Julio López
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ALIENACIÒN Y FUTURO DE LA HUMANIDAD.
Por EL MILITANTE - Thursday, Nov. 10, 2005 at 12:24 PM

Razón y revolución
Filosofía marxista y ciencia moderna


Autores Alan Woods y Ted Grant

..Fundación Federico Engels


 

Parte Cuatro: Orden en el Caos

19. Alienación y el futuro de la humanidad (y 3)

 

¿Regreso al futuro?

Los hombres primitivos estaban estrechamente ligados a la naturaleza. Esta ligazón se fue rompiendo gradualmente con el desarrollo de la vida urbana, y la división entre el campo y la ciudad que ha alcanzado proporciones monstruosas bajo el capitalismo. La ruptura entre los seres humanos y la naturaleza ha creado un mundo antinatural de alienación. Otra expresión de esto es el divorcio completo entre trabajo manual e intelectual, ese apartheid social que separa la moderna casta sacerdotal del conocimiento respecto de los mortales vulgares. No es solamente la alienación respecto a la naturaleza. Es la alienación de la propia humanidad. Romper con la condición de dependencia total de la naturaleza, elevarse de la naturaleza meramente animal, adquirir conciencia ¾ esto es lo que nos define como humanos¾ . Pero tambiÉn representa una pérdida que se nota más conforme pasa el tiempo. El proceso ha ido tan lejos que se ha convertido en su contrario. En la medida en que las ciudades se hacen más grandes, más congestionadas, más contaminadas, se va creando una pesadilla. En las próximas décadas, si continúan las tendencias actuales, Shangai tendrá más habitantes que toda Gran Bretaña. Millones de personas se enfrentan a la falta de vivienda, crimen, drogas, y un proceso general de deshumanización en la víspera del siglo XXI.

El carácter sofocante y unilateral de esta "civilización" es cada vez más opresivo, incluso para aquellos que no sufren las peores condiciones. La búsqueda de una forma de vida más simple en la que hombres y mujeres puedan vivir una vida más natural, libres de las presiones intolerables de la competitividad y el conflicto se expresa en una tendencia entre un sector de gente joven a "salirse" de la sociedad, en un intento de redescubrir el paraíso perdido. Aquí hay un malentendido. En primer lugar, la vida del hombre primitivo no era tan idílica como algunos se imaginan. El "buen salvaje" siempre fue un mito de los escritores románticos, con poco que ver con la realidad. Nuestros antecesores primitivos estaban más cerca de la naturaleza, solo porque eran sus esclavos.

Sin embargo todo esto tiene otra cara. Estos hombres "primitivos" vivían bastante felices sin alquileres, intereses ni beneficios. Las mujeres no eran tratadas como propiedad privada sino que ocupaban una posición muy respetada en la comunidad. No se conocía el dinero. Ni tampoco el estado, con su monstruosa burocracia, y sus cuerpos especiales de hombres armados , soldados, policías, funcionarios de prisiones y jueces. En el comunismo primitivo tribal, no existía el estado en el sentido de un aparato de coerción, sino que los ancianos tenían el respeto de todos y su palabra era ley. más adelante el jefe de la tribu gobernaba a través del respeto voluntario de la comunidad. No era necesaria la coerción, porque todos compartían un interés común. Estas eran las bases de unos profundos lazos sociales de cooperación y unión. Ningún gobernante moderno llegar¿ a conocer el grado de respeto que tenían los jefes de la gens primitiva, un sentimiento de identidad y deberes mutuos, que estaba "codificado" en la tradición oral como sabiduría popular, conocida por todos y universalmente aceptada. Este respeto debió ser algo parecido a los sentimientos de los niños hacia sus padres.

En esta supuesta era de las luces, mucha gente, incluyendo aquellos que se creen educados, consideran impensable que los hombres y las mujeres se las hubiesen arreglado sin fenómenos tan necesarios como dinero, policía, prisiones, ejércitos, mercaderes, cobradores de impuestos, jueces y arzobispos. Y si conseguían arreglárselas sólo puede ser explicado por el hecho de que al ser "primitivos" todavía no se habían dado cuenta de las bendiciones que estas instituciones proporcionaron a la sociedad. Incluso algunos antropólogos que no tienen esta mentalidad no son inmunes a introducir en las primeras sociedades humanas conceptos totalmente extraños como la prostitución, derivados del mundo "civilizado" en el que todo está¿ a la venta incluidas las personas.

Cualquiera que haya visto películas de la vida de tribus que todavía viven en la edad de piedra en la selva Amazónica, no puede dejar de impresionarse por su naturalidad y espontaneidad, parecida a la de los niños, antes de que sea aplastada por la locura de la vida bajo el capitalismo. En el Evangelio según San Mateo, Jesús dice: "Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el reino de los Cielos". (18:3). En el proceso del crecimiento se pierde algo importante que nunca se recuperará. Es la pérdida de la inocencia, que en el libro del Génesis se identifica con el hecho de que hombres y mujeres adquieran conocimiento. La sociedad moderna no puede volver al comunismo primitivo de la misma manera que un hombre o una mujer mayores no pueden volver a su infancia.

Se considera antinatural e insano que un adulto desee volver a su infancia, La palabra "infantil" se utiliza como insulto, un sinónimo de ignorancia incongruente. En cualquier caso, es un deseo vano, porque es imposible. Pero junto a la ignorancia el niño muestra toda otra serie de cualidades ¾ una alegría y naturalidad espontánea, extraña a la mayoría de los adultos¾ . Lo mismo es cierto para los pueblos "primitivos", antes de que el surgimiento de la sociedad de clases, y la división ridícula y unilateral del trabajo volvieran la naturaleza humana al revés. ¿Qué artista moderno sería capaz de producir pinturas de una inmediatez que corta la respiración y una belleza natural como la de las pinturas rupestres de las cuevas de Lascaux o Altamira?

No se trata de volver atrás sino de ir hacia adelante. No un retorno al comunismo primitivo tribal, sino adelante hacia un comunidad socialista mundial. La negación de la negación nos lleva de vuelta al punto de partida del desarrollo humano, pero solo en apariencia. El socialismo del futuro se basará en los maravillosos descubrimientos del pasado, y los pondrá al servicio de la humanidad. Utilizando el lenguaje de Hegel, es el caso de "lo universal, lleno de la riqueza de lo particular"

"Un hombre no puede volver a su infancia, o se hace infantil", escribe Marx. ¿Pero no encuentra gozo en la ingenuidad infantil, y no debe esforzarse Él mismo a reproducir su verdad a un estadio superior? ¿Acaso el carácter cierto de cada Época se hace vivo en la naturaleza de su niño? ¿Porqué no tendría la infancia histórica de la humanidad, en su más bello despliegue, como Época que nunca va a volver, que ejercer un encanto eterno? Hay niños revoltosos y niños precoces. Mucha gente mayor pertenece a esa categoría. Los griegos eran niños normales. El encanto de su arte para nosotros no está¿ en contradicción con el estadio subdesarrollado de la sociedad en la que se desarrolló. Es su resultado, es más, está¿ inextricablemente ligado con el hecho de que las condiciones sociales inmaduras en las que surgió, y en las que sólo pudo surgir, nunca pueden volver".48

 

Socialismo y estética

En la sociedad actual la arquitectura es el pariente pobre de las artes. La gente está¿ acostumbrada a vivir en barrios feos, en pisos pequeños, en ciudades congestionadas, rodeados de ruido y contaminación. En los fines de semana, algunos de ellos van a galerías de arte donde por unas horas contemplan cuadros colgados de las paredesóislas de belleza en un mar de fealdad monótona. Así, la belleza está¿ al margen de la vida, en un sueño inalcanzable. Una ficción tan alejada de la realidad como la más alejada de las galaxias. El arte está¿ tan alejado de la realidad que mucha gente lo considera como una cosa inútil e irrelevante. La hostilidad contra el arte, que es visto como un privilegio de las capas medias, es una consecuencia más de la extrema división entre trabajo manual e intelectual. Las condiciones bárbaras alimentan actitudes bárbaras.

Pero no siempre fue así. En las primeras sociedades humanas, la música, la poesía Épica y el hablar bien eran propiedad común de todos los hombres y mujeres. El monopolio de la cultura por parte de una pequeña minoría es un producto de la sociedad dividida en clases, que priva a la inmensa mayoría, no sólo de la propiedad, sino del derecho al libre desarrollo de sus mentes y personalidades. Sin embargo, si rascamos un poco por debajo de la superficie, encontramos un enorme deseo de aprender, de experimentar nuevas ideas, de buscar horizontes más amplios. La sed de cultura de las masas, profundamente reprimida en condiciones "normales", sale a la superficie en cada revolución.

La Revolución Rusa de 1917, un acto supuestamente de barbarie, fue de hecho el punto de partida de un enorme auge de la cultura, la poesía, el arte y la música. No se puede negar esto simplemente porque el brote fuese más tarde aplastado bajo la bota de la reacción estalinista. En la revolución española de 1931-37 hubo un renacimiento artístico similar ¾ la poesía de Lorca, Machado, Alberti y sobretodo Miguel Hernández, estaba inspirada en la lucha, lo que hizo que fuese escuchada con enorme atención por millones de personas que nunca habían tenido acceso al maravilloso mundo del arte y la cultura¾ .

En una revolución, lo hombres y mujeres corrientes empiezan verse a sí mismos como seres humanos, capaces de controlar sus propios destinos, no simples "instrumentos con voz". Con la auténtica humanidad surge la dignidad, un sentido de auto respeto y su compañero necesario, el respeto por los demás. Los camareros pusieron carteles en los restaurantes de Barcelona en 1936 diciendo: "Sólo porque un hombre tenga que trabajar aquí, no quiere decir que le tengas que insultar dándole propina". Este es el nacimiento de la cultura, la auténtica cultura humana, que es parte de la vida misma. El mismo fenómeno, en forma embrionaria, lo podemos observar en cada huelga, cuando hombres y mujeres revelan cualidades que nunca habían soñado poseer. Por supuesto que si el movimiento no lleva a la completa transformación de la sociedad, el peso muerto del hábito y la rutina vuelve a predominar. Las condiciones materiales determinan la conciencia. Pero una sociedad socialista basada en un alto nivel de tecnología y cultura transformaría la manera de ver las cosas de la gente.

A menudo, matemáticos y lógicos plantean que el tipo de simetrías perfectas que ellos admiran poseen un valor estético intrínseco. Algunos van tan lejos como para afirmar que la cosa más importante en las ecuaciones no es si nos dicen algo sobre la realidad, sino si son estéticamente placenteras. Aunque no se puede negar que la simetría puede ser bella, hay simetrías y simetrías. Muchos consideran los edificios armoniosos de la Atenas clásica como uno de los puntos más elevados de la historia de la arquitectura. Es cierto que tienen una simetría de gran belleza, que recuerda las expresiones lineales de la geometría euclidiana. La importancia de la arquitectura en la Atenas de Pericles es una expresión gráfica del punto de vista de espíritu público de la democracia ateniense (basado, por supuesto, en el trabajo de los esclavos, totalmente excluidos de ella). Los grandes edificios de la Acrópolis y el ágora eran, sin excepción, edificios públicos, no residencias privadas. Hoy en día este tipo de esplendor es poco frecuente. No es por casualidad que se de poca prioridad a la arquitectura en relación a las demás artes.

En nombre de la "utilidad", que es un sinónimo educado de la tacañería, la gente se ve obligada a vivir en cajas de zapatos de gran altura, sin ningún valor artístico ni calidez humana. Estas monstruosidades son diseñadas por arquitectos, inspirados por principios estrictamente geométricos, que sin embargo prefieren vivir en casas de campo singulares del siglo XV lejos de las pesadillas urbanas que han ayudado a crear. Sin embargo a los seres humanos, en general no les gusta vivir en cajas. Y la naturaleza conoce simetrías bastante más allá¿ de las simples líneas rectas.

Es el otro lado de la moneda de la idiotez mecanizada de la línea de producción, donde los seres humanos, en palabras de Marx, son tratados como meros apéndices de las máquinas. Entonces, ¿por qué no vivir todos juntos apiñados en grandes bloques, construidos sobre la base de principios "industriales" igualmente sólidos? El mismo reduccionismo árido, el mismo formalismo vacío, el mismo punto de vista lineal ha caracterizado la arquitectura durante la mayor parte de este siglo. Aquí la alienación de la sociedad capitalista se expresa en el tratamiento desalmado de la necesidad más básica de la gente, poder vivir en un entorno limpio y atractivo, auténticamente humano. Cuando la propia vida es despojada de toda humanidad, cuando se la desnaturaliza de miles de maneras, ¿cómo podemos sorprendernos si algunos de los productos de nuestra supuesta civilización se comportan de manera antinatural e inhumana?

TambiÉn aquí somos testigos de una revuelta contra el conformismo desalmado y la rigidez. Los bloques de pisos y rascacielos están pasando de moda rápidamente. No es de extrañar. Son un monumento a la alienación masiva, un deslizamiento progresivo hacia condiciones de vida deshumanizadas, que alimentan todo tipo de monstruosidades.

"¿Por qué", preguntó el físico alemán Gert Eilenberger, "se declara bello un árbol deshojado y enarcado por la tempestad contra el cielo invernal, y no la silueta correspondiente de un edificio universitario polivalente, a pesar de los esfuerzos ímprobos del arquitecto? Creo que la respuesta, algo especulativa, es que depende de las recientes concepciones de los sistemas dinámicos. Nuestra percepción de la belleza se inspira en la armoniosa disposición del orden y del desorden, tal como aparece en los objetos naturales: nubes, árboles, serranías o cristales de nieve. Las formas de todos ellos son procesos dinámicos vaciados en figuras físicas. Las tipifican combinaciones especiales de orden y desorden".

Tal como Gleick observa correctamente, "Las formas simples son inhumanas. No sintonizan con el modo como se organiza la naturaleza o con la manera en que ve el mundo el ser humano".49

Hace tiempo que Karl Marx planteó las consecuencias negativas de la extrema división entre el campo y la ciudad. No se trata de "volver a la naturaleza", en el sentido utópico planteado por algunos ecologistas, que sueñan con escaparse de la fealdad del presente retirándose a un paraíso natural inexistente en un pasado mítico. No hay vuelta atrás. No es una cuestión de negar la tecnología, sino de luchar contra los abusos de la tecnología en beneficio del lucro privado que destruye el medio ambiente, creando un infierno donde podría existir un paraíso terrenal. Esta es la tarea central a la que se enfrenta la humanidad en la última década del siglo XX.

"Pensadores" y "hacedores"

"Nec mansus, nisi intelectus, sibi permisus, multum valent". (Ni la mano ni el intelecto por sí solos valen mucho. Francis Bacon.)

El divorcio total entre teoría y práctica en la sociedad actual se ha convertido en una característica extremadamente dañina. El carácter cada vez más fantástico de muchas de las "teorías" puestas en circulación por ciertos astrónomos y físicos teóricos es indudablemente una consecuencia de ello. Liberados de las restricciones de tener que buscar pruebas concretas de sus teorías, y basándose cada vez más en ecuaciones complicadas e interpretaciones ocultistas de la teoría de la relatividad, los resultados de este pensamiento totalmente especulativo son cada vez más extravagantes.

Es el momento de reexaminar el sistema educativo en su conjunto, y el sistema clasista en el que se basa. Es el momento de reconsiderar la validez de dividir la humanidad entre "pensadores" y "hacedores", no desde el punto de vista de alguna justicia moral abstracta, sino simplemente porque se ha convertido en obstáculo para el desarrollo de la cultura y la sociedad. El desarrollo futuro de la humanidad no se puede basar en las viejas y rígidas divisiones. La nueva tecnología requiere una fuerza de trabajo educada capaz de tener una participación creativa en su trabajo. Esto no se podrá conseguir nunca en una sociedad escindida por la mitad por el apartheid clasista. En un pasaje bastante agudo, Margaret Donaldson plantea la situación insatisfactoria que existe en las universidades hoy en día:

"Consideremos los departamentos de ciencias de nuestras universidades. Enseñan matemáticas y física tal y como deberían hacerlo. Pero no enseñan a la gente a hacer cosas. Puedes salir como graduado en mecánica sin haber utilizado nunca un torno ni una fresadora. Estas cosas se consideran adecuadas sólo para técnicos. Y por otra parte para muchos de ellos, la física y las matemáticas más allá¿ de un nivel elemental están simplemente fuera de su alcance".

El filósofo y pedagogo inglés Alfred North Whitehead estaba profundamente preocupado por esto, y, en su artículo Technical Education and its relation to Science and Literature (Educación técnica y su relación con la ciencia y la literatura) escribió que "a la hora de enseñar empiezas a fracasar cuando te olvidas que tus alumnos tienen cuerpos", y añadió: "Es un punto discutible si la mano humana creó el cerebro humano, o el cerebro creó la mano. Ciertamente la conexión es íntima y reciproca".

Donaldson plantea correctamente que, mientras que el pensamiento abstracto (ella lo denomina "pensamiento desencarnado") representa la capacidad de alejarse de la vida, consigue sus mejores resultados cuando se vincula a la actividad. Toda la historia del Renacimiento es una prueba de esta afirmación. Es cierto que el campo de la ciencia moderna es infinitamente más vasto y complicado que en aquellos tiempos, pero ¿quiere esto decir que es imposible que los científicos aprendan de diferentes disciplinas? ¿No será que el actual apartheid intelectual más que ser el resultado de la creciente complejidad del sujeto a estudiar, es el resultado de la manera en que está estructurada la actual sociedad, y las actitudes, prejuicios e intereses materiales que de ella se derivan, y que tratan de preservarla a toda costa?

Los reaccionarios intentan justificar la situación actual con las hoy en día obligadas referencias al determinismo genético: si algunos de "nosotros" somos listos, y tenemos buenos empleos y mejores salarios, es porque nacimos con buena estrella (léase "con buenos genes", que viene a ser lo mismo). El hecho de que el resto de la humanidad no haya tenido tanta suerte debe de ser porque hay algo incorrecto en sus genes. Respondiendo a esta basura, Donaldson escribe:

"¿Sólo algunos de nosotros somos capaces somos capaces de aprender a movernos más allá¿ de los límites del sentido humano y funcionar con Éxito allí? Lo dudo. Aunque puede tener cierto sentido plantear que cada uno de nosotros tenemos algún ‘potencial intelectual genéticamente determinado, en ese caso los individuos seguramente serán diferentes en este aspecto al igual que en otros, no hay razón para suponer que la mayoría de nosotros ¾ o cualquiera de nosotros¾ se las arregla para acercarse a lo que hacemos nosotros. Y no es ni siquiera seguro que tenga mucho sentido pensar en términos de ningún tipo de límites por arriba. Tal como Jerome Bruner lo plantea, hay herramientas de la mente y herramientas de la mano ¾ y en ambos casos el desarrollo de una nueva herramienta poderosa nos da la posibilidad de dejar las viejas limitaciones atrás¾ . De manera similar, David Olson dice: ‘La inteligencia no es algo que tenemos que es inmutable; es algo que cultivamos operando con una tecnología, o algo que creamos inventando nueva tecnología’".50

El gran pedagogo soviético Vygotsky no creía que el profesor tuviese que tener un control rígido sobre la manera exacta en que el niño aprende. Como Piaget, Vygotsky consideraba la actividad por parte del niño como central de cara a la educación. En lugar de encadenar a los niños a los pupitres, donde pasan por el proceso de aprender cosas que no tienen ningún sentido para ellos, Vygotsky insistió en la necesidad de un auténtico desarrollo intelectual. Esto, sin embargo, no se puede considerar en el vacío social. En una sociedad auténticamente socialista la educación estaría vinculada a la actividad creativa desde el principio, rompiendo la ridícula división entre trabajo intelectual y manual. En muchos sentidos, Vygotsky estaba por delante de su tiempo. Sus métodos educativos demostraban gran imaginación, por ejemplo permitiendo a los niños enseñarse los unos a los otros:

"Vygotsky defendió la utilización de los niños más avanzados para ayudar a los menos avanzados. Durante mucho tiempo esto se utilizó como base de la educación marxista igualitaria en la Unión Soviética. La razón fundamental socialista era de todos los niños trabajando para el bien general más que la capitalista de cada niño intentando sacar el máximo de la escuela sin poner nada de su parte. El niño más inteligente está¿ ayudando a la sociedad ayudando a los menos capaces, en la medida en que estos últimos (se espera) serán más ventajosos para la sociedad como adultos educados que como adultos ignorantes. Vygotsky argumentó que esto no era necesariamente un acto de auto sacrificio por parte del niño más avanzado. Explicando y ayudando a otros niños, bien puede ganar una mayor comprensión explícita de su propio conocimiento, en líneas metacognoscitivas. Y, enseñando una lección, consolida su propio aprendizaje".51

Una sociedad socialista democrática aboliría la diferencia entre trabajo manual e intelectual a través de un incremento general del nivel cultural de la sociedad. Esto está¿ estrechamente vinculado a la reducción de la jornada laboral como consecuencia de una planificación racional de la producción. La educación se transformaría, combinando el aprendizaje con la actividad creativa y el juego. El desarrollo de todo tipo de nuevas técnicas será utilizado por completo. Los dispositivos de realidad virtual, que hoy en día son poco más que novedades, tienen un enorme potencial, no sólo para la producción y el diseño sino tambiÉn para la educación. Esta hará que las lecciones cobren vida, estimulando la imaginación y la creatividad de los niños, no sólo para experimentar la historia y la geografía, sino tambiÉn para aprender ingeniería mecánica, o cómo pintar o tocar instrumentos musicales. La liberación de la humillante lucha por las necesidades de la vida, el acceso a la cultura y el tiempo para desarrollarse uno mismo como ser humano, esta son las bases sobre las que la sociedad humana puede realizar todo su potencial.

 

Humanidad y universo

"Y dijo, ‘¿Qué hora es?’. ‘Deja la hora para los perros y monos, ¡El hombre tiene la Eternidad!’" (Robert Browning, El funeral de un gramático.)

Los logros de los programas espaciales soviético y americano nos dan solamente un indicio de lo que sería posible. Pero los programas espaciales de las grandes potencias fueron realmente un producto secundario de la carrera de armamentos durante la guerra fría. Desde el colapso de la Unión Soviética, la cuestión de los viajes espaciales ya no ocupa una posición central, aunque todavía existe la posibilidad de construir una estación espacial orbitando la tierra, haciendo los viajes a la luna mucho más sencillos. En la futura comunidad socialista mundial los viajes espaciales dejarán de ser materia de la ciencia ficción, y se convertirán en un hecho de la vida, tan común como hoy en día son los viajes aéreos. La exploración del sistema solar, y más adelante de otras galaxias, proporcionar¿ a la humanidad el mismo tipo de desafío y estímulo que el que se produjo para Europa con el descubrimiento de América.

La posibilidad de viajes espaciales a larga distancia más allá¿ de los límites de nuestro sistema solar no se quedará para siempre en el reino de la ciencia ficción. No deberíamos olvidar que hace sólo cien años, la idea de viajar más rápidamente que la velocidad del sonido parecía una cosa más allá¿ de los límites de la credibilidad, para no hablar de ir a la luna. La historia de la raza humana en general, y la de los últimos 40 años en concreto, demuestra que no hay problema tan grande que los hombres y mujeres no puedan resolver, con un poco de tiempo.

Dentro de unos 4.000 millones de años nuestro sol empezar¿ a aumentar de tamaño, en la medida en que el núcleo de helio se vaya contrayendo lentamente. Los planetas más cercanos al sol se verán sometidos a temperaturas inimaginables. La vida en la tierra se hará imposible, los océanos entrarán en ebullición, y se destruirá la atmósfera. Sin embargo el fin de la vida en una pequeña esquina del universo no es el fin de la historia . Aunque nuestra estrella muera, otras nacerán. Entre los miles de millones de galaxias en el universo visible, existe una gran cantidad de soles y planetas como el nuestro en los que se dan las condiciones para la vida. Sin duda muchos de ellos estarán habitados por formas de vida avanzadas, incluyendo seres pensantes como nosotros mismos. Muy pocos científicos lo ponen en duda hoy en día, y menos desde que se han encontrado las moléculas complejas necesarias para crear organismos vivos en el propio espacio.

Al final de la Dialéctica de la naturaleza, Engels expresa un vibrante optimismo sobre el futuro de la vida:

"Aquel en el cual se mueve la materia es un ciclo eterno, un ciclo que por cierto sólo completa su órbita en períodos de tiempo para los cuales nuestro año terrestre no es una medida adecuada; un ciclo en el cual el tiempo de máximo desarrollo, el de la vida orgánica y más aun el de los seres conscientes de la naturaleza y de sí mismos, es tan estrictamente limitado como el espacio en que llegan a realizarse la vida y la conciencia de sí; un ciclo en el cual todos los modos finitos de existencia de la materia, sea sol o vapor de nebulosa, animal aislado o género de animales, combinación o disociación químicas, son igualmente transitorios, y en que nada es eterno, salvo la materia en eterno movimiento, en eterno cambio, y las leyes según las cuales se mueve y cambia.

"Pero por frecuente e inexorable que sea la completación de este ciclo en el tiempo y el espacio; por muchos que sean los millones de soles y tierras que surgen y desaparecen; por mucho que pueda durar antes que en un sistema solar, y sólo en un planeta, se desarrollen las condiciones necesarias para la vida org¿nica; por innumerables, además, que sean los seres org¿nicos que deben surgir y desaparecer a su vez antes que se desarrollen en su seno animales con un cerebro capaz de pensar, y que por un breve lapso encuentren condiciones aptas para la vida, sólo para ser exterminados más tarde sin piedad, abrigamos la certidumbre de que la materia es eternamente la misma en todas sus transformaciones, que jamás puede perderse ninguno de sus atributos, y tambiÉn, por lo tanto, que con la misma fÉrrea necesidad con que exterminar¿ en la tierra su más elevada creación, el cerebro pensante, volver¿ a producirlo en alguna otra parte y momento".52

Sin embargo, ahora podemos ir más allá¿. Los asombrosos adelantos de la ciencia en los cien años que han transcurrido desde la muerte de Engels significan que la muerte del sol no tiene porque implicar la muerte de la raza humana. El desarrollo de potentes naves espaciales que podrían viajar a velocidades que ahora nos parecen imposibles, podría preparar el terreno para la última aventura, la migración a otras partes del sistema solar, e incluso a otras galaxias. Incluso a un uno por ciento de la velocidad de la luz, un objetivo claramente conseguible, sería posible alcanzar planetas habitables en unos pocos cientos de años.

Si esto nos parece un período de tiempo muy largo, deberíamos recordar que a los seres humanos primitivos les llevó millones de años colonizar el mundo, partiendo desde África. Es más, posiblemente el viaje se podría hacer por etapas, estableciendo colonias a lo largo del camino, de la misma manera que los habitantes de la Polinesia colonizaron el Pacífico, isla a isla, a lo largo de cientos de años. Los problemas tecnológicos serán enormes, pero tendremos por lo menos 3.000 millones de años para resolverlos. Si tenemos en cuenta que el Homo sapiens sólo ha existido los últimos 100.000 años, y la civilización sólo 5.000 años, y que el ritmo del avance tecnológico ha tendido a acelerarse cada vez más, no hay motivo alguno para sacar conclusiones pesimistas sobre el futuro de la humanidad ¾ con una sola condición: que la dominación de clase, esa reliquia atroz del barbarismo, sea reemplazada por un sistema de cooperación y planificación, que una todos los recursos del planeta para una causa común¾ .

Engels describió el socialismo como el paso de la humanidad del reino de la necesidad al reino de la libertad. Por primera vez sería posible para la mayoría de la sociedad escapar de la lucha humillante por la supervivencia, y elevar sus miras a un nivel superior. La erradicación de las enfermedades, el analfabetismo y la falta de vivienda, por sí mismos objetivos importantes, sólo serían el punto de partida. Combinando todos los recursos del planeta que ahora se desperdician vergonzosamente, el genero humano podría alcanzar las estrellas, literalmente.

Y por último, pero no por ello menos importante, los humanos serán por fin dueños de sí mismos, sus vidas y sus destinos, incluyendo su composición genética. Las relaciones entre hombres y mujeres serán relaciones entre seres humanos libres, no entre esclavos. Aristóteles ya planteó que el hombre se pone a filosofar cuando tiene sus necesidades básicas cubiertas. Entendió que el desarrollo de la cultura está¿ estrechamente ligado a las condiciones materiales de vida. En una cita realmente llamativa, demuestra que hombres y mujeres empiezan a filosofar, a dedicarse a la búsqueda del conocimiento porque sí, sólo cuando están liberados de la necesidad de luchar por las necesidades de la existencia:

"Esto se demuestra por el actual curso de los acontecimientos; ya que la filosofía sólo surge cuando las necesidades y el confort físico y mental de la vida están cubiertas. Claramente, por lo tanto, la Sabiduría no se desea porque tenga ninguna ventaja extrínseca por sí misma; por que podemos considerar libre al hombre que existe por sí mismo y no en el interés de otro, por eso la filosofía es la única de las ciencias que es libre por que es la única que se persigue por sí misma".53

Durante toda la historia de la civilización hasta el día de hoy, la cultura ha sido el monopolio de una pequeña minoría. En una sociedad auténticamente socialista democrática sería posible asegurar una reducción general de la jornada laboral, e incrementar los niveles de vida de todo el mundo sobre la base de un enorme auge de la producción. Liberados de las presiones de la necesidad, hombres y mujeres podrán dedicar sus vidas a un desarrollo completo e integral de su personalidad, intelecto y psique. El arte, la literatura, la música, la ciencia y la filosofía ocuparán una posición similar a la que ocupa hoy en día la política partidista.

Sobre la base de una economía planificada y gestionada democráticamente, se podría poner el enorme potencial de la ciencia y la tecnología a disposición de la humanidad. En los últimos cien años, una mejora de la dieta y de la atención sanitaria ha duplicado la esperanza de vida en la mayoría de los países industrializados. Mejoras en el estilo de vida podrían llevar a alargar todavía más la vida activa. Vivir cien años de vida plenamente activa sería una cosa habitual. El uso correcto de la ingeniería genética podría incluso permitir a los científicos contrarrestar el proceso de envejecimiento y prolongar la vida mucho más allá¿ de lo que se consideraba como la extensión normal de la vida humana. Las posibilidades para el futuro del género humano son tan infinitas como el propio universo.

"Estas perspectivas están completamente de acuerdo con toda la evolución del hombre. Comenzó primero por expulsar los elementos oscuros de la producción y la ideología, acabando, por medio de la técnica, con la rutina bárbara de su trabajo, y por medio de la ciencia con la religión. DespuÉs expulsó de la política los inconscientes, al derribar la monarquía, a la que sucedieron las democracias y parlamentarismos racionalistas, y luego a la dictadura abierta de los soviets. Los elementos incontrolados tenían el máximo arraigo en las relaciones económicas, pero el hombre los está¿ eliminando tambiÉn aquí por medio de la organización socialista. Esto permite reconstruir sobre bases diferentes la vida familiar tradicional Finalmente, si la naturaleza misma del hombre se encuentra oculta en los rincones mas profundos y oscuros del subconsciente, ¿no es evidente que en este sentido han de dirigirse los más grandes esfuerzos de la investigación y la creación? El género humano, que ha dejado de arrastrarse ante Dios, el Zar y el Capital, no debe capitular ahora ante las leyes oscuras de la herencia y de la selección sexual. El hombre libre tratar¿ de lograr el máximo equilibrio en el funcionamiento de sus órganos y el desarrollo más armónico de sus tejidos, a fin de reducir así el miedo a la muerte dentro de los límites de una reacción racional del organismo ante el peligro. No hay duda de que la falta de armonía anatómica y fisiológica del hombre, la gran desproporción en el desarrollo de sus órganos o la utilización de sus tejidos, dan a su instinto vital ese miedo mórbido, histérico, ante la muerte, temor que produce a su vez las humillantes y estúpidas fantasías sobre el más allá¿.

"El hombre tratar¿ de ser dueño de sus propios sentimientos, de elevar sus instintos a la altura de lo consciente y hacerlos transparentes, de dominar con su voluntad las tinieblas de lo inconsciente; así se elevar¿ a un nivel superior y crear¿ un tipo biológico y social más perfecto, o si se quiere, un superhombre.

"Es tan difícil predecir cuales serán los límites del dominio de sí mismo que alcanzar¿ el hombre futuro, como prever hasta donde se podrá desarrollar el dominio técnico sobre la naturaleza. La construcción social y la autoeducación psicofísica serán dos aspectos paralelos de un único proceso. Todas las artes ¾ la literatura, el teatro, la pintura, la escultura, la música y la arquitectura¾ darán a este proceso una forma sublime. más exactamente, la forma que revestir¿ el proceso de edificación cultural y de autoeducación del hombre comunista desarrollar¿ al máximo los elementos vitales del arte contemporáneo. El hombre se hará incomparablemente más fuerte, más sabio y más complejo. Su cuerpo será más armonioso, sus movimientos más rítmicos, su voz más melodiosa. Las formas de su existencia adquirirán una calidad dinámicamente dramática. El hombre normal se elevará a las alturas de un Aristóteles, un Goethe o un Marx. Y por encima de estas alturas se elevarán nuevas cúspides."54

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