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Estrategia geopolítica de EEUU en América Latina
Por Rosana Lecay - Tuesday, Nov. 08, 2005 at 11:03 AM
rlecay@prodigy.net.mx

La estrategia geopolítica de EEUU en América Latian se basa en el control del petróleo, el agua y la biodiversidad.

Estrategia geopolítica de Estados Unidos en América Latina
Por Rosana Lecay( rlecay@prodigy.net.mx )

1. La situación de liderazgo a nivel mundial

Al analizar la historia política mundial, podemos constatar que siempre ha habido alguna nación que tiene la hegemonía. La tuvo el Reino Unido en el Siglo XIX y parte del XX, y antes fue ostentada por Francia y España. La historia mundial moderna muestra la lucha constante por la supremacía mundial, por lo cual los conflictos eran recurrentes para asegurar un equilibro de poderes. En la actualidad, esa hegemonía la ostenta, sin duda, Estados Unidos. A partir de la década de 1980, pasado el colapso de Vietnam, Estados Unidos basa su fortalecimiento como eje del mundo en la noción de progreso más que en la invasión a otros países.
Desde el escritor Octavio Paz en su ensayo “La Democracia Imperial” (1980), hasta el investigador Paul Kennedy en su libro Auge y caída de las grandes potencias han hablado de la decadencia del imperio. Muchos autores, entre ellos, Ferguson (2004), se plantean las alternativas al fin de esa supremacía global. Europa, China o el mundo musulmán presentan conflictos demasiado propios y locales como para reemplazar a Estados Unidos en su papel hegemónico. La opción a este monopolio de control mundial no está en la multilateralidad de la política mundial. La ausencia de esta supremacía unilateral podría generar un caos difícil de visualizar. Un vacío de poder parece presentarse en el horizonte mundial.
Estados Unidos muestra al menos tres flancos débiles que deterioran su eficacia en el liderazgo mundial: 1) la creciente dependencia del capital extranjero para financiar su excesivo consumo privado y público; 2) su carácter de importador neto de personas, que le impide fortalecerse a través de la colonización y, por último 3) su relativamente pequeño ejercito, que ha sido sobre explotado en sus intervenciones en Afganistán e Irak. ¿Quién podría reemplazar a Estados Unidos en papel de líder mundial?
Europa presenta una población cada vez más numerosa debido a sus bajas tasas de natalidad, lo cual tendrá efectos negativos en sus posibilidades de ejercer la hegemonía internacional, debiendo optar por una salida semejante a la de Estados Unidos abriendo sus fronteras a la inmigración.
A pesar de sus logros económicos y su crecimiento tan frenético, China enfrenta serios riesgos de padecer una crisis monetaria o bancaria, con implicaciones negativas para todo el planeta debilitando, así, sus aspiraciones hegemónicas.
Por último, las sociedades musulmanas, con altas tasas de natalidad que superan la media europea, se encuentran divididas entre los que aspiran a una convivencia pacífica con Occidente y aquellos que son seguidores de una posición más radical. En todo caso, estos grupos no presentan la unanimidad necesaria para ejercer un papel hegemónico mundial.
En resumen, los potenciales poderes mundiales del S XXI, Estados Unidos, Europa y China, presentan signos de lo que podría ser su propia decadencia y el Islam no tiene las características de una potencia universal.
Dada esta perspectiva del liderazgo mundial, cabe entonces preguntarse, cuál es el interés de Estados Unidos en América Latina, qué anima su estrategia política sobre la región y cómo se está dando esta relación.



2. Estados Unidos y sus intereses estratégicos

La política exterior de Estados Unidos siempre ha sido enmarcada por decisiones de políticas muy constantes con relación a las áreas en las que están establecidos sus intereses capitales. Estos intereses nacionales están situados, en su mayor parte, en el Hemisferio Norte, por lo que, tradicionalmente, América Latina representaba una zona secundaria. Las políticas que de estos intereses se derivan van más allá de las diferentes administraciones y dan prioridad a la integridad y la estabilidad del sistema internacional situado en Europa.
Las acciones de política dirigidas a los países del Hemisferio Sur se orientan, en general, a cubrir necesidades de corto plazo o a coordinarse con las estrategias dirigidas a la zona de intereses prioritarios. Históricamente, América Latina tuvo para Estados Unidos, un estatus de socios pasajeros y eventuales, con todas las consecuencias de inestabilidad que ello implica para nuestra región. Esto es particularmente evidente cuando al fin de la II Guerra Mundial y ante el deterioro económico y político de Europa y el surgimiento del rival ideológico que representaba la URSS, Estados Unidos siente la necesidad de asumir el liderazgo del sistema defensivo teniendo a Eurasia como objetivo principal.
Según Thauby (2001), la estrategia de Estados Unidos se organizó a partir de la escuela geopolítica de Spykman, y su influencia es evidente en las acciones norteamericanas sobre Eurasia. Sin embargo, la intelectualidad norteamericana rechaza la afinidad de su política exterior con esta escuela debido a que fue utilizada por el nazismo. La estrategia de control mundial durante la Guerra Fría estuvo centrada en Europa Occidental, Medio Oriente, Península Arábiga, Irán, Turquía, India y Pakistán, Sudeste de Asia, parte de China, Corea, Japón y la parte costera de Rusia Oriental. Hacia esta zona, denominada Rimland, se orientaron los acuerdos y compromisos defensivos. La ubicación de cada país respecto de esta zona, determinó el valor estratégico que tenían para Estados Unidos. De aquí que América Latina tuviera una importancia irrelevante para Estados Unidos, y que sus acciones políticas, militares y económicas se dirigieran hacia Europa Occidental, Japón, Medio Oriente y Sudeste de Asia.
En esta región objetivo, llamada “Sistema Trasatlántico”, Estados Unidos trató de evitar todo tipo de injerencia soviética y de imponer un orden democrático liberal, que consistía en:
· La apertura económica.
· La gestión concertada entre los Estados industrializados para conservar la estabilidad y el desarrollo conjunto.
· La organización del orden económico y la seguridad social interna de los Estados participantes.
· El establecimiento de reglas de comportamiento obligatorias que fortalecieran los compromisos contraídos.
Durante la Guerra Fría, América Latina no tuvo la relevancia económica ni política como para obtener jerarquía estratégica para Estados Unidos, por lo que nuestra región no se benefició de planes de ayuda. Siguiendo las orientaciones cepalinas, la región implementó políticas alejadas de la filosofía económica imperante para la región Trasatlántica y políticamente, tomaba distancia de la democracia liberal, lo que provocó su desvinculación geoestratégica, política y económica respecto de Estados Unidos (Villanueva, 2005).

3. La estrategia de seguridad nacional posterior a la Guerra Fría

La estrategia de seguridad de Estados Unidos posterior a la Guerra Fría sigue vinculada a la noción geopolítica de Spykman. El objetivo de la estrategia de defensa planteado en el “Defense Planning Guidance, for de Fiscal Years 1994-1999” es prevenir el surgimiento de un nuevo rival evitando que cualquier “potencia hostil” someta una región con recursos cuyo control genere una influencia mundial. El territorio al que hace referencia es Europa Oriental, el territorio de la ex Unión Soviética y Asia Sudoriental (Thauby, 2001). El documento considera que la OTAN es el instrumento indispensable para garantizar la seguridad y estabilidad en Europa, y prevenir el surgimiento de acuerdos de seguridad solamente europeos. Al mismo tiempo, Estados Unidos buscó asegurar el acceso al petróleo de Medio Oriente y disuadir las aspiraciones hegemónicas de India sobre otros Estados en el Sur de Asia y Océano Indico y el control de Corea.
La administración del Presidente Clinton, a pesar de tener una orientación política diferente, basó su estrategia exterior en los mismos supuestos geopolíticos, lo cual hace evidente que la estrategia de supremacía mundial se mantuvo en el afianzamiento militar, político y económico sobre el Rimland.
En cuanto a América Latina, la estrategia de Estados Unidos buscó mantener la región en reserva para su futura ampliación geopolítica y económica, y reducir la inestabilidad política con la imposición de prácticas correctas en sus administraciones.
La administración del Presidente Bush estudió a América Latina desde el punto de vista estratégico, determinando que:
· La pérdida de competitividad derivada de un mundo cambiante demanda la ampliación del horizonte económico y geopolítico, por lo que América Latina se torna de vital importancia.
· La inmigración generada por el crecimiento demográfico se convirtió en un problema de urgente atención.
· Dadas las condiciones económicas, políticas y sociales, América Latina requiere fortalecer lazos con Estados Unidos.
· Hasta ese momento, las políticas de Estados Unidos hacia al región fueron defensivas y negativas, centrando su atención en el logro de la estabilidad política y en la defensa de pocos intereses norteamericanos frente a los soviéticos.
· Se propone reemplazar la política anterior por nuevas políticas adecuadas a la situación de pos Guerra Fría.
Un objetivo militar, uno político y uno económico son la base de la estrategia de la administración del Presidente Clinton. En lo militar pretende fortalecer la seguridad interna con una milicia lista para el combate con presencia en la región Trasatlántica, y en menor medida con el establecimiento de fuerzas en el Pacífico, Medio Oriente y Sudeste Asiático y América Latina. En lo político se enfoca a afianzar las democracias en el exterior, localizando su atención en Rusia y Europa Central y en menor medida en la Cuenca del Caribe, incluyendo en sus prioridades el tema de las armas nucleares, químicas y bacteriológicas, combate al terrorismo y al narcotráfico. En lo económico apunta a la reactivación de la economía interna promoviendo el NAFTA para crear la zona de libre comercio de América del Norte.
Pero dentro de esta táctica de liderazgo mundial, la administración de Clinton desarrolló un plan especial para América Latina. En la Cumbre de las Américas (1994) se propuso expandir el NAFTA a Chile y se promovieron líneas de acción para crear mejores condiciones políticas, todo lo cual contó con el apoyo decidido de algunos países de América Latina. Hubo rechazo de ciertos países latinoamericanos en cuanto a la inclusión de las fuerzas armadas en la lucha contra el narcotráfico y a las acciones para debilitar el poder de las fuerzas armadas sudamericanas. Todo este proceso de implementación de la estrategia de Estados Unidos en la región declinó a fines de 1995 debido a presiones sindicales y proteccionistas en contra de la incorporación de Chile al NAFTA. Entonces se inicia un proceso inverso de diplomacia represiva con la invasión a Haití para evitar la salida de inmigrantes hacia Estados Unidos, con la crisis financiera mexicana y con el problema de narcotráfico colombiano. Finalmente la Ley Helms-Burton fortalece el bloqueo a Cuba, con lo cual se abandona el plan estratégico inicial hacia América Latina.
Los contendientes en las elecciones presidenciales de 1996, Clinton y Dole, mostraron coincidencias en cuanto a los elementos que fundarían su política exterior con América Latina: combate al narcotráfico, ampliación de NAFTA y las relaciones con Cuba, todos ellos con repercusiones electorales claras.

4. Las amenazas que América Latina representa para Estados Unidos. Alerta sobre México

Un país que genera amenazas para Estados Unidos es más peligroso cuanto más cerca se encuentra de sus fronteras, y se vuelve acreedor de una atención especial por parte de esta potencia. En este sentido, México representa un país que requiere un monitoreo permanente
La preocupación de Estados Unidos se centra, fundamentalmente, en tres tipos de amenazas:
· Armas atómicas y acceso a ciertas materias primas como petróleo.
· Proliferación de armas químicas, nucleares o bacteriológicas, terrorismo internacional, desequilibrios regionales de poder, actividades de estados extremistas (Irán, Irak, Corea del Norte, Libia), contrabando de armas y nacionalismos extremos.
· Amenazas directas a la sociedad norteamericana, como el flujo de inmigrantes ilegales, deterioro del medio ambiente, producción de drogas.
Este tercer grupo de amenazas se torna más peligroso y urgente cuanto más cercano a las fronteras del Estados Unidos se encuentre, lo cual hace evidente la mirada intensa sobre México.
Recientes declaraciones de la Secretaria de Estado Condoleezza Rice expresan la existencia de un “foco rojo” en México, lo cual se corresponde con lo anteriormente señalado.
La cercanía de México con Estados Unidos incrementa la amenaza directa sobre la sociedad norteamericana debido al intenso flujo de inmigrantes ilegales, hecho que no sólo tiene efectos en la economía del norte sino que además, facilita el tráfico de drogas en la frontera. El agravamiento de los enfrentamientos entre grupos de narcotraficantes en territorio mexicano pone en alerta a Estados Unidos para lograr mayor control en la zona evitando, así, riesgos a la sociedad del norte.
La extensa frontera que divide a ambos países, con las dificultades de vigilancia que representa, es una vía propicia para el paso del narcotráfico y también para el terrorismo.
Por otro lado, el panorama político interno de México presenta una clara posibilidad de triunfo de la izquierda en las elecciones presidenciales del 2006. A pesar de que la Secretaria de Estado, Condoleezza Rice, declaró que el gobierno estadounidense no se siente incómodo ante esta posibilidad , el hecho alerta respecto a la permanencia de compromisos comerciales acordados en el marco del Tratado de Libre Comercio, que con el advenimiento de un gobierno de izquierda podrían ser sujetos de revisión.
Por otro lado, los elementos que hacen más factible que una amenaza se vuelva real son la mala gestión económica, la corrupción, los desastres ecológicos, conflictos sociales internos e inestabilidad política –muchos de ellos presentes en el caso mexicano y otros países de la región latinoamericana- así como conflictos entre países, lo cual justifica, a juicio de Estados Unidos, su intervención directa en caso de que los gobiernos muestren incapacidad de hacerlo.
Bajo esta lógica de prioridades de Estados Unidos, se desarrollaron las acciones sobre diversos países de América Latina. Argentina fue obligada a cancelar su programa espacial y nuclear, con un gran costo económico, a pesar de haber suscrito el Tratado de Tlatelolco sobre armas nucleares y el acuerdo de Mendoza sobre armas químicas. Sin embargo Israel, ubicado en el área de intereses prioritarios de Estados Unidos, continuó con sus programas. Otros casos de la lógica de prioridades estadounidense lo constituyen el apoyo de Estados Unidos al Reino Unido, su socio en la OTAN, en el conflicto de las Islas Malvinas contra Argentina - un aliado sin relevancia estratégica-, y el aplazamiento de la incorporación de Chile al NAFTA para contener las inconformidades de organizaciones laborales que se podían ver afectados.
Parece evidente que la irrelevancia de América Latina en la estrategia geopolítica de Estados Unidos continúa vigente, así como su decisión de intervenir cuando crea que sus intereses se ven afectados en la región.
Sin embargo, hay algunas situaciones en la relación de Estados Unidos con la región latinoamericana que han sufrido modificaciones. Los países de América Latina aceptan los lineamientos políticos y económicos predominante en el sistema Trasatlántico: democracia liberal, apertura de la economía y ciertas normas de comportamiento ante conflictos económicos o políticos, y han dejado atrás las orientaciones de la CEPAL (Thauby, 2005). Al mismo tiempo se ha incrementado el valor económico potencial de la región como un mercado atractivo para la colocación de productos de los países industrializados y para recibir capitales. Además, sus reservas de agua se convierten en un factor de control estratégico vital para un futuro no demasiado lejano.
La salida de Roger Noriega como Secretario de Estado adjunto norteamericano para América Latina podría representar la reconstrucción de la política de Estados Unidos hacia América Latina.
Noriega, conocido por su política dura hacia Cuba y Venezuela fue cuestionado por no saber manejar la nueva realidad latinoamericana y recibió fuerte reprobación del Canciller argentino Bielsa.
El sustituto de Noriega es Tom Shannon, hombre de confianza de la Secretaria de Estado Condoleezza Rice. Este cambio implica una nueva estrategia hacia un continente que ha girado a la izquierda, bajo la influencia del Presidente venezolano Hugo Chávez y el alza de los movimientos populistas anti-estadounidenses; bajo estas circunstancias, el estilo agresivo y poco diplomático de Noriega no ayudaba a las relaciones con la región, quien criticó la intensión del Presidente argentino Kirchner de mejorar la relación con La Habana.
El desencuentro de Noriega con la nueva izquierda latinoamericana se evidenció con la elección del chileno Insulza como Secretario General de la OEA. Es la primera vez en la historia que Estados Unidos no logra imponer a su candidato en la OEA.
Probablemente este cambio de personajes no modifique la esencia de la política de Estados Unidos hacia Venezuela dada la desgastada relación entre Chávez y Bush. Sin embargo es evidente que con Shannon se pueden esperar relaciones más pacíficas con América Latina que le permita un acercamiento a la región teniendo en cuenta su nueva realidad ideológica, evitando así una mayor influencia de Chávez que le haga perder terreno en lo económico.





5. La importancia del territorio latinoamericano y el asentamiento de bases militares

El plan para mantener la hegemonía mundial y el control sobre la región latinoamericana se relaciona con los intereses económicos de Estados Unidos. Por eso el análisis del asentamiento de bases militares en la región no debe verse como ajeno al proceso de dominio económico, ya que la estrategia económica y la de seguridad norteamericana son dos elementos de un proyecto global. La metodología utilizada por Estados Unidos se resume en un movimiento de pinzas, en el que las tenazas son la militar y la económica (García, 2004).
La expansión militar norteamericana (bases militares, Plan Colombia, etc) se vincula con recursos económicos claves que forman parte de los intereses económicos de Estados Unidos: el petróleo, el agua y la biodiversidad. Por lo tanto, la distribución de sus fuerzas militares o la orientación de sus esfuerzos estratégicos se darán en función de la ubicación de estos tres recursos .
La ubicación de las reservas petroleras determina que México, Venezuela y Argentina resulten relevantes en la estrategia de Estados Unidos (ver mapa petróleo). Al anunciar el Plan Nacional de Energía, el Presidente de Estados Unidos, George Bush sostuvo que “los objetivos de esta estrategia son claros: asegurar una oferta continua y económica accesible a los hogares, empresas e industrias estadounidenses”. La seguridad nacional y el bienestar económico del país peligran si las reservas de energía no aumentan. Estados Unidos tiene amplias reservas de carburantes, pero serán insuficientes para garantizar el suministro futuro.
La estrategia para asegurar el petróleo se haya, entonces, en el despliegue de tropas para impedir que guerras, revoluciones y conflictos internos perjudiquen el suministro y en establecer con los productores latinoamericanos un marco de cooperación mutua en la generación de energía. Lo que el Plan Nacional de Energía no contempla es que tanto México como Venezuela han protegido su sector energético poniéndolo bajo control estatal y con salvaguardas constitucionales y legales que limitan la participación extranjera en la producción nacional. Por ello es estima que la presencia militar se dará disfrazada de ayuda a la lucha contra el narcotráfico o a la subversión en el marco del Plan Colombia.
La concentración de reservas acuíferas muestra la importancia del sur argentino, el Acuífero Guaraní, la zona andina y América Central, o sea lo que conforma el Plan Puebla-Panamá (ver mapa agua). Con la excusa de colaborar en la extinción de células terroristas o bajo una fachada humanitaria, Estados Unidos busca, aparentemente, la instalación de una base militar en Paraguay, con el inconfeso objeto de controlar las reservas subterráneas de agua.
La biodiversidad se ha convertido en un factor clave del futuro. El Amazonia es la zona más rica en biodiversidad del mundo y le sigue la zona de América Central, regiones relacionadas con el Plan Colombia y con el Plan Puebla-Panamá (ver mapa biodiversidad).
Estos intereses determinan el posicionamiento de las bases militares de los Estados Unidos en América Latina: Ecuador, Honduras, Cuba y la amenaza de instalación de una nueva base en Paraguay con el objeto de controlar el Acuífero Guaraní (ver mapa bases).
Lo destacable de esto es la articulación entre los objetivos económicos y los militares (Olesker, 2005).
El agua se presenta como el mayor conflicto geopolítico del SXXI. Se espera que para el año 2025, la demanda de este elemento vital para la vida se incrementará en un 56%, por lo que los poseedores de agua se convierten en blancos de atención. De ahí la atención brindada a Paraguay país que concedió inmunidad diplomática a las tropas estadounidenses en su país. Se especula con la posible instalación de una base militar para controlar la región y sobre todo la reserva acuífera.
La crisis política brasilera acabó con las expectativas estadounidenses de que fuera Brasil quien fungiera como estabilizador de una región cada vez más volátil, por lo que Washington decide hacerse cargo directamente del asunto eligiendo a Paraguay como “un país clave, como eje de un planteo de seguridad”. La política de “comercio más seguridad” se hace patente con el inicio de la Carretera Interoceánica, que unirá el Atlántico con el Pacífico a través de 2,600 Km. de difícil geografía, uniendo tres puertos peruanos con el puerto brasilero de Santos, lo que permitirá facilitar el comercio brasilero con los países asiáticos.

6. Consideraciones finales

· La política exterior de Estados Unidos es diseñada para proteger sus intereses nacionales, ubicados fundamentalmente en el Hemisferio Norte.
· Las políticas orientadas a regiones marginales son adecuadas a estos intereses prioritarios y pueden ser alteradas, congeladas o anuladas conforme a las necesidades de políticas de más alta prioridad.
· Los países más próximos a Estados Unidos están más propensos a recibir su influencia y son vigilados debido a las amenazas para la sociedad civil.
· La estrategia geopolítica hacia América Latina se organizará en función al control de los tres elementos prioritarios: petróleo, agua y biodiversidad.



























Bibliografía

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Thauby García, F. (2001) Políticas de EEUU hacia la región. Lógica, prioridades y estabilidad. Fasoc, Año 16, Nro. 1. http://fasoc.cl/files/articulo/ART410fba729644.pdf

Kennedy M. P. (2004) Auge y caída de las grandes potencias. México: Ediciones de bolsillo.

Ferguson, N (2004). Si Estados Unidos no mandara. Universidad de Alcalá.
http://www.fp-es.org/ag_sep_2004/story_4_15.asp (recuperado Septiembre 2005).

Villanueva, A (2005). Latinoamérica en la visión Geopolítica de Estados Unidos. http://www.noticias.com/articulo/05-01-2005/alberto-villanueva-arandojo/latinoamerica-vison-estados-unidos-4cf9.html (recuperado septiembre, 2005).

Olesker, D. (2005). La disputa por el territorio en América Latina y el Caribe. http://www.choike.org/nuevo/informes/1654.html (recuperado septiembre 2005)

Matta, L. (2001). El Plan Colombia: Desafío neoliberal contra América Latina. http://www.rebelion.org.plancolombia/davos310101.htm (recuperado septiembre, 2005)

García, M. (2004). Bases militares en América Latina. Memoria. Revista Mensual de política y cultura. Número 182, Abril 2004. http://www.memoria.com.mx/182/garcia.htm (recuperado octubre, 2005).

Kennedy, P. (2003). La Estrategia de Seguridad Nacional, un año después. Belt Ibérica S.A Expertos. Artículos Profesionales. http://www.belt.es/expertos/experto_print.asp?id=1911 (recuperado octubre 2004).

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