivamente al Secretariado de las FARC, mediante batalla final contra el bloque sur en la zona más fuerte de los guerrilleros desde 1964. Además, la región meridional de Colombia es zona estratégica para los intereses económicos del Imperialismo Yanqui por las riquezas naturales que allí abundan – petróleo, gas, minerales, biodiversidad y agua dulce. En esta franja agreste y selvática de la geografía colombiana mantienen sus colmillos depredadores los propietarios de concesiones como la compañía Harken Energy – de George W. Bush -  y Occidental Petroleum, empresa constructora de un importante oleoducto.

 

En abril del pasado año el diario nacional El tiempo, vinculado a la oligarquía, develó los criterios y el alcance vislumbrado de la nueva campaña militar contrainsurgente. Según el periódico : “El Plan Patriota es la estrategia a la que el presidente Uribe le apuesta todo para derrotar a la guerrilla. (...) El general James T. Hill, jefe del comando sur de Estados Unidos se reunió por lo menos diez veces con uniformados colombianos en Miami y en Colombia y es uno de los más entusiasmados con el plan.”  En cuanto a los objetivos militares y otras valoraciones del despliegue de fuerzas militares El Tiempo abunda : “Son fuerzas móviles y escuadrones especiales de selva que se entrenan exclusivamente desde el año pasado. Unos tienen la misión de copar el territorio; otros, como las unidades de comando, se concentrarán en “blancos de alto valor” y en penetrar los sitios más recónditos de las FARC. Las tropas coparán por lo menos durante un año el corazón de la guerrilla. Según Uribe “que esperen allá tranquilos (los guerrilleros) porque por más espesa que sea la selva allá llegaremos para derrotarlos.”.”

 

Pasados catorce meses del inicio del  Plan Patriota, ¿cuál es el balance de la Operación Omega  puesta en escena pasados 40 años de la Operación Marquetalia? ¿Cuáles sus resultados?   

 

En la primera fase del Plan Patriota, que duró aproximadamente tres meses, se pretendió tender un duro cerco estratégico en torno a los 300,000 Kilómetros cuadrados del teatro de guerra que se extienden sobre los departamentos, en que operan los Bloque Sur y Oriental de las FARC-EP,  Caquetá, Meta, Guaviare y parte del Putumayo.  En ese mismo período, los nuevos batallones élite del ejército gubernamental instalaron, en plena selva, cuatro bases de  comunicaciones, mando táctico operativo e inteligencia de alta tecnología.- que monitorean, procesan, y retransmiten datos emitidos por helicópteros Black Hawk, y reciben señales de los satéllites del Pentágono y de la base yanqui de Tres Esquinas- en Larandia (Caquetá), San Vicente del Caguán, Solano y San José (Guaviare).

 

Aún con su despliegue extraordinario de fuerzas contrainsurgentes, por la calidad tecnológica de los medios bélicos empleados, la novísimas tácticas empleadas, y la masividad del volumen de fuego,  en agosto pasado ya se vislumbraban los resultados de la Operación Omega. La respuesta insurgente no se hizo esperar. En los primeros cinco meses de ejecución del Plan Patriota, el Bloque Oriental de las FARC les había ocasionado casi cuatrocientos muertos y heridos, víctimas del hostigamiento perenne, el incesante fuego guerrillero y las trampas y minas vietnamitas, en los departamentos de Caquetá, Meta y Guaviare. 

 

A catorce meses de iniciado el Plan Antipatriota, se hace más evidente su fracaso. El ridículo de Uribe no puede ocultarse ante el asedio de los amargos hechos . Al inaugurarlo con pomposas fanfarrias de guerra, en abril del pasado año, el narcopresidente vaticinó el triunfo seguro en solo ocho meses. Ocho meses, según Uribe, bastarían para capturar o “dar de baja ” a Manuel Marulanda y al “Mono Jojoy”. Ahora, con el mayor cinismo, los generalotes de su Estado Mayor declaran que el Plan se extenderá de ocho meses, según los cálculos iniciales ridículamente triunfalistas, a ocho largos años de incertidumbre. A esta fecha, 11 de junio de 2005, fuentes de entero crédito aseguran unas mil bajas en las filas del ejército acumuladas desde el inicio del monumental Plan Patriota.

 

El balance real de la guerra no deja de ser el mismo aún leyéndolo de los medios conservadores.  En un análisis noticioso, del 5 de mayo de 2005, del nada izquierdista portal Colombia.com, con el título elocuente de “Plan Patriota : Un año de muchos carteles y pocos resultados”, puede leerse :

 

“A un año del inicio del Plan Patriota, la ofensiva más grande desplegada  contra la guerrilla de las FARC en sus cuatro décadas de historia, los resultados han sido pocos frente a lo prometido por el gobierno que anunció en sus comienzos la pronta captura de los jefes rebeldes y el destierro de sus bastiones. (...) tras un año de movimientos en la selva, de la construcción de dos imponentes bases militares, de la inversión para la ejecución de operaciones conjuntas, los resultados esperados no se encuentran.(...)Las FARC idearon algo correspondiente al Plan Patriota: el Plan Resistencia, a través del cual han logrado replegarse y confundirse entre la selva, para luego aparecer en otras zonas y hacer presencia, abandonando, momentáneamente la clásica “guerra de guerrillas”. (...)Una lectura de la efectividad de este repliegue puede hacerse sobre los últimos ataques a las poblaciones del Cauca (suroeste) ya que lograron hacer presencia permanente en una zona no selvática del país sin que las Fuerzas Armadas pudieran retomar el control fácilmente..Tras un año de guerra, de desgaste de hombres, armas y pertrechos, el Plan Patriota ha dejado en las filas más desmoralización porque no se ven los resultados.”

 

En la misma línea conservadora, Joaquín Ibarz en artículo titulado “Plan Patriota, un año de modestos resultados” y publicado en el diario chileno La Nación (11 de mayo de 2005), calibra los resultados empíricos del Plan al comentar : (...) El Plan Patriota, el más gigantesco y ambicioso operativo militar coordinado entre Colombia y los Estados Unidos para “sacar de la jungla” a los jefes de la más antigua guerrilla del mundo, cumple un año con “modestos resultados”. Aunque el gobierno de Alvaro Uribe aún no ha presentado un informe oficial del despliegue, los analistas ya adelantan que será desalentador.”

 

No menos conservador es el diario El Tiempo, ligado estrechamente a la oligarquía colombiana. En un artículo reciente de María Villamizar publicado en dicho periódico se lee : “(...) el Presidente Uribe no está ganando y su apuesta ligada a su reelección lo pone bajo presión por resultados que convenzan a la opinión de que no se gasta pólvora en gallinazos.”

 

Para subrayar aún más la profunda crisis del Plan Patriota, cuatro generales del Estado Mayor del ejército gubernamental, Jairo Durán, Luis García, Roberto Pizarro y Hernán Cadavid, tuvieron que dimitir en abril pasado, viéndose obligados a renunciar por criticar la efectividad de esta campaña militar contrainsurgente, incapaz de evitar que las supuestas agonizantes FARC no solo hayan resistido, sino que hayan pasado claramente al contraataque estratégico en todo el país, como las ofensivas guerrilleras de febrero y abril lo demuestran – Durante la gran ofensiva de febrero en el sudeste del territorio colombiano, las FARC-EP atacaron en la zona de Toribio, en el Cauca, para quedarse combatiendo por dos semanas contra miles de tropas especiales y su aviación. En los combates del pasado viernes 24 y el sábado 25 de junio, con un saldo muy favorable para las fuerzas insurgentes - sobre 100 efectivos muertos y cientos de heridos entre los novísimos batallones elite - se ratifica claramente la derrota estrepitosa del antipatriótico plan pentagonista – sobre 100 efectivos muertos y cientos de heridos entre los novísimos batallones elite, y no 25 muertos y algunas decenas de heridos como “reconoce” el gobierno de Alvaro Uribe .  

 

Como en 1964, he aquí el balance de la ofensiva contrainsurgente. Desde la resistencia campesina armada de Marquetalia hasta la actual Operación Resistencia, la rica historia revolucionaria de Colombia ha demostrado una verdad dialéctica innegable, a cada nueva embestida enemiga y contra cada plan de exterminio, las FARC-EP salen más fortalecidas- y nada más evidente que los  recientes resultados de los combates del 24 y 25 de junio del presente año. Hoy, como hace 41 años, mientras derrotaban el Plan LASO en medio del fragor de la batalla, este formidable ejército del pueblo, que libra una de las batallas liberadoras más relevantes de Nuestra América, aumenta y reorganiza sus efectivos, mandos y estructuras; eleva su poder de fuego, extiende su influencia geográfica en campos y ciudades, y fortalece sus organismos políticos de profundas convicciones proletarias e indudables raíces marxistas-leninistas.       

 

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*Miguel Cruz Santos es un dirigente de Refundación Comunista de Puerto Rico y miembro de la Comisión de Relaciones Internacionales del Frente Socialista                                 

   

 

        

 

 

     

                                                                                       

 

 

   

 

 

 

 

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