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PERSECUCION EN LA UM
Por Dr Edgardo Cabanillas, Físico de la CNEA - Sunday, Jul. 03, 2005 at 11:55 AM
cabanill@cnea.gov.ar

Carta del Dr Edgardo Cabanillas, Físico de la CNEA e Investigador del CONICET, ante un atropello recibido por parte de la Universidad de Morón.



Buenos Aires, 18 de junio de 2005
Sr. Secretario de Derechos Humanos.
Dr. Eduardo Luis Duhalde.
S / D

De mi mayor consideración.

Me dirijo a Usted para denunciar un atropello que se ha realizado a mi persona. Soy Dr. en Física, Investigador del CONICET, con lugar de trabajo en el Departamento de Combustibles Nucleares de la Comisión Nacional de Energía Atómica y por vocación docente universitario. Era hasta el 4 de junio de este año Profesor Titular por concurso de la materia Física III en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Morón, que es privada.
En el año 2002 la Universidad produjo un cambio en la cantidad de minutos de la llamada hora de clase, ésta pasó de 45 min a 60 min sin que el valor monetario se incrementara en el correspondiente 33,33 %, además la Universidad nunca pagó al personal docente los incrementos salariales ordenados por Decretos del Poder Ejecutivo a las entidades privadas, sólo lo otorgó al personal no docente.
Por otra parte durante los últimos años la cuota cobrada a los alumnos se vio incrementada apreciablemente, no así los sueldos docentes que mantienen su valor desde el año 1995. La diferencia por el valor hora y la falta de cumplimiento de los decretos del Poder Ejecutivo Nacional fueron reclamados por personal docente en forma verbal, personalmente al Decano de la Facultad de Ingeniería a fines de 2003 y a un representante de los docentes ante la Fundación.
En octubre de 2004 realizamos un petitorio firmado por profesores solicitando el pago correcto de nuestros haberes, luego de presentarlo se me dijo que la Universidad no recibe notas colectivas y que los pedidos deben ser individuales. Inicié en diciembre de 2004 epistolarmente los pedidos con el consiguiente respuesta negativa a mis reclamos. Luego promoví una reunión en el SECLO (servicio de conciliación laboral obligatoria del Ministerio de Trabajo). En la última reunión de conciliación, realizada el 2 de junio de 2005, como respuesta a mi solicitud la Universidad me ofreció una indemnización por despido y mi desvinculación de la misma a cambio de mi silencio por la razón de mis pedidos, no acepté ese acuerdo. A los dos días, el 4 de junio de 2005, fui a dictar mis clases de Física III como todos los sábados de 8 a 11 hs y a las 10:55 un empleado con dos guardias de seguridad me dijeron que estaba despedido y que me debía retirar del ámbito universitario. Los guardias impidieron moverme con libertad dentro del establecimiento, estos hechos fueron realizados en presencia de colegas y alumnos. El telegrama de despido fue recibido en mi casa por familiares mientras dictaba clase, en la mañana de ese día.
El lunes 6 de junio de este año me dí por despedido.
Destaco que en esta universidad no aceptan solicitudes colectivas en la forma de petitorios. Destaco la forma humillante en la que he sido tratado. Destaco que esta medida se toma por ejercer el derecho de peticionar, por ejercitar el derecho de usar los recursos que nuestra Constitución nos otorgan como ciudadanos. Destaco que así tratan a los profesores que hemos adquirido nuestra posición por concursos públicos de antecedentes y oposición, con los interinos es peor, pues directamente no renuevan los contratos sin importar años de antigüedad. Destaco que en este tipo de Instituciones existe miedo de peticionar y por ende no habría libertad de investigación si es que la hubiera. Destaco que este proceder es para amedrentar a profesores que intenten solicitar alguna reivindicación y hacer cundir el terror que implica ser despedido y quedarse en la calle.
Destaco que en esta universidad se discrimina a profesores de los no docentes al pagarse a unos y no a otros los aumentos dispuestos por el PEN. Este hecho me hizo recordar la noche de los bastones largos, cuando era estudiante de ingreso a la Universidad de Buenos Aires, también me hizo recordar el año de cierre de la Universidad Nacional de La Plata en la misión Ivanisevich cuando era estudiante del Doctorado de Física, me trajo a la memoria imágenes que creí no se iban a volver a repetir.
Lamento perturbar su tiempo con estos tristes acontecimietos pero creo necesario y conveniente que sean de su conocimiento para saber cómo se trata a los docentes en algunas universidades privadas sin consideraciones de las más elementales normas de respeto ciudadano. Saludo a Ud. atentamente,

Dr. Edgardo Domingo Cabanillas
L.E. 7609631

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