Elecciones anticipadas en Alemania.
Por EL MILITANTE -
Tuesday, Jul. 19, 2005 at 9:13 PM
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Elecciones anticipadas en Alemania
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Los socialdemócratas
se enfrentan a un nuevo competidor de izquierdas |
Autor : Hans Gerd
Öfinger Fecha : ( 19-Julio-2005 ) Categoria : Europa
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l 1 de
julio el canciller Schroder pidió al Bundestag (parlamento alemán)
un voto de confianza seguro de que no lo conseguiría. Esta maniobra
estaba diseñada para permitir al presidente alemán disolver
legalmente el Bundestag y dejar el camino libre para unas elecciones
anticipadas posiblemente el 18 de septiembre. Aunque el presidente
no ha hecho aún ninguna declaración, casi todos esperan que las
elecciones se celebren en dos meses. La maniobra de Schroder es
un juego desesperado y nos recuerdo los atentados suicidas cometidos
por los kamikazes japoneses durante la Segunda Guerra Mundial.
Parece probable que después de siete años de contrarreformismo con
Schroder, los demócrata cristianos ganen las elecciones y accedan al
gobierno, posiblemente una coalición con el FDP (los liberales). A
diferencia de Gran Bretaña, no es muy común que el jefe del gobierno
tome la iniciativa de disolver el parlamento antes del final oficial
de la legislatura. Después de la desastrosa derrota electoral de los
socialdemócratas en su antiguo feudo de Renania Westfalia del Norte
en mayo, Schroder no tuvo otra opción que seguir este camino para
hacer frente a las críticas procedentes de su partido. Schroder está
entregando voluntariamente el gobierno a los partidos de la derecha,
de este modo podrán llevar a cabo una nueva ronda de ataques contra
todas las conquistas conseguidas por el movimiento obrero a lo largo
de décadas. Pero mientras aquellos legendarios y valientes
pilotos kamikazes japoneses sacrificaban su vida, Schroder
encontrará una salida fácil y confortable con una gran pensión y
excelentes vínculos empresariales, dejando a su partido, el
socialdemócrata SPD, destrozado, debilitado y desmoralizado. Las
últimas encuestas dan al SPD un porcentaje de votos entre el 26 y el
27 por ciento, mientras que los demócratas cristianos esperan
conseguir entre un 42 y un 47 por ciento. Lo más destacado de estas
encuestas es que la nueva alianza electoral de izquierdas
posiblemente supere tanto a los verdes como a los liberales y se
convierta en el tercer partido parlamentario. Esta alianza (con base
principalmente en el Este) del PDS y el recién formado WASG, una
escisión de izquierdas formada por sindicalistas y socialdemócratas
desencantados, espera conseguir más del 10 por ciento de los votos,
si no fallan las encuestas. En el Este (la antigua RDA) la Alianza
de Izquierdas puede convertirse en el partido más fuerte con más del
31 por ciento de los votos, mientras que en occidente se calcula que
puede conseguir el 7 por ciento (un enorme paso adelante según los
niveles occidentales). El intento apresurado de Schroder de
convocar elecciones anticipadas ha precipitado la formación de la
Alianza de Izquierdas entre el PDS y el WASG. Los órganos de
dirección de ambas organizaciones han llegado a un acuerdo (los
candidatos del WASG serán incluidos en las listas del PDS) y el
objetivo es fusionarse en los próximos dos años. Es probable que los
órganos de dirección y la base de ambas organizaciones ratifiquen
este proceso en los próximos días. Después de siete años de
política blairista de Schroder, muchos trabajadores y jóvenes están
mirando a la nueva Alianza de Izquierdas para expresar su
descontento social y dar una expresión política al extendido
malestar social. Pero también está el factor subjetivo de Oskar
Lafontaine, el antiguo presidente del SPD (1995-1999) que dimitió de
todas sus posiciones políticas en 1999 después de un gran
enfrentamiento político con Schroder dentro del gabinete. Un día
después del desastre del SPD en Renania Westfalia del Norte,
Lafontaine anunció finalmente su abandono del SPD y su disposición a
encabezar la Alianza de Izquierdas en la batalla electoral de este
verano. Es probable que Lafontaine regrese al parlamento como el
portavoz de la Alianza de Izquierdas. Es verdad que nunca se ha
considerado un socialista o un marxista y que, como muchos otros,
del WASG se describe como un socialdemócrata. Pero para muchos
trabajadores y seguidores del SPD él representa un ala más de
izquierdas y una versión más creíble de la socialdemocracia
tradicional y un portavoz de los trabajadores normales, los pobres y
las víctimas de la ofensiva neoliberal. Otro dirigente parlamentario
de la nueva Alianza de Izquierdas es Gregor Gysi, antiguo dirigente
del SPD y un portavoz elocuente que disfruta de cierta popularidad,
especialmente en el Este. Por todo el país se puede escuchar a gente
diciendo que en esta ocasión “votará a Lafontaine y Gregor”, muchos
de los cuales ni siquiera se molestaron en votar durante los últimos
años. El probable ascenso de la Alianza de Izquierdas y el
posible regreso de Lafontaine ha encendido la luz de alarma en los
cuarteles generales del SPD. Mientras lanzan ataques patéticos
contra el “populismo” de Lafontaine, al mismo tiempo los burócratas
del SPD han intentando recurrir a cierta fraseología de izquierdas
en su manifiesto electoral y con la ayuda de los dirigentes
sindicales están intentando lavar su imagen, con la intención de
presentarse como el único representante fiable de la clase obrera.
Schroder y compañía están pidiendo al electorado un nuevo
mandato para continuar con sus “reformas”. Esas reformas sólo han
conseguido enriquecer a la clase capitalista y al diez por ciento
más rico de la sociedad, al mismo tiempo que ha empobrecido a los
parados y no ha aparecido el prometido boom que supuestamente
crearía nuevo empleo. La pérdida de puestos de trabajo continua
prácticamente en todos los sectores. Los empresarios están
utilizando el temor al desempleo para arrancar cada vez más
concesiones a los trabajadores y socavar a los sindicatos. Aunque a
través de una lucha decidida los trabajadores de artes gráficas han
conseguido recientemente defender la jornada de 35 horas (aunque
dando por otro lado concesiones en otros frentes), otros sindicatos
han cedido sin luchar e incluso han llegado a firmar acuerdos
prolongando la jornada laboral sin subida salarial. Cuando
Schroder sustituyó a Kohl en 1998, prometió acabar con el problema
del desempleo. Con sus métodos burgueses ha fracaso totalmente. Con
4.7 millones de parados oficialmente (casi el 10 por ciento), la
prisa de Schroder para celebrar elecciones anticipadas es una
expresión de que ni él mismo cree en sus propias perspectivas. Hasta
hace poco Schroder había suscitado esperanzas en que sus penosas
operaciones (“Reformas”) conseguirían un nuevo y sostenido boom
económico y el milagro del empleo para el año 2006, de este modo
podría regresar al gobierno a finales de 2006 ya que todo el mundo
habría visto las maravillas y milagros de su política. Muchos
activistas y organizaciones sindicales regionales ya no aceptan la
lógica de apretar los dientes y aceptar al SPD como el “mal menor”.
Han invitado a Lafontaine a hablar en reuniones sindicales
regionales y en asambleas de fábrica para plantear sus ideas.
Bajo esta presión de ambiente crítico, incluso Los Verdes que
durante los últimos habían degenerado rápidamente en una versión
moderna de liberalismo, en las últimas semanas están utilizando una
fraseología más de izquierdas subrayando su preocupación más por los
problemas sociales que por los ecológicos. Con las elecciones
probablemente dentro de dos meses, las cosas parecen muy volátiles
en el seno de la sociedad alemana. Es verdad que el reformismo sin
reformas de Schroder fortalece a los demócrata cristianos y que
existe un cierto ambiente de cambio, pero tampoco hay entusiasmo con
los demócrata cristianos y su programa, algunos trabajadores
políticamente atrasados tienden a darles una oportunidad pero al
mismo tiempo no esperan mejoras reales de una futura coalición
burguesa. Algunos observadores no excluyen la posibilidad de que
dada la fortaleza inesperada de la Alianza de Izquierdas y la
movilización de antiguos no votantes pueda darse un parlamento con
una gran coalición de socialdemócratas y demócrata cristianos. Los
dirigentes del SPD han excluido categóricamente cualquier
cooperación con la Alianza de Izquierdas en el futuro parlamento.
La posición de los marxistas
En
esta campaña electoral los marxistas daremos un apoyo crítico a la
Alianza de Izquierdas y defenderemos consignas contra los partidos
burgueses y por una mayoría de izquierdas en el Bundestag con un
programa socialista. El surgimiento de una fuerte oposición de
izquierdas en el futuro Bundestag será un paso adelante para el
movimiento. Pero no podemos dar a los dirigentes reformistas y
arribistas que están en esa alianza un cheque en blanco.
Utilizaremos el período electoral y los próximos meses para insistir
en la necesidad de vincular todas las reivindicaciones concretas de
la izquierda a la cuestión de qué clase detenta el poder en la
sociedad. Con el enorme nivel de endeudamiento público y el aumento
de la riqueza del 10 por ciento más rico de la sociedad, ni siquiera
un programa reformista se podría llevar a cabo dentro del marco del
capitalismo. Debemos luchar por una postura de clase dentro de
la Alianza de Izquierdas y para que los futuros parlamentarios vivan
con el salario medio de un trabajador cualificado. Una vez elegido
el nuevo grupo parlamentario, la Alianza de Izquierdas debe resistir
todas las tentaciones de convertirse en un socio menor del SPD
pos-Schroder, hay que intentar ganar a la base del SPD y los
sindicatos para un programa de transformación socialista radical de
la sociedad.
15 de julio de 2005
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