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Otra Cuba es posible: Respuesta a Diego Farpón
Por Movimiento Libertario Cubano - Saturday, Oct. 15, 2005 at 10:11 PM
movimientolibertariocubano@yahoo.com.mx

* El Movimiento Libertario Cubano responde al intento de justificar al régimen castrista en base a una fraudulenta interpretación de autores y propuestas anarquistas.

Luego de 46 años, 9 meses, 4 días y algunas horas de irrefutable apostolado por parte de Fidel Castro y su séquito cubano y ecuménico de incondicionales seguidores, deberíamos estar curados de espanto y sobradamente convencidos de que ya habíamos escuchado prácticamente todas las devotas sandeces que había para escuchar. ¡Pero no!: así como persisten sin solución de continuidad los cultos a las vírgenes de Guadalupe, de Regla, del Socavón o de Caacupé, también se mantiene -algo desvencijada y mohosa con el paso del tiempo y de los acontecimientos, pero mantenida al fin- la muy poco ingeniosa costumbre de producir rezos “nuevos” y plañideras letanías mirando a La Habana, ya que no a La Meca. Es así que el último 5 de octubre le tocó el turno a Diego Farpón, notorio militante de Corriente Roja, quien seguramente resolvió resarcirse de las frustraciones contumaces que le produjeron el Partido Comunista Español e Izquierda Unida, dedicando parte de su valioso tiempo a propinarnos a los anarquistas -siempre refractarios, poco crédulos y agudamente críticos respecto al gobierno cubano como a cualquier otro gobierno- una rotunda “lección” de cultura pretendidamente revolucionaria. Su texto más reciente -Hay otro mundo posible: Cuba-, publicado originalmente en la página web de Kaos en la Red el 5 de octubre y recogido dos días después en La Haine, parece que estuviera especialmente dirigido a persuadirnos de nuestros repetidos errores y se ha hecho ampliamente acreedor a una respuesta inmediata; respuesta ésta que, además, quiere ser de especial reconocimiento a la actitud digna y solidaria demostrada por los compañeros de la CNT de Salamanca, en quienes, probablemente, Diego Farpón haya encontrado su más directa inspiración.

Diego Farpón organiza sus notas siguiendo un procedimiento que se ha vuelto habitual: “Aquellos que critican a Cuba desde el sectarismo, el dogmatismo y la información que les da el capitalismo cada día, por ateos, por materialistas o por anarquistas que se digan, razonan exactamente como razonaban los padres de la Iglesia o los fundadores del budismo, usando palabras de Kropotkin”. Y es por eso que las encabeza trazando a ritmo de vértigo el campo más conveniente a sus intereses con una frase de Daniel Guerin, cuarentona, desgajada de su contexto y largamente pasada de moda: “Al quemar etapas, Cuba se inscribe, desde luego que quizá sin saberlo, en la línea del comunismo libertario de Kropotkin”. Es decir; para Diego Farpón hay dos clases de anarquistas: los primeros son sectarios, dogmáticos, budistas y, por añadidura, refuerzan sus convicciones ideológicas leyendo informes del Pentágono; mientras que los segundos -los “verdaderos” anarquistas- se han percatado con impar lucidez que el gobierno cubano ¡se inscribe en la línea del comunismo libertario!; incluso aunque ese mismo gobierno no lo sepa y tampoco muestre mayores indicios de querer “inscribirse” en él. En otras palabras: los “verdaderos” anarquistas piensan lo mismo que Diego Farpón y se los verá en actitud juiciosa, serena y condescendiente respecto al gobierno cubano, al tiempo que los otros sólo serán acreedores a una ejemplarizante lección de ciencia política que inmediatamente nos dará este kropotkiniano de última generación.

Dejemos de lado, por harto sabida y compartible, su descripción del desguace neoliberal de los Estados benefactores y vayamos directamente al núcleo que más nos atañe de los divagues farponianos. Diego comienza con un guiño bakuninista: “El Estado es la negación de la humanidad, decía Bakunin, y, desde luego, razón no le faltaba”. Más aún, pese a advertirnos, en un momento especialmente intrépido de su desarrollo teórico, que “mucho ha ocurrido desde entonces”, luego nos dice que “el tiempo, juez insobornable, no tardaría en darle la razón a Bakunin” en lo que al Estado soviético respecta. Pero Farpón no se detiene demasiado en estos halagos y en un santiamén acaba mostrando las patas de la sota: “Cuba no es un estado a la vieja usanza. Ni a la moderna, porque hoy como ayer los estados sólo si rven a los intereses de las clases dominantes. Cuba no es como el resto de estados, en los que los más poderosos son los beneficiados por el sistema. Cuba ha demostrado que otro tipo de estado es posible: un estado que defienda a los débiles, a los trabajadores, que somos quienes lo necesitamos. No nos confundamos: necesitamos este tipo de estados, no los tradicionales”. Y remata estos exabruptos con un final a toda orquesta: “Es Cuba, como decía Guérin, quien contribuye a la formación de una mentalidad comunista, de un hombre nuevo liberado de la mentalidad de la economía mercantil. Bakunin, a buen seguro, tomaría buena nota de esta experiencia y no tiraría piedras contra esta Cuba. No al menos para hundirla”. Sépanlo, pues, anarquistas de aquí y de allá: si Bakunin viviera, estaría afiliado al Partido Comunista cubano o habría abdicado de sus antiguas convicciones o contemplaría perplejo la primera y más prodigiosa excepción a la lógica estatista.

Conviene analizar estas afirmaciones de Farpón con especial detenimiento. Por un lado, es importante reconocer que, efectivamente, no todos los Estados son iguales: los hay grandes y pequeños, tradicionales y modernos, débiles y poderosos, burgueses y “proletarios” y también multi-étnicos, liberales, fascistas, benefactores, pastoriles, burocráticos, “democráticos”, totalitarios, belicistas, neutrales, monárquicos, republicanos, laicos, integristas, etc., etc. No alcanza, entonces, con localizar la existencia de un Estado para saber con entera certeza cuál habrá de ser la dinámica política que tiene lugar en su seno. Pero sí es posible contar con la seguridad más completa de que, sea cual sea la adjetivación del Estado en cuestión, estaremos en presencia de una estructura jerárquica compleja, de una distribución asimétrica de poder altamente codificada y de un conjunto de posiciones institucionalizadas de dominación; precisamente por cuanto ello es la definición misma del Estado. Y a tal punto lo es que, sin perjuicio de las muchas diferencias que siempre es preciso distinguir, esas características se encuentran en la Rusia de los zares, en la de Lenin, en la de Yeltsin y en la de Putin; y también, por supuesto -aunque para admitirlo haya que dejar las mitografías a un lado-, en la Cuba de Machado, en la de Prío Socarrás, en la de Batista y en la de Fidel Castro. Es por eso que las revoluciones en serio sólo pueden estar animadas, sin excepción alguna, desde fuera del Estado y es por eso que dejan de ser revoluciones cuando quedan amarradas al mismo.

Tal como Diego Farpón lo reconoce, Bakunin tenía razón respecto a estas cosas en 1872, cuando la división de la 1ª. Internacional; pero lo más interesante es concluir que esas razones siguen siendo perfectamente válidas en este triste año 2005. Sólo con un muy alto grado de exaltación religiosa es posible sostener que “Cuba ha demostrado que otro tipo de estado es posible”: como si Cuba fuera una suerte de Estado mágico; una excepción mayúscula entre todas las excepciones producidas y por producir; un territorio de fábulas, mitos e irracionalidades donde todos los conceptos habrían de encontrar el sublime momento de su interrupción.

Y, sin embargo, por mucho que la fe lo espere en pleno éxtasis “revolucionario”, las excepciones no acaban de aparecer. El gobierno cubano, a través de la propaganda oficial, podrá seguir insistiendo hasta las calendas griegas en su fraudulenta identificación entre el Estado, el pueblo, la revolución y Fidel Castro, pero ello no empaña en absoluto la imperiosa necesidad del pensamiento crítico por discernir meticulosamente entre cada una de esas instancias y las condiciones en que se desenvuelven. El Estado cubano podrá mostrar mayor preocupación que otros por la salud, la educación, la alimentación y la vivienda de sus habitantes pero eso no puede impedir la rigurosa constatación de que las prestaciones de esas necesidades básicas están muy venidas a menos y tampoco que las mismas se satisfacen antes y en muy superiores niveles de calidad cuando se trata de la clase dominante y no del pueblo llano. El gobierno cubano podrá seguir haciendo gárgaras sobre la soberanía, la independencia y la dignidad “nacional” pero nada de eso ocultará su fenomenal ineficacia en la materia, la existencia del viejo subsidio soviético y del actual subsidio venezolano o el hecho de que buena parte de su respiración se explica, entre otras cosas, por las remesas de divisas desde el exterior o por su apertura a la inversión extranjera directa que hoy se compone, según datos oficiales, de 392 empresas transnacionales.

Diego Farpón seguirá fantaseando las cosas que se le antojen y perorando respecto a Cuba como “ejemplo” y como “modelo” que, además, ha hecho “imposible la explotación de algún trabajador”, pero nada de eso quita que los trabajadores cubanos estén sujetos a penosísimas condiciones, a salarios misérrimos y a un estado de radical ajenidad respecto a las decisiones productivas. ¿O acaso el buen Diego ignora que el gobierno cubano ha hecho una opción definitiva e inmodificable por la planificación centralizada y por la hegemonía buro-tecnocrática, militar y caudillista en detrimento de las alternativas autogestionarias? Diego Farpón continuará sosteniendo cosas como ésta: “Cuba, desde luego, no es el fin, pero es un camino al socialismo. Y, de momento, el único camino que ha demostrado ser viable” . Pero habrá de esperar otros 46 años, 9 meses, 4 días y algunas horas y sólo podrá percatarse que el camino recorrido y caprichosamente confirmado conduce a cualquier parte menos a una sociedad socialista. ¿O es que el ferviente y confiado Farpón jamás se dará cuenta que no hay ningún camino de construcción socialista hasta tanto no se erradiquen las nociones “vanguardistas”, el exclusivismo partidario y las estrategias estatales de represión y coacción?

Diego Farpón no se percata en ningún momento que, si de Cuba se trata, es necesario recurrir a la realidad y no de proceder a un etéreo ejercicio nostágico que invoca una revolución desviada de sus objetivos originales por el monopolio partidario y caudillista y extraviada hace rato largo en los laberintos estatales. ¿Cómo es posible que trate de “dogmáticos” y “sectarios” a los críticos en profundidad y no a la organización estatal sobre la cual esas críticas recaen? Por lo visto, Diego Farpón no considera que dogmático es construir un Estado guiado, según el propio preámbulo constitucional, por una concepción teórica determinada; lo cual, directa e indirectamente, equivale a estrechar el debate de ideas a través de un régimen cerrado de producción de verdades indiscutibles. Por lo visto, Diego Farpón tampoco considera que sectario es aquel que elimina primero e impide después toda forma de organización autónoma y fuera de su control; estableciendo por los siglos de los siglos que el partido único es la “vanguardia organizada de la nación cubana” y “la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado”. ¿Quiénes son, entonces, los dogmáticos y los sectarios? ¿Será que en Cuba, y solamente en Cuba, los presos se confinan voluntariamente y los carceleros son víctimas de la situación? ¿Acaso Farpón nos está proponiendo discutir en el mundo del revés, allí donde las palabras significan exactamente lo contrario de lo que pretenden significar?

De nuestra parte, es claro que no aceptamos ser encerrados en ese corral de ramas. No somos budistas ni confiamos nuestro futuro a los padres de la iglesia: somos anarquistas y, precisamente por eso, estamos radicalmente convencidos que la revolución cubana no es un objeto de culto a mistificar ni la identificamos con la estructura estatal en la que ha desembocado de mucho tiempo a esta parte; sino que, al contrario, es para nosotros un movimiento social a recuperar y un conjunto de pasiones a desatar desde ahora mismo. No creemos en los “comandantes” ni en los “jefes”, por muy iluminados que se pretendan a sí mismos y por mucho que hayan sido ungidos como tales por su grey de creyentes cosmopolitas; sino que, de modo bien distinto, depositamos nuestras esperanzas en la autonomía de las gentes más humildes y de las organizaciones que libremente sepan darse en su empuje emancipatorio. Y, naturalmente, no olvidamos, como le preocupa a Farpón, “la presión exterior, la influencia del mundo capitalista y de los estadounidenses”. Las conocemos de sobra y en carne propia así como conocemos el desgaste interior de la burocracia y sus específicas formas de explotación capitalista, “tan cubanas como las palmas”. No queremos para Cuba el futuro de Rumania, de Polonia o de Nicaragua pero tampoco el de China, Vietnam o Corea del Norte: lo que sí queremos -aunque Diego Farpón quede por el camino- es transitar junto al pueblo cubano y al resto de los pueblos del mundo por el ancho cauce del socialismo, que es uno y el mismo que el ancho cauce de la libertad.

Referencias:

“Hay otro mundo posible: Cuba” de Diego Farpón; en Kaos en la Red el 5 de octubre de 2005 (http://kaosenlared.net/noticia.php?id_noticia=12293) y en La Haine, dos días después (http://www.lahaine.org/index.php?p=10062&more=1&c=1)

“La gran mentira de Cuba y Venezuela” de la Secretaría de Prensa y Propaganda de CNT-Salamanca el 30 de setiembre de 2005 (http://www.cnt.es/salamanca/article.php3?id_article=11)


http://www.movimientolibertariocubano.org

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Hay que matarlos, gusanos de mierda
Por Comunista - Sunday, Oct. 16, 2005 at 7:50 PM

No se dan cuenta de que le hacen el juego a Bush?
Los anarquistas son tan contrarrevolucionarios cómo la derecha. Hay que fusilarlos a todos, hijos de puta.

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Coincido con el anterior
Por Mateo - Monday, Oct. 17, 2005 at 12:15 AM

Hay que liquidar uno a uno a esos anarco-lúmpenes descompuestos

¡Viva la dictadura proletaria!
¡Viva el comunismo!

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jajaja
Por La voz de la conciencia - Monday, Oct. 17, 2005 at 6:17 AM

JA JA!

Esa es la respuesta de los iluminados? "hay que matarlos a todos".

Por supuesto. Son unos fachos vestidos de rojo. Mateo, sos un pobre infeliz.

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LEAN Y APRENDAN!!!
Por LEAN Y APRENDAN!!! - Monday, Oct. 17, 2005 at 8:14 AM

http://200.73.182.140/cgi-bin/yabb/YaBB.cgi?board=FOROMIL;action=display;num=1129174398
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Gilapollas
Por los Anarcos de Salamanca - Monday, Oct. 17, 2005 at 2:49 PM

La gran mentira de Cuba y Venezuela (o del falso socialismo)

Con la noticia de que Castro y Chávez vienen a la cumbre de Jefes de Estado no se ha hecho esperar la reacción de la (escasa) izquierda de la ciudad. Se han creado plataformas de apoyo y se convocarán manifestaciones de solidaridad con ambos políticos.

Es asombroso que aún haya gente que confíe en est*s fals*s revolucionari*s. Se empeñan en que con la implantación del socialismo desaparecerán las clases sociales y más tarde el poder. El error (o el chollo, según se mire) está en que cuando l*s comunistas toman el poder se hacen a él como un guante y las clases no desaparecen, sino que sólo se transforman. Dejan de existir trabajador*s y burgues*s (explotad*s y explotador*s) para convertirse en trabajador*s y polïtic*s (explotad*s y explotador*s).

La situación en Cuba y Venezuela tras la implantación de los regímenes castrista y chapista respectivamente, no ha mejorado mucho respecto a la anterior. Ambos países siguen siendo paraísos turísticos de los países occidentales mientras la miseria sigue afectando a gran parte de la población; y para colmo se a generado una gran casta política que parece indestructible (¿Cuántos años tiene ya Fidel?)

Sólo con la revolución de base, llevada a cabo directamente por l*s oprimid*s y no por l*s polític*s conseguiremos acabar con las sanguijuelas que quieren vivir de l*s demás. La reorganización de la riqueza y la destrucción de cualquier autoridad son nuestro objetivo.

NO HAY SOCIALISMO SIN LIBERTAD. VIVA LA ANRQUÍA

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NO SE SI HAY QUE MATARLOS A TODOS...PERO...
Por benito camela - Monday, Oct. 17, 2005 at 4:54 PM

ahora este mamerto nos viene a dar catedra de que es una mentira el socialismo venezolano argumentado su masturbacion ideologica...como si la anarquia fuera viable... jajajaja sali del taper animal!

Dejen de meter basura contrarevolucionaria y de confundir a la gente!! Lindos Mulos "accidentales" de la yuta resultaron ser... mejor sigan tirados en una esquina falopeados hasta la coronilla o mejor vayan a usurpar alguna casona en barcelona, en vez de venir a tirar bosta para embarrar la cancha... aNARCO-lumpenes!!

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LIMEN LA MIRA
Por HOMERO - Monday, Oct. 24, 2005 at 2:32 PM

A esos muchachos que resulven las discusiones por medio del paredón, les cuento una anécdota criolla.

Un dia entró un matón en un boliche y empezó a despotricar que a tales y cuales tipos los iba a cagar a tiros. Y sacaba una treinta y ocho y agitaba para todos lados

Un viejo zorro que estaba sentado tomando su caña le dijo con aires de sabio

"Oiga amigo,límele la mira"

Y el tipo seguia dale que dale.

Y el viejo: "Le aconsejo que le lime la mira"

Y asi hasta que el maton se cansó y ls preguntó que quería decir


Es viejo explicó " Cuando yo era joven y un tanto atropellado tenia una hermosa colt 38 y entré en un boliche amenazando a todo el mundo. El problema fue que me la metieron en el culo. Y la mira es lo que mas duele, M'ijo"

Homero.

Por último, a lo largo de la historia los anarquistas no tuvieron toda la razón ni mcho menos, pero la historia demuestra que fueron los que mas se aproximaron a la verdad.

Marx dice: "Estado y esclavitud son equivalentes"

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otro cuentito,
Por Caminante - Tuesday, Oct. 25, 2005 at 11:02 AM

Érase una vez en una “Escuela Bolivariana” un niñito llamado Carlitos, le dice a su maestra,

“seño, ayer mi perra tuvo 8 cahorritos revolucionarios…”

la maestra, sorprendida y pensante, se dijo así misma

–Que buen tema para elaborar algo en la próxima visita de el Comandante Chávez que ara un recorrido en compañía de Comandante Castro, aprovechando la visita de este--

Así las cosas, la seño le dijo al niñito

“Carlitos, muy lindo lo que dijiste, la próxima semana, cuando vengan de visita los comandantes, yo te voy a preguntar por tu perrita y tu me repites lo que dijiste ahora”.

Acordado esto, siguió el normal desenvolvimiento del curso.

10 días después, llego el Gran Momento… el Comandante Chávez, mostraba al Comandante Castro los “logros” alcanzados en materia educacional, al llegar al curso de Carlitos, en medio de la demostración la seño le pregunta a Carlitos

“Dime Carlitos, que paso con tu perrita?”

Carlitos, lleno de emoción le contesta,

"Seño, mi perrita tiene 5 cachorritos revolucionarios!!!”

La seño, viendo las sonrisas de aprobación de los comandantes, quiere ahondar en el tema para sacar mas rédito y le pregunta

"¿Cómo 5 cachorritos, hacen un par de semanas me contaste que eran 8 los cachorritos revolucionarios?"

Y el niñito, ya totalmente preso de la emoción le contesta

“ Si seño, eran 8 los cachorritos revolucionarios, pera ahora ya hay 3 que abrieron los ojos!!!"

Moraleja: ¿algun dia, abriran los ojos ustedes?

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