La aboliciòn del parlamentarismo.
Por EL MILITANTE -
Sunday, Oct. 23, 2005 at 12:56 PM
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El Militante nº 16
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La abolición del parlamentarismo |
Extracto tomado de
"El Estado y la Revolución" (Cap. III, punto 3) |
Autor : V.I. Lenin Fecha :
( 05-Octubre-2005 ) Categoria : Teoría
|
a
Comuna -escribió Marx- debía ser, no una corporación parlamentaria,
sino una corporación de trabajo, legislativa y ejecutiva al mismo
tiempo... ...En vez de decidir una vez cada tres o cada seis
años qué miembros de la clase dominante han de representar y
aplastar al pueblo en el parlamento, el sufragio universal debía
servir al pueblo, organizado en comunas, de igual modo que el
sufragio individual sirve a los patronos para encontrar obreros,
inspectores y contables con destino a sus empresas.
Esta notable crítica del parlamentarismo, trazada en
1871, figura también hoy, gracias al predominio del
socialchauvinismo y del oportunismo, entre las "palabras olvidadas"
del marxismo (...).
Decidir una vez cada cierto
número de años qué miembros de la clase dominante han de oprimir y
aplastar al pueblo en el parlamento: he aquí la verdadera esencia
del parlamentarismo burgués, no sólo en las monarquías
constitucionales parlamentarias, sino también en las repúblicas más
democráticas.
Pero si planteamos la cuestión del
Estado, si enfocamos el parlamentarismo como una de las
instituciones del Estado, desde el punto de vista de las tareas del
proletariado en este terreno ¿dónde está entonces la salida
del parlamentarismo? ¿Cómo es posible prescindir de él?
Hay que decir, una y otra vez, que las enseñanzas de
Marx, basadas en la experiencia de la Comuna, están tan olvidadas,
que para el "socialdemócrata" moderno (léase: para los actuales
traidores al socialismo) es sencillamente incomprensible otra
crítica del parlamentarismo que no sea la anarquista o la
reaccionaria.
La salida del parlamentarismo no está,
naturalmente, en la abolición de las instituciones representativas y
de la elegibilidad, sino en transformar las instituciones
representativas de lugares de charlatanería en corporaciones "de
trabajo".
"La Comuna debía ser, no una corporación
parlamentaria, sino una corporación de trabajo, legislativa y
ejecutiva al mismo tiempo".
"No una corporación
parlamentaria, sino una corporación de trabajo": ¡este tiro va
derecho al corazón de los parlamentarios modernos y de los
"perrillos falderos" parlamentarios de la socialdemocracia! Fíjense
en cualquier país parlamentario...: la verdadera labor "de Estado"
se hace entre bastidores y la ejecutan los ministerios, las
oficinas, los Estados Mayores. En los parlamentos no se hace más que
charlar, con la finalidad especial de embaucar al "vulgo" (...).
La Comuna sustituye el parlamentarismo venal y
podrido de la sociedad burguesa por instituciones en las que la
libertad de crítica y de examen no degenera en engaño, pues aquí los
parlamentarios tienen que trabajar ellos mismos, tienen que ejecutar
ellos mismos sus leyes, tienen que comprobar ellos mismos los
resultados, tienen que responder directamente ante sus electores.
Las instituciones representativas continúan, pero desaparece
el parlamentarismo como sistema especial, como división del trabajo
legislativo y ejecutivo, como situación privilegiada para los
diputados. Sin instituciones representativas no puede concebirse la
democracia, ni aun la democracia proletaria; sin parlamentarismo, sí
puede y debe concebirse, si la crítica de la sociedad
burguesa no es para nosotros una frase vacua, si la aspiración de
derrocar la dominación de la burguesía es en nosotros una aspiración
seria y sincera y no una frase "electoral" para cazar los votos de
los obreros (...).
Es sobremanera instructivo que, al
hablar de las funciones de aquella burocracia que necesita
también la Comuna y la democracia proletaria, Marx toma como punto
de comparación a los empleados de "cualquier otro patrono", es
decir, una empresa capitalista corriente, con "obreros, inspectores
y contables".
En Marx no hay ni rastro de utopismo,
en el sentido de que invente y fantasee sobre la "nueva" sociedad.
No, Marx estudia como un proceso histórico-natural cómo nace
la nueva sociedad de la antigua, estudia las formas de
transición de la antigua a la nueva sociedad. Toma la experiencia
real del movimiento proletario de masas y se esfuerza en sacar las
enseñanzas prácticas de ella. "Aprende" de la Comuna, como todos los
grandes pensadores revolucionarios que no temieron aprender de la
experiencia de los grandes movimientos de la clase oprimida, no
dirigiéndoles nunca "sermones" pedantescos (...).
No
cabe hablar de la abolición repentina de la burocracia, en todas
partes y hasta sus últimas raíces. Esto es una utopía. Pero el
destruir de golpe la antigua máquina burocrática y comenzar a
construir inmediatamente otra nueva, que permita ir reduciendo
gradualmente a la nada toda burocracia, no es una utopía; es
la experiencia de la Comuna, es la tarea directa, inmediata, del
proletariado revolucionario.
El capitalismo
simplifica las funciones de la administración del "Estado", permite
desterrar la "administración burocrática" y reducirlo todo a una
organización de los proletarios (como clase dominante) que toma a su
servicio, en nombre de toda la sociedad, a "obreros, inspectores y
contables".
Nosotros no somos utopistas. No "soñamos"
en cómo podrá prescindirse de golpe de todo gobierno, de toda
subordinación, estos sueños anarquistas, basados en la incomprensión
de las tareas de la dictadura del proletariado, son fundamentalmente
ajenos al marxismo y, de hecho, sólo sirven para aplazar la
revolución socialista hasta el momento en que los hombres sean
distintos. No, nosotros queremos la revolución socialista con
hombres como los de hoy, con hombres que no puedan arreglárselas sin
subordinación, sin control, sin "inspectores y contables".
Pero a quien hay que someterse es a la vanguardia
armada de todos los explotados y trabajadores: al proletariado. La
"administración burocrática" específica de los funcionarios del
Estado, puede y debe comenzar a sustituirse inmediatamente, de la
noche a la mañana, por las simples funciones de "inspectores y
contables", funciones que ya hoy son plenamente accesibles al nivel
de desarrollo de los habitantes de las ciudades y que pueden ser
perfectamente desempeñadas por el "salario de un obrero".
Organizaremos la gran producción nosotros
mismos, los obreros, partiendo de lo que ha sido creado ya
por el capitalismo, basándonos en nuestra propia experiencia obrera,
estableciendo una disciplina rigurosísima, férrea, mantenida por el
Poder estatal de los obreros armados; reduciremos a los funcionarios
del Estado a ser simples ejecutores de nuestras directivas,
"inspectores y contables" responsables, removibles y modestamente
retribuidos (en unión, naturalmente, de técnicos de todas clases, de
todos los tipos y grados): he ahí nuestra tarea proletaria,
he ahí por dónde se puede y se debe empezar a llevar a cabo
la revolución proletaria. Este comienzo, sobre la base de la gran
producción, conduce por sí mismo a la "extinción" gradual de toda
burocracia, a la creación gradual de un orden -orden sin comillas,
orden que no se parecerá en nada a la esclavitud asalariada-, de un
orden en que las funciones de inspección y de contabilidad, cada vez
más simplificadas, se ejecutarán por todos siguiendo un turno,
acabarán por convertirse en costumbre, y, por fin, desaparecerán
como funciones especiales de una capa especial de la
sociedad...
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que es lo que dice el libro y qué ocurrió en la realidad?
Por comunista antibolchevike -
Sunday, Oct. 23, 2005 at 7:24 PM
gobernaron los soviets o gobernó el partido?
quien manejo la producción, los obreros o el partido?
quien monopolizó el poder de reprimir, el pueblo o el partido?