KO cubano en la ONU
Por Percy Alvarado - Thursday, Nov. 10, 2005 at 11:05 AM
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Cuando todas las agencias de prensa comentan la arrolladora votación que tuvo lugar en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas a favor del levantamiento del brutal bloqueo económico mantenido por Estados Unidos contra Cuba, los funcionarios del Departamento de Estado norteamericano tratan vanamente de recuperarse del KO recibido por parte de la gran mayoría de las naciones del planeta.

KO cubano en la ONU.
Percy Francisco Alvarado Godoy
9 de noviembre de 2005

Cuando todas las agencias de prensa comentan la arrolladora votación que tuvo lugar en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas a favor del levantamiento del brutal bloqueo económico mantenido por Estados Unidos contra Cuba, los funcionarios del Departamento de Estado norteamericano tratan vanamente de recuperarse del KO recibido por parte de la gran mayoría de las naciones del planeta.

Haciéndose el tonto o el despistado, Adam Ereli, vocero del Departamento de Estado declaró: "No he visto ese voto. Pienso que nuestra política es buena. Buena y efectiva. Estamos actuando en respuesta a un régimen que reprime a su gente y se interpone en el camino de su progreso y de su libertad, y nosotros defendemos nuestra política"

¿Cómo es posible que Ereli desconozca que ese voto realmente existió y mediante él 182 naciones condenaron la brutal política norteamericana hacia Cuba? Pero en su declaración no es condenable solo la pretendida ceguera de su declarante, sino también su inútil esfuerzo por defender esta rapaz y criminal política. Atreverse a declarar que esta política es buena y efectiva, desoyendo el criterio de los representantes del mundo, sólo es posible en un mitómano empedernido. Jamás será buena una política que se ha manifestado como un permanente genocidio contra los cubanos. ¿Efectiva? Lo dudo. Lo prueba el hecho de que, a pesar de las dificultades enfrentadas por los cubanos, éstos se han mantenido luchando denodadamente por el porvenir, y lo han logrado.

Toda la indolencia y prepotencia de los pretendidos emperadores del planeta, salió a la luz cuando se le preguntó si tiene para Estados Unidos algún significado el que “toda la comunidad internacional discrepa con esa política", y el vocero del State Department declaró: “¡No! Si alguien pensó encontrar un leve rubor o asomo de vergüenza en el funcionario, se equivocó. Sólo defensa a ultranza de lo indefendible. Sólo eso podría encontrarse en el alumno de George W. Bush.

Para John Bolton, representante de los Estados Unidos ante la ONU, el trago resultó demasiado amargo. No podía soportar el orgulloso y prepotente funcionario el clamor urgente de las naciones por el cese del bloqueo contra Cuba y el hecho de que, por decimocuarto año consecutivo, se aprobara en esta instancia una condena a tan criminal política. Para no dar la cara al clamor mundial, Bolton prefirió asistir a una reunión rutinaria del Consejo de Seguridad sobre Iraq y dejó la papa “caliente” a un mentiroso de menor jerarquía, el enviado estadounidense Ronald Godard, quien a falta de argumentos se limitó a solicitar a los representantes de las naciones presentes a rechazar la resolución argumentando que la misma es “un asunto bilateral entre Cuba y los Estados Unidos”.

Sin poder escapar de la prensa, Bolton declaró, en plena burla a las Naciones Unidas que esa votación fue “un ejercicio que carece totalmente de relevancia". Sabía Bolton, por supuesto, que esta resolución no vinculante no obliga a los Estados Unidos a acatarla, ni la Asamblea General de la ONU tiene potestad para hacerla cumplir. Sin embargo, sin lugar a dudas, tuvo plenamente conciencia de que la misma tiene un importante valor moral para Cuba y el mundo, en la medida que desnuda lo criminal de su política internacional y evidencia la crisis que enfrenta este tipo de política en la actualidad.

Asumiendo la misma compostura por la que fue duramente criticada su designación como embajador ante la ONU por parte de Bush, en franca burla a los legisladores norteamericanos, Bolton declaró que la presentación de la resolución cubana representaba un acto de propaganda castrista. En franco desafío a la ONU declaró: “Para una Asamblea General que no ha intentado seriamente en reformar la Comisión de Derechos Humanos, adoptar esta postura en respuesta a la propaganda cubana dice bastante”.

Sin mucha seguridad, acosado por la aplastante verdad, quiso también Godard recurrir a los manidos argumentos de siempre, acusando a Cuba de sus propios problemas económicos. Sin seguridad apenas, como si leyera lo escrito por otro, declaró: “Las fracasadas políticas del gobierno de Castro y no el embargo comercial de Estados Unidos son las que están dañando al pueblo cubano”.

El colmo de este señor fue cuando mostró la verdadera esencia de la política norteamericana hacia Cuba al reconocer, tácitamente, que el bloqueo acabaría cuando desapareciera la Revolución Cubana. Sin ambages, declaró: “El impedimento a una vibrante relación bilateral entre Estados Unidos y Cuba es la dictadura en La Habana. (…) El momento en que el pueblo cubano sea completamente libre, será cuando se abran las compuertas a los viajes y al comercio. Ese será el momento en que la economía estadounidense realmente podrá ayudar a transformar el fracasado y quebrado sistema económico de Cuba y darles a los cubanos la libertad económica y la oportunidad que la dictadura les niega desde hace mucho".

A pesar de la sarta de aburridas mentiras declaradas por Ronald Godard, de la apresurada y débil defensa de Adam Ereli, y de las prepotentes declaraciones de John Bolton, una cosa está clara: las naciones del mundo se opusieron a la criminal política de bloqueo norteamericano contra Cuba y este hecho, se quiera reconocer o no, demostró que Estados Unidos recibió un contundente KO en la ONU. Ni el bloqueo, ni las leyes adoptadas para endurecerlo amedrentan a los cubanos por otra parte.

Después del 8 de noviembre la verdad está aún más reconfortada por esta victoria obtenida por ella.

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