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Informe desde el otro lado de las vallas
Por Prensa de Frente - Thursday, Nov. 03, 2005 at 9:43 PM
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Por Prensa de Frente, en el Centro Internacional de Prensa de la IV Cumbre de las Américas.- Desde la primera cumbre de las Américas que se celebró en Miami en 1994, hasta la cuarta que se está desarrollando en la ciudad de Mar del Plata, sobre la costa argentina del atlántico sur, hay una coincidencia fundamental: luego de los anuncios, las negociaciones, los supuestos acuerdos y la foto de los presidentes, después no pasa casi o absolutamente nada.

Informe desde el otro lado de las vallas

Por Prensa de Frente, en el Centro Internacional de Prensa de la IV Cumbre de las Américas.- Desde la primera cumbre de las Américas que se celebró en Miami en 1994, hasta la cuarta que se está desarrollando en la ciudad de Mar del Plata, sobre la costa argentina del atlántico sur, hay una coincidencia fundamental: luego de los anuncios, las negociaciones, los supuestos acuerdos y la foto de los presidentes, después no pasa casi o absolutamente nada.

Sin embargo, detrás de bambalinas, en cada encuentro se reanuda el discreto y subterráneo escenario de presiones e imposiciones que pasan inadvertidas para buena parte de la prensa internacional que se ha acreditado en esta nueva convención que reúne a 32 presidentes del continente menos uno: Fidel Castro, jefe de Estado de Cuba.

El dato no es menor, teniendo en cuenta la presencia de más de 800 periodistas que trabajan desde esta semana en el centro de prensa de la cumbre y que ni siquiera pueden escuchar los diálogos en vivo de las negociaciones que cada tanto son televisadas en los 10 costosos y enormes televisores de plasma que con imágenes mudas, invitan a los cronistas al realismo mágico más que al periodismo informativo. Es que la impresión es que no hay mucho más que decir salvo que las negociaciones que la Casa Blanca pensaba imponer en Mar del Plata se han trabado en un callejón sin salida. El Área de Libre Comercio de las Américas, cuya plataforma oficial de intercambio son cumbres como esta, no logra superar las mismas resistencias que tuvo en los anteriores encuentros.

Para los voceros oficiales, es difícil que el tema del ALCA se resuelva en instancias de ministros de Relaciones Exteriores (que han mantenido reuniones hasta hoy) y, por lo tanto, serán los mandatarios quienes deberán encontrar una instancia superadora. La mayoría de los 32 jefes de Estado y de Gobierno arribará entre la tarde de este jueves y la mañana del viernes, tras lo cual iniciarán las deliberaciones hasta el sábado. "Si en esa máxima instancia no hay acuerdo, no se descarta que el texto del párrafo que haga alusión al Area de Libre Comercio de las Américas refleje las diferentes posiciones", afirmó la fuente. Los negociadores de Estados Unidos, el padre de la iniciativa del ALCA, pretenden que la Declaración de Mar del Plata ratifique el proyecto y estipule un plazo para el reinicio de las discusiones, que podría ser enero o junio de 2006.

La posición de la Casa Blanca está en sintonía con la de México, Colombia, Canadá, Chile y naciones caribeñas que también proponen mencionar al ALCA y rescatar el proceso de negociaciones. En la otra punta del tablero, se ubica Venezuela, cuyo presidente Hugo Chávez está abiertamente enfrentado con el proyecto norteamericano encarnado en George W. Bush, hoy al mando de una fuerza militar que invadió Irak para obtener el control del petróleo y desde el año pasado pugna por establecer “una democracia liberal” que hasta la fecha se ha cobrado (según datos del propio pentágono) más de 25 mil víctimas civiles.

Sin embargo, según pudo saber Prensa de Frente, uno de los temas de mayor preocupación de la Casa Blanca fue saldado fuera de la cumbre y en los despachos de la cancillería argentina cuando el martes 1 de noviembre el embajador de los Estados Unidos, Lino Gutierrez, acompañado por los principales secretarios de su delegación diplomática, reclamaron a funcionarios de la primera línea de la diplomacia argentina que “Buenos Aires no posibilite la transacción de ventas de armas o instrumentos nucleares al gobierno venezolano de Hugo Chávez”. Según los reportes de la cancillería, la información tuvo que ver con las formas de aceitar las negociaciones sobre el ALCA pero la fuente agregó que “ese no fue el tema de fondo, sino lo que resultaba un secreto a voces: que Argentina no comparta su tecnología militar ni nuclear con Venezuela, una propuesta que el gobierno venezolano ha venido reforzando desde hace más de un año”.

Debajo de esta preocupación fundamental de la Casa Blanca, la segunda prioridad es que la Argentina ayude a “controlar” a Venezuela y a Bolivia, además de evitar que Evo Morales, favorito en las elecciones presidenciales que iban a celebrarse en diciembre, conforme junto a Hugo Chávez un frente político (y por sobre todo económico) que impida el desarrollo del ALCA en la región. Es que Bolivia y Venezuela poseen las mayores reservas energéticas de la región y en el caso de imponerse Morales en las elecciones bolivianas, el panorama confirmaría lo que ya se avizora como la primera derrota de la política imperial de Washington en América Latina, un escenario que 5 años atrás resultaba impensado.

La gran pregunta para la mayoría de los analistas consultados por Prensa de Frente y que advierten lo que no está dicho en medio de los discursos grandilocuentes de la cumbre (organizada paradójicamente bajo el lema “Crear trabajo para enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática”), es ¿de qué hablarán en la reunión bilateral que mantendrán el presidente argentino Néstor Kirchner y su par de Estados Unidos, George Bush?. Es que nadie pierde de vista, aunque sigan hablando de pobreza y democracia, que las negociaciones entre cancilleres sigue trabada y será necesaria la negociación entre presidentes para definir el tema central de la cumbre: si hay nueva fecha para discutir el ALCA o no.

Mientras tanto en el hotel donde se alojará el presidente norteamericano George W. Bush en Mar del Plata están concluyendo los últimos detalles a los preparativos para recibir al mandatario y su comitiva, que colmarán las 191 habitaciones del lujoso cinco estrellas. El Sheraton de Mar del Plata (400 km al sur de Buenos Aires), según periodistas acreditados, “era un hormiguero de funcionarios, diplomáticos, personal hotelero y de seguridad, animado por la cuenta regresiva que concluía a la noche, con el aterrizaje previsto del avión presidencial "Air Force One" en el aeropuerto local.”

"Bush ocupará la suite presidencial situada en el décimo piso, desde la cual tendrá una espléndida vista al Océano Atlántico, al parque de golf y al puerto de Mar del Plata", explicaron desde la oficina de relaciones institucionales del hotel a la prensa. En uno de sus salones funciona el centro de prensa de los periodistas que acompañan al mandatario y que no forman parte de la gran cantidad de periodistas apostados en el Centro Internacional de Prensa de la cumbre. Otras salas serán escenario de algunos de los encuentros que sostendrá Bush el viernes al margen de la cumbre, incluyendo uno con los presidentes de los países de América central y República Dominicana, otro con los jefes de Estado andinos y uno con el presidente Kirchner.

Frente al hotel donde estará la comitiva presidencial estadounidense junto a “sus-propios-periodistas-acreditados” ya están estacionadas cinco limusinas negras e impresionantes camionetas de seguridad con vidrios oscuros, traídas especialmente desde Estados Unidos. Estas máquinas de guerra, transformadas en lujosas 4 x 4 son parte de la caravana motorizada del presidente en todos sus movimientos. Bush llegará a bordo del Air Force One, un Boeing 747 de fuselaje celeste, esperado hacia las 20 (hora argentina) en el aeropuerto "Brigadier de la Colina" de Mar del Plata.

Según informaron corresponsales de las agencias de noticias internacionales destacadas en este centro de prensa “la semana pasada, llegó a esa misma terminal un C-17 Globemaster, y entre el sábado y el lunes pasado aterrizaron otros dos aviones del tipo C-140 pertenecientes al Ejército norteamericano, con material y personal para la comitiva de Bush, que según fuentes gubernamentales argentinas totaliza unas 2.000 personas.”

Pero eso no es todo: con el pasar de las horas y en vísperas de la llegada de Bush el equipo de seguridad de la cumbre no descarta que a partir de la noche de este jueves y durante el viernes 4, “se corten las comunicaciones de celulares en toda la zona de exclusión” compuesta por un triple vallado de policías bonaerenses, federales y efectivos de la Gendarmería Nacional. Sin embargo y siempre bajo estricto “off the récord”, un miembro de la seguridad de la cumbre afirmó que “por ahora está todo bien, pero nunca se sabe”.

Así las cosas, es probable que a los debates televisados sin audio, a las conferencias de prensa y comunicados sin nada interesante, se sume un efectivo mecanismo de incomunicación que dejaría mudos a los periodistas que ya tienen poco para decir y que no compartirán palabra con aquellos otros que estarán con Bush en su hotel 5 estrellas. Según datos proporcionados por la oficina de prensa de la cancillería hubo 1550 pedidos de acreditación, y hasta ahora hubo 804 entregadas y entre ellos hay: 290 periodistas de medios norteamericanos, más 188 acreditados exclusivamente por la Casa Blanca y que estarán junto a Bush. A estas dos categorías que suman 478 periodistas provenientes de los Estados Unidos, hay 9 provenientes de Japón, 13 de China, 2 de Corea, 4 de la cadena árabe Al Jazeera, 40 de México, 40 de Brasil, 20 de Venezuela y los demás provienen de otras regiones del cono sur.

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