Julio López
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Cumbre de Mar del Plata: Otro mal trago para Bush
Por Panorama Poítico MST "El Socialista" - Friday, Nov. 11, 2005 at 12:19 PM
opinaellector@elsocialista-mst.org

Multitudinario rechazo a la visita de Bush. Se puso en evidencia el fracaso de querer imponer el ALCA. Se estuvo al borde de que no hubiera declaración final de la Cumbre. Oposición de Brasil, Argentina y Venezuela. Igual Bush no se fue con las manos vacías. Apretó a Kirchner para que se sigan aceptando las condiciones del FMI, se aumenten las tarifas y se dé garantías a las privatizadas. En Brasilia, Lula suavizó el mal momento del yanqui. Las marchas contra Bush, el estallido de Haedo y las luchas salariales muestran el verdadero rostro de la Argentina.

Bush se fue de la Argentina sufriendo otro mal trago político. Vio, en vivo y en directo, el repudio a su visita y a su política criminal de miles y miles, en Mar del Plata y en todo el país, encabezados hasta por Diego Maradona. Parecido a lo que sucede en todo el mundo, y crece en EE.UU., contra la invasión a Irak. Y no pudo evitar que se pusiera en evidencia el rotundo fracaso del intento de imponer el ALCA, que debía regir, según el plan original, a comienzos del 2006.

Esto no quiere decir que el imperialismo se haya ido con las manos vacías. Finalmente hubo una declaración, que hasta firmó Chávez, en apoyo a la intervención en Haití o el compromiso de seguir apoyando la gobernabilidad en Bolivia. En forma inédita, sobre el ALCA, fueron incluidas las dos posturas, con el compromiso de “explorar ambas posiciones”, después de los resultados de la próxima reunión de la Organización Mundial de Comercio (OMC), en Hong Kong, en diciembre. Logró también firmar un acuerdo de libre inversión con Uruguay.

Bush venía mal con Irak, Katrina, el CIAgate…

Pero los yanquis no pudieron evitar que se mantuviera la visión de un Bush debilitado políticamente. No pudieron sostener la imagen de un imperialismo todopoderoso, que hace lo que quiere. Bush se viene debilitando con el sostenimiento de la resistencia en Irak, que muestra el total fracaso de la invasión; crece el movimiento por el retiro de las tropas; luego vino Katrina que mostró el Estados Unidos pobre y ahora saltó el llamado CIAgate, por el cual se va a procesar a Lewis Lobby, el jefe de despacho del vicepresidente Dick Cheney, por dar el nombre de una agente de la CIA a la prensa, cosa prohibida en EE.UU. Lobby hizo eso para vengarse del marido de la agente, que es un diplomático que había denunciado que era mentira lo de las armas químicas de Saddam Hussein. En el juicio se podría ventilar toda la mentira que justificó la invasión. Por todo esto hay una crisis política y cae Bush en los sondeos de popularidad.

Lo sucedido en Mar del Plata siguió esta tendencia. Así lo graficó la propia prensa imperialista y patronal del mundo: “Se estanca el acuerdo de libre comercio al finalizar la Cumbre”, “Los problemas de Bush lo persiguen a la cumbre de Argentina” (New York Times); “Estancadas las conversaciones sobre el tratado de libre comercio” (The Washington Post); “Concluye la Cumbre de las Américas sin acuerdo en el conflicto de libre comercio” (El País, España); “Naufragio” de las negociaciones del ALCA (O Globo, Brasil); “Fracaso diplomático de Bush” (Clarín, Argentina).

¿Por qué el choque por el ALCA?

Es normal que nadie se sorprenda ante un Chávez en Mar del Plata que se opone al ALCA y hace duros discursos contra Bush. Pero sería lógico preguntarse por qué gobernantes como Kirchner y Lula, que aplican los planes del FMI, gobiernan para las multinacionales, pagan la deuda externa o reciben a Bush con honores, se opusieron a aceptar una declaración de apoyo al ALCA.

Esto muestra dos cosas: 1) una muy fuerte presión del movimiento de masas de ambos países a rechazar una subordinación total al imperialismo yanqui y 2) la existencia de fuertes roces y diferencias por el ALCA de sectores de la burguesía industrial, agropecuaria y comercial de Brasil y Argentina y, en menor medida, de Uruguay. La burguesía industrial brasileña, en especial la concentrada en San Pablo, no puede aceptar una apertura total, levantado las medidas proteccionistas, porque se debilitarían al extremo. Esto no significa que sean “antiimperialistas”. Por el contrario, son los grandes socios de las multinacionales. Pero quieren seguir siendo eso y no arriesgarse a desaparecer con un “libre comercio” en donde los yanquis siempre llevan las de ganar.

Por otro lado, en Argentina, Brasil y Uruguay existe una importante burguesía agroexportadora (cereales, carne) que se ve perjudicada en el mercado mundial con la competencia desleal del imperialismo norteamericano y europeo, que subsidian a sus agricultores beneficiados con las superganancias que obtienen de la explotación y el saqueo que hacen del resto de los países del mundo. Por eso existe desde siempre un reclamo, utópico en los marcos del capitalismo, de los países pobres a los países imperialistas para que rebajen o anulen los subsidios a la producción agrícola. Cosa que nunca va a ocurrir, porque esa política hace a la esencia del imperialismo. No hay ninguna posibilidad de que la OMC, en su reunión de Hong Kong, cambie esas reglas de juego. Por el contrario, van a seguir apretando para imponer nuevas medidas de “libre comercio” para avanzar, por ejemplo, sobre la privatización de la salud, la educación y el medio ambiente.

Estos roces interburgueses explican que la patronal argentina, tan proyanqui, haya apoyado la decisión de no aprobar el ALCA en estas condiciones. José De Mendiguren, vicepresidente de la UIA, sostuvo que “se corre el riesgo de consagrar el actual escenario: el país más desarrollado queda así, y los países pobres siguen pobres”; “El ALCA, como está planteado es pernicioso para nuestros países” -dijo Carlos Heller, banquero titular de ABAPRA. Su colega de ADEBA, Jorge Brito, aclaró “que mientras Estados Unidos siga teniendo los subsidios agrícolas que tiene no se puede hablar de un acuerdo”; Carlos Vega, de la Cámara de Comercio, señaló que “fue brillante la defensa de los intereses del país” y Luciano Miguens, de la Sociedad Rural, dijo que “la prioridad actual es consolidar el Mercosur como bloque re gional” (DatosClarín, 7/11).

¿Y Fox qué tiene en la cabeza?

El fracaso imperialista del ALCA no se dio en esta Cumbre por obra de los presidentes del Mercosur, sino que es producto de las movilizaciones obreras, populares y campesinas que recorren el continente desde hace 10 años (ver página 3). Consciente de su debilidad, el imperialismo sabía que tampoco pasaría el ALCA en Mar del Plata, pero se jugó a hacer una contraofensiva, de la mano de algunos presidentes lacayos, para ver si lograba que se retomara, se pusiera una fecha de negociación y que se incluyera su aceptación en la declaración final. Este es su fracaso. Ni eso logró.

El que hizo punta, teledirigido por los yanquis, fue su lacayo Fox, presidente de México, apoyado por el premier de Canadá, quienes son integrantes del NAFTA, junto con EE.UU, que es un tratado de libre comercio de entrega total contra el pueblo mexicano.

En su bronca, y cumpliendo servilmente su triste papel, se fue de boca hasta contra Maradona. Para él, que Maradona le haya puesto “el calificativo de basura humana a Bush es una cabeza llena de humo”. Cabe preguntarse: ¿de qué está llena la cabeza de Fox? La respuesta queda para el lector.

Por otro lado, Lula mostró que la oposición del Mercosur al ALCA es limitada y puede tener patas cortas. Solo buscan negociar con EE.UU. en mejores condiciones. Por eso Lula recibió a Bush, pos Cumbre, con todas las pompas y terminó firmando un comunicado en donde se sostiene que ambos países “reafirmaron el compromiso con el proceso del ALCA y manifestaron expectativas por retomar las negociaciones” (Clarín, 7/11).

Bush nos dejó el apriete del FMI

Kirchner pretendía que por sus buenos servicios al imperialismo, pagando la deuda, o apoyando la gobernabilidad en Bolivia o mandando tropas a Haití, Bush le iba a suavizar los pagos o los ajustes que le reclama el FMI. Pero Bush fue claro: “arréglese directamente con ellos”.

La estrategia de Kirchner, pretendiendo que cuanto más cumplamos con el FMI mejor estaríamos, se mostró fallida. Cuanto más se cumpla, más van a exigir el imperialismo y las multinacionales. Por eso ahora el FMI va a seguir apretando, para avanzar con más medidas entreguistas: a) aumento general de tarifas, incluidas las domiciliarias, como reclaman las privatizadas; b) reducción del gasto público, o sea menos plata para salud, educación y obras públicas; c) un dólar más bajo (a 2.20 ó 2.30), para favorecer las importaciones y los envíos de ganancias de los bancos y empresas extranjeras, y d) eliminación del impuesto al cheque y de las retenciones, reclamos de los grandes exportadores y empresarios.

Las marchas contra Bush, Haedo y las luchas salariales

La masividad de las marchas contra Bush, el estallido de Haedo contra TBA y las luchas salariales muestran que los trabajadores y el pueblo argentino no aceptan mansamente la política económica que viene dictando el FMI, las multinacionales y las privatizadas, y que - bajo un discurso populista mentiroso- Kirchner aplica.

La tarea central de los luchadores es impulsar la movilización por el salario, por el trabajo, en defensa de la educación y la salud y por el fin de las concesiones a las privatizadoras y por la reestatización de todas ellas bajo el control de los trabajadores y los usuarios. Y de esta forma enfrentar al gobierno, al ALCA y al plan de entrega del FMI y Bush.

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El Mercosur no es alternativa al ALCA
Por José Castillo, MST "El Socialista" - Friday, Nov. 11, 2005 at 12:21 PM
opinaellector@elsocialista-mst.org

Los Estados Unidos fracasaron en su intento de imponer el ALCA. Pero el MERCOSUR, e incluso el MERCOSUR + Venezuela, no es la salida para los pueblos latinoamericanos. Se trata de una “integración” que más allá de la retórica, solo garantiza negocios para las transnacionales de la región. La salida real pasa por la unidad antiimperialista de toda América Latina comenzando por un Frente de Países Deudores que declare el No pago de la Deuda Externa.



En el debate de esta Cumbre se dio de hecho un bloque entre los países del Mercosur y Venezuela, contra los que querían reiniciar ya las negociaciones del ALCA. Surge lógicamente entonces la duda desde muchos luchadores populares y antiimperialistas: ¿Será el Mercosur una alternativa para empezar a construir una América Latina distinta e independiente?

Una historia de negociados

Desde su creación a principios de los 90, el Mercosur ha sido un espacio para que algunos pocos grupos económicos hicieran inmensos negocios, con nulo beneficio para los pueblos. Fue utilizado como “plataforma” para todas las grandes multinacionales automotrices, que aprovecharon las exenciones impositivas para instalarse en la región, produciendo indistintamente en Buenos Aires, Córdoba, San Pablo o Manaos, según donde le resultara más barato. También fue el espacio que permitió que las transnacionales siderúrgicas y del complejo sojero (llámense Techint, Compañía Siderúrgica Nacional de Brasil, Cargill o Dreyfus) hicieran millonadas con sus negocios. El comercio entre la región se multiplicó, así como los movimientos financieros. ¿Qué le quedó a los pueblos? Absolutamente nada. Hoy, a quince años del Mercosur, un trabajador paraguayo o uruguayo que viene a trabajar a la Argentina o al Brasil sigue siendo tan “ilegal” como antes. Ni siquiera se acepta que los ciudadanos del bloque tengan automáticamente ciudadanía y permiso de trabajo. Los trabajadores sólo conocen el Mercosur cuando, ante un reclamo de aumento salarial en una empresa importante de la región, escuchan la conocida respuesta: “no podemos, y si nos molestan, levantamos todo y nos vamos a Brasil, donde conseguimos mano de obra más barata”. O cuando las firmas argentinas despiden personal, aduciendo que no pueden contra “la competencia brasilera”.

El rol de gendarme

La Argentina y el Brasil, los países “grandes” del Bloque, cuando utilizaron su liderazgo regional, lo hicieron para correr tras el pedido del gobierno norteamericano de garantizar “la gobernabilidad regional”. El MERCOSUR funcionó a pleno cuando las Cancillerías de Argentina y Brasil fueron juntas a Bolivia para apagar la insurrección que tiró a Sanchez de Losada. El Mercosur también sirvió para que tropas “conjuntas” de Argentina y Brasil hagan de gendarmes en Haití. Y, más de una vez, el Mercosur ha servido incluso para “enfriar” o “moderar” al propio Chávez, a pedido de los Estados Unidos.

El espejismo de un Mercosur unido batallando contra el ALCA, se diluyó al día siguiente de la Cumbre de Mar del Plata, cuando Bush y Lula firmaron en Brasilia un acuerdo que dice textualmente “proseguir los esfuerzos para promover la liberalización del comercio, reafirmando el compromiso con el proceso del ALCA, basado en la cumbre de Miami y manifestando la expectativa por la oportuna reanudación de las negociaciones”.

¿Y el Mercosur ampliado?

Mucho se habla de la fórmula Mercosur más Venezuela. Acá caben dos aclaraciones. El Mercosur ya se “amplió” dos veces. Una hacia Bolivia: sólo sirvió, además de la intervención “diplomática” ya mencionada, para que Petrobrás y Repsol profundizaran su política de saqueo sobre el petróleo y el gas boliviano. La segunda ampliación fue hacia Chile: facilitó algunas incursiones de transnacionales chilenas en la compra de empresas de servicios públicos argentinos –de nefastas consecuencias para nosotros - y no impidió que Chile firmara un acuerdo “particular” de libre comercio con los Estados Unidos y que hoy sea uno de los principales fogoneros del ALCA.

¿Con la Venezuela de Chávez es distinto? Nosotros somos fervorosos defensores de cualquier acuerdo que sirva para defender a Venezuela de los ataques del imperialismo. Pero nos remitimos a los hechos: hasta ahora, la “integración” con Venezuela sólo sirvió para los negocios de Techint, para la creación de una fantasmagórica Petrosur (donde por Argentina nadie plantea quitarle los negocios a Repsol) y para que Chávez “bendijera” el Canje de deuda argentina comprando bonos para el Tesoro Venezolano.

La verdadera integración Latinoamericana

Los pueblos de Latinoamérica necesitamos integrarnos política y económicamente. Es nuestra única opción de independencia. Pero ello sólo será posible a partir de una clara política antiimperialista, sin medias tintas. Comenzando por cortar el nudo con que hoy se expresa más claramente el sometimiento: la deuda externa regional. Así, desde las luchas obreras, campesinas, indígenas y populares de la región, imponiendo un gran Frente de países Deudores Latinoamericanos, recuperando nuestros recursos naturales hoy en manos de los pulpos del Norte, comenzará a ser posible cambiar la realidad del subcontinente eliminando la pobreza y la desocupación.

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Al ALCA lo enterraron las luchas populares
Por MST "El Socialista" - Friday, Nov. 11, 2005 at 12:24 PM
opinaellector@elsocialista-mst.org

El Presidente Chávez, entre las muchas cosas que dijo en Mar del Plata, señaló dos que nos interesa recalcar. La primera: “El ALCA está muerto”. Coincidimos plenamente con que el ALCA, hoy por hoy, está muerto, o por lo menos en coma cuatro. Pero diferimos con la segunda parte de la frase: “Acá vinimos a enterrarlo”. A eso fuimos sin duda las decenas de miles que nos movilizamos a Mar del Plata y a todas las plazas del país. Pero…¿y los presidentes asistentes a la Cumbre? Con la excepción del propio Chávez, no nos parece que la posición de Kirchner, Lula, Tabaré Vázquez o Nicanor Duarte Frutos sea la de “enterrar al ALCA”.

Chávez fue más allá: “fueron como los tres mosqueteros”, “y “Kirchner fue D’Artagnan”.

¿Se trataría de los nuevos líderes antiimperialistas? ¿Nicanor Duarte Frutos, el que acaba de autorizar una base yanqui en la Triple Frontera? ¿Lula, el que al otro día de la Cumbre firmó un acuerdo de prioridad de inversiones con los Estados Unidos? ¿Kirchner, al que los propios norteamericanos le reconocen que, más allá de la retórica, en todos los temas estratégicos se alínea con los Estados Unidos?

Tengamos claridad: el ALCA se murió porque lo enterraron los pueblos con sus rebeliones. Desde la Cumbre de Miami en 1994 para acá, se sucedieron innumerables luchas contra los planes de ajuste, las privatizaciones, el desempleo, la erradicación de cultivos de pueblos originarios. Todo eso fue enterrando al ALCA. Lo enterró el Argentinazo, la “guerra del gas y el agua” en Bolivia, los cuatro presidentes derrocados por insurrecciones populares en Ecuador, la rebelión que tiró a Fujimori y derrotó las privatizaciones de Toledo en Perú y la impresionante reacción que obligó a dar marcha atrás al golpe de Estado en Venezuela, entre otras heroicos hitos populares en nuestro continente.

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