AUMENTA LA RESISTENCIA EN IRAK.
Por EL MILITANTE -
Thursday, Oct. 06, 2005 at 1:28 PM
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De Tal Afar a Basora: se encienden las
llamas del descontento en Iraq |
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Autor : Maarten
Vanheuverswyn Fecha : ( 06-Octubre-2005 ) Categoria : Irak
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está en llamas como nunca antes lo ha estado. Las escenas que vimos
la semana pasada en Basora muestran una vez más el lamentable estado
de Iraq. Vimos como un soldado británico salía en llamas de un
tanque ardiendo rodeado por un gran grupo de iraquíes. Las tropas
británicas parece ser que utilizaron diez tanques - apoyados por
helicópteros- para derribar los muros de una comisaría y liberar a
dos “militares” británicos que en realidad eran miembros de los
servicios secretos británicos.
Los acontecimientos se
desencadenaron cuando dos británicos fueron detenidos por la policía
iraquí en un puesto de control. Más tarde se supo que eran dos
agentes secretos británicos disfrazados con ropas árabes. Fueron
detenidos en el puesto de control y se produjo un choque con
disparos. Dos policías iraquíes fueron heridos, uno más tarde murió.
Los agentes británicos fueron después arrestados, para disgusto del
mando británico, y luego siguió el asalto a la comisaría de policía.
Las campanas de alarma sonaron en los cuarteles
británicos. Aunque unos cuantos manifestantes resultaran heridos y
la comisaría demolida, esto parecía trivial con los atentados
suicidas diarios que se producen en la zona controlada por EEUU, al
norte del país, resulta significativo que estos acontecimientos se
produzcan en la zona controlada por los británicos, la que rodea a
Basora, que hasta ahora se pensaba era tranquila y relativamente
estable.
Ahora el consulado británico en Basora ha
sufrido por primera vez en meses ataques con cohetes, debemos
recordar que se encuentra en el corazón de la región chiíta y donde
se halla la mayor parte del petróleo iraquí. Si pierden el control
de esta zona sería un desastre para las fuerzas de ocupación, el
menor síntoma de debilidad y desesperación en el “pacífico sur” es
muy preocupante desde su punto de vista porque puede transformar
toda la situación.
Como señala The Economist:
“Para las empantanadas tropas estadounidenses, bajo el fuego en las
zonas sunnitas del norte, servirá de poco consuelo saber que, como
se dice a menudo, los británicos antes tan amados por la población
local han perdido ya rápidamente ese amor”. (22/9/2005).
Si existiera algo de “amor” por parte de la población
local hacia sus ocupantes, con sus acciones, los británicos están
destruyendo rápidamente cualquier credibilidad que antes podían
tener. El mito de los pacíficos soldados británicos, supuestamente
adalides del “mantenimiento de la paz”, poco a poco está
desapareciendo. Ese mito desapareció con la política de “divide y
vencerás” que el imperialismo británico impuso en Irlanda del Norte,
en realidad, toda la historia del imperialismo británico, con sus
brutales guerras coloniales en África y el subcontinente indio,
demuestra su carácter real.
Robert Fisk recientemente
hizo la siguiente observación: “En realidad, la mayor parte de la
guerra en Irlanda del Norte pareció girar alrededor del uso de
asesinatos y operaciones encubiertas de la SAS, que organizaban
emboscadas contra los hombres del IRA. La pregunta en este caso es
¿qué estaban haciendo dos miembros del SAS en Basora, vestidos de
árabes y armados hasta los dientes? ¿Por qué nadie pregunta?
¿Cuántos hombres del SAS están en el sur de Iraq? ¿Por qué están
allí? ¿Cuál es su tarea? ¿Qué armas llevan? Nadie pregunta”.
“Lo que realmente están haciendo ‘para mantener la
paz’ en Basora es ‘cerrar los ojos’ al abuso, el asesinato y la
anarquía que reina en Basora desde 2003 (incluidos los abusos
cometidos por sus propios compañeros). Cuando fue asesinado un
vendedor de alcohol cristiano guardaron silencio. Cuando antiguos
miembros del Baath fueron asesinados en la calle -incluidos sus
mujeres e hijos-, nuestros oficiales británicos se olvidaron de
comunicárselo a la prensa. Todo por apartar a nuestros chicos del
mal camino”. (The Independent. 24/9/2005).
El
principal problema para el ejército británico no es que la mayoría
de la población iraquí ya no lo vea como un aliado. Después de todo,
la “pacificación” a punta de pistola nunca ha sido muy popular en
las naciones ocupadas. El problema más importante al que se
enfrentan es que ya no pueden confiar en la policía iraquí porque
está infiltrada por “insurgentes”.
Históricamente
hablando, una fuerza ocupante nunca ha sido capaz de mantener el
control de la situación durante mucho tiempo si no tiene aliados
locales en los que basarse. En Iraq las cosas no son diferentes,
donde el ejército más poderoso del planeta -y su socio menor
británico- no será capaz de permanecer mucho tiempo sin el
consentimiento de una elite de colaboradores locales, incluido el
actual gobierno títere encabezado por el primer ministro Ibrahim al
Jaafari. En ese sentido, las palabras del gobernador de Basora,
Muhammad al-Waili, no son una tontería. La semana pasada condenó el
asalto como “salvaje, bárbaro e irresponsable”.
Tal Afar
En el norte la
situación se está caldeando para los estadounidenses. Hace dos
semanas la ciudad de Tal Afar, a 80 kilómetros al este de Mosul,
cerca de la frontera siria, fue tomada por una fuerza combinada de
6.000 soldados iraquíes y 4.000 estadounidenses. Con una fuerza
arrolladora de tanques, armas y helicópteros, la resistencia pronto
fue derrotada. Los bombardeos norteamericanos hicieron huir a la
población presa del pánico, la ciudad está habitada por una mayoría
de árabes sunnitas y turcomanos chiítas. La semana pasada el
ejército iraquí anunció el final de la ofensiva que había durado
tres semanas, en la que habían muerto 157 “rebeldes” y habían
capturado a 683 sospechosos.
Como ocurrió en
noviembre en Faluya, esa es la historia oficial. Lo que no dice la
historia oficial es que casi toda la ciudad ha sido destruida.
Después de ser bombardeada, los que han vuelto a la ciudad se quejan
de la ausencia de agua potable y energía eléctrica ya que toda la
infraestructura está hecha añicos.
Irónicamente, la
administración Bush, que después de todo es un ocupante extranjero
de Iraq, ha justificado la operación con la excusa de que
simplemente estaban neutralizando a los extremistas islámicos que
entran al país a través de la frontera siria. El embajador
estadounidense, Zalmay Khalilzad, ha dicho que EEUU está “perdiendo
la paciencia” con Siria. Estas palabras ocultaban la verdadera razón
del ataque, es decir, una vez más someter por la fuerza a cualquiera
que no siga los dictados de EEUU. La gran mayoría de la resistencia
en Tal Afar eran iraquíes y no extranjeros. Como ocurrió en Faluya,
la estrategia de destruir toda la ciudad parece estar basada en la
pretensión de liberarla de combatientes extranjeros. Sin duda, a los
ojos de los iraquíes, los verdaderos extranjeros son las tropas
estadounidenses y sus aliados “extranjeros”.
El
ataque a Tal Afar ha sido visto como una ofensiva más amplia del
ejército estadounidense para acabar con cualquier oposición a su
presencia, pero también de cara al referéndum sobre la constitución
que debe celebrarse el 15 de octubre. El gobierno iraquí y sus amos
estadounidenses corren muchos riesgos porque varias organizaciones,
sobre todo sunnitas y turcomanas, han aconsejado a sus miembros que
voten contra “ese pedazo de papel inútil”. Dado que cientos de miles
de sunnitas, que boicotearon las elecciones en enero, no se han
registrado para votar en el referéndum, no hace falta demasiada
imaginación para ver como reaccionaría el imperialismo a esto.
Como ocurrió en Faluya, aquí también han recurrido al
método de bombardear una ciudad para someterla. Y no se detendrán
ahí, el ministro de defensa iraquí, Saadun Al-Dulaimi, reveló el 10
de septiembre que las fuerzas iraquíes y estadounidenses lucharían
contra los “insurgentes” en cuatro ciudades del noroeste, Ramadi,
Samarra, Rawa y Qaem, todas habitadas fundamentalmente por sunnitas.
Esta amenaza ha llegado ahora a Ramadi, cerca del río Eufrates.
Desde ahí las fuerzas estadounidenses continuarán su ataque militar
a lo largo del Eufrates. Esta operación en realidad es un signo de
debilidad por parte de una potencia imperialista que se ve superada
por todas partes.
¿Un Iraq más seguro?
En el frente interno las cosas no van demasiado
bien para los círculos dominantes. Una encuesta de CNN/Gallup/USA
Today de la semana pasada, decía que el 67 por ciento
desaprobaba la forma en que Bush estaba manejando la situación en
Iraq, mientras que el 57 por ciento desaprobaba su respuesta al
huracán Katrina. Resulta interesante que cuando preguntaban cómo el
gobierno debería hacer frente a los costos del Katrina, el 54 por
ciento dijo que la reconstrucción debería ser sufragada con el
dinero destinado a la guerra de Iraq.
Al otro lado
del océano, sólo el 12 por ciento de los 1.009 encuestados por ICM
para el periódico The Guardian, decía que la presencia de las
tropas británicas en Iraq estaba ayudando a mejorar la situación y
el 51 por ciento decía que el gobierno de Tony Blair debería poner
fecha a la retirada de los soldados de Basora. Sólo el 39 por ciento
estaba satisfecho con el trabajo de Blair como primer ministro,
comparado con el 47 por ciento de hace un mes. Sólo el 41 por ciento
de los votantes estaba convencido del argumento del primer ministro
sobre que las tropas tenían el deber de permanecer en el país hasta
que las cosas mejoraran.
No resulta sorprendente que
Blair dijera que no se podía poner una fecha arbitraria a la
retirada. En una entrevista de la BBC dijo: “No tengo
absolutamente ninguna duda de lo que debemos hacer. Debemos seguir
allí”: Blair añadió que no hay absolutamente ninguna duda de que lo
que “está ocurriendo en Iraq ahora es crucial para nuestra propia
seguridad. No importa la seguridad de Iraq u Oriente Medio. Lo
realmente importante es la seguridad del mundo”.
¿De
qué seguridad estamos hablando? ¿Están las cosas mejor hora en Iraq
que cuando Sadam Husein estaba en el poder? A pesar del monstruoso
régimen de Sadam, la respuesta es sencilla, no. Iraq ahora es un
lugar mucho menos seguro para vivir y trabajar que antes. Nadie
puede ir a trabajar sin el temor de no ver más a su familia. La
soberanía iraquí es pisoteada por ejércitos extranjeros que
pretenden llevar la “democracia” pero que sólo han llevado caos.
Cientos de personas agonizan diariamente como resultado directo de
la ocupación. Es verdad que muchas bajas son producidas por los
atentados suicidas, que también asesinan a iraquíes inocentes. Sin
embargo, la realidad es que el grueso de estas bajas de inocentes
son el resultado del fuego estadounidense y británico, aunque
lógicamente esto nunca es mencionado por los medios de comunicación
burgueses.
La amenaza de la guerra civil
Para contrarrestar las peticiones de retirada
inmediata de Iraq, el gobierno normalmente responde a cualquier
oposición a la guerra hablando de la amenaza de una guerra civil.
“Ven, nuestros chicos son necesarios para mantener la paz. Si se van
el resultado será el caos total. Este es precisamente el mismo tono
que utilizaba Lloyd George en 1920, cuando ¡advertía de una guerra
civil en Iraq si el ejército británico se iba! Pero ¿no se ha
extendido el terrorismo en Iraq? ¿No hay una guerra de guerrillas
contra las fuerzas de ocupación? No hay enfrentamientos esporádicos
entre sunnitas y chiítas? “Sí” se podría responder, “pero las cosas
irán peor cuando se vayan los ejércitos ocupantes”. Este tipo de
razonamiento pasa por alto un dato simple, y es que la presencia de
ejércitos extranjeros no evita sino que contribuye a una posible
guerra civil.
En primer lugar, las fuerzas
estadounidenses están asesinando ya a más civiles iraquíes que los
que probablemente morirían en una guerra civil. Cada día mueren
iraquíes en los puestos de control a manos de soldados nerviosos que
no siempre distinguen entre luchadores de la resistencia y civiles
normales. Cada día iraquíes de todas las etnias y religiones mueren
debido a los disparos de las patrullas que tienen instrucciones de
utilizar la fuerza en enfrentamientos con sospechosos de ser
“insurgentes”. Allá donde puede haber algo de resistencia las
órdenes son demoler todo el edificio y amenazar a todo el que se
encuentre dentro como si fuera un enemigo. Sobra decir que docenas
de personas inocentes mueren como resultado inmediato de estas
acciones que provocan miles de muertos al año. Además está el número
de iraquíes que mueren víctimas de los bombardeos estadounidenses en
zonas muy pobladas, así que todo lo que se dice sobre una “guerra
civil” hay que ponerlo en el contexto adecuado.
En
segundo lugar, podríamos preguntar: ¿Por qué se ha extendido el
terrorismo en el país? Precisamente se debe a la presencia de un
invasor extranjero. Es verdad que la resistencia a veces adopta una
forma despreciable (como los atentados suicidas de hace una semana
en Bagdad contra desocupados iraquíes esperando en la cola para
conseguir un empleo). Sin embargo, la gran mayoría de la resistencia
procede aún de amplias capas de la población y tiene como objetivo
principal las fuerzas ocupantes. En otras palabras, si no existiera
la presencia de un ejército ocupante, no habría necesidad de este
baño de sangre. La mayor parte de la violencia actual sin duda
desaparecería una vez que los norteamericanos se hubieran ido. Si
quieres erradicar una enfermedad tendrías que empezar a curar los
síntomas de esa enfermedad.
Sin embargo, como la
enfermedad es tan severa y el paciente está tan enfermo, una guerra
civil en Iraq es una posibilidad real sino se pone remedio pronto.
Ha habido varios informes de enfrentamientos violentos entre
sunnitas y chiítas. El fundamentalismo islámico recientemente
demostró su cara reaccionaria de nuevo cuando Al Qaeda manifestó en
una cinta de audio que declaraba la guerra contra los chiítas.
Personas como Abu Musab al Zarqawi, el líder de los “yihadistas”,
están sólo interesadas en crear un estado separado para los árabes
sunnitas en Oriente Medio. En lugar de unir a las diferentes
religiones y afiliaciones contra el enemigo común, es decir, las
fuerzas ocupantes, ellos hacen el juego a la política de divide y
vencerás del imperialismo, llamando abiertamente a una guerra contra
la población chiíta. Esto sólo añade más combustible al fuego.
Sin embargo, tenemos que decir claramente quién es el
responsable de este caos. La mayor parte de los ataques sectarios
contra los chiítas son consecuencia de la interferencia
estadounidense en Iraq. Los reaccionarios como Zarqawi realmente no
tendrían ningún eco sin la presencia de las tropas norteamericanas.
Después de todo, su principal fuente de apoyo surge de su idea de
que los “chiítas están ayudando a los norteamericanos”. El éxito del
fundamentalismo islámico depende de su capacidad para ganar gente
dispuesta a dar su vida en un atentado suicida. Pero el
reclutamiento a su vez depende del descontento de los posibles
reclutas, que claramente es el resultado de la situación provocada
por el imperialismo en Iraq. Un país no puede ser libre bajo la bota
de un invasor extranjero. Esto sólo puede acabar en lágrimas e
inevitablemente avivará las llamas del descontento en toda la
región, como está ocurriendo ahora.
Por esa razón la
retirada inmediata de todas las tropas extranjeras es la condición
necesaria para evitar una guerra civil y nuevos ataques sectarios.
¡Dejemos que los iraquíes decidan su propio destino! ¡La ocupación
de Iraq debe acabar!
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