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Escrache a la Tienda de la UNR
Por Frente Santiago Pampillón - Monday, Nov. 07, 2005 at 2:02 PM
santiagopampillon@yahoo.com.ar

El pasado viernes 4 de noviembre, en el CUR (Siberia) de Riobamba y Berutti, se inauguró la Tienda de la UNR. Esta consiste en un local de venta de “merchandising” como tazas, mates, productos de librería, remeras y gorras, con marca UNR, como parte de un Proyecto de Mercadeo impulsado desde la Vicerrectoría.

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Desde el Frente Santiago Pampillón (regional) y El Grito (humanidades y artes), nos oponemos a que desde la Universidad Pública se impulse un Proyecto de Mercadeo de estas características.

En primer lugar, seguimos pensando que el financiamiento de la Educación Superior Pública sigue siendo una responsabilidad del Estado Nacional. En este sentido, es claro, que el “Proyecto de Mercadeo” se enmarca en la política de desfinanciamiento y desresponsabilización pública, impulsada por el Banco Mundial, puesta en práctica por los sucesivos gobiernos “democráticos” durante las décadas de los ’80 y ’90, normativizada por leyes como la de Autarquía Financiera (1991) y la de Educación Superior (1995), y continuada por el actual gobierno nacional y su Ley de Financiamiento Educativo.

Basándose en el dato “empírico” del insuficiente presupuesto universitario, la corporación que hoy conduce a su antojo los destinos de la Universidad Nacional de Rosario, no duda en avanzar en la generación de ingresos extra presupuestarios a través de diversos mecanismos:
 progresivo arancelamiento de los servicios brindados por la Universidad a estudiantes y docentes (cursos de postgrados, idiomas, especializaciones, informática, etc),
 créditos internacionales para la investigación y la formación de “recursos humanos” (FOMEC, etc),
 producción de productos de mercado para su venta a terceros (asesorías, producción de bienes y servicios),
 usufructo de instalaciones y equipamientos públicos con fines recaudatorios (vía el alquiler a empresas),
 sponsorización de las actividades universitarias con el gran capital (cátedras y eventos auspiciados por..., donaciones de..., Bayer, Techint, Molinos Río de la Plata, etc),
 privatización y/o tercerización de servicios universitarios (bares, comedores universitarios, fotocopiadoras, librerías),
 firma de convenios de pasantías estudiantiles con empresas y Estado.

Todos estos mecanismos, generados en la última década, de espaldas a la mayoría de estudiantes y docentes, en contradicción con derechos constitucionales y con postulados fundamentales de la Reforma del ’18, y manejados con absoluto arbitrio por parte de las autoridades de la Universidad, no pueden ser pensados como “paliativos” complementarios al insuficiente presupuesto estatal, sino como una nueva lógica de financiamiento de la Universidad coherente en términos de proyecto con dicho desfinanciamiento. Es por esto que la retórica de “luchamos por más presupuesto pero de algo hay que vivir...”, no solo no es estratégica sino que es falaz.

En segundo lugar, algunas formas que asume esta generación de recursos extra presupuestarios, desarticulan explícitamente a la Universidad como espacio público para la producción de conocimiento socialmente necesario.

Nunca está de más decir que el acceso a la Universidad Pública hoy sigue estando vedado fácticamente a la mayor parte de la población. Sin embargo, en principio, la educación superior es un derecho universal que todo “ciudadano” posee. Tampoco está de más decir que el conocimiento que la Universidad produce, hoy y cada vez más se basa en necesidades del mercado y del Estado capitalista, es decir, en intereses antagónicos a las necesidades de las mayorías sociales explotadas, oprimidas y excluidas. Sin embargo, en principio, el fin de la Universidad es producir conocimiento para las mayorías.

La venta de productos y servicios mercantilizados a estudiantes y a “ciudadanos” en general, provoca de hecho un corrimiento de status: de “estudiantes” y “ciudadanos” a “consumidores”:
O más explícitamente, del lugar de “estudiantes”, poseedores de un derecho universal a la educación, es decir al acceso libre y gratuito a la educación así como a todo recurso necesario para desarrollar dicho derecho, removiendo asimetrías fácticas (desigualdad de oportunidades), y a la vez, “ciudadanos”, beneficiarios de servicios públicos socialmente financiados vía la política de extensión universitaria y la práctica profesional y preprofesional...
... pasamos a ser entendidos como (y a la vez transformados en) consumidores de servicios y bienes de mercado, en base no a necesidades socialmente definidas sino a generación de necesidades de consumo en base a posibilidades pecuniarias (o sea de clase), con objetivos meramente recaudatorios (es decir no universitarios, y no estatales, en principio).

Por último, la forma institucional que asumió la generación de estos mecanismos recaudatorios consiste en el surgimiento y posterior legalización (por ejemplo, en la pasada Asamblea Universitaria... sí, la del quilombo) de Cooperadoras y Fundaciones externas al cogobierno universitario y controladas por los distintos sectores de la corporación.

De esta forma, los fondos producidos en la Universidad, con recursos de la Universidad y por estudiantes y trabajadores docentes y no docentes universitarios, son manejados con absoluta arbitrariedad, ausencia de control y transparencia y por fuera de los organismos específicos colegiados (consejos directivos y superior, comisiones de hacienda, etc).

Este no es un dato menor a la hora de pensar cómo se autofinancia y reproduce dicha corporación, cómo se amplía su clientela y por qué tal despliegue de creatividad a la hora de pensar nuevos negocios, creatividad que no demuestran a la hora de construir poder y estrategias para luchar por más presupuesto universitario.

Todo esto sin siquiera extendernos en torno a lo que significa en términos simbólicos y culturales, la banalización de una construcción social histórica del pueblo argentino, la Universidad Pública, reducida a marca - fetiche comercializable, y lo que esto implica en cuanto a copia colonial de la estética - ética de las universidades privadas de los estados imperiales capitalistas.

Por todo esto es que desde el Frente Santiago Pampillón (regional) y El Grito (humanidades y artes) realizamos un escrache al acto de apertura de la Tienda de la UNR el viernes pasado, y la seguiremos escrachando, a la vez seguiremos dando la discusión con los compañeros estudiantes, docentes, y trabajadores en general, construyendo poder popular desde abajo para seguir resistiendo a los avances del neoliberalismo en la Universidad.