Julio López
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12 de octubre: cartas de lectores en La Nación
Por re: ivpress - Monday, Oct. 17, 2005 at 12:05 PM

Una de cal y otra de arena, la templanza liberal. Aunque, como siempre, más arena que cal.

Genocidio

Señor Director:

"Me resultó muy interesante la discusión entre diversas personas acerca de la nota de la agencia Télam, donde una periodista llamó «genocidio» a la historia de América latina, mientras que algunos «historiadores» criticaron esta opinión.

"Por lo que yo recuerdo, por el puerto de Cartagena (de Indias), se embarcaba en ese entonces a España todo el oro y la plata «recogido» en las «Indias». Pero dejando de lado eso, me pregunto ¿cuántos incas quedan de los de ese entonces?

"Recuerdo haber leído en algún lado que, durante la campaña de San Martín en Perú, hubo un pueblo llamado Cangallo, que se levantó en contra de los españoles. Pero no queda nada de ese pueblo, porque los españoles «exterminaron» a toda su población.

"Los historiadores ¿no sabían de eso? ¡Pues claro! La historia la escriben los vencedores."

Prof. Dr. Valdemar J. Kowalewski
LE 1.805.080

Genocidio II

Señor Director:

"Era de prever que, como todos los 12 de octubre, una suerte de corte de los milagros compuesta por lacrimógenos cantautores de protesta, seudohistoriadores devenidos en figuras mediáticas y autoproclamados representantes de «organizaciones populares» que manifiestan con intolerancia sus proclamas «tolerantes», reiteraran el grito fúnebre por la Arcadia perdida, la tierra sin mal del buen salvaje de Rousseau. Pero jamás hubiéramos imaginado que la agencia estatal de noticias exhumaría con cinco siglos de retraso el libelo de una leyenda negra, que la moderna historiografía ha demolido desde el siglo XVIII, con la obra de William Robertson y posteriores eruditos. Aunque no es de extrañar que en el paroxismo del uso y abuso de la categoría «derechos humanos», cualquier improvisado se permita ejercer una cacería de pulgas, un revisionismo de quiosco referente a hechos del pasado, para reemplazar la historia por la antropología y establecer paralelismos peligrosos entre épocas y culturas diferentes. Las poblaciones edifican sus culturas no en aislamiento, sino mediante una interacción recíproca que, salvo contadas excepciones, jamás fueron pacíficas. La conquista ibérica no tuvo diferencia alguna con la conducta de otros imperios en la historia del mundo: estuvo repleta de asesinatos, explotación, reubicación forzosa de poblaciones y destrucción de culturas enteras. No obstante, su marco moral tuvo una diferencia radical: España fue la única nación en la historia que se autoincriminó.

"La codicia generó la aventura ultramarina, la misma que impulsa todas las expansiones geográficas -incluida la de los grandes «imperios» americanos-, pero fueron Drake y Raleigh los que robaron el oro de Indias para fundar bancos y sentar las bases del mercantilismo capitalista. En cambio, las apetencias de los déspotas precolombinos apuntaban a los tributos en especie, exigidos mediante una coacción brutal, y cautivos para sus espeluznantes ritos. Sólo en 1486, Auitzótl, «tlatoani» del Anahuac, les arrancó el corazón palpitante a veinte mil prisioneros como ofrenda al templo de Huitzilopochtli. Las víctimas todavía no tenían la fortuna de contar con los periodistas de Télam para defenderse. Enumerar las prácticas inhumanas tanto religiosas como administrativas de las teocracias precolombinas excedería las páginas de este diario. Pero como de historia «escriben o hablan los ciudadanos», el periodismo lo pueden ejercer los jugadores de bochas y plantear alegremente lo que el indigenismo condena: la amputación de la historia.

"A este paso no sería extraño que se propusiera suprimir el 9 de julio como el infausto día que perdimos la ciudadanía de la comunidad europea."

José Luis Muñoz Azpiri (h.)
DNI 13.416.829

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