Julio López
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LA REBELION DE LOS ESCLAVIZADOS
Por PAGINA 12/ASAMBLEA DE PARQUE AVELLANEDA - Wednesday, Oct. 12, 2005 at 4:54 PM
4671-4690

La rebelión de los esclavizados Son traídos desde Bolivia en forma ilegal. Trabajan 18 horas diarias y viven con sus familias en el mismo lugar donde trabajan: talleres clandestinos adonde el Estado no llega. La Defensoría del Pueblo los asesora para que se organicen y luchen por sus derechos.

DECENAS DE INMIGRANTES BOLIVIANOS SE ORGANIZAN CONTRA SUS PATRONES
En Parque Avellaneda hay 40 talleres con operarios bolivianos.

Por fuera son casas entre otras de la ciudad. Por dentro, son cárceles para bolivianos indocumentados sometidos a trabajos enfermantes durante dieciocho horas diarias, de lunes a sábado. Duermen hacinados en habitaciones con sus hijos, como si fueran ganado en tránsito perpetuo. Ganan cuatrocientos pesos, pero nunca los ven porque sus generosos patrones se ofrecen a cuidárselos “hasta que quieras volver a tu país o te quieras ir a otro lado”. Claro que cuando un trabajador reclama sus sueldos de años recibe una andanada de patadas y termina en la calle junto a sus hijos. “Andá a quejarte, te van a deportar sin documentos”, es la mentira con que los patrones –la mayoría, también bolivianos– los mantienen cautivos. Se sabe de al menos 40 talleres de ropa en quince cuadras de Parque Avellaneda. Cada uno emplea entre 15 y treinta personas que fueron traídas al país mediante engaños. No pueden acudir ni a la policía. Varios relatan que el patrullero pasa para llevarse cuatrocientos pesos, como un obrero más. La Defensoría del Pueblo porteño comenzó a actuar para que los bolivianos “semiesclavizados” obtengan el certificado de pobreza con que podrían hacer los papeles de residencia por un costo mínimo: los quinientos pesos que requiere la papelería legal son impensables para su actualidad financiera. Abogados de la Defensoría dan asesoramiento a los indocumentados en la sede del comedor comunitario La Alameda, adonde muchos llegan con un hambre pesado como sus historias. Se están organizando para reclamar ante el Estado que se cumplan las leyes laborales.
El aviso apareció en varias radios de La Paz. “Allá hay mucho hambre. No hay trabajo”, cuentan los que se contactaron con esas promesas: pisar Argentina con trabajo de overloquista, sueldo alto. Carecer de documentos para ingresar a ella nunca es obstáculo. El patrón los trae por decenas en micros, pasan la frontera como si fuera un hecho el sueño de Simón Bolívar, son instalados en una casa que por dentro es un moderno taller. Y a trabajar. La comida es espantosa y sus hijos tienen que estar encerrados en la pieza, “porque al patrón no le gusta ver a los chicos en el patio”, dicen a este diario algunos que pudieron salir de esos lugares o que todavía tienen a un familiar dentro. El encuentro fue en el comedor de La Alameda. Esta organización, nacida del 20 de diciembre de 2001, da alimento a los pobres del barrio. Por medio de ellos supo de los sufrimientos de cientos.
No quieren sacarse fotos. Se ponen otro nombre para contar su historia. “O soy boleta”, dice con media sonrisa Marta. “Me trajeron de Bolivia. Escuché en la radio que necesitaban jóvenes que supieran costurar.” Ella estaba “recién juntada”, tenía 17 años y ninguna opción laboral en La Paz. Watas, el patrón, fue a reclutar operarios. Les ofrecía pasar la frontera, vivienda, comida, buen sueldo. Para él trabajó seis años. “Me tenía todo el sueldo. Decía que a mí se me iba a perder. O que me lo iban a robar. ‘Cuando te vayas te doy todo’, me decía.” Marta quedó embarazada. “Me empezó a aborrecer. Decía ‘no me servís si estás enferma. Ya no das lo de antes’.” El problema vino cuando, cansados del hostigamiento, Marta y su pareja decidieron irse. Para cobrar los dos mil pesos (en tiempos del uno a uno) fue necesaria la intervención del Consulado de Bolivia. Terminó por cobrar dos mil pesos devaluados en vez de los seis mil que le correspondían. Ahora, Marta produce junto a tres personas ropa para La Salada, una inmensa feria de lo trucho al borde del Riachuelo. Sigue teniendo miedo a los aprietes de los matones que contrató su ex patrón. Pero no tiene adónde hacer la denuncia. Con sus propios ojos vio a los policías llevarse del taller su tajada por el servicio prestado.
“Hablar perjudica”, decía el cartel en la pared, entre las máquinas que producen de 8 a 24. Claudia había llegado junto a su marido y sus hijos de 6, 8 y 10 años. Vivían en una piecita “en la que entraba agua”, recuerda la mujer. A toda hora, en el aire retumbaban canciones de cumbia boliviana “para que no nos pusiéramos a hablar entre nosotros”. Sus hijos iban de la escuela a la pieza húmeda. No podían salir. Claudia renunció para poder cuidarlos. Persiste en el trabajo su marido, que tiene hernias en la columna, ya que trabaja desde chico. Según los patrones, los chicos “entorpecen la producción”.
Ella dice su nombre de fantasía: “Eduarda”, y se larga a llorar entre las palabras que hacen su calvario de bolsillo. Su marido vino hace dos años, sin saber que iba a esclavizarse en un taller de Parque Patricios. Ella se quedó en Bolivia. Tras unos meses, él tuvo un accidente laboral y el patrón lo echó.
Los accidentes del marido de Eduarda provenían de la ingesta de alcohol. A esto se abocó cuando quedó desempleado. “Me llamó por teléfono en medio de una borrachera, me dijo ‘estoy muriendo de hambre, en el taller me quitaron el maletín, los documentos de Bolivia’”, relata Eduarda. Entonces vino con su hijo de 9 años a buscarlo, sin saber dónde encontrarlo. “Me puse a buscar entre los borrachos, en los talleres, nadie sabía dónde estaba él.” En una plaza lo encontró el nene, sucio, descalzo, sin plata ni para un vino barato. Estuvieron tres meses en la calle, “sin comer”, cuenta la mujer, con una gorrita de Boca, que aparenta más años de los que confiesa. El marido consiguió entrar a un taller donde cobra 300 pesos. Con cien pagan la pensión sórdida en la que es “todo oscuro, sin luz ni agua ni baño”. Los doscientos pesos restantes van a ayudar a la familia en Bolivia. La historia se repite en una cifra indeterminable de bolivianos.
Gustavo Vera, presidente de la Cooperativa La Alameda, afirma que iniciarán “acciones penales para expropiar la maquinaria a favor de los trabajadores. Que vaya a cuenta de ese crédito laboral que tuvieron los patrones al no realizar aportes previsionales ni tener cargas sociales”. Para Vera, “los empleados tienen que organizarse en cooperativa, los que están y los que estuvieron”. Este modelo se aplica en el taller textil que funciona en sede de La Alameda. “Se trata de respetar el convenio del rubro: ocho horas de trabajo, sueldo de mil pesos”, indica con las fotocopias de este tratado en una mano. Se lo regala a los trabajadores que se acercan para informarse.

Informe: Sebastián Ochoa.
“Dificultad del Estado”
Nota madre:
La rebelión de los esclavizados

Mario Ganora, abogado de la Defensoría del Pueblo porteña, participó de dos encuentros realizados en La Alameda a los que concurrieron 150 indocumentados interesados en conocer sus derechos. Allí explicó que la trata de personas es un delito internacional, contó sobre los derechos de los trabajadores, que van más allá de las condiciones de legalidad en que estén. “La nueva Ley de Migraciones no permite que se deporte en los casos de tratas: son víctimas, no inmigrantes ilegales”, aclaró.
“Escuchamos testimonios desgarradores, sobre regímenes de trabajo de más de 16 horas, sin sábado ni domingo, sin posibilidades de salir para gestar su documentación. Sufren amenazas de que van a ser denunciados por ser inmigrantes ilegales. Además, hay relatos de presiones de personal policial”, dice Ganora.
“Hay una grave dificultad del Estado –observa el funcionario– para controlar el trabajo a domicilio. El Ministerio de Trabajo dice que no da abasto para hacer los controles. El Gobierno de la Ciudad dice que no recibió la competencia en materia de trabajo a domicilio.”
Ganora considera que “lo peor que podría ocurrir es la clausura de estos lugares de trabajo. Tienen que adecuar su producción a la legislación. Si se las cierra, va a terminar la gente en la calle. Ellos ‘prefieren’ esa vida miserable al horror de la desocupación en su país de origen, por eso no van a hacer denuncias”.

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DENUNCI9AS PUNTUALES
Por ASAMBLEA PARQUE AVELLANEDA - Wednesday, Oct. 12, 2005 at 4:57 PM
4671-4690

Buenos Aires, 11 de octubre de 2005
Sres Área de Derechos Individuales,
Discriminación y Violencia Institucional
de la Defensoría del Pueblo de la CABA



Por intermedio de la presente queremos denunciar la grave situación que ataviesan los empleados de los dos talleres textiles clandestinos que funcionan en Garzón 3853 y Laguna 940, barrio de Parque Avellaneda, pertenecientes al Sr Juan Carlos Salazar Nina y de los vejámenes sufridos por quienes ya han sido expulsados de los mismos durante los últimos años.
El taller de la calle Laguna funciona desde fines de 1999. Cuenta con 21 máquinas y emplean aproximadamente unas 25 personas, la mayoría indocumentada y durmiendo en el lugar. El taller de Garzón funciona desde hace más de diez años, tiene 15 máquinas y trabajan aproximadamente 12 empleados, también indocumentados en su mayoría y residiendo todos en ese lugar.
Ambos talleres trabajan desde hace años para los fabricantes de indumentaria deportiva Lacar (sita en la calle Yerbal 5841) y Montagne como consta en una serie de remitos que pueden mostrar ex empleados de esos talleres.
Dichos talleres no cuentan con habilitación, marca individualizadora, libros autorizados y rubricados, libreta de los obreros, condiciones básicas de higiene y seguridad violando los artículos 5, 6, 7, 8 y 9 de la ley 12.713 de régimen de trabajo a domicilio por cuenta ajena.
Someten a sus empleados a jornadas laborales de 7 a 1 de la madrugada, interrumpida por pequeños lapsos para desayunar, almorzar, merendar y cenar por un salario apróximado de $ 300 mensuales violando todas las disposiciones establecidas por el convenio 204/93 para los obreros del vestido y los artículos 32 y 35 de la ley 12.713.
Por tratarse además de empleados en su mayoría indocumentos, se viola además los artículos 53, 55, 56, 59, 117, 119 y 120 de la ley de migraciones.
El cuadro se agrava si se tiene presente que el Sr Salazar Nina y su familia viajan periódicamente a Bolivia a buscar mano de obra barata, a los que traen con falsas promesas y engaños para luego someterlos a la servidumbre en los talleres mencionados. Cabría la aplicación las penas previstas en los artículos 119 y 120 de la ley de migraciones y el artículo correspondiente a reducción a servidumbre previsto en el Código Penal.
Los empleados del Sr Salazar Nina, además de estar sometidos a larguísimas jornadas mal pagas, deben encerrar en pequeñas habitaciones a sus propios hijos cuando regresan de la escuela por orden del patrón. Habitaciones en las que está repleto de cables sueltos que ponen en riesgo la vida de los menores.
Diversos testimonios de ex empleados y vecinos aledaños aseguran que agentes de la comisaría 40 periódicamente cobran coimas que oscilan entre los $ 200 y $ 300, normalmente los sábados a la tarde o en la madrugada cuando se organizan fiestas en el taller de Laguna. Por otra parte, el propio Salazar Nina se jacta delante de sus empleados y a viva voz de tener protección de la policía.
El taller de Laguna fue clausurado hace algunos meses por la AFIP. No obstante se rompió la faja de clausura y se continuo trabajando como si nada hubiera ocurrido. Ex empleados y vecinos aseguran haber visto mudar máquinas del taller de Garzón al de Laguna o visceversa cada vez que era inminente una inspección.
Vecinos aledaños al taller de Laguna han presentado quejas ante la comisaría y a nivel judicial por ruidos molestos, ya que parece ser práctica habitual que los sábados por la noche el Sr Salazar Nina auspicie fiestas donde la mayoría de sus empleados quedan completamente alcoholizados delante de sus hijos. También es habitual que el Sr Nina regatee el pago de los miserables salarios convenidos a cuenta de las fiestas que él mismo organiza.
Ex empleados de ambos talleres aseguran haber sido víctimas de malos tratos, insultos e incluso golpes por parte del Sr Nina, su esposa Remedios y familiares allegados a él. En todos estos casos fueron despedidos violetamente y echados a la calle sin el pago de la más mínima indemnización y en algunos casos sin pagarles siquiera el mes corriente trabajado.
Demás está decir que no se garantiza a los empleados ninguno de los derechos que les corresponde legalmente: aguinaldo, vacaciones, escolaridad, obra social, jubilación, escolaridad, etc.
La alimentación es escasa y muy pobre nutritivamente, basada en mate, té o café, pan, arroz, fideos, lentejas.
Quienes suscribimos esta denuncia, Alberto Rojas Huanca y Noemí Machicado hemos sido empleados durante dos años del Sr Salazar Nina y recientemente despedidos y agredidos por él y su familia. También Bernabé Castro, vecino inmediato del taller de Laguna 940 y quien ha presentado diversas denuncias contra el mismo al respecto. También acompaña esta denuncia Gustavo Vera, responsable del comedor Comunitario Alameda donde concurren varias víctimas que habían trabajado para el Sr Salazar Nina y que fueron expulsados violentamente de esos talleres, destacándose el caso particular del Sr Juan Gutierrez que fue echado a la calle cuando el patrón supo que tenía cancer.
El motivo de la presente carta es solicitar ayuda a la defensoria para iniciar una acción penal contra el Sr Salazar Nina por reducción a la servidumbre, trata ilegal de personas, violación de la ley de trabajo a domicilio y de la ley de migraciones haciendo también responsables a los fabricantes de las firmas Lacar y Montagne y a los agentes de la comisaría 40 que han protegido esos talleres en base a sobornos por parte del sr Salazar Nina. No es nuestra intención simplemente que el Sr Salazar Nina pague por todos los delitos cometidos, sino además que haya justicia para quienes son y han sido sus víctimas. Por eso queremos reclamar ante la justicia y legislatura de la CABA un proyecto mediante el cual se expropien para utilidad pública las maquinarias de ambos talleres para que puedan ser usadas en forma cooperativa por los empleados y ex empleados de estos talleres como pago por los aportes sociales que jamás se efectuaron, las diferencias salariales y las indemnizaciones no pagadas.
Por otra parte, instamos a la Defensoría a reclamar ante la Secretaría de Desarrollo del GCBA que se garantice un subsidio de emergencia habitacional para las víctimas que son expulsadas de estos talleres frecuentemente y que quedan en absoluta situación de desamparo, tal como prevee el art 8 de la ley de migraciones que garantiza asistencia social del Estado a los inmigrantes en situación de riesgo social, tengan documentos o no.
Nos ponemos a disposición de la Defensoría para ampliar nuestros testimonios y a su vez para aportar mayor cantidad de testigos sobre los graves atropellos que comete diariamente el Sr Salazar Nina.


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ACCIONES PUNTUALES
Por ASAMBLEA PARQUE AVELLANEDA - Wednesday, Oct. 12, 2005 at 5:04 PM
4671-4690

El sabado màs de un centenar de vecinos de la asamblea de Parque Avellaneda, el MTL y el Teresa Vive del barrio realizamos un escrache a dos talleres esclavistas que despidieron y agredieron fisicamente a dos obreros. Hubo un allanamiento popular de hecho, ingresando con la televisiòn de Mataderos al lugar y sacando las pertenencias de los cros despedidos delante de las narices de sus patrones (a partir del 13 ver el video del escrache en http://www.teleciudad.tv). El martes se realizò un presentaciòn penal y un pedido de expropiaciòn de las maquinarias a favor de los trabajadores.
Al dìa siguiente, el domingo, en plena fiesta del charrua, mediante otro miniescrache a un taller de Mataderos se consiguiò que les pagaran a cuatro obreros los sueldos adeudados y que retiraran las pertenencias, pues no querìan trabajar màs para esos patrones. La denuncia tambièn fue elevada a la defensoria del pueblo.
Tanto el 18 de setiembre como el 2 de octubre hubo alrededor de 150 obreros textiles en la Alameda en cada reuniòn denunciando sus condiciones de trabajo. La coordinadora territorial del Oeste, en fèrrea unidad de acciòn màs allà de las campañas electorales, ha comenzado a movilizarse para hacer justicia: carcel a los patrones esclavistas, expropiaciòn de maquinaria a favor de los obreros. La campaña recien comienza. Quien quiera sumarse llamar al 4671-4690 (la alameda)

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xenofobia
Por Resistencia del Litoral - Sunday, Oct. 16, 2005 at 4:08 PM
quichua3000@yahoo.com.ar

La XENOFOBIA agazapada de la intentona de LA ALAMEDA salio a flote, ellos estuvieron dos años explotandonos, obtuvieron las máquinas textiles gracias a nosotros, colocaron nuestros nombres y se quedaron con la plata, luego sacaron maquinas y empezaron a EXPLOTAR a miembros de nuestra comunidad, como cuando nos obligaban a ir a las marchas por la entregas de alimentos, o para ir al comedero, ellos protestan porque quieren solo cambiarnos de dueño, ellos son los capitales que entrega el gobierno , sino de donde sacaron la plata, son traidores a la causa, ya lo vera nuestro lider EVO, son racistas castigaron a nuestros compatriotas pegandoles, estan denunciando a todos, para luego echarnos, tracion solo traicion existe en LA ALAMEDA.

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Increible
Por asambleista - Tuesday, Oct. 18, 2005 at 12:26 PM

Bueno, ya estàn sangrando por la herida los talleristas que traen a sus propios compatriotas engañados como esclavos para sacarles hasta el ùltimo sudor de la frente y que cuando los denuncian hablan de xenofobia. Unos payasos explotadores arreglados con la yuta Pero bueno, sus dìas terminaron. Ahora va tronar el escarmiento., Y te aclaro que en el escrache a Salazar Nina eramos màs de 100, de los cuales 70 eran bolivianos. En los dìas siguientes vinieron a la Alameda de quince talleres màs para que les hagamos escraches pidiendo aumento y mejores condiciones de trabajo. Andate a hacer la resistencia al Litoral gil de cuarta,porque en Parque Avellaneda fuiste

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EsCrAcHaDOS
Por Participantes del Escrache - Wednesday, Oct. 19, 2005 at 4:41 PM

EsCrAcHaDOS...
1.jpgukudle.jpg, image/jpeg, x

Fotos del escrache a Juan Carlos Salazar Nina, dueño de talleres clandestinos.

Garzón 3853, Ciudad de Buenos Aires, 8 de Octubre de 2005.

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EsCrAcHaDOS
Por Participantes del Escrache - Wednesday, Oct. 19, 2005 at 4:44 PM

EsCrAcHaDOS...
3.jpgukudle.jpg, image/jpeg, x

Fotos del escrache a Juan Carlos Salazar Nina, dueño de talleres clandestinos. Garzón 3853, Ciudad de Buenos Aires, 8 de Octubre de 2005.

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eScrAchAdos
Por Los partícipes - Wednesday, Oct. 19, 2005 at 4:54 PM

eScrAchAdos...
2.jpgukudle.jpg, image/jpeg, x

Fotos del escrache a Juan Carlos Salazar Nina, dueño de talleres clandestinos.

Garzón 3853, Ciudad de Buenos Aires, 8 de Octubre de 2005.

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