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AbajO el G8!: ¡Cancelen la Deuda YA!
Por AbajO el G8! - Sunday, Jul. 03, 2005 at 6:00 PM

AbajO el G8!: ¡Cancelen la Deuda YA!

Desde Buenos Aires hasta Escocia:
¡Cancelen la DEUDA YA!


INFORMACIÓN DE PRENSA - JUBILEO SUR
2 de julio de 2005

Contactos:
en Buenos Aires: Beverly Keene 15-5612-3198 (castellano, inglés)
en Edinburgo, Escocia: Lidy Nacpil (Filipinas): +63-917-834-2298 (Inglés), Arjun Karki (Népal): +44-7886-11-2625 (Inglés) y Demba Moussa Dembele (Sénegal): +44-7951-33-0707 (Francés, Inglés, algo de castellano)
en Managua, Nicaragua: Alejandro Bendaña y Carlos Pacheco: +505-2-785-413; sábado y domingo: +505-2-660-500 (castellano, inglés)
en Puerto-Príncipe, Haiti: Camille Chalmers: +509-244-4727 / 509-210-0353 (Francés, castellano)

Nacpil y Dembele, junto también a Arjun Karki (presidente de la Federación de ONGs de Népal), estarán en Escocia del 3 al 7 de julio y disponibles allá para entrevistas.


Desde Buenos Aires hasta Escocia: ¡CANCELEN LA DEUDA!

MILITANTES CONTRA LA DEUDA LE SIRVEN NOTICIA AL G8:

"HACER HISTORIA" EXIGE PONER FIN A LA DOMINACIÓN
ECONÓMICA Y POLÍTICA DEL SUR

Voces desde los Países Endeudados Señalan
Insuficiencia de las Propuestas Actuales

Mientras decenas de miles de militantes, periodistas y funcionarios gubernamentales empiezan a llegar a Escocia para la próxima reunión cumbre del G8, a celebrarse en la villa golfística de Gleneagles, representantes de organizaciones y campañas contra la deuda en todas partes del Sur afirmaron que pese al anuncio del 11 de junio de los Ministros de Finanzas de esos países más enriquecidos, en el sentido de que apoyarían la cancelación de la deuda multilateral de 18 países, el G8 está a punto de dilapidar una oportunidad clave para transformar las estructuras globales que perpetúa el empobrecimiento.

"Nada salvo la cancelación incondicional de todas las deudas reclamadas a los países del Sur liberará a sus pueblos de la dominación de la deuda", dijo Lidy Nacpil, activista filipina y coordinadora global de Jubileo Sur, una red de campañas de justicia económica en África, Asia y el Pacífico y América Latina y el Caribe.

Demba Moussa Dembele, coordinador del Foro de Alternativas Africanas, integrante de Jubileo Sur en Sénegal, enfatizó "Mi país es uno de los 18 a los cuales se han prometido cancelar la deuda. Hemos escuchado tantas promesas durante tantos años, para solo enterarnos luego de la letra chica, las condiciones devastadoras atadas a las propuestas. Si el G8 quieren comprometerse de verdad en erradicar la pobreza, esta semana podrían renunciar a seguir perpetuando las estructuras económicas y políticas que benefician a los inversores y corporaciones de sus países mientras impiden a los países del Sur determinar sus propias políticas. Han creado esta pobreza que viola los derechos humanos básicos de nuestros pueblos, lo pueden erradicar poniendo fin al sometimiento de nuestros países".

Las preocupaciones de Dembele fueron corroboradas en Nicaragua, desde donde informó Alejandro Bendaña, del Centro de Estudios Internacionales e integrante del Comité Internacional de Coordinación de Jubileo Sur, que "se puso fin a cualquier ilusión suscitada en el gobierno nicaragüense acerca del efecto práctico del plan anunciado por el G8, cuando una delegación de alto nivel del FMI aclaró en Managua que cualquier cancelación de deuda dependería de un mejor cumplimiento de las condiciones determinadas por el FMI".

Beverly Keene, coordinadora de Diálogo 2000 en Argentina y de Jubileo Sur/Américas, señaló que 'la propuesta del 11 de junio de los Ministros de Finanzas del G8 se extiende solamente a aquellos países cuyos pueblos ya han padecido un mínimo de seis años, y a veces hasta 10 o 15, de políticas devastadoras como la desregulación y liberalización comercial y financiera, la precarización laboral, privatizaciones compulsivas, alzas de precios y tasas de interés y el deterioro de las posibilidades para el cuidado de la salud, la educación o la protección ambiental".

Nacpil dijo "Reconocemos que el anuncio del 11 de junio, si es que se implemente, representaría algún cambio con relación a algunas de las propuestas y planes anteriores. Es notable, por ejemplo, que se incluye la cancelación de deudas reclamadas por el FMI, un reconocimiento oficial que esas deudas puedan ser canceladas luego de largos años de haberse rechazado esa posibilidad argumentando que según sus estatutos era imposible. El hecho de que los gobiernos del G8 han sido forzados a referirse al engaño y lo inadecuado de sus anteriores planes de alivio de deuda, no hubiera sido posible si no fuera por los esfuerzos incesantes e incansables de las campañas sobre la deuda y los movimientos sociales de todo el mundo"

Agregó que "el plan del G8 cubre cuando más, apenas 38 de los más de 160 países del Sur esclavizados por deudas reclamadas por prestamistas internacionales. Al guardar silencio sobre el resto del Sur, el G8 intenta perpetuar en beneficio propio, el mito de que la deuda es un problema solamente para los llamados 'países más empobrecidos'."


LA DEUDA ETERNA
Juan Torres López*

Redvoltaire.net

Los países que forman el llamado G8 son los más ricos del mundo. Representan aproximadamente el 12% de la población mundial pero disponen del 40% de la riqueza planetaria y protagonizan la mitad del comercio internacional. Tendrían la posibilidad, por tanto, de ser generosos. Si quisieran.

Sus gobiernos anunciaron hace unos días que iban a perdonar la deuda de los países más pobres del mundo y anunciaron la nueva como si se tratase de un acto de suma generosidad. Los periódicos de medio mundo dieron la noticia como si hubiesen eliminado la pesada losa que cae sobre los países más empobrecidos del planeta y han hecho creer a la gente que realmente se trata de una condonación efectiva, total y permanente de la deuda. Pero no es así.

Enseguida mostraré que se trata de un verdadero fiasco pero, con independencia de ello, es necesario destacar que, una vez más, la sociedad civil ha forzado la actuación de los gobiernos. Millones de personas, cientos de organizaciones y de intelectuales de todo el mundo vienen pidiendo desde hace años la condonación de la deuda externa que imposibilita el desarrollo de los países empobrecidos del planeta. Los responsables políticos, los economistas oficiales, los popes que defienden lo que es bueno y lo que no, aquello que se puede hacer y lo que no conviene a los poderosos, se han negado siempre a esta posibilidad.

Siempre han dicho que los deudores tenían que hacer frente a sus deudas y siempre han despreciado a los movimientos sociales que reclamaban generosidad y justicia. Primero, los despreciaban, luego los atacaron diciendo que eran peligrosos antisistema. Pero, al final, empiezan a darles la razón. Los mismos gobiernos que ahora adoptan estas medidas son los que negaban cualquier posibilidad de ser generosos hace unos años, aunque fuese en la escasísima magnitud de las medidas que acaban de adoptar.

Nadie debe creer que se han vuelto generosos de repente. Ni Blair ni Bush se han vuelto locos. Hemos de ser conscientes de que sin esos años de insistencia, de reivindicación constante, ni siquiera se hubieran planteado lo que ahora proponen. Los radicales a los que ningunearon y a los que tanto desprecian acaban por ser los que marcan la agenda del progreso en el planeta. Como ha ocurrido siempre.

Por eso conviene ser conscientes de que la propuesta que han realizado los gobiernos más ricos del mundo ni resuelve gran cosa ni va a permitir que los países pobres dejen de serlo.

Los países ricos se limitan a paliar los efectos de una situación injusta pero no la resuelven del todo. Hay que insistir en una idea principal: la deuda externa ha sido impuesta a esos pueblos de modo ilegítimo y criminal. Es odiosa y por tanto debe ser repudiada. Los pueblos empobrecidos no deben pagar ni un solo dólar más.

La deuda externa es la consecuencia del saqueo (literalmente hablando) de las empresas internacionales (entre ellas algunas españolas); de la desvergüenza de los bancos (que utilizaron sus sucursales como sociedades desmembradas para obtener rendimientos y no asumir obligaciones); de la evasión de capitales de los oligarcas y financieros corruptos que tanto hablan de patriotismo (mientras que los trabajadores inmigrantes son ahora los que envían remesas para pagarles intereses leoninos); y, por supuesto, de la imposición de políticas por parte del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional que los llevaron a la ruina.

Es verdad que hubo gobiernos corruptos que endeudaron a esos países pero, no es casualidad que, en la mayoría de los casos, fueran gobiernos dictatoriales cuyos dirigentes habían sido formados, apoyados y orientados por los países poderosos.

Si se quiere hacer justicia no hay otra posibilidad que condonar para siempre la deuda externa, de forma incondicional y definitiva. Estados Unidos lo ha hecho en varias ocasiones en países en los que consideró odiosa la deuda (Cuba o Polonia) y ahora es de justicia hacerlo con todos.

Los gobiernos de los países ricos han establecido que para beneficiarse de la ayuda los países empobrecidos deberán someterse a las condiciones que les dicten los organismos internacionales y estas son muy claras: deben abrir de par en par las puertas de sus economías (algo que no hacen los países ricos, que obstaculizan el comercio que viene de los pobres) para que las empresas extranjeras y los productos de fuera entren allí sin problemas.

Y, además, deberán privatizar los recursos naturales (como el agua, que es el petróleo del siglo XXI) para que pasen a ser propiedad de las multinacionales que esperan como cuervos el botín que le han cocinado los gobiernos ricos. Y, junto a eso, las recetas de siempre: menos gasto social, menos estado y más mercado.

Esas son las mismas recetas que provocaron la deuda: enajenan a países que tienen recursos de sobra y los ponen en manos de intereses foráneos que sólo llegan allí a coger el dinero y salir corriendo. Los precios de los servicios privatizados subirán, habrá más pobreza y se convertirán tan solo en suministradores de recursos para los ricos.

Por otro lado, cuando la condonación de la deuda no es total y definitiva los problemas se reproducen. Desde 1996 existe ya un programa denominado Iniciativa para los Países Pobres Altamente Endeudados que se suponía iba a aliviar sus problemas. Su resultado es claro: en 2005 van a pagar más que en 2003 para hacer frente a su deuda externa.

Esta impide que los países que la sufren salgan adelante. Valgan algunos ejemplos. Uganda se benefició en 2002 y 2003 de cancelaciones parciales pero la deuda le sigue suponiendo el 209% de sus exportaciones. La deuda argentina es el 453% de sus exportaciones, la de Nicaragua el 688%, la de toda América Latina el 184%. ¿De dónde van a poder sacar entonces recursos para pagarla?, y, mientras la pagan, ¿de dónde van a sacar recursos para hacer que la economía funcione? América Latina ha pagado ya siete veces de la deuda que se generó hace veinte años, ¿cuántas veces más tendrá que pagarla para que se queden satisfechos los bancos multimillonarios?

Lo que han aprobado los países ricos sólo alivia menos del 20% de la deuda externa total, afecta a países cuya población es apenas el 10% de la de todos los países empobrecidos por la deuda, dicen que su "generosa" aportación perdona el 100% de la deuda de los 18 países más pobres pero lo cierto es que sólo representa la cuarta parte de lo que todos los países endeudados pagan en un año. Y, además, se deja a un lado a la deuda privada que es la más voluminosa y también la más injusta.

Los ricos se han vuelto a comportar una vez más como lo que son: causantes de la pobreza e insolidarios. Y esta vez, además, embusteros.

Rebelión

Juan Torres López
Periodista

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En contra
Por Edgar Arturo Utec - Friday, Jul. 08, 2005 at 1:48 AM

Deberian preocuparse por la gran explosion demografica que crece dia a dia en paises bajos para asi poder estabilizar su economia como pretenden alimentar a una familia de 10 personas donde no hay comida recordemos que como bien se menciona en el articulo los pobres seguiran siendo pobres y pero pueden ser menos pobres aunque sera dificil despues de ver su incontrolable reproduccion de forma alarmante, si el g8 no mueve la economia mundial nadie mas podra hacerlo. comentarios atrocity669@hotmail.com.

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