Julio López
está desaparecido
hace 6420 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

Historia del IRA (Irish Republican Army)
Por Editorial Ultimo Recurso - Friday, Jul. 08, 2005 at 11:41 PM
http://www.ultimorecurso.org.ar

PUBLICACIÓN SEMANAL de EDITORIAL ULTIMO RECURSO: El siguiente texto corresponde a una serie de trabajos escritos en cuanto al conflicto por la liberación del pueblo de Irlanda y un acercamiento a la historización de una de las Organizaciones mas encaminadas a dicho trabajo de liberación. El contenido del archivo es fruto de nuestras investigaciones, recopilaciones, ponernos a urgar en revistas, internet y libros, encuentros con personas, etcéteras. ACCESO LIBRE a literatura, teoría política e investigaciones sobre organizaciones en www.ultimorecurso.org.ar

Historia del IRA (Ir...
iracheee.jpg, image/jpeg, 564x564

IRA
Irish Republican Army
“Voluntarios para liberar Irlanda”


1° Edición Regional: Mayo del 2005

La reproducción total o parcial de este libro en forma idéntica, modificada, o parecida –esto es, plagio- escrita a maquina por el sistema “multigraph”, mimeógrafo, impreso y demás yerbas, no autorizada por los editores, viola derechos naturales del orden liberal...
No obstante, se reconoce que estos derechos irreales son los que traban la libre circulación de información y se actúa en función de refutar esta “realidad”: aquí tiene cultura por puro gusto...

© 2005. (Copyleft de esta edición)
Kolektivo Editorial “Último Recurso”
Rosario – Sta. Fe
Hecho el deposito de ley...


Impreso en Argentina – Printed in Argentina
Introducción a la cuestión irlandesa

El siguiente texto ha sido extraído de la revista
“Transformaciones. Enciclopedia de los grandes
fenómenos de nuestro tiempo” bajo el título
“Irlanda. Comienzo y fin del Imperio Británico”;
Bajo la autoría de Ana Lía Payró;
Centro Editor de América Latina;
Capital Federal, Marzo 1973.


La cuestión nacional

La conciencia, en los países coloniales o semicoloniales, entre la síntesis cada vez más visible de los proyectos o caminos del nacionalismo revolucionario y el socialismo, parten entre otras cosas del conocimiento de la estrategia imperial norteamericana. Esta ha surgido con la transferencia del poder mundial, ejercido hasta la segunda guerra por Inglaterra, a manos de los EEUU, con el agravante de una disputa interimperialista que hoy se profundiza más evidentemente, La estrategia del capitalismo norteamericano difiere de la de su antecesor, en las formas específicas de la dominación económica ya no la postulación de una economía complementaria, basada en la división internacional del trabajo entre capitales y productos industriales por parte de la metrópoli inglesa, y países de base agrícola e importadores de capital y maquinarias, sino control monopólico del sector industrial propiamente dicho.
Esto significa claramente para los países coloniales y semicoloniales, un nuevo reordenamiento del espectro entre las clases dominantes y las clases dominadas, y por ende una clarificación progresiva sobre el enfoque de la cuestión nacional y la cuestión social. Porque es evidente que sólo dos proyectos histórico-políticos se enfrentan el socialismo y lo que podríamos caracterizar como el neocapitalismo desarrollista, forma esta que no puede conducir más que a las manifestaciones políticas del fascismo. Así, los programas del nacionalismo revolucionario que expresaban en conjunto las reivindicaciones nacionales de la clase obrera, los sectores agrarios, la clase media urbana, e incluso la burguesía "nacional", de fuerte contenido antiimperialista, encuentran su cauce definitivo en la asunción de la imposibilidad de romper la dependencia colonial y semicolonial sin transmutarse en un programa socialista. Los términos nacional y social se confunden de allí en más, porque sólo habrá revolución nacional antiimperialista si hay revolución social anticapitalista.
Esto significa a mediano plazo una nueva polarización de las clases, que pone en evidencia que por detrás de la lucha nacional antiimperialista estuvo siempre presente la lucha de clases entre explotadores y explotados.
El caso irlandés, con todo su dramatismo, tragedia y miseria, pone de manifiesto hasta sus últimas consecuencias todo esto que estamos afirmando.
La consideración sobre Irlanda, por lo menos contemporáneamente, y desechando lo que Marx y Engels dijeron desde la segunda mitad del siglo XIX, trata de ocultar el peculiar nudo de contradicciones en esta colonia inglesa que fue la primera manifestación de su poderío, y es hoy la expresión más clara de su decadencia imperial. Parece difícil comprender cómo en la Europa Occidental puede existir una situación colonial, en la medida en que Inglaterra y la mayoría de los países europeos fueron los artífices de la Revolución Industrial y depositarios originales del sistema de producción capitalista. Sin embargo, el colonialismo es inherente al sistema capitalista, y no sólo en su etapa imperialista; de esta manera nos podemos explicar tanto el dominio del país de Gales, de Escocia e Irlanda, desde muy antiguo, como los casos de Grecia, España y Portugal. Intentar explicarse la casi guerra civil en Irlanda, con alternativas desde el siglo XVI, aceptando el carácter confesional de la lucha, es desoír la experiencia histórica acumulada por nuestros pueblos. Reducirla también a la expresión de una minoría nacional, que trata de obtener un status cultural y político dentro del sistema dominante, es también minimizar el carácter de sus luchas.
El nudo del problema, a nuestro criterio, se encuentra en la inescindible síntesis entre una lucha nacional contra la dominación imperial inglesa y un enfrentamiento social contra los agentes nativos de la penetración británica, que son a la vez portadores de la explotación capitalista interna.
Lucha de clases contra los explotadores nativos significa a la vez la reivindicación nacional contra el opresor extranjero. El confesionalismo no es más que una forma, todavía primaria de expresión, de la revolución irlandesa y probablemente un momento en el proceso de clarificación ideológica y política de sus objetivos últimos, que no podrán ser otros que los socialistas. La tradición nacionalista tiende a englobar en sus filas a todos los católicos, quienes expresan en el plano religioso a los gaélicos, habitantes de Irlanda, dominados por una minoría anglo-sajona. La cuestión racial es entonces un nuevo elemento que se mezcla en el conflicto y se transforma en un militante racismo anticatólico en la boca de los protestantes del Ulster.
Sin embargo, no todos los católicos quieren la misma cosa, ni todos los protestantes. Lo prueba por ejemplo que la alta clerecía católica repudiaba las acciones del IRA, (lrish Republican Army) Ejército Republicano Irlandés, en medio de la violencia desatada por el ejército inglés en el Ulster y pone de manifiesto que en un momento de la lucha la alta o mediana burguesía católica se unirá a la alta o mediana burguesía protestante para negociar un cambio en el status colonial de Irlanda, pero sin modificar el sistema de las clases, salvo para incorporar a la burguesía católica. Y también juntas harán lo imposible por reprimir las acciones de masas y a sus expresiones militares. Por el otro lado, los obreros católicos y protestantes tendrán que liquidar su secular lucha, impulsada y alimentada por la desocupación, la concentración industrial en el Ulster y fundamentalmente por la especialización agraria de un país condenado a proveer mano de obra y alimentos al mercado inglés. Y al asumir las reivindicaciones comunes, la lucha por la liberación irlandesa se insertará en el proceso general de los pueblos por su independencia definitiva, sintetizando todo el sistema de contradicciones en la que es fundamental: explotadores protestantes y católicos-explotados, protestantes y católicos.

El origen del problema

Sobre la población indígena de tronco céltico, sucesivas oleadas de invasiones de distinto signo y origen van dejando un sedimento romano, escandinavo, normando y anglo-sajón. Sobre los vestigios romanos y ante la presencia de los monasterios, centros de difusión de la religión católica, los pueblos daneses en el siglo IX instalan factorías en las costas irlandesas. A principios del XII ya son pacíficos comerciantes integrados a los modos gaélicos de vida.
En 1170, desde las costas de Bretaña desembarcan los nuevos dueños de Inglaterra: son los normandos que toman Dublín; si bien son absorbidos culturalmente la impronta política y social de la dominación comienza a dejarse entrever. Hacia 1536, iniciada por Inglaterra la era de las monarquías nacionales, en plena etapa mercantilista, Enrique VIII Tudor plantea el liderazgo real en la religión nacional y rompe con la Iglesia romana y el papado. Uno de los mecanismos de afianzamiento de la dominación inglesa sobre Irlanda es la imposición del Acta de Supremacía y la coronación de Enrique como rey de Irlanda. A la resistencia gaélica contra los invasores se suma ahora la resistencia contra la imposición religiosa, forma concreta de la anglificación y del ahogo de la identidad cultural, política y social de los primitivos pobladores gaélicos. La cuestión religiosa es desde ese momento la manifestación más visible de la lucha contra los conquistadores. Pero la Irlanda cristianizada por San Patricio en el siglo V resiste el cisma religioso y en 1569 bajo el reinado de (sabe{ 1 de Inglaterra la conferencia de Munster acuerda "la defensa de Irlanda y de la religión católica".
La persecución religiosa y la idea de construir enclaves protestantes como reaseguros internos y centros de difusión de la penetración inglesa, se diseña cada vez con más claridad. El Ulster (el nordeste de la Isla de Irlanda), la zona gaélica más homogénea, se convierte en el bastión de la resistencia frente a los asaltos y proyectos isabelinos, Así provee una base militar para la resistencia nacional y sus familias se convierten en los líderes étnicos y culturales de la Irlanda gaélica. A pesar de la resistencia del Ulster, a principios del siglo XVII el antiguo orden celta ha desaparecido casi completamente, Con la caída del Norte y la rendición de O'Neill, jefe de la resistencia, en mayo de 1609, las tierras de los señores irlandeses" del Ulster son confiscadas y entregadas a colonos ingleses y escoceses. Bajo el cetro de Jacobo 1 Estuardo, Irlanda se convierte en colonia británica.
El proceso de los asentamientos ingleses había comenzado antes, en forma desarticulada, en las comarcas de Leix, Offaly y en la Provincia de Munster. Es desde el año de 1609 cuando el proyecto de sustitución adquiere categoría de estrategia: anglificar el Ulster por medio de la política llamada plantación, emergente de la experiencia inglesa en el nuevo mundo. Las tierras de los nobles irlandeses, unas 250.000 hectáreas, se concentran forzosamente y luego parceladas son ofrecidas a los colonos escoceses a bajo precio, mientras los comerciantes ingleses toman posesión de las ciudades. Estas se convierten en centros de protestantismo en una provincia mayoritariamente católica. Los presbiterianos escoceses, quienes han reconocido al rey como jefe de la Iglesia, poseen las mejores tierras y los mejores títulos sobre ellas. Coexisten todavía con los irlandeses católicos más pobres, pequeños arrendatarios, y con los trabajadores agrícolas en una amarga competencia con los protestantes por la supervivencia. Una vez incorporada Irlanda efectivamente a la corona inglesa, el "apartheid" británico comienza a esbozarse no permitir que la mayoría 'irlandesa absorba a la minoría anglosajona. El anatema católico será el instrumento más idóneo de la separación entre conquistadores y conquistados. Los pasos de esta política son los siguientes: 1) condena del papismo. El arzobispo anglicano de Armagh, monseñor Usher, dice: "La religión de los papistas es supersticiosa y herética; la tolerancia para con ellos es un grave pecado". 2) la mezcla étnica es desestimulada. 3) las concesiones de tierras se otorgan sólo si existe el compromiso de utilizar mano de obra inglesa o escocesa. 4) se confisca y expropia a los acusados de infidelidad. El antiguo campesinado irlandés queda relegado á las montañas áridas, mientras los protestantes simbolizan el nuevo dominio en las tierras bajas y fértiles.
El esquema político se va a complicar con la lucha entre la prerrogativa real y la autoridad del Parlamento en la metrópoli, al compás de ella se produce en 1641 un alzamiento irlandés que dura doce años. En Kilkenny se forma un Parlamento nacional que proclama la independencia frente a Inglaterra y la libertad de conciencia y de credo; la abolición de las leyes que convenían en impotentes a las asambleas locales e igualdad para los católicos. La revolución es sofocada por Oliverio Cromwell. Desembarca en Dublín en 1649 y castiga de manera atroz el alzamiento. Cinco sextas panes de la población irlandesa ha muerto. Las tierras son nuevamente repartidas. Los pocos derechos que restaban son cercenados: los irlandeses no pueden entrar en la marina, ni en el ejército, ni tener cargos públicos, ni un caballo cuyo precio sea superior a las cinco libras esterlinas. Las nuevas confiscaciones (13.500.000 acres sobre una superficie de 20 millones) sólo dejan algunas zonas de Connacht y Clade a los nativos. En las restantes, los irlandeses se convierten en aguateros y leñadores.
Luego de los asentamientos cromwellianos, sólo un tercio de la tierra queda en manos nativas. La segunda colonización se había consumado. Las notorias diferencias entre la colonización del norte y el sur se agudizan. Al sur los pequeños propietarios irlandeses se mantienen totalmente dominados por unos pocos terratenientes. Llegan a ser agricultores de pequeñas parcelas, dependientes de los caprichos de los propietarios protestantes de origen inglés. La restauración de los Estuardo despierta las expectativas irlandesas, pero pronto se demuestra que no son percibidos más que como posible masa de maniobra para los jaqueados reyes Dos actas restrictivas confirman el interés económico inglés en la colonia: limitaciones al ganado, primer articulo de exportación; limitación en el libre acceso a los puertos del país, ya que los intercambios marítimos debían pagar peaje en los puertos ingleses, con el objeto de dar preeminencia a Liverpool en perjuicio de Cork y Limerick; fomento de la industria irlandesa sólo en cuanto podía ser complementaria de la inglesa. Dublín se especializa en licores y cerveza a través de compañías angloirlandesas: tejidos de hilo y astilleros en Belfast en manos de escoceses. La política nacional ha logrado en cierta manera despertar las iras de los dominadores protestantes y profundizar la de los dominados irlandeses. El escenario de la lucha inglesa se traslada entonces a Irlanda.
El último intento de Jacobo 11 Estuardo de resistencia, es destrozado por las tropas de Guillermo de Orange, quien en la Batalla de Boyne (1690) decide la supremacía irrestricta de los protestantes y reafirma el status colonial irlandés. Las leyes segregacionistas se hacen más estrictas y amplias: una espada en manos de un católico significa la muerte por la horca; los sacerdotes católicos sólo pueden oficiar misa si media un juramento de lealtad a la corona protestante. A los hugonotes franceses que llegan con Guillermo de Orange se agregan ahora toda clase de aventureros y delincuentes expulsados de Inglaterra. La emigración a América amenaza con despoblar la campiña irlandesa, mientras las prohibiciones de la exportación de la lana complican aún más el esquema económico social. Se diseña entonces un doble conflicto: la pugna por el desarrollo económico burgués y la cuestión nacional irlandesa. Por un lado, la frustración del capitalismo causada por la dominación colonial inglesa, define la conciencia nacionalista de la burguesía, mientras el cauce popular gaélico plantea en embrión un más amplio programa de reivindicaciones. Marx lo describe así: "Empieza la pugna entre Inglaterra como tal y la colonia inglesa en Irlanda. Al mismo tiempo tiene lugar otra lucha, la de la colonia anglo-irlandesa contra la nación irlandesa". La pérdida de Estados Unidos para Inglaterra incide favorablemente en la situación irlandesa. Una serie de leyes de la dinastía Hannover concluye en 1783 por reconocer a Irlanda como "nación", La conciencia de la coyuntural debilidad inglesa los impulsa a formar en Dublín la Liga de los Irlandeses Unidos. Esta se propaga por todo el país alcanzando a medio millón de miembros. Wolf Tone es el líder y la revolución francesa proporciona el marco ideológico de la lucha. En 1789 se desata la insurrección. El iluminismo es extraño al campesinado católico y protestante. La tolerancia católica es declarada, pero también es enunciado el fin del reinado papal.
La inexistencia de un entronque real, en lo que era la mayoría de la población en un país de base agraria, aísla al radicalizado movimiento y lo condena al fracaso. Durante esos años es fundada la Orden de Orange. símbolo extremo del sectarismo protestante. A través de ella la aristocracia dominante va a canalizar las formas políticas de dominación. La exaltación de la batalla de Boyne y el triunfo orangista va a ser utilizado a lo largo de los siglos como demostración del poderío colonial. El Ulster es ya en los umbrales del siglo XIX un estado embrionario divorciado de la vida política del resto de irlanda. La clase media católica irlandesa va a encontrar en la Iglesia Católica su único vehículo de expresión política.


El Acta de Unión y la batalla por el Home Rule

Temerosos los ingleses de que Francia pudiera hacer pie en la convulsionada Irlanda, decreta en 1800 el Acta de Unión entre Gran Bretaña e Irlanda. A la Cámara de los Lores irán 28 pares y 4 obispos elegidos por sufragio. A la de los Comunes loo diputados. El status colonial adquiere nuevas formas aunque no por ello se amplia la representación católica. Recién en 1828 el abogado Daniel O'conell a pesar de negarse a jurar lealtad a la corona protestante es admitido en el Parlamento de Westminster. O'conell introduce a los sacerdotes en la política. Desde una actitud conservadora, pero a partir de una política reivindicativa en lo agrario, logra movilizar a las masas irlandesas en pos de la destrucción del Acta de Unión.
A la normal situación en el Sur: minifundio y miseria, se agregan las hambrunas que en 1846 y 1847 se desatan por la pérdida de las cosechas de papas. El libre comercio ha destruido la industria sureña: el vidrio, la lana y el cuero sufren rápida muerte. La situación elimina cualquier posibilidad de una unión entre el radicalismo campesino y el proyecto parlamentario inglés. El hambre de los irlandeses favorece a la metrópoli; la emigración proporciona mano de obra barata. Así describe Engels la situación: "Estos trabajadores irlandeses que van a Inglaterra por cuatro peniques, amontonados sobre el puente de los vapores como ganado anidan por doquier. Las peores habitaciones son suficientemente buenas para ellos; sus ropas les preocupan poco, ya que se tiene solamente por un hilo; no conocen los zapatos; su comida. es papas y sólo papas; lo que ganan de más se lo beben. Los más sucios barrios de las grandes ciudades están habitados por irlandeses; allá donde un barrio se distinga por una especial ,ruina y descalabro, podemos contar con encontrar preferentemente figuras célticas, a las que se diferencia, de un primer golpe de vista, de las fisonomías sajonas... " El Ulster en cambio, y por comparación, es próspero. El campesinado pudo mejorar las tierras. La tierra está menos dividida y la industria subsiste. Ha desarrollado dos hechos esenciales en su conciencia política: existe una división religiosa entre católicos y protestantes y ambos sectores concientemente se mantienen fuera de los movimientos políticos irlandeses, casi insurreccionales de la época fueron fuertes en el Ulster y el tono político de los católicos del Norte fue definitivamente conservador.
De las luchas del siglo XIX queda la bandera verde, blanca y naranja, símbolo de la Irlanda libre y la apertura de una nueva etapa: la autonomía (el Home Rule). En 1884 Gladstone jefe del gabinete liberal inglés intenta dar por primera vez a Irlanda formas de un gobierno propio. Esto trae como consecuencia una mayor afirmación de la identidad propia y separada del resto de Irlanda del Ulster. Los industriales norteños temen los efectos de dar poder económico a una clase media católica predominantemente rural. La clase obrera teme una aguda caída en los salarios y los grandes terratenientes de la Orden de Orange temen que bajo el Home Rule sus posesiones sean compulsivamente divididas y ocupadas por pequeños arrendatarios. El liderazgo de la oposición a la autonomía es asumido por ellos. El apoyo metropolitano lo obtienen del partido conservador y de la clase obrera inglesa; la creación del Partido Unionista en el Ulster es la respuesta. Luego de varios rebotes en la Cámara de los Lores, el Home Rule es aprobado en 1912. El Parlamento irlandés tendrá poderes limitados, quedando en manos de la corona la defensa, la diplomacia, la 'política extranjera y la política aduanera. En el Ulster la situación es límite. Durante la conmemoración de la batalla de Boyne (1 de julio) los orangistas proclaman que están dispuestos a morir por sus convicciones: "La suerte del Home Rule no se decidirá en el Parlamento sino en las calles de Belfast".
Las consignas muestran la dirección de la lucha "Home Rule means Rome Rule!" (el gobierno propio es el gobierno de Roma), La creación de fuerzas paramilitares destinadas a defender la dominación en el Norte y la unión con el Imperio es un hecho. El abogado de Dublín, Edward Carson, y un ex combatiente de la guerra de los boers, el capitán Craig son sus artífices:80.000 hombres conforman la Ulster Volunteer Force (Fuerza de Voluntarios del Ulster), Los Sinn Fein (Nosotros Solos) que encuadra a los nacionalistas católicos no quiere el Home Rule a costa de la balcanización territorial. El enfrentamiento es inminente. Tropas inglesas desembarcan en el Ulster y una vez más demuestran cuál es su rol: anuncian que están dispuestas a dimitir antes de enfrentarse con los unionistas. El estallido de la guerra europea define actitudes y proporciona una tregua. Algunos irlandeses se enrolan en el ejército británico para defender el status metropolitano amenazado; otros, la mayoría, perciben el enfrentamiento interimperialista en forma neutral y aprovechan la "distracción" inglesa para proceder a nuevos alzamientos.
En la Pascua de 1916, en Dublín un grupo de hombres con unos pocos fusiles, empuñando picos y sables salen a la calle impulsados por la arenga de algunos de sus líderes "Hay muchas cosas más horribles que la efusión de sangre"; a pesar de la evidente desventaja y la condena al fracaso se proclama al Gobierno Provisional Irlandés. La proclama inicial lleva la firma de Thomas J. Clark, Sean Mac Diarmada, Padraic Pearse, James Connoly, Thomas Mac Donagh, Eamon Ceannt y Joseph Plunkett. Todos ellos serán fusilados.
La represión inglesa es digna de sus mejores tradiciones, a ella se añaden las ejecuciones sumarias. Uno de los jefes de la insurrección, Eamon de Valera, norteamericano, hijo de madre irlandesa y padre andaluz, condenado a muerte por los ingleses, es salvado por la agitación y movilizaciones que se desencadenan en todo Estados Unidos en su defensa. Los acontecimientos irlandeses demuestran que el acta de autonomía aprobada en las vísperas de la guerra mundial es ya anacrónica., Una nueva ley dictada por Lloyd George determina en I9I9 la existencia de dos Parlamentos en Irlanda. La partición está consumada. El Ulster comparte una decisión que le permitirá conservar su identidad política y sobre todo económica y que no hace más que institucionalizar los casi trescientos años de segregación con respecto a los intereses generales del resto de Irlanda. Provincia "privilegiada" del Reino Unido sólo despeñará a la conciencia en las últimas décadas del siglo XX.


Irlanda del Sur

Mientras tanto para Irlanda del Sur las negociaciones le reservan el carácter de Estado Libre integrado al Commonwealth (Comunidad Británica de Naciones), no ha obtenido la independencia, y su autonomía es similar a la de los otros dominios británicos. En manos del IRA y de los SINN FEIN queda entonces la resistencia y la lucha. Las épicas acciones por la liberación quedan ahogadas por el conservatismo de la burguesía católica que reivindica al Ulster rutinariamente y que sólo impulsa la voluntad de obtener más apoyo económico británico y ampliarlo al marco del dólar. A cambio de ello, no duda en poner al IRA fuera de la ley y reprimir a los nacionalistas de Irlanda del Sur mientras los lazos neocoloniales se profundizan y afianzan: 1) en Gran Bretaña trabajan un millón de irlandeses, cuyos giros a las cajas de ahorro del sur de la Isla significan mucho económicamente 2) Un acuerdo comercial permite a los exportadores isleños acceder libremente al mercado británico con trato preferencial; los bovinos irlandeses son vendidos- en Inglaterra al mismo precio que rige para los productores locales. Así el 75 % de las exportaciones van al mercado ingles. 3) En 1965 un nuevo acuerdo trabado con el laborismo ingles determina la supresión de todas las barreras arancelarias: ganado irlandés por productos industriales ingleses La última colonia británica sigue aún después de la instalación de la República en 1953 sometida por la vieja estrategia imperial -la división internacional del trabajo- hoy reducida a este vestigio dé pasadas "glorias".
La alineación de Irlanda del Sur es inequívoca, En 1956 el ministro de Asuntos Exteriores dice en las Naciones Unidas: "Debe ser nuestra meta constante, como miembros de las Naciones Unidas, la de Preservar la civilización cristiana, de la Que formamos parte, y sostener, en esta óptica, tan abiertamente como sea posible a las potencias responsables de la defensa del mundo libre en su resistencia a la extensión del comunismo". El correlato de este enunciado sólo podía ser la represión del IRA. En 1956 y ante una ofensiva del Ejército Republicano en el Ulster contra instalaciones militares, monta un operativo destinado a desarticular a los combatientes. En 1957, De Valera, el viejo líder de los SINN FEIN apoyado en su nuevo partido, los Fiana Fail (Soldados del Destino), invoca la ley de internación de tiempos de guerra, encierra en el campo de Curragh a militantes del IRA y su rama política los SINN FEIN.
En 1965 (año del nuevo acuerdo económico con Inglaterra) el jefe de Estados de Irlanda del Sur visita a O'Neill premier de la Provincia de Ulster, probablemente para aunar más los acuerdos sobre la represión de los grupos guerrilleros. Sin embargo, la situación del gobierno de Irlanda del Sur a cada paso de la radicalización de la lucha en el Ulster es más delicada. Su ambigua política sobre la reunificación territorial, la represión a las marchas católicas de apoyo a sus pares en el Ulster, están haciéndole perder
el equilibrio político que garantiza su supervivencia. El primer ministro anterior, J. Linch, pivoteaba sobre una mayoría de 5 bancas, mientras la izquierda irlandesa crecía y eso lo obligaba a endurecer sus posiciones. En 1969 el canciller irlandés pide en las Naciones Unidas "el fin del colonialismo inglés en el Ulstér y la unión de toda la Isla bajo la soberanía del gobierno de Dublín". Ello no obsta para que las manifestaciones de apoyo a los católicos del Ulster sigan siendo reprimidas.
Ese mismo año Linch representa un plan insuficiente al gobierno de Belfast: una federación de la isla con la permanencia de dos gobiernos, dos parlamentos y dos capitales. El plan es obviamente rechazado tanto por los unionistas como por los nacionalistas. A la ley de internación dictada en el Ulster, el gobierno de Dublín sólo responde instalando campamentos para refugiados en la frontera, el símil con los campamentos de refugiados palestinos, luego de la partición de Palestina y la dominación colonial israelí, no es casual. Cada tibia respuesta dada por Irlanda del Sur a la marcha de la cuasi guerra civil en el Norte, crea a su vez nuevas vertientes de conflicto: el ejército inglés viola la frontera y realiza incursiones por territorios de la República. El 28 de octubre de 1971 en Munnelly, en Eire (República de lrlanda) tropas irlandesas y británicas entablan una batalla.
La rapacidad y la desesperación inglesas pueden ser los artífices de un cambio en el Sur, que rompa el esquema conservador y permita integrar la lucha nacional y social en las dos Irlandas en un nuevo y seguramente irreversible avance.

El Ulster

Luego de la partición, el partido unionista cuya columna vertebral son los setecientos mil detentadores de la Orden de Orange, impone su predominio sobre todos los condados del Úlster, y utiliza su poder para eliminar a todas las organizaciones con algún poder y controlar cualquier manifestación de descontento en la clase obrera protestante.
Su primer instrumento de poder es institucionalizar el sectarismo. Nuevas fuerzas de choques son creadas y el proceso de consolidación armado del unionismo es apoyado por los ingleses, por lo menos hasta la segunda guerra. Los objetivos no son solamente los grupos católicos, minoritarios en el Ulster, sino también los grupos protestantes que intentan oponerse a los dictados políticos del unionismo. La dictadura de la Orden de Orange somete así tanto a los católicos como a los protestantes disidentes. La extensión de los orangistas es un elemento fundamental para afianzar el poder: nuevas logias son fundadas y el orangismo llega a ser un poder social y religioso que refuerza a la ideología unionista. El Partido Unionista se conviene en monolítico. Desde 1921 hasta 1940, lord Graigavon es primer ministro. Su sucesor, Andrews, lo es por veinte años. El dominio unionista es ayudado por poderosos aliados: la debilidad del partido nacionalista, su principal oponente, que sólo es relativamente fuerte en las áreas rurales.
Durante la gran represión de 1929, el Ulster es severamente afectado; la industria del lino y los grandes astilleros entran en quiebra; a la desocupación estructural de la economía del Norte, se agrega ahora los resultados de la crisis.
Las consecuencias son importantes: los terratenientes dominan la política económica unionista y la expansión industrial es frenada. Sin embargo, no se podía contar siquiera con la reacción obrera ya que el movimiento había sido destruido hacia 1920. En 1924 se prohibía a los sindicatos financiar a organizaciones políticas. La legislación inglesa para la organización sindical era rechazada por el Stormont (Parlamento del Ulster), Obreros protestantes y obreros católicos fueron obligados a encuadrarse en distintas organizaciones. Por supuesto las católicas no llegaron a existir. Cuando la depresión incrementa la desocupación, el sectarismo impulsado por el unionismo prende en los cuadros obreros y católicos y protestantes se dividen una vez más en lugar de unirse y enfrentarlos definitivamente.
Durante la segunda guerra, las levas entre protestantes desocupados, las industrias de emergencia y la plena ocupación en los astilleros dan prosperidad al Norte, mientras el Sur languidece económicamente, Sin embargo, al término de la contienda nuevamente entra en un periodo de depresión económica. Los plazos económicos con Inglaterra son estrechados. Tanto el Norte como el Sur se lanzan a la búsqueda de capitales extranjeros, ambos con altas tasas de desocupación y con significativa incorporación de mano de obra femenina. La búsqueda de un capitalismo expansivo, por las dos regiones de la Irlanda dividida se topan con las deformaciones coloniales que las detienen.
Pero los sucesivos impactos y el crecimiento de la clase media determinan un cambio en el liderazgo del partido unionista. Un neo.unionismo va a ser expresado por el ministro Terence O'Neill, que sin romper el sólido. aparato represivo ni la discriminación hacia los católicos, intenta "democratizar" el sistema. La reacción a esa política no se hace esperar y es el reverendo Paisley, un protestante expulsado del orangismo, quien lidera desde ese momento el ala más extrema del extremismo protestante.


Orangismo, paylesismo y represión

El Reverendo Dewar, miembro prominente de la Orden de Orange escribe en un libro que postula como una síntesis doctrinaria la siguiente definición: "En Irlanda del Norte es imposible separar la religión de la política. El verdadero orangista, profundamente leal a la corona de Inglaterra, profundamente protestante debe
defender nuestro sistema constitucional que protege la religión protestante y preserva la Unión con Gran Bretaña. El orangista debe cultivar el amor a la verdad y a la justicia, la caridad hacia sus hermanos, la devoción y la piedad; sus maneras deben ser corteses y educadas; buscará la compañía de las gentes virtuosas y evitará la del diablo; propagará la fe protestante; combatirá los errores y peligrosas doctrinas de la Iglesia católica romana y evitará afianzar con su presencia toda ceremonia organizada por los papistas; por todos los medios legales se opondrá a la influencia de esta Iglesia, a su implantación, a la extensión de sus poderes".
En esa línea continúan las declaraciones hechas a un periodista español por el delfín del orangismo: Paisley, un pastor, jefe de una Iglesia fundada por él, la Presbiteriana Libre, se ordenó sacerdote siguiendo un curso por correspondencia de la Universidad Bob Janes de California. Caracteriza, así la situación: "Aquí la lucha está planteada entre quienes desean que este territorio continúe unido a la Gran Bretaña y los que quieren fundirlo con la República de Irlanda, Los protestantes no podemos aceptar ni por un solo segundo esta última tesis, ya que la República de Irlanda obedece a ciegas las órdenes del Vaticano, y la Iglesia católica goza allí de privilegios especiales. Además nuestra región, que fue la primera colonia que tuvo Inglaterra, se encuentra unida a ella por lazos irrenunciables de historia, cultura y religión". Preguntado si creía que el diálogo con los católicos era imposible, respondió: "Por supuesto, mientras que se presten al juego del Vaticano y de Moscú, ya que no lo olvide, también trabajan para Moscú. Dialogaremos con los católicos el día que juren lealtad a la corona y coloquen la 'Unión Jack' en la cima de sus campanarios y sus escuelas". A la pregunta de si creía en la posibilidad de la guerra civil en el Ulster respondió: "Si el gobierno de Irlanda del Norte no ataja las provocaciones de los movimientos separatistas y católicos, la guerra civil puede considerarse como inevitable. Los enemigos de la Constitución tienen las manos libres, Aquí sólo se castiga a los protestantes y nuestra paciencia tiene un límite". El periodista interroga a Paisley ¿cuál es el principal reproche que hace a los católicos del Ulster?: "Yo no les reprocho nada, porque, bien mirado, no son del todo culpables. Yo lo que deseo es liberarles del sistema Vaticano romano, que se basa sobre una casta sacerdotal arrogante y jesuítica. Yo deseo liberar a los católicos irlandeses de sus sacerdotes y llevarles hasta la palabra de Dios, que les ofrece la salvación".
El anticatolicismo militante de ambos textos que acabamos de transcribir no debe oscurecer el verdadero núcleo del problema. Lo que se juega en el Ulster, desde el estallido de la crisis hacia 1968, es la supremacía de las clases dominantes que se sienten jaqueadas por los movimientos populares en su propio territorio y que perciben en su incierto futuro no sólo la posibilidad de compartir con la burguesía católica de Irlanda del Sur su poderío, sino algo mucho más grave y definitivo aún: la propia desaparición junto con la de sus "colegas" de clase en el Sur a manos de la triunfante revolución nacional y social de Irlanda.
Los cuerpos represivos instalados en el Ulster desde la participación, se fundamentan en el Acta de Poderes Especiales. Dicha Acta permite arrestar a cualquier persona sin orden judicial; encarcelar sin acusación específica y sin someter al preso a juicio, negándole, además, la libertad provisional; infligir castigos corporales; obligar a declarar como testigos a quienes se estime necesario, aunque las respuestas sean perjudiciales para ellos; mantener a un prisionero, al que ni se le acusa ni se le juzga, sin visitas ni de sus amigos ni de sus abogados; negarse a abrir una encuesta para investigar la muerte de un prisionero; prohibir la circulación en el Ulster de cualquier clase de periódicos o publicaciones; prohibir la posesión de determinados discos, libros, películas, etc; intervenir la correspondencia, cuentas bancarias. casas y negocios de quien se desee; prohibir reuniones; destruir documentos. En uno de los artículos de la ley se lee: "Todo individuo que comete un acto capaz de comprometer el mantenimiento de la paz y el orden público en Irlanda del Norte es considerado culpable de una infracción, incluso si este acto no se encuentra específicamente previsto en la legislación", Nada parece más claro que esto para confirmar las clásicas enseñanzas que explicaban como las "libertades" inglesas, modelo de civilización para las burguesías coloniales, se fundaban pura y exclusivamente en la opresión colonial a otros pueblos.
Los creadores del hábeas corpus, del derecho de petición, de reunión y muchos más, montaron su sistema "democrático" en el racismo, la represión y la expoliación de los pueblos por ellos oprimidos. Apoyado por el aparato represivo y por la reacción desatada ante cualquier posibilidad transaccional con los católicos, el reverendo Paisley crece en popularidad. En 1968 sólo un tres a cuatro por ciento de los protestantes del Ulster lo apoyaban, en 1971 la cifra se había elevado a un treinta por ciento. Pero Paisley ya se estaba preparando desde antes para postularse como nuevo líder fascista.
En 1966 cuando los Ulster Volunteer Force extreman su celo militante y matan a jóvenes católicos, el premier O'Neill no tiene más remedio que apelar a la ley de Poderes Especiales, utilizándola por primera vez para reprimir a protestantes. Con los restos de la disuelta milicia, Paisley organiza dos cuerpos paramilitares: el Ulster Constitution Defense Comittee y la Ulster Protestant Volunteer, No es necesario que entren en actividad inmediatamente, la intervención de las tropas inglesas les ahorran el trabajo por el momento. Paisley es apoyado por la pequeña burguesía y por los jóvenes obreros, unidos contra el gobierno para impedir toda integración económica a los católicos. La razón de la resistencia es clara; ambos sectores sobreviven en función de la explotación de los católicos. Los jóvenes obreros protestantes tienen trabajo justamente porque los obreros católicos no lo tienen. La pequeña burguesía y los sectores empresariales que lo apoyan lo hacen por el mismo motivo: es la mano de obra católica la que mantiene los salarios bajos, entre otras cosas. Dos frentes mantiene el paylesismo: la lucha contra el neounionismo, principalmente, y el tradicional enfrentamiento con la República de Irlanda y los católicos pero en forma más burocrática.


El Ulster católico

Algunos datos y cifras servirán para mostrar la situación de la clase obrera y la clase media católica en Irlanda del Norte. En 1969 la Comisión Internacional de Juristas que estudió sobre el terreno el panorama laboral del Ulster lo describe así: Las grandes empresas de alimentación sólo emplean a protestantes; un treinta por ciento de los que trabajan en fábricas textiles son católicos, pero ninguno ocupa puestos técnicos o ejecutivos; el caso de una firma que admitió tres técnicos católicos es conocido, hubo de despedirlos por una huelga de los obreros protestantes. En las empresas del vestido, el 90 % de la mano de obra es católica, pero ninguno ocupa puestos de dirección, técnicos o administrativos; en las empresas de ingeniería y construcción sólo admiten a los obreros católicos en los puestos de trabajo manual. Los comerciantes e importadores también emplean católicos lo mismo que los pequeños almacenes no especializados, pero la situación en general no varia: de los niveles medios a la dirección los puestos son destinados a los protestantes.
Pasando al terreno de la representación política al nivel de las autoridades locales, la discriminación y segregación es aún más visible. En la ciudad de Derry donde hay mayoría católica los resultados de una elección son los siguientes: Votos antiunionistas 20.000 . votos unionistas 10.000. Los primeros obtienen 8 consejeros (el 40 % de los cargos) con un porcentaje de votos del 66 %. Los unionistas obtienen 12 consejeros (el 60 % de los cargos) con un porcentaje de votos del 34 %. De esa manera, en función de las leyes censitarias electorales, los protestantes pueden controlar los cargos electivos tanto de los distritos donde predominan como de aquellos en los cuales son minoría.


Las organizaciones populares

En Irlanda del Norte viven más de un millón y medio de personas, de las cuales el 35 % son católicas. Si bien el Apartheid en Sudáfrica no tiene mucho que enseñarles a los unionistas del Ulster, el terror a la expansión demográfica católica les ha hecho inventar una contra consigna. A la reivindicación católica de "un hombre, un voto", los protestantes plantean su propia reivindicación: "'Una mujer, una píldora". Claro está, que para la mujer católica. La democratización del voto es una de las consignas fundamentales levantadas por el movimiento de los derechos civiles.
El voto censitario es uno de los instrumentos centrales de la marginación política católica. La ley electoral determina que si un ciudadano paga diez libras al año de impuesto por su propiedad tiene un voto y si es un rentista o un rico propietario de inmuebles, fábricas, etc., tendrá un voto más cada diez libras que pague al fisco. Así cada casa posibilita un voto protestante; porque los hacinados católicos, cinco, diez o más familias apiñadas en piezas de una misma casa sólo cuentan con un voto, La política habitacional se une entonces a la del empleo para asegurar la asfixia de las clases populares de origen católico.
Otra técnica electoral ayuda a lograr mayoría protestante en los distritos católicos, el reordenamiento de las circunscripciones que trata de agrupar forzadamente a todos los católicos en un solo distrito. El antecedente inmediato de los movimientos actuales por los derechos civiles aparecen en la última década como copia de las campañas pacifistas de Luther King en los Estados Unidos. Lo caracterizaban un profundo apoliticismo que trataba de sumar voluntades más que plantear correctamente una política que englobara a los sectores explotados, tanto protestantes como católicos.
La radicalización de la lucha en el Ulster, desde 1968, echó por tierra al Northern Ireland Civil Rights Association (NICRA), quedando solo vigentes algunas de sus consignas: un hombre, un voto; un hombre, un empleo; una familia, una casa. Sin embargo, la demostración de la posibilidad de articular un movimiento de masas antiunionista que planteara un programa reformista, resulta evidente. Todos los sectores de la ulsteriana acusan el golpe y perciben el peligro. Los laboristas piden moderación al extremismo protestante; los orangistas se aprestan a resistir cualquier programa reformista, los grupos nacionalistas católicos se deciden a profundizar la brecha abierta.
En octubre de 1968 se crea el Movimiento "Democracia del Pueblo", integrado por militantes radicalizados procedentes del movimiento por los derechos civiles y grupos de izquierda como el "Republican Club", la "Radical Student's Socialist Federation", las juventudes del Partido Laborista y la "Socialist Society" y otros grupos marxistas independientes. La evolución del Movimiento puede ser percibida a través de las palabras de uno de sus líderes, la joven diputada por el Ulster ante el Parlamento de Westminster, Bernardette Devlin. Decía en 1960: "En la Democracia del Pueblo hay gentes de todas las ideologías; extrema derecha y extrema izquierda incluidas. Creemos que en las actuales circunstancias, es necesario olvidar todas las diferencias de partido y luchar por las metas comunes. Después de la victoria cada cual volverá a sus antiguas posiciones o encontraremos un mismo cauce para todos, puesto que es mucho lo que nos une. En este último caso, lo más
normal seria que formásemos un nuevo partido de izquierda y por ende anticonservador ya que tanto el gobierno como la oposición actuales son de derecha y conservadores ya que se basan en un fondo religioso. El gobierno del Ulster trata de hacer creer que luchamos contra los protestantes y contra la Gran Bretaña. Pero no es eso ya que lo que queremos es justicia. Tenemos la intención de captarnos a los trabajadores protestantes, para que se unan a los católicos y argumenten, juntó con ellos una lucha de clases. Sólo entonces se le dará una dimensión real al problema del Ulster, que es una cuestión entre explotadores y explotados. El tema Norte-Sur no nos lo hemos planteado. Creemos que en el Sur existen también muchas injusticias. Allí hay leyes arbitrarias tales como el Acta de Ofensas al Estado y el Acta de Justicia Criminal. La Iglesia Católica por su parte disfruta de una posición de preeminencia y se hallan prohibidos los divorcios y los medios anticonceptivos..."
En las elecciones de marzo de 1969 la Democracia del Pueblo saca dos diputados sobre tres candidatos que había presentado. Uno de ellos es adjudicado a Bernardette Devlin, así la voz de la nueva conciencia política del Ulster es llevada al seno mismo de la metrópoli imperial en agonía, En un reportaje que B. Devlin concedió al diario de la Liga Socialista del Trabajo de Londres afirma en relación a los ingleses: "No estoy de acuerdo con reclamar que las tropas vuelvan a los cuarteles si eso no significa que también se vayan del país. Los soldados no existen para vivir en los cuarteles. Están allí porque deben cumplir una función. Lo que de veras implica aquel reclamo es que ustedes les quitan las tropas de encima a los católicos, los dejen seguir luchando y, si en el proceso los obreros protestantes salen con un viernes siete.sacan las tropas de nuevo y masacran a los obreros protestantes. Lo cual admite en si mismo que ustedes no lograrán un programa que tire abajo el sistema, De modo que lo digo bien claro: echen a las tropas británicas, sabiendo que ellos (el gobierno) no pueden echarlas, sabiendo que la situación no les permite que las echen". Más tarde agrega a propósito de la internación a sospechosos de pertenecer al IRA: "Nosotros en la izquierda decimos que el fin de la internación no es la liberación de los 300 y pico de civiles internados. Eso es sólo liberar internados. Acabar con la internación significa terminar con el aparato legal que la permite, lo cual me parece perfectamente lógico. No tiene sentido liberar internados hoy y conservar el aparato mediante el cual se puede volver a agarrarlos mañana. El Partido Demócrata Socialista, el Partido Laborista y el Partido Comunista de lrlanda consideran que acabar con la internación es vaciar el campo de Long Kesh. Sus energías están consagradas a la liberación de los internados. Objetivamente, la línea de los socialdemócratas y de los laboristas consiste en imputarles cargos, llevarlos ante un tribunal y después devolverlos a Long Kesh por orden del magistrado, cosa que vuelve respetable el trámite, Ahora, dicen, ya no son prisioneros políticos, porque han sido procesados: se trata de criminales... (Es necesario entender) que han llegado a la última arma de la represión que se resume en "A los que no logren pegarles un tiro, agárrenlos e intérnelos". A menos que se entienda sobre esta base, no tiene sentido hablar del fin de la internación, porque el fin de la internación por sí mismo, requiere el fin de la administración de Irlanda del Norte."


Anotaciones acerca del Ejército Republicano Irlandés

El actual IRA nace con los sucesos de la Pascua sangrienta de 1916 y mantiene sus cuadros en actividad al producirse la partición. La no aceptación de la división lo enfrenta tanto al gobierno de Belfast como al de Dubiín. Su acción militar nunca cesa.
En 1956 reanuda las ofensivas y sus escenarios son el Ulster, Eire o la misma metrópoli inglesa. En 1969 la radicalización y generalización de la resistencia católica en el Ulster abre un camino que el IRA llena con creces. Entre enero de 1970 y agosto de 1971, una grave discusión interna divide en dos al Ejército Republicano y al partido SINN FEIN del que el IRA es la rama militar. Las diferencias que aparecen como tácticas, producen dos alas: los Oficiales o rojos y los Provisionales o verdes. Cathal Goulding es el Jefe del IRA oficial, el ala que preconizó la ruptura de la política electoral abstencionista en las elecciones de la República de Irlanda y propuesta táctica que motivó la división. Una semblanza de su vida hecha por él mismo puede darnos una idea cabal de la trayectoria de un hombre que nació prácticamente perteneciendo al IRA, al mismo tiempo que mostrarnos las alternativas sufridas por la organización: "Me encuentro en el IRA desde siempre. Lo eran todos en mi casa: mi padre, mi madre, mi abuelo. Mi padre y mi madre estuvieron en la cárcel; era en 1933 y toda Irlanda se veía sacudida por oleadas de agitaciones. Nosotros estábamos en el Norte, y en aquellos tiempos la discriminación era todavía más dura que ahora: construían casas sólo para los protestantes, apenas levantaban una docena de casas, eran los orangistas los que se instalaban. Nosotros, en cambio, como las bestias. Además, en Irlanda del Norte si no se tiene una casa, si no se paga un determinado alquiler no se puede votar, y uno es excluido de los derechos civiles. Hubo tumultos; mi padre y mi madre acabaron en la cárcel. Mi padre estuvo apenas un mes; mi madre, un año entero. Era terrible mi madre. Mejor enfrentarse con un gato salvaje que con ella. A los quince años entré en el IRA de verdad. Fui empleado en muchas acciones, fui herido. Recuerdo la primera vez que una bala me arañó: apenas vi la sangre, me puse a chillar y a llorar como un desesperado. Era uno del IRA, si, pero tenía apenas 15 años. Volví a casa. Mi madre me lavó, me desinfectó. No me dijo una sola palabra. Sabia que estaba aterrada, aunque feliz. Continué adelante. La cárcel ha sido mi segunda escuela. Me cazaron por segunda vez en 1940, después de un choque armado con los soldados ingleses. Estuve un año. Había guerra e Irlanda no se había puesto al lado de los aliados. Con los ánimos existentes entre ingleses e irlandeses no era ni tan siquiera el caso de pedirnos que lo hiciésemos. Pero los ingleses lo probaron, y, tras la negativa, nos la guardaron. Acabado el conflicto, la lucha recomenzó en toda la Isla. En el 46 me condenaron a cuatro años de reclusión: tuve el tiempo justo para pasar a la clandestinidad. Tenía entonces 23 años; me dediqué a la organización del movimiento republicano en el campo y en la ciudad. Estaba haciendo un buen trabajo, cuando, a comienzos de 1947, la condena a cuatro años fue reducida a uno, e incluso este perdonado. Entonces abandoné la clandestinidad. continuando con mi tarea de reestructuración del IRA. Inglaterra estaba por conceder la plena autonomía al Eire, pero buscaba contrapartidas: la primera, que el IRA fuese prohibido también en el sur, y que nosotros, los militantes, fuéramos perseguidos por todos los medios. Soplaba de nuevo un siniestro ventarrón. En 1949 volvieron a arrestarme, en Inglaterra, esta vez por "tenencia de material explosivo". Estuve un año en la cárcel, tras lo cual volví a casa, en Irlanda. Fue una libertad breve: en 1951 me pusieron otra vez las esposas, y esta vez fue más largo, ocho años. Sin embargo, incluso desde detrás de las rejas no dejé de tener contactos con mis compañeros. En el 56, Brian Faulkner organizó la operación 'internamiento preventivo'. Faulkner llenó todas las cárceles de Irlanda del Norte. Y cuando las tuvo llenas, expidió a muchos hombres del IRA a Inglaterra. Así encontré a muchos de mis viejos amigos, bastantes de los cuales estuvieron en la cárcel hasta 1961 cuando el internamiento preventivo fue abolido. Pero yo, para aquel entonces, hacía ya dos años que me encontraba en libertad. Del 59 al 61 el período más triste: vigilado de cerca, sin medios, con los cuadros dirigentes del movimiento republicano en la cárcel, fue poco lo que conseguí hacer. Después, en el 62, decidimos reorganizarnos. Organizamos, y tuvo lugar en el invierno del año siguiente, el primer congreso del IRA. En aquella ocasión, los delegados, llegados desde todas las partes del mundo me eligieron jefe militar del movimiento. Los problemas, sin embargo, eran inmensos. Estábamos sin medios, sin armas, sin una organización política eficiente. Me tocó el encargo de marchar a los Estados Unidos, que están llenos de irlandeses, para buscar apoyos y simpatías. Estuve poco tiempo: el F.B.I. me detuvo y me expulsó del país. Pero la simiente afortunadamente, había prendido: el dinero comenzó a llegar, a veces, un dólar solo, dentro de un sobre; a veces, una esterlina, sin ni siquiera una línea explicativa, pero el mecanismo había empezado ya a moverse. Los jóvenes que se acercaron al IRA estaban mejor preparados que los de otro tiempo; estaba surgiendo una nueva generación que daría muchas preocupaciones a quienes deseaban que las cosas continuasen como estaban".
La posición de los Provisionales liderados por Joe Cahill es que nunca se ha reconocido a los gobiernos de Belfast, Londres o Dublín y que no se los reconocerá hasta que no se firme un auténtico tratado de paz con Gran Bretaña, previa retirada de las tropas británicas de Irlanda y la reunificación del país. En un reportaje de un periodista francés a uno de los dirigentes de los provisionales, éste dice: "En 1966 -hay que reconocerlo nuestros efectivos eran muy reducidos. Pero el movimiento de resistencia popular armada que lanzamos tuvo más éxito que el que esperábamos, sobre todo después del Domingo Sangriento (31 de enero)... (refiriéndose a quienes son los voluntarios dijo). Son Jóvenes republicanos de los ghettos católicos, hartos de las exacciones de los ingleses, que quieren defender la comunidad y que están dispuestos a arriesgar sus vidas para liberar a Irlanda. Pero eso no nos basta. Les exigimos cuatro cosas: que no hayan desarrollado actividades criminales en el pasado; que no sean aficionados a la bebida ni a la droga; que no se unan a nosotros por espíritu de venganza sino para servir al ideal revolucionario; finalmente, que acepten la muy estricta disciplina militar que observamos. No queremos que ofrezcan asideros al chantaje o que puedan 'quebrarse' en los golpes duros."En cuanto al control político que ejercen sobre la población, afirmó: "Es una cuestión de prioridad. Ante todo somos una formación militar. Pero el ala política del movimiento, el SINN FEIN (provisional), se ocupa activa y abiertamente de la formación de la población, en el seno de una organización de masas como el Movimiento Norteño de Resistencia, así como a través de la creación y animación de comités de barrio y de organismos sociales paralelos: guarderías, talleres, hospicios, etc." Preguntando acerca de sus diferencias con el IRA oficial, respondió: "Efectivamente, nuestra política actual es evitar toda confrontación entre el movimiento republicano y las autoridades sureñas. Pero resulta evidente que la abolición de la frontera no es más que tina etapa hacia la creación de tina República Irlandesa cuya existencia supone la desaparición de los parlamentos de Belfast y de Dublín. No obstante, nuestro objetivo inmediato es la destrucción del Stormont y la unificación. Después veremos...





Breve historia del Irish Republican Army*


por Dm Gould, K Mc Gorrian Y BG Óh Anluian.

El siguiente texto ha sido extraído
de la página de los Óglaigh Na hÉireann:
http://irelandsown.net; Traducido y reeditado
por Merciles Pacheco.


La causa de los United Irishmen (Irlandeses Unidos) de 1790 se encontraba en alcanzar la igualdad y la libertad para el pueblo de Irlanda. Inicialmente elegirán alcanzarlas a través de métodos no violentos, pero en el transcurso de la lucha por la emancipación llegarán a tomar las armas al ser reiteradamente reprimidos por el gobierno británico.
Los levantamientos armados contra el régimen británico se sucederán puntualmente en 1798, 1803, 1848 , y 1867. El gobierno británico, mientras tanto, continuará aplacando cualquier tipo de demanda para la independencia de la nación irlandesa.
Es en el contexto de la resistencia irlandesa cuando impacta el Holocausto irlandés. La Hambruna Irlandesa, conocida como AKA, entre 1845 y 1852 dejará un saldo de millones de personas muertas por hambre y millones que a causa de dicha tragedia emigrarán a los Estados Unidos, Australia y Canadá.
Una de las consecuencias del Holocausto será el Fenian Movement (Movimiento Feniano). En 1867, el Fenian Movement comenzará una rebelión que durará apenas algunos meses. Uno de los últimos Fenian era Jeremiah O ' Donavan Rossa. La oración póstuma que Pádraig Pearse le dedicó a dicho líder, decía: “The fools, the fools, the fools, they have left us our Fenian dead, but while Ireland holds these graves, Ireland unfree shall never be at peace.”
Cuarenta y nueve años pasaron entonces antes de que los nacionalistas irlandeses resolvieran contar con otra resistencia armada. Esos 49 años transcurridos, sin embargo, fueron un período político intenso en el cual la mayoría del pueblo irlandés continuó expresando su deseo de independencia a través de medios democráticos. Pero la legislación buscada para la soberanía de un gobierno autónomo (el Home Rule) fue vetada en el parlamento británico en 1886 y nuevamente en 1893. Durante este período, los unionistas y los conservadores manejaron el tráfico ilegal de armas, jurando oponerse al Home Rule por la fuerza. Así, en este contexto, se dará origen a la Fuerza de Voluntarios del Ulster o Ulster Volunteer Force (UVF) en 1913.
Seguidamente comenzará a conformarse el Óglaigh Na hÉireann. El significado literal del término cuando está traducido directamente del Gaélico al Inglés es (soldados) "voluntarios irlandeses". Ellos eran la Irish Republican Brotherhood (Hermandad Republicana Irlandesa), más adelante conocida como el Irish Republican Army. Su contraparte, el principal movimiento separatista irlandés en los E.E.U.U., era el Clan na Gael, dirigido por Juan DeVoy. El Clan na Gael se formó mas precisamente durante la Guerra Civil Estadounidense, donde inclusive esta organización habría intentado invadir tierras canadienses con el fin de asegurar territorio para la nación irlandesa.
En 1914 la UVF estaba habilitada por los ingleses para contrabandear armas hacia la isla de Irlanda. Cuando el Óglaigh Na hÉireann había comenzado a importar una cantidad mucho menor que la que importaba la UVF, la corona británica lanzará una cruenta represión hacia la organización.
El levantamiento de Pascua de 1916 es mirado por muchos como el acontecimiento que define la historia del Republicanismo Irlandés, cuando se materializa la proclamación de la República junto a la presentación del documento fundacional del IRA. Se declarará, de esta manera, una república independiente con el compromiso "de igualdad de derechos y oportunidades" para todo el pueblo de Irlanda. Tristemente, el levantamiento de Pascua fue aplastado al cabo de una semana, con dieciséis de sus líderes ejecutados por el gobierno británico .
En 1918 el reclutamiento obligatorio para alistarse en las fuerzas británicas que luchaban en la I Guerra Mundial, se presentaba como una amenaza para los irlandeses. Es entonces cuando comenzó antes de 1919 una campaña guerrillera extensa y eficaz por la liberación de Irlanda.
En 1919 el Sinn Féin (“Nosotros Solos”, en gaélico) estableció un parlamento irlandés independiente, el Dáil Éireann, y declarará la soberanía de Irlanda, a título de República. Los Irish Volunteers pasaron a conformar el Ejército de la República, comandado desde el Ministerio de Defensa. La respuesta del gobierno británico fue la prohibición de todas las instituciones irlandesas y la declaración de guerra a la nueva democracia irlandesa. Mientras la ley marcial comenzaba a regir, tiendas y fábricas de numerosas localidades fueron incendiadas. Había ejecuciones en prisiones y torturas en campos de internación. En respuesta, el IRA, emprendió otra enérgica campaña guerrillera. Las táctica de la guerrilla usadas en este tiempo se convirtieron más adelante en ejemplos clásicos de la guerra de guerrillas.
Hacia 1921, sobre la base de acuerdo del gobierno británico de negociar con líderes irlandeses, el IRA llamará a una tregua. Sin embargo, las negociaciones subsecuentes gestarán un Acuerdo que dividirá a la nación de Irlanda. Comenzará así, una guerra civil entre "regulars" e "irregulars" (regulares e irregulares).
Los regulares eran los sectores a favor del tratado, también conocidos como “freestaters”. Los irregulares eran los sectores en contra del acuerdo, también conocidos como “republicans”. Uno de los escenarios en donde más impactó el enfrentamiento durante la Guerra Civil fue Dublin. Los inicios de la Guerra Civil estuvieron marcados por la explosión de los fourcourts (tribunales de justicia), acción asumida por los irregulares conducidos por Rory O` Connor.
Después del ajusticiamiento de sir Henry Wilson en Londres, Lloyd George, premier británico en ese entonces, demandó acciones inmediatas contra los irregulares; y fue Michael Collins quien las llevará adelante.
En mayo de 1923 finalizará la Guerra Civil. Sin embargo, no será hasta 1939 que el IRA dará inicio a una campaña de acciones en ciudades inglesas. La coordinación efectiva de las acciones comenzará precisamente en 1941, con un conjunto considerable de ataques.
Aunque continuarán activas algunas células independientes, para 1945 el IRA será ya un ejército disgregado y aniquilado, y los ex republicanos del Fianna Fáil (FF) habían colaborado para eliminarlo. Kevin Boland, un ex-IRA, ministro del FF, indicó que "el IRA ha muerto y yo mismo lo he matado".
A partir de la ejecución del responsable militar del IRA, Charlie Kerins, en 1944, no quedarían más Comandantes del ala militar o política con suficiente experiencia como para seguir adelante. Durante este tiempo, sin embargo, Cathal Goulding estaba trabajando en la reorganización del IRA. Llegando a 1957, será Sean Garland junto a Dáithí Ó Connell, quienes llevarán a cabo una acción contra los cuarteles de Brookeborough RUC, más conocida como la “Noche Muerta de South y Óh Anluian”.
Durante los siguientes 20 años, el IRA será solamente pequeñas células desarticuladas y desarmadas de hombres y mujeres, dedicadas a sostener el viejo ideal de la liberación de los “32 condados de Irlanda” y la expulsión de la presencia británica en el norte de Irlanda. De todos modos, desde finales de los 50 y principios de los 60, en el contexto de la Border Campaign o campaña de la frontera, el IRA existirá solo nominalmente. Durante este período las células serán quizás políticamente débiles. Sus armas serán limitadas para el momento de una reorganización.
Las mayoría de las células habían sido debilitadas casi por completo, en el marco de una etapa donde se consideraba más importante ahorrar armas antes que voluntarios. El derecho a estar armado contra un régimen opresivo, en el norte de Irlanda (por Irlanda del Norte), sería la única perspectiva por la cual los militantes conservarán su convicción. Pero más allá de la inexperiencia política, al tener que estar entre las Ground Troops, se irá retroalimentando un fuerte respaldo de unión entre los militantes. De esta forma, cada hogar irlandés será escenario de arduas discusiones políticas.
A finales de los 60 , el surgimiento de un movimiento republicano más consistente y políticamente preparado generó una fractura dentro del republicanismo, tomando en cuenta la dirección política que se debía seguir. La fractura devendrá en el nacimiento de lo que ahora se conoce como el Provisional IRA o PIRA (conocidos como los “Provos”). Mientras que los opuestos al cambio de rumbo estratégico dentro del movimiento republicano se denominarán Official IRA (OIRA), mejor conocidos como "Stickies" (Pegajosos). De todos modos, ambos sectores se autodenominarán Óglaigh Na hÉireann (Voluntarios de Irlanda) a la hora de adjudicarse acciones guerrilleras, al realizar una conferencia de prensa o al firmar una declaración.
Promediando los años 70, los almacenes clandestinos de armas que quedaban del OIRA, se cree que fueron pasando a manos del People Liberation Army (Ejército Popular de Liberación), organización precursora al Irish National Liberation Army (INLA) o Ejército de Liberación Nacional Irlandés, y al Irish Republican Socialist Party (IRSP) o Partido Socialista Republicano Irlandés.
A pesar de las diversas fracturas históricas, el OIRA continuará manteniéndose activo. En los años siguientes desarrollará líneas de acción en algunas zonas de Belfast y en Newry. Después del “Sticky Ceasefire” (Alto al fuego de los Officials) en 1972, el OIRA continuó realizando acciones clandestinamente, como forma de contener a los militantes. Los Stickies ejecutarán a muchos ex-militantes, algunos de los cuales habían pasado al INLA, como por ejemplo Hugh Ferguson. La ejecución más emblem

agrega un comentario