Cumbre del G-8 :se reùnen los amos del mundo .
Por EL MILITANTE -
Wednesday, Jul. 06, 2005 at 9:55 PM
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Cumbre del G-8 en Gleneagles |
El capitalismo no es
la solución, es el problema |
Autor : Mick Brooks Fecha
: ( 27-Junio-2005 ) Categoria : Economía
|
egún
Oxfam si continúa la situación actual en África en 2005: · 45
millones de niños morirán. · 247 millones más de personas
vivirán con 1 dólar o menos al día. · 97 millones más de
niños no irán a la escuela. · 53 millones de personas no
tendrán el cuidado sanitario adecuado. Evidentemente hay que
hacer algo. ¿Servirá la reunión del G-8 en Gleneagles para aliviar
la pobreza mundial?
La cumbre del G-8 debe celebrarse
en Gleneagles (Escocia) el próximo mes de julio como una cumbre real
del capitalismo mundial. El grupo de ocho naciones son: EEUU,
Canadá, Francia, Gran Bretaña, Alemania, Italia y Japón, el corazón
de las grandes multinacionales que dominan la producción y el
comercio mundial, además de Rusia. Tony Blair quiere pasar a los
libros de historia como algo más que un miserable criminal de
guerra. Está ansioso por presentar la cumbre como la oportunidad de
“tratar” los acuciantes problemas de la pobreza mundial, la
enfermedad y el cambio climático.
Las gobernantes del
mundo en Gleneagles ya tienen otras instituciones permanentes para
imponer su voluntad a los países más pobres y débiles ¾ el FMI y el Banco Mundial ¾ . Los ricos prestan a los
pobres, y una de las principales cuestiones en la cumbre es la deuda
del tercer mundo. La deuda es una de las principales palancas para
someter a los pobres. El pago de intereses representa una enorme y
continua transferencia hacia las naciones ricas y una carga
insoportable para los países subdesarrollados. Gordon Brown ha dicho
que Zambia gasta más en servicio de la deuda que en Educación y
Malawi envía un tercio de su presupuesto gubernamental directamente
a los países ricos, dos veces más de lo que se gasta en sanidad para
su propia población (la esperanza de vida en Malawi es de 39 años).
La deuda de Congo-Brazzaville asciende a casi dos veces su ingreso
nacional, mientras que en Santo Tomé y Príncipe la deuda es nueve
veces su ingreso nacional.
Los países ricos prestan
directamente a los países pobres. Esto se llama préstamo bilateral.
Después están los préstamos privados entre los bancos occidentales y
los estados nacionales. Por último, el club de los países
capitalistas desarrollados junto al FMI y el Banco Mundial prestan
en lo que se llama ayuda multilateral. El FMI y el Banco Mundial son
propiedad de sus accionistas, como cualquier otro banco, una mayoría
de su accionariado está en los países capitalistas desarrollados.
Como las demás empresas capitalistas su objetivo es maximizar el
valor de las acciones, eso significa garantizar que los prestadores
recuperan su dinero, con intereses. Esto supone inmiscuirse en los
asuntos de los países deudores, imponiendo condiciones sobre los
préstamos y diciendo a los gobiernos qué deben hacer, ¡no es muy
democrático! El FMI, en particular, tiene un proyecto estándar
llamado Programa de Ajuste Estructural que impone a los países
pobres, con puño de hierro si es necesario.
El
“sheriff financiero” llega y le dice al gobierno delincuente que se
corte el abrigo siguiendo su patrón y que deje de gastar su
presupuesto en sanidad y educación. Que debe dejar de imprimir
dinero. Los ricos no quieren que el valor de sus préstamos se vea
perjudicado por la inflación. Impone otras condiciones como si se
tratase de un prestamista despiadado. Los PAE han sido un desastre
para los países donde se han impuesto. De hecho, una de las
características de la resistencia a los términos impuestos por los
ricos a los pobres es la “revuelta contra el FMI”.
Las revueltas normalmente comienzas como protestas
pacíficas. La violencia llega cuando las elites locales envían
tropas y policía antidisturbios para imponer la voluntad de los
prestamistas a su propia población. El Movimiento Mundial para el
Desarrollo reconoce que ha habido 238 revueltas en 34 países entre
1999 y 2002, con más de cien víctimas y miles de detenidos.
Una de las principales propuestas anteriores a la
cumbre es la cancelación de los 55.000 millones de dólares de deuda
contraída con el FMI y el Banco Mundial por los 18 países más
pobres, otros nueve podrán disfrutar de esta medida si demuestran
que se portan bien. Las propuestas han sido presentadas como un paso
de gigante para los pobres del mundo.
En cualquier
caso, no es la primera vez que oímos esto. En 2003, en la cumbre de
Evian, decidieron cancelar 100 millones de dólares de la carga sobre
un puñado de países muy endeudados que habían probado la espantosa
medicina del FMI. Eso nunca se llevó a la práctica. Después de los
discursos Oxfam se quejaba: “El Banco Mundial y su consejo de
administración continúan sin cumplir con este mandato”. Es como
quejarse de que un tigre no consigue cumplir con su papel porque es
vegetariano. El FMI y el Banco Mundial son instituciones diseñadas
para succionar la sangre de los que viven en los países pobres.
¿Por qué los países pobres están tan endeudados con
las naciones ricas? Una de las principales razones es el colapso de
los precios de las mercancías que ellos venden a los países
capitalistas desarrollados. Tomemos el caso del café. Cinco gramos
se venden en occidente a 2 libras, así que el kilo cuesta 400
libras. Nestlé es uno de los grandes procesadores que lo compran esa
bolsa por sólo 70 libras. Sólo el 0,2 por ciento del precio de una
taza de café tomada en Londres va a parar a los productores.
Una razón del colapso de las materias primarias es la
forma en que las multinacionales de la comida enfrentan entre sí a
los países pobres. Vietnam no tiene historia como productor de café.
Por todas partes beben té. Durante la última década se ha colocado
como uno de los países productores de café más grandes del mundo,
contribuyendo a la sobreproducción mundial y al colapso de los
precios. Los precios del café han caído un 70 por ciento desde 1997.
El comercio, lejos de ser un motor del crecimiento,
ha servido para el empobrecimiento del “tercer mundo”. Pero esto no
sólo es mala suerte, es política. La tercera institución en imponer
normas y exigencias imperialistas en el mundo es la Organización
Mundial del Comercio. La OMC impone el “libre comercio” a los países
pobres. Los obliga a abrir sus mercados. Haití, por ejemplo, abrió
sus puertas a las importaciones de grano estadounidenses. Como
resultado, miles de campesinos perdieron su medio de vida en el país
más pobre del hemisferio occidental. El grano que siembran procede
de EEUU es exportado por una empresa que recibe enormes subvenciones
procedentes del contribuyente norteamericano.
En
cuanto al “nivel de extensión” la OMC se supone que lo hace cumplir,
mientras que los campesinos del tercer mundo son lanzados a los
lobos, la agricultura en occidente recibe unas subvenciones de 1.000
millones de dólares diarios. Por ejemplo, en EEUU se conceden 4.000
millones de dólares a los 25.000 productores de algodón, es decir,
160.000 dólares a cada uno, mucho más que el valor de su cosecha. El
resultado es que los campesinos pobres son incapaces de sobrevivir
en el mercado mundial. Además, se tienen que enfrentar a las
barreras arancelarias de 100.000 millones de dólares contra sus
productos, más de dos veces la ayuda que consiguen de los países
ricos. La Política Agrícola Comunitaria de Europa deja fuera la
agricultura del tercer mundo además de subvencionar a los
productores europeos.
En cuanto a los términos del
comercio mundial, son desfavorables a los países pobres, en la
medida que el comercio mundial está preparado para actuar contra
ellos, entonces el desahogo de la deuda no supondrá una salida a la
trampa de la pobreza en la que se encuentran.
¿Dé
dónde viene esa ayuda? Tony Blair quiere aumentar el nivel de ayuda
a los pobres y necesitados que procede de los países capitalistas
desarrollados. ¿Quién puede poner objeciones a esto? ¿Adónde va
realmente esa ayuda? Ayuda en Acción ha anunciado recientemente que
menos del 40 por ciento de la ayuda gubernamental exterior llega a
donde se necesita. En Francia y EEUU 90 peniques por cada libra se
gastan en el país de origen. Dos quintas partes van a pagar a ricos
asesores en los países desarrollados.
Un ejemplo,
veamos el acuerdo por el Departamento Británico para el Desarrollo
Internacional creado en Tanzania. Como parte de la “condicionalidad”
del FMI; Tanzania tiene que privatizar su suministro de agua y
entregarlo a una empresa británica llamada Biwater. El acuerdo en
parte estaba subvencionado por la ayuda canalizada por el DPDI.
¿Sospechoso? 36 millones de libras de nuestro dinero fueron
directamente a PriceWaterhouseCoopers, los contables, y puñado de
enloquecidos thatcheristas llamados Adam Smith Institute para
asesorar en materia de privatización. El gobierno tanzano ha tenido
que echar a Biwaters por incompetencia.
El lector
podría preguntar: ¿por qué esa obsesión del DPDI de obligar a los
países pobres a privatizar su suministro de agua? El 95 por ciento
del agua potable está libremente en la naturaleza y 1.100 millones
de personas todavía no tienen acceso al agua potable, necesaria para
la vida. ¡Sólo hace falta darles el dinero y construir la
infraestructura necesaria!
La derecha también
cuestiona la utilidad de la ayuda gubernamental. Su perspectiva es
diferente. Ven que el problema principal es la corrupción, sobre
todo en África. Como resultado ellos dicen que el dinero debe llegar
directamente sin que lo toque ninguna de las partes. En esto hay
cierta verdad. Un portavoz de la Royal African Society ha señalado
que por cada 1.000 libras en préstamos que llegan se exporta en
capital 1.450 libras. ¿Qué falla? El FMI impone la condición de la
libre circulación de capitales a los países pobres como parte de sus
Programas de Ajuste Estructural.
Después de todo,
África es un continente capitalista. Eso significa que la elite
dominante es la que dispone. Nuestra clase dominante reconoce que
son unos espíritus emparentados. Durante décadas occidente ha
apoyado figuras voraces como el caníbal del emperador Bokassa en la
República Central Africana y Mobutu en el Congo. El acuerdo es que
ellos puedan saquear la ayuda proporcionado por el bien intencionado
contribuyente occidental mientras los capitalistas occidentales
pueden saquear los recursos naturales de sus países. En términos de
activos naturales. África no es pobre. Probablemente sea el
continente más rico del mundo. Pero para el imperialismo es rentable
mantenerlo en la pobreza.
La ayuda es patéticamente
baja. Para que fuera útil en la lucha contra la pobreza tendría que
desenredarse su uso como un soborno imperialista. Durante más de
treinta años la promesa era dar el 0,7 por ciento del ingreso de los
países desarrollados en ayuda se ha quedado en promesa. EEUU da
10.400 millones de libras, un ridículo 0,16 por ciento del ingreso
nacional. En cambio no tiene problema en dedicar diez veces más
¾ 105.000 millones de
dólares ¾ a invadir Iraq y
robar su petróleo.
Los resultados del acuerdo de la
cumbre del G-8 están claros, será algún tipo de cancelación de la
deuda.
Pero Bush y su pandilla no permitirán que
aumente el nivel de ayuda de la deuda. En la medida que el
imperialismo controla los países pobres nunca podrán salir de la
pobreza. Para la cuestión de la deuda, para el comercio y la ayuda
el G-8 no es la solución. Es el problema.
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