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Colón: Inicio del saqueo, destrucción y despojo de los pueblos de la América.
Por sumac sonqo - Friday, Oct. 14, 2005 at 2:50 PM

El 12 de octubre 1492 Cristóbal Colón llega a Guanahani (isla San salvador) iniciándose la invasión europea a la América. Hace más de quinientos años que los europeos se hallan prendidos de la garganta de todo un continente que resiste heroicamente desangrado y negándose a morir. Todo tipo de crueldades y maldades han sido sembrados contra las poblaciones indefensas de la América, a fin de aniquilarlos y despojarlos de sus riquezas o territorios.

Colón: Inicio del saqueo, destrucción y despojo de los pueblos de la América.

El 12 de octubre 1492 Cristóbal Colón llega a Guanahani (isla San salvador) iniciándose la invasión europea a la América.

Hace más de quinientos años que los europeos se hallan prendidos de la garganta de todo un continente que resiste heroicamente desangrado y negándose a morir. Todo tipo de crueldades y maldades han sido sembrados contra las poblaciones indefensas de la América, a fin de aniquilarlos y despojarlos de sus riquezas o territorios.

En 1831, el historiador francés Alexis de Tocqueville resumió la opinión imperante que tenían los blancos respecto a los indios como sigue: "El cielo no los ha hecho para que se civilicen; es necesario que mueran".

¿Hoy que dirán los intelectuales europeos de los latinoamericanos para arrebatarlos de sus territorios?

Es por ello el recordar el pasado es sabiduría para no repetirlo. Y los pueblos de Latinoamérica, al margen de lo que hagan sus políticos, tiene que integrarse para cooperar en ciencia, tecnología y cultura, a fin de contrarrestar la gran tragedia que vivieron los pueblos indios que desaparecieron de la faz de la tierra.

Si no ¿Dónde están los mohicanos? ¿Dónde están los Cherokees? ¿donde están los tahinos? ¿donde están los caribes? ¿Dónde los charrúas?¿Donde están……………los otros que estaban y ya no están?

Entonces que fue ¿Encuentro de dos mundos? ¿Invasión? ¿Conquista? ¿Choque de civilizaciones?¿destrucción de las indias?¿amistad?

Dejemos que el lector juzgue siguiendo la descripción de hechos de los que estuvieron acompañando a Colón en la visita que hizo a los pueblos del nuevo mundo. Después de ello estarán en condiciones de calificar que fue el acontecimiento histórico la gloria para unos y la gran tragedia para otros.

Santo Domingo, adviento de 1511

El fraile español Antón Montesinos indignado porque ya casi toda la población indígena de Santo Domingo había sido exterminada, en tan sólo 20 años, por la brutalidad de los conquistadores en el sermón, subió al púlpito y manifestó:

"Para darlos a conocer me he subido aquí, yo que soy voz de Cristo en el desierto de esta isla, y por tanto, conviene que con atención, no cualquiera, sino con todo vuestro corazón y con todos vuestros sentidos, la oigáis; la cual voz os será la más nueva que nunca oísteis, la más áspera y dura y más espantable y peligrosa que jamás pensasteis oír".

Esta voz encareció por buen rato con palabras muy punitivas y terribles, que les hacía estremecer las carnes y que les parecía que ya estaban en el divino juicio. La voz, pues, en gran manera, en universal encarecida, les declaró cuál era o qué contenía en sí aquella voz:

"Esta voz, dijo él, que todos estáis en pecado mortal y en él vivís y morís, por la crueldad y tiranía que usáis con estas inocentes gentes(los indios).

Decid, ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre a estos indios?

¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas, donde tan infinitas de ellas, con muertes y estragos nunca oídos, habéis consumido?

¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados, sin darles de comer ni curarlos en sus enfermedades, que de los excesivos trabajos que les dais incurren y se os mueren, y por mejor decir, los matáis, por sacar y adquirir oro cada día?

¿Estos, no son hombres? ¿No tienen almas racionales? ¿No estáis obligados a amarlos como a vosotros mismos? ¿Esto no entendéis? ¿Esto no sentís?

Concluido su sermón, se bajó del púlpito con la cabeza no muy baja, porque no era hombre que quisiese mostrar temor, así como no lo tenía, si se daba mucho por desagradar los oyentes, haciendo y diciendo lo que, según Dios, le parecía convenir; con su compañero se va a su casa pajiza. Salido él, queda la iglesia llena de murmullo, que, según yo creo, apenas dejaron acabar la misa.

Los feligreses afectados por el sermón se fueron a quejar a casa del almirante Diego Colón, hijo del invasor de las indias. Y acuerdan ir a reprender y disuadir al predicador y a los demás frailes sembradores de la doctrina nueva, nunca oída y que había predicado tan grandes desvaríos.

El almirante, sus acompañantes y el fraile superior convinieron que el domingo siguiente debía retractarse de lo que se había mal dicho.

Publicaron ellos luego, o algunos de ellos, que dejaban concertado con el vicario y con los demás, que el domingo siguiente de todo lo dicho se había de desdecir aquel fraile; y para oír este segundo sermón no fue menester convidarlos, porque no quedó persona en toda la ciudad que no se hallase en la iglesia... Llegada la hora del sermón, subido en el púlpito, el tema que para fundamento de su retractación y desdecimiento se halló, fue una sentencia del santo Job, en el cap. 36, que comienza: Repetam scientiam meam a principio et sermones meos sine mendatio esse probabo: "Tornaré a referir desde su principio mi ciencia y verdad, que el domingo pasado os prediqué y aquellas mis palabras, que así os amargaron, mostraré ser verdaderas". Y se ratificó en lo que dijo el anterior sermón:

"Si todos ustedes estáis en pecado mortal y en él vivís y morís, por la crueldad y tiranía que usáis con estas inocentes gentes(los indios).

Decid, ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre a estos indios?

¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas, donde tan infinitas de ellas, con muertes y estragos nunca oídos, habéis consumido?

¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados, sin darles de comer ni curarlos en sus enfermedades, que de los excesivos trabajos que les dais incurren y se os mueren, y por mejor decir, los matáis, por sacar y adquirir oro cada día?

¿Estos, no son hombres? ¿No tienen almas racionales? ¿No estáis obligados a amarlos como a vosotros mismos? ¿Esto no entendéis? ¿Esto no sentís?...........................

Acabado su sermón, se fue a su casa, y todo el pueblo en la iglesia quedó alborotado, gruñendo y mucho más indignado con los frailes que antes...

Y que dice fray Bartolomé de las Casas en su libro la destrucción de los indios:

Los cristianos con sus caballos y espadas e lanzas comienzan a hacer matanzas e crueldades estrañas en ellos. Entraban e los pueblos, ni dejaban niños y viejos, ni mujeres preñadas ni paridas que no abrieran las barrigas y hacían pedazos, como si dieran en unos corderos metidos en sus apriscos. ¡Que tales epidemias!

Hacían apuestas sobre quién de una cuchillada abría el hombre por medio, o le cortaba la cabeza de un piquete o le descubría las entrañas. ¡Que tales epidemias!

Tomaban las criaturas de las tetas de las madres, por las piernas, y daban de cabeza con ellas en las peñas. ¡Que tales epidemias!

Otros, daban con ellas en ríos por las espaldas, riendo y burlando, y cayendo en el agua decían: bullís, cuerpo de tal; otras criaturas metían a espada con las madres juntamente, y todos cuantos delante de sí hallaban.

Hacían unas horcas largas, que juntasen casi los pies a la tierra, y de trece en trece, a honor y reverencia de Nuestro Redentor y de los doce apóstoles, poniéndoles leña e fuego, los quemaban vivos. ¡que tales epidemias!

Otros, ataban o liaban todo el cuerpo de paja seca pegándoles fuego así los quemaban.

Otros, y todos los que querían tomar a vida, cortaban ambas manos y dellas llevaban colgando, y decíanles: "Andad con cartas." Conviene a saber, lleva las nuevas a las gentes que estaban huidas por los montes.

Comúnmente mataban a los señores y nobles de esta manera: que hacían unas parrillas de varas sobre horquetas y atábanlos en ellas y poníanles por debajo fuego manso, para que poco a poco, dando alaridos en aquellos tormentos, desesperados, se les salían las ánimas. ¡que manera de matar las epidemias!
Y prosigue el testimonio escrito por fray Bartolomé de las Casas:

Una vez vi que, teniendo en las parrillas quemándose cuatro o cinco indios principales y señores (y aun pienso que había dos o tres pares de parrillas donde quemaban otros), y porque daban muy grandes gritos y daban pena al capitán o le impedían el sueño, mandó que los ahogasen, y el alguacil, que era peor que verdugo que los quemaba (y sé cómo se llamaba y aun sus parientes conocí en Sevilla), no quiso ahogarlos, antes les metió con sus manos palos en las bocas para que no sonasen y atizóles el fuego hasta que se asaron de espacio como él quería.

Yo vi todas las cosas arriba dichas y muchas otras infinitas. Y porque toda la gente que huir podía se encerraba en los montes y subía a las sierras huyendo de hombres tan inhumanos, tan sin piedad y tan feroces bestias, extirpadores y capitales enemigos del linaje humano, enseñaron y amaestraron lebreles, perros bravísimos que en viendo un indio lo hacían pedazos en un credo, y mejor arremetían a él y lo comían que si fuera un puerco. Estos perros hicieron grandes estragos y carnecerías. Y porque algunas veces, raras y pocas, mataban los indios algunos cristianos con justa razón y santa justicia, hicieron ley entre sí, que por un cristiano que los indios matasen, habían los cristianos de matar cien indios. ¡que manera de matar las epidemias!

Comenta sacerdote Bartolomé de Las Casas, un indio llamado Hatuey mostró a los indios de cuba una cesta llena de oro y de joyas. Y dijo "este es el dios que los españoles adoran. Por esto ellos luchan y matan; por esto nos persiguen y es por eso qué tenemos que lanzarlos al mar"……………….Ellos nos dicen, "que adoran a un dios de la paz y de la igualdad, pero usurpan nuestras tierras y nos hacen sus esclavos.

Nos hablan de un alma inmortal y de sus recompensas y castigos eternos, pero roban nuestras pertenencias, seducen a nuestras mujeres, violan a nuestras hijas. Y como no pueden igualarnos en valor, estos cobardes se cubren con hierro que nuestras armas no pueden romper."

Gracias a la traición fue capturado a Hatuey. En Febrero 2, 1512, Hatuey fue atado en una hoguera en el campo español, donde fue quemado vivo. Momentos antes de encender el fuego, un sacerdote le ofreció la salvación de su alma, mostrándole la cruz y pidiendo que él aceptara a Jesús para ir al cielo.
"¿Hay gente blanca como ustedes en cielo?"

Preguntó Hatuey. "Hay muchos blancos crisitanos como nosotros en cielo" contestó el sacerdote. Hatuey contestó que él no deseaba estar junto con los blancos cristianos, no quería saber nada de ese Dios que permitía tanta crueldad de los blancos contra los indios.
¡que manera de sembrar epidemias!

Es por ello el recordar el pasado es sabiduría para no repetirlo. Y los pueblos de Latinoamérica, al margen de lo que hagan sus políticos, tiene que integrarse para cooperar en ciencia, tecnología y cultura, a fin de contrarrestar la gran tragedia que vivieron los pueblos indios que desaparecieron de la faz de la tierra.

Si se olvida ello más tarde que nunca los pueblos latinoamericanos terminarán como los indios.


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