ENCUENTRO LATINOAMERICANO DE EMPRESAS RECUPERADAS.
Por EL MILITANTE -
Tuesday, Nov. 01, 2005 at 8:31 PM
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La UNT de Venezuela propone una
Coordinación Latinoamericana de Centrales Sindicales |
En el 1er Encuentro
Latinoamericano de Empresas Recuperadas por los Trabajadores
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Autor :
www.vive.gob.ve Fecha : ( 01-Noviembre-2005 ) Categoria :
Fábricas ocupadas
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ntrevista,
aparecida en www.vive.gob.ve, al compañero Luis Primo, miembro de la
coordinación regional de la Unión Nacional de los Trabajadores (UNT)
del Distrito Capital y el Estado Miranda, Venezuela.
Vive: ¿Qué significado tiene para la UNT el 1er
encuentro de Empresas recuperadas por los trabajadores y qué esperan
de él?
Luis Primo (LP): Nosotros creemos que ese
encuentro es histórico, es un encuentro que reúne empresas
recuperadas de varios países latinoamericanos, empresas que los
trabajadores han puesto a producir. Es la primera vez que se realiza
un encuentro de esa magnitud. Para poner un ejemplo, existen
empresas recuperadas inclusive en los Estados Unidos y Gran Bretaña
que se han comunicado con nosotros. Es una iniciativa muy importante
que parte de un sector de la UNT y de un sector del gobierno, eso es
un aspecto relevante que hay que tener en consideración.
Vive: ¿Qué propuestas concretas lleva la UNT a
este encuentro?
LP: En primer lugar, la UNT va a
formular, desarrollar una Coordinación Latinoamericana entre las
diferentes centrales sindicales que van a asistir. Cuando hablamos
de una coordinación es porque sabemos que existen contradicciones
entre las diferentes centrales y, por lo tanto, sería difícil en
estos momentos una coordinación más profunda; pero por lo menos un
primer nivel de coordinación a nivel latinoamericano va a salir de
allí para la defensa del empleo, para la defensa de las luchas de
los trabajadores, para generar mecanismos de intercambio, comercio
exterior entre esas empresas y para desarrollar una política
relacionada con las empresas recuperadas dirigidas a ir rompiendo
con la división del trabajo. Esos serían los ejes de esa iniciativa.
Una de las propuestas que se ha elevado, con la cual no estamos
muy de acuerdo, es la de crear una corporación de empresas
recuperadas, hay algo de eso a nivel de los gobiernos. Recuerda que
este encuentro de empresas recuperadas tiene varios espacios: uno de
políticas públicas del gobierno y de los parlamentarios; otro, una
reunión con los sindicatos y las centrales; también tiene una
reunión con los trabajadores de las empresas recuperadas y además
una mesa de intercambio, no de negocios, como se suelen hacer en las
estructuras capitalistas.
Vive: ¿Existen vínculos
entre la UNT y otras centrales sindicales latinoamericanas?
LP: Sí, hemos creado vínculos con organizaciones
similares en otros países de Latinoamérica desde el 2003.
Específicamente con la CUT de Brasil, la COP de Bolivia, con la CTA
de Argentina y con la PITCNT de Uruguay. La CTA es
interesante porque es un modelo diferenciado de los modelos
sindicales tradicionales. Ellos agrupan a movimientos sociales,
piqueteros, sindicatos, federaciones, desempleados; reúnen una gama
muy amplia de sectores que es interesante analizar.
Vive: ¿Cuántas empresas han sido recuperadas en
Venezuela?
LP: Recuperadas hay entre 10 y 15
empresas. Hay sesenta que están en el acuerdo marco, son empresas
privadas con las cuales el Estado está logrando algunos acuerdos con
los empresarios, para darles créditos y para que implementen la
participación de los trabajadores en las empresas. Entre las
recuperadas la más destacada es Invepal (antigua Venepal), que es la
empresa que está produciendo en este momento.
Vive: ¿Cuál ha sido el papel que ha jugado la UNT
en la recuperación de empresas?
LP: Es muy
interesante la pregunta, porque la UNT ha jugado un papel importante
al respecto, coordinado, organizado, como se quiera ver, pero ha
jugado un papel más importante en Venezuela que las otras centrales
de Latinoamérica en sus respectivos países. Estas han tenido, en
general, cierto recelo hacia las empresas recuperadas. Las empresas
recuperadas se han desarrollado más por los trabajadores mismos, o
por organizaciones políticas que han impulsado ese proceso. Aquí, la
UNT -aunque haya sido de manera individual y no una actividad
coordinada- ha tenido una lucha importante conjuntamente con los
trabajadores en Invepal, Inveval, Caigua, Mis Guantes. Si bien, como
he mencionado, hemos jugado un papel importante, creo que nosotros
[UNT] tendríamos que articular más esas políticas, hacerlas más
colectivas en el seno de la UNT, con el objeto de configurar una
política real de empresas recuperadas a nivel nacional.
Vive: Darle mayor organicidad
LP: Exactamente, que sea más orgánica la política
a desarrollar, para que sea una política nacional.
Vive: Uno de los argumentos esgrimidos por la derecha
en contra de la recuperación de fábricas o de cualquier forma de
gestión en la cual tengan una participación activa los trabajadores,
es la supuesta caída de la productividad de las empresas o la
pérdida de calidad de los productos ¿Cuál es tu opinión al respecto?
LP: Eso tiene que ver con el carácter de dominación
presente en la lógica capitalista. Tenemos un elemento de dominación
fuerte que se remonta desde los modos de producción esclavistas
hasta el capitalismo. Un sistema de dominación en el que existe una
persona que es el jefe y otras que ejecutan lo que él dicta.
Evidentemente cambiar estos modelos culturales requiere de un
proceso de concientización de los trabajadores. Ahora bien, todo
eso que dice la burguesía es totalmente falso. Fíjate que ellos
están sumergidos en una crisis, no solamente en una crisis
capitalista de acumulación, sino también de modelos de gestión,
tanto administrativos como de organización del trabajo. Se han
puesto de moda distintos modelos: la calidad total, el toyotismo...
que resultaron ser más de lo mismo ¡una explotación profunda del
trabajador, quitándole la experiencia obrera, el saber obrero! ¡Son
modelos fracasados, ya nadie habla de la calidad total! Ahora lo que
está ocurriendo es que los trabajadores están buscando nuevos
modelos de gestión, cuyos principios básicos son la participación y
la democracia, tratando de romper ese esquema jefe-ejecutor,
buscando romper esa división del trabajo. En Invepal la
experiencia es muy interesante. Consideramos que en la actualidad
Invepal está prácticamente autogestionándose, porque el Estado no
participa directamente en las políticas -cuando hablo de participar
me refiero a que el Estado imponga las políticas-.
Vive: ¿Aun cuando el Estado posee el 51% de la
empresa?
LP: Sí, aún cuando el Estado es dueño
del 51% de la empresa, son los trabajadores quienes reunidos en
asamblea deciden todas las políticas de la empresa: financieras,
tecnológicas, de compra, de venta, de productos, etc. Pero no solo
eso, la asamblea elige al presidente de la compañía, a los
coordinadores operativos de la empresa, controlan la operación.
Estamos hablando, entonces, de un proceso interesantísimo.
Evidentemente, nada es perfecto, existen en la actualidad
contradicciones entre la junta directiva y el sector operativo, de
base, de los trabajadores; pero, por lo menos, son contradicciones
de base en el seno de los trabajadores; son contradicciones entre
ellos, que las irán resolviendo democráticamente, con debates, en
asambleas.
Vive: ¿Una integración latinoamericana
real, de pueblos, pasa, en tu criterio, por trascender las
relaciones de producción capitalistas?
LP: Esto es
fundamental. La revolución debe ser mundial. Es difícil que una
revolución nacional pueda resistir los embates de un sistema
capitalista globalizado. Ahora, esto no significa que si tú estás
desarrollando un proceso revolucionario en un país, no lo
profundices. A su vez, tienes que ir desarrollando procesos de
integración; procesos de integración que tienen que ver, por ejemplo
a nivel social, con los movimientos sociales, con los trabajadores,
con las diferentes centrales de trabajadores, con las empresas
recuperadas que permitan desarrollar algunas políticas para tal vez
crear nuevos mecanismos de intercambios de productos, enfocados más
que todo en el valor de uso y no de cambio: se trata de ir quebrando
las relaciones de producción capitalista. Es un proceso largo,
el problema básico es tener los objetivos claros. ¿Cuál es nuestro
objetivo? Cambiar las relaciones de producción capitalistas, ir al
socialismo, ese es nuestro objetivo. Es decir, que la producción
social sea de todos. Para ello también necesitamos ir profundizando
algunos aspectos. Fíjate, por ejemplo, la renacionalización de
Siderúrgica del Orinoco (SIDOR) y de la Compañía Anónima Nacional
Teléfonos de Venezuela (CANTV) a mi me parece algo fundamental, son
elementos estratégicos que tienen que implementarse lo antes
posible, porque tenemos que decir que el golpe está allí siempre
presente, está a la vuelta de la esquina. Estamos hablando de un
sector capitalista transnacional que está proveyendo de recursos a
la burguesía nacional para llevar a cabo un golpe. Entonces, tenemos
que estar claros de que el proceso revolucionario hay que
profundizarlo. Tenemos que hablar de la banca, tenemos que empezar a
hablar de la banca y desarrollar allí un proceso de nacionalización,
aun cuando nos digan que eso es muy difícil, porque las finanzas son
un elemento fundamental para que una revolución pueda trascender las
relaciones de producción capitalista. Otro elemento de primera
importancia para desarrollar un socialismo verdadero es el proceso
participativo y democrático, no un socialismo como el que se
instauró en la Unión Soviética, que si bien tuvo una fase socialista
en sus comienzos, fue marcado por un proceso más burocrático que
otra cosa. Allí hubo un proceso de reversión hacia el capitalismo,
que finalmente se concretó a finales de los 80s, y que no
ejemplifica lo que es realmente el socialismo. El socialismo está
atravesado por la participación y la democracia. Para tú cambiar las
relaciones de producción capitalistas tienes que montarte en un
proceso de gestión por parte de los trabajadores en la producción y
de gestión social a nivel de toda la sociedad y eso pasa por la
participación de la gente y por la democracia, puntos fundamentales
para construir el socialismo del siglo XXI.
(EMB)
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