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Kirchner enojado con la CGT: ¿bases que se desbordan por izquierda?
Por COLECTIVO NUEVO PROYECTO HISTORICO - Monday, Oct. 17, 2005 at 5:29 AM
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En el gobierno no terminan de entender la ola de luchas que desbordan la burocracia aliada, la de la CGT y la CTA. Muchos funcionarios sindicales explican la nueva generación de militantes de base y la extensión del método asambleario. El gobierno, previene fernández, no descarta "futuros castigos" a los gremios más combativos siempre QUE KIRCHNER QUEDE FORTALECIDO POR LAS ELECCIONES DEL DOMINGO. El plebisicito de K. como preámbulo a un nuevo nivel de explotación y dominio...Tomado de "La Nación" de hoy.

El gobierno de Néstor Kirchner no tuvo más respuesta que la resignación, en medio de un profundo malestar del Presidente, porque sus aliados sindicales de la CGT, con Hugo Moyano a la cabeza, le hicieron pagar un alto costo político apenas 15 días antes de las elecciones del domingo próximo, con conflictos salariales que amenazan con profundizarse luego de los comicios, por efecto contagio e inflación.

Cerca del jefe del Gabinete, Alberto Fernández, explicaron a LA NACION, con un evidente fastidio, que los dirigentes combativos “dicen que sus bases, en la interna gremial, piden aumentos salariales; si no van al paro, sienten la presión de los delegados. Deben hacer gestos a la interna”.

Moyano, Julio Piumato, Ricardo Cirielli y Juan José Zanola son nombres que se mencionan en la Casa Rosada como aliados que pusieron en aprietos al Gobierno en los últimos días.

“Me llevo mejor con mis adversarios que con mis amigos”, confesó un alto funcionario a un dirigente de los “gordos”, sindicatos enfrentados con Moyano y con Kirchner. El Gobierno se ve sorprendido e inmóvil ante una sucesión de conflictos inesperados. Moyano presionó en los últimos días de campaña con el bloqueo de camiones expendedores de bebidas para conseguir aumentos salariales. Y los logró.

El éxito de la medida podría disparar otros reclamos de sectores que pedirán “trato igualitario”, como el que desarrollan desde el fin de semana los petroleros. Por efecto contagio, dentro de pocos días podrían parar los recolectores de basura. Luego, los fletes de los supermercados y los de las plantas industriales.

Piumato paralizó a los judiciales y amenazó con obstruir el proceso de elecciones, donde interviene la Justicia. Alberto Fernández, según sus allegados, no salió de su asombro: Piumato es candidato a diputado del kirchnerista Frente para la Victoria en la Capital. “¿Cómo va a amenazar con eso? Es inconcebible”, dijo a LA NACION un allegado a Fernández.

Piumato no es el único candidato. Héctor Recalde, abogado de Moyano y de la CGT, también integra la lista de diputados del FV, pero en la provincia de Buenos Aires, en la lista de Cristina Kirchner. “El apoyo a este modelo no puede soslayar la independencia gremial, que existe. ¿Es buena o mala la independencia?", respondió Recalde a LA NACION. "No voy a dejar mis principios en la puerta del Congreso. Kirchner me conoce desde hace años", agregó.

Otro problema del Gobierno es Ricardo Cirielli, subsecretario de Transporte Aerocomercial. Su gremio, la Asociación de Personal Técnico Aeronáutico, se enfrentó en una pulseada con el grupo español Marsans (que controla Aerolíneas Argentinas) y deja frecuentemente sin vuelos a sus pasajeros.

El caso forma parte de la agenda entre los gobiernos de la Argentina y de España. "Pero lo peor es que en el Gobierno nos llaman desesperados y nos dicen que la posición oficial no es la de Cirielli, de reestatizar la aerolínea. ¿Entonces por qué es funcionario?", dijo una fuente de la empresa.

Zanola, por su parte, adscribió públicamente al kirchnerismo y lanzaría un paro de bancarios luego de los comicios del 23. "Ellos apoyan al Gobierno en términos políticos, pero tienen que atender su frente gremial", desgranó un alto funcionario.

Kirchner contempla que vendrá en lo inmediato una puja salarial intensa debido al crecimiento económico, el aumento del consumo, la inflación y los próximos aumentos de tarifas. Pero también estimula la recomposición de sueldos.

El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, parece superado por las negociaciones y los conflictos. "El problema de Kirchner es que alienta el reclamo salarial y se presenta como progresista y de centroizquierda, entonces nos obliga a correrlo por izquierda", dijo a LA NACION un dirigente experimentado de los gremios conocidos como "los gordos", contrarios a Moyano. "La puja por la distribución del ingreso será muy dura tras los comicios", agregó.

Cerca de Alberto Fernández observan que hay actitudes "mezquinas" en los gremios combativos. No descartan futuros castigos, siempre que el Presidente quede fortalecido el 23.

Los "gordos" dicen que primero se suele negociar y, agotada esa instancia, se debe adoptar la medida de fuerza. Moyano, comparan, invierte el orden: primero bloquea con camiones y luego negocia. Esta actitud más combativa podría tener un efecto contagio, por ejemplo, con los petroleros.

En el Gobierno no terminan de comprender. Moyano obtuvo apoyo oficial para cooptar trabajadores de otros sindicatos con beneficios impositivos y cambios en el encuadramiento gremial de algunos mercantiles. Además, el secretario de Transporte, Ricardo Jaime, otorgó buenos subsidios al gasoil y a la capacitación de sus trabajadores.

¿Por qué Moyano jaquea entonces al Gobierno? Entre los empresarios dicen que busca concentrar poder -y afiliados- para convertirse en el gran interlocutor del Poder Ejecutivo, como Lorenzo Miguel en los años 70 o Luis Barrionuevo en los 90.

Además, Kirchner no puede oponérsele. Su sindicato -como lo demostró hace días- tiene capacidad de paralizar cualquier actividad y bloquear caminos. Además, eligió como aliado a Luis Barrionuevo, un duro que sustenta a Moyano al frente de la CGT y que profundizará los reclamos: amenazó con "desestabilizar" al Gobierno con "paros y huelgas" si Kirchner no se allana a negociar con él.

La etapa previa a las elecciones, además, era la más propicia para las protestas, según Moyano. El costo electoral -desabastecimiento y suba de precios- obligaba al Gobierno a buscar soluciones rápidas.

De allí quizá sea que Fernández fue muy mesurado en su reclamo de "prudencia" a los camioneros. No los maltrató como a otros sectores por respeto a su reacción.

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