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Cromagnon, sociedad y cultura
Por Rina Bertaccini -
Thursday, Jul. 14, 2005 at 4:37 AM
"Por una ciudad limpia, cárcel a Ibarra, Chabán y los responsables de la masacre de Cromañón"
Cromagnon, sociedad y cultura
MESA REDONDA EN EL CENTRO CULTURAL DE LA COOPERACION
12 de julio de 2005
con la participación de Rina Bertaccini, Susana Murillo, Silvia Bleichmar y Atilio Borón
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Intervención de Rina Bertaccini(*)
Cromagnon, el dolor y la lucha, la furia y la esperanza
A seis meses de la masacre de Cromagnon, es importante encarar una reflexión profunda sobre este hecho terrible que acabó con la vida de casi 200 chicos, afectó gravemente a centenares de sobrevivientes, sumió en el dolor y la indignación a miles de familiares y amigos, y conmovió a una parte sustantiva de la sociedad.
Por eso valoramos la iniciativa del Centro Cultural de la Cooperación que ha convocado a intelectuales de la talla del Dr. Atilio Borón, la Dra. Silvia Bleichmar y la Lic. Susana Murillo, a quienes agradecemos de todo corazón no solamente que estén aquí sino, también, la solidaridad que nos han brindado desde los primeros momentos. Agradecemos asimismo al periodista Daniel Vilá quien desde las páginas del periódico Acción ha sumado apoyo y comprensión.
No dudamos que los análisis y opiniones de los especialistas han de enriquecer el debate que Cromagnon ha instalado en la sociedad. Tenemos además la expectativa de que las conclusiones de esta Mesa Redonda, puedan proyectarse hacia el mundo de la cultura y el arte que hasta ahora, con las excepciones del caso, no se ha pronunciado e involucrado en la medida que esperamos lo haga para sumarse resueltamente a la exigencia de justicia.
Creo que ésta es una opinión compartida por muchos familiares y amigos de los chicos asesinados, así como por numerosos sobrevivientes que, superando el estupor inicial, se van organizando para derrotar el olvido, lograr que todos los responsables sean juzgados y vayan presos los que resulten culpables.
Quiero expresar mi más cálido reconocimiento a familiares y sobrevivientes que nos acompañan hoy. Todos sabemos cuánto nos cuesta enfrentar la situación.
¿Qué sistema es éste que destruye el futuro?
Si tuviera que poner un título a las preocupaciones que deseo exponer aquí creo que el más adecuado sería: “el capitalismo mata”. Y mata particularmente a los jóvenes.
El neoliberalismo ha dado suficientes razones para tal afirmación. Desde la dictadura de 1976/ 83 que abrió paso a esta etapa del capitalismo en la Argentina, con 30.000 compatriotas –la gran mayoría jóvenes menores de 30 años- presos, torturados, desaparecidos, asesinados, con varios centenares de niños secuestrados por los torturadores y entregados en adopción a los verdugos de sus padres, el capitalismo neoliberal no ha cesado de sacrificar vidas humanas en el altar del lucro sin medida, de la corrupción y la injusticia social llevada a niveles intolerables.
El capitalismo mata por hambre, por enfermedades que la ciencia sabe cómo curar, por carencia de trabajo digno, por exclusión social, por falta de perspectivas para el futuro. Mata a los niños que deambulan sin protección. Mata por la difusión sistemática del negocio de la droga. Mata por el gatillo fácil, casi siempre puesto en acción contra los pibes golpeados por la pobreza. Y ahora mata también a los jóvenes que fueron a un recital a escuchar a la banda que los convoca.
Por eso decimos: Cromagnon no es un accidente sino el producto esperable de un sistema que mata de diversas formas; de un sistema administrado por funcionarios corruptos que componen –junto a empresarios inescrupulosos- una cadena mafiosa de responsables y cómplices. Cromagnon no es tampoco un desastre natural. Y aunque sí es una tragedia humana y social, no lo es en el sentido en que pretenden presentarla los grandes medios de comunicación. Cromagnon es un crimen colectivo, es decir una masacre, que podía evitarse con solo cumplir las reglamentaciones vigentes.
Al respecto, el Dr.Juan Carlos Volnovich, en su trabajo “Cromagnon: las trampas del dolor” subraya “Ni incendio, ni siniestro, ni accidente (…) ni tragedia inevitable, ni catástrofe natural. Masacre. El 30 de diciembre de 2004, casi doscientos niños, adolescentes y algunos adultos fueron masacrados en la ciudad de Buenos Aires”. Y agrega más adelante que Cromagnon debiera verse como la punta de in iceberg, “una mínima parte que sale a luz y da cuenta de esa enorme masa sumergida” de niños y jóvenes que pagan “el monstruoso precio que el proyecto neoliberal le impone a la Nación”. Se ha dicho, pero es necesario repetirlo: en nuestro rico país, en octubre de 2001, el 55,6 % de los menores de 18 años eran pobres, y casi el 60 % de los pobres eran menores de 24 años. Pobres y jóvenes fueron, en su mayoría, los chicos asesinados en Cromagnon. Pobres y jóvenes son la mayor parte de los que sobrevivieron y padecen las crueles consecuencias de esa noche trágica.
Las imágenes y las palabras
¿Errores del lenguaje o intención bien definida?
Como queda dicho, los grandes medios y gran parte de los comunicadores del sistema han evitado cuidadosamente en estos meses utilizar la palabra masacre. Han repetido hasta el cansancio las imágenes de algunos padres doloridos e indignados protestando contra la excarcelación de Chabán que acompañaron con grandes titulares aludiendo a la “violencia irracional” de los familiares. ¿Es violencia arrojar huevos contra la casa de Chabán o bombitas de agua coloreada contra los Tribunales de la Injusticia? ¿Y no lo es asesinar a casi 220 jóvenes? ¿Es violencia ejercer el derecho republicano de protestar en la vía pública y no lo es la represión contra los familiares desatada por la Policía Federal con la anuencia del Ministerio del Interior? ¿O acaso no es una provocación la que montaron con la excarcelación de Chabán y un verdadero escenario de guerra el que organizaron ese mismo día en la Plaza de Mayo, con tanquetas, coches celulares, motos, vallas por todas partes y miles de efectivos policiales, paisaje que nos trajo a la memoria la foto de la Plaza en tiempos de la dictadura del 76? ¿Hacía falta tamaño despliegue para contener a algunos centenares de personas manifestando pacíficamente?
Los medios hablaron permanentemente de la “lamentable división de los padres” , cuando en realidad apenas intentábamos salir del estupor y empezar a juntarnos. Algunos sesudos analistas pretendieron convencernos de que “todos somos responsables” con lo cual se diluyen las responsabilidades específicas de todos y cada uno de aquellos que por acción u omisión causaron la masacre. Eduardo Galeano, el genial escritor uruguayo, en su libro “La escuela del mundo al revés” señala con precisión “El lenguaje oficial generaliza para absolver; ‘somos todos responsables’ mienten los tecnócratas y repiten los políticos (del sistema), queriendo decir que, si todos somos responsables, nadie lo es”.
El lenguaje dominante nunca es inocente, actúa en defensa del sistema y contra aquellos que nos rebelamos ante la injusticia. Ya sea para condenar por anticipado nuestra lucha contra la impunidad, para confundir a la sociedad cuyo apoyo es tan necesario, o muchas veces para desmoralizarnos, para que bajemos los brazos. Una verdadera perla en este sentido es la reflexión del conocido analista político Joaquín Morales Sola, cuando el 3 de enero, invitado por el informativo de la noche de Canal 13, en horario pico de audiencia, pontificó: “A la sociedad no le importó lo ocurrido en Cromagnon , siguió festejando el año nuevo como si nada”. Mentira flagrante si las hay, cuando habían transcurrido apenas tres días de la masacre y estaba fresca en nuestro corazón la solidaridad recibida de miles personas que aliviaron con su generosidad la falta de medidas, la desidia y la incompetencia de funcionarios de gobierno, policías, bomberos y empresarios.
Con referencia a estos temas me permito citar ahora algunas de las reflexiones contenidas en el documento conjunto consensuado por siete grupos de familiares, sobrevivientes y amigos, que fuera leído el 30 de junio en Plaza de Mayo, donde se afirma entre otras cosas:
“Soportamos y debatimos la culpabilización que, desde el poder y gran parte de los medios masivos de comunicación, se hace de las víctimas. “Por algo será”, se dijo, en palabras similares a las utilizadas para justificar en épocas no tan pasadas, las desapariciones de personas. La juventud, uno de los sectores más castigados de la población, fue culpabilizada por supuesta irresponsabilidad, por ser desprolijos, ruidosos, descuidados… No bastó hacer morir a nuestros pibes en lo más parecido a una cámara de gas, sino que se ensució su forma de ser jóvenes, su alegría y rebeldía.
“Afrontamos constantes provocaciones realizadas con la intención de fomentar nuestra angustia y desesperación y generar reacciones que luego se tergiversaron en los medios o se justificaban únicamente desde el dolor y la supuesta locura, y no desde la legítima exigencia de justicia.”
“Estamos sufriendo actualmente una operatoria por parte de los medios de comunicación masivos –que, lo sabemos, son empresas ellos también- una campaña destinada a poner en el lugar de víctimas a los asesinos de nuestros hijos. Así, Chabán se convierte en un pobre incomprendido, un empresario de poca experiencia, que se muestra arrepentido o que debe ser representado por su propia madre porque él no se anima a dar la cara.”
Seis meses de camino y una mirada hacia delante
Precisamente este documento al que me refería, marca un momento significativo en la búsqueda de unidad y articulación de los diversos grupos. Es la primera vez que se logra un documento conjunto y una marcha donde básicamente se establecen y respetan acuerdos que, es nuestro deseo, presagien nuevos niveles de unidad.
El camino no ha sido fácil. El dolor muchas veces paralizante y la extrema sensibilidad de familiares y sobrevivientes, la dispersión geográfica de los más directamente afectados, la experiencia social y política extremadamente diversa, han conformado un universo inédito y complejo cuyos rasgos han sido determinantes para cualquier intento de construir algún tipo de organización. La tendencia a agruparse se fue dando lentamente. Unos para estar informados sobre el desarrollo de la causa judicial; otros para concurrir primero a la zona de Once y más tarde para marchar hacia la Plaza de Mayo, escenario principal de reclamos históricos de nuestro pueblo. Algunos para plantearse el impulso de proyectos de vida alrededor de los cuales alentar la participación, construir memoria, derrotar al olvido y mantenerse unidos, desarrollando profundos lazos solidarios. También para organizar recitales y marchas en barrios de la Capital y localidades del conurbano, actividades en Rosario y en La Pampa, así como para responder a las provocaciones con escraches y movilización.
Fue un logro que alrededor de doscientos familiares, sobrevivientes y amigos pertenecientes a cinco grupos se incorporaran a la gran movilización por Memoria, Verdad y Justicia, el 24 de marzo, para explicitar la exigencia de que no haya impunidad para la masacre del 30 de diciembre, proclamando en banderas y camisetas “Los chicos de Cromagnon, PRESENTES, ahora y siempre”.
Fue dándose naturalmente un trabajo en red, favorecido por espacios virtuales y redes electrónicas que facilitaron el intercambio de experiencias y el debate.
Así surgieron el proyecto de la exposición itinerante de fotografías “Vidas robadas, sueños en marcha” cuya primera muestra acaba de inaugurarse y permanece abierta al público en este Centro Cultural. El proyecto de plantación de árboles para conformar un bosque en homenaje a los chicos; el proyecto de galería de la memoria, ambos en vías de realización. Unas 2.000 firmas recolectadas por familiares y amigos respaldan ambos proyectos.
Hoy existen grupos que, en distintos ámbitos, concentran su atención en los problemas de los sobrevivientes y una Comisión de Salud orientada por psicólogos que trabajan como voluntarios.
Contabilizamos en la actualidad unos quince agrupamientos que mantienen entre sí una cierta conexión. Y se consolida el espacio de articulación de los grupos, que funciona semanalmente, por ahora con el objetivo de acordar el desarrollo de la marcha central de los días 30 de cada mes. Lo que parecía imposible –y los grandes medios vaticinaban irrealizable- en apenas seis meses se ha concretado en un movimiento real, heterogéneo y flexible, con algunas definiciones claras y otros aspectos en plena búsqueda, con fuertes ingredientes emocionales y lazos de solidaridad que se van construyendo por encima de las contradicciones y diferencias.
Los desafíos son grandes. Entre ellos mantener y acrecentar los niveles de unidad. Lograr que las organizaciones populares se incorporen más activamente al reclamo de justicia.
Nunca más Cromagnon
Eduardo Galeano –en el libro antes citado- denuncia la impunidad de que gozaron los responsables de miles de muertes en el terremoto ocurrido en ciudad de México en setiembre de 1985. “La tierra tiembla. Mil casas y edificios se vienen abajo en menos de tres minutos”. ¿Catástrofe natural imprevisible? Nada de eso. “Las construcciones antiguas aguantaron el terremoto, pero los edificios nuevos se derrumbaron como si no hubieran tenido cimientos, porque muchos no los tenían, o los tenían solamente en los planos.”
Yo pregunto: ¿este hecho, no se parece, como una gota de agua a otra, a los planos y puertas de salida dibujadas en Cromagnon?
Continúa Galeano: “Han pasado los años, y los responsables siguen impunes: los empresarios que alzaron y vendieron modernos castillos de arena, los funcionarios que autorizaron rascacielos en la zona más hundida de la ciudad, los ingenieros que mintieron asesinamente los cálculos de cimentación y carga, los inspectores que se enriquecieron haciendo la vista gorda”.
Acabar con la impunidad, esto es precisamente lo que queremos. ¿Afán de venganza? Nada de eso. Solamente justicia.
Ya nadie podrá devolver la vida de nuestros chicos asesinados, pero alentamos la esperanza de acabar con la impunidad para que no haya nuevos cromagnones. Queremos que nuestros hijos y nietos, que todos los jóvenes puedan disfrutar de un recital y regresar vivos. Queremos que puedan estudiar en edificios escolares seguros, tal como reclaman los estudiantes secundarios con cuya lucha nos identificamos.
Desde el Movimiento por la Paz, la Soberanía y la Solidaridad entre los Pueblos (MOPASSOL) lo dijimos en una declaración del 3 de enero de 2005. “Recordamos cómo lucharon madres y familiares de las víctimas de la dictadura (…). Recordamos también el caso del soldado Omar Carrasco, asesinado en 1993 en una cadena de complicidades similares, y cómo la constancia en la lucha por la verdad hizo posible que se terminara con el servicio militar obligatorio”.
Nuestra esperanza se va construyendo en la solidaridad y la lucha, se afirma en nuestra convicción de que sin movilización no habrá justicia.
Buenos Aires, 12 de julio de 2005
(*) Rina Bertaccini, ingeniera, docente, abuela de Julián Rozengardt, de 18 años, asesinado en Cromagnon. Secretaria general del MOPASSOL en cuya sede se reune el grupo Memoria y Justicia por los Pibes, integrado por familiares, amigos y sobrevivientes de la masacre de Cromagnon.
"Por una ciudad limpia, cárcel a Ibarra, Chabán y los responsables de la masacre de Cromañón"
libertad de expresion
Por yo -
Monday, Jul. 25, 2005 at 7:55 PM
no tengo no no
son todos unos bagos trabajen no les parece que estan ya al pedo todo el dia cortando rutas y molestando a la gente que trabaja........villeros
"Tragedia"???
Por eliana -
Friday, Mar. 10, 2006 at 11:54 AM
como dijo el periodista Jose Bellas respecto la tema: "y entonces seguiremos jugando con fuego"
Con Uds
Por Silvi -
Friday, Aug. 04, 2006 at 1:40 AM
patito-099
Una másacre como esta no puede quedar en el olvido. Es responsabilidad de todos que un averrante hecho como este no vuelva a ocurrir. Los responsables deben asumir sus culpas y los culpables cumplir con sus condenas.
aca las unicas victimas fueron los niños
Por paola santomil -
Wednesday, Sep. 27, 2006 at 1:28 PM
paolasantomil@hotmail.com 156411-6355 d.millan 1110
coincido en que fue una tragedia de gran magnitud y desde ya que nadie merece morir asi,pero siendo una ciudadana comun creo que los padres de las victimas estan enceguidos buscando culpables por todos lados y no se detienen a pensar que sus hijos formaban parte de una cultura(rock)que representa cierto comportamiento de rebeldia en el que no se respeta al otro,donde se juega a sobrepasar los limites de la sociedad.eso paso en cromagñon,alguien jugo a ser cruzar los limites del lugar,de la seguridad de aquella noche y le salio mal,muy mal,porque costo la vida de 200 personas,pero por sobre todas las cosas costo la vida de criaturas inocentes. tambien creo que callejeros se quiere desentender de la responsabilidad del tema cuando(tgo entendido)la seguridad de aquel 31 de dic,le correspondia a ellos.algo tiene que cambiar,estoy de acuerdo,¿sera acaso nuestra sociedad,la que deba replantearse como se esta comportando?.............
increible
Por daniela -
Tuesday, Apr. 17, 2007 at 2:56 PM
no puedo creer como algunas personas, si se las puede llamar asi, tratan de villeros a gente q defiende sus derehos...
lo de cromagñon fue gravisimo y es desesperante q la gente aun no tome conciencia, deben pasar estas cosas para tomar ciertas precausiones? es obvio q hay gente q vive en una burbuja y no ven mas alla de sus narizes...pero claro siempre se ve de afuera, pero cuando le toca a uno, vivir estas cosas en carne propia es cuando nos agarramos la c<aabeza y queremos salir a defender lo nuestro, por favor piensen un poco la realidad en la que vivimos y a cualquira y en cualquier le puede pasar esto, esto de ser victima de un pais donde manda la plata, la corrupcion, pero seguimos asi por culpa de mucha gente que piesa como el o la del comentario anterior, siento mucha pena por esa gente, me da pena q no tengan la capacidad de pensar, y mucho menos de dolor.....
no soy sobreviviente ni nada por el estilo, solo soy una joven de 21 años q estudia psicologia y vive en un barrio de buenos aires, y tiene contacto con el mundo, me gusta ir a recitales y por lo menos tengo capacidad para pensar y entender las cosas.....ojala mucha gente pensara asi....
NO OLVIDAR!!!!!!!!!!!